LA PESCA


La pesca de tarariras; técnicas y trucos de pesca


Las tarariras; hábitat y morfología.- Es un pez depredador de agua dulce con aletas radiadas de América Central y del Sur de la familia caráciforme Erythrinidae (del griego «Cano»). Los nombres vernáculos que suelen dársele según las zonas son: tararira, taralila, pez lobo, dientudo, guabina, tararayra, pirá naró, trahíra,​ tarahíra, tareí, mondiah, tareyi-(nombre del idioma guaraní-Paraguay), tarango, tarucha, tarala, moncholo (Caribe Colombiano), ​ tare'yi (guaraní),​ quicharo (Chocó, Colombia),​ guanchiche (Ecuador). La tararira es un pez robusto, de cuerpo cilíndrico y boca grande. Como buen carnívoro tiene una poderosa dentadura y hasta tiene dientes en el paladar.


La longitud máxima conocida de esta especie es de unos 65 centímetros (26 pulgadas) y el peso máximo conocido es de unos 3,8 kilogramos (8,4 libras). Al igual que otros miembros del género Hoplias, esta especie tiene una forma de cuerpo cilíndrico con una boca grande equipada con dientes prominentes. Su cabeza es mayormente osificada, destacando unos ojos muy redondos e inexpresivos. Los dientes de perro le han dado algunos de sus nombres comunes; lo cual nos debe hacer movernos con cuidado y, por supuesto, contar con aparejos fuertes. Tiene escamas cicloideas gruesas y está recubierta de mucus para que no parasiten en ella. La coloración es muy variable, pero generalmente es de color marrón grisáceo con franjas verticales más oscuras o una sola franja horizontal. Curiosamente, su aleta dorsal se vuelve rojiza cuando respira oxígeno del aire. Además de esta, cuenta con otras seis: una caudal redondeada, otra anal, dos pectorales y un par más ventrales, todas compuestas por rayos flexibles. Terminamos con el aspecto curioso en cuanto al organismo de esta especie indicando que está adaptada para respirar oxígeno del aire. Ello se debe a que las aguas que habita son estancadas y no hay suficiente oxígeno. Lo hace subiendo a la superficie para sacar su aleta dorsal al aire.


Desova en pozos ubicados en aguas poco profundas a una temperatura de unos 26 ° C Los huevos se fertilizan en la aleta anal ahuecada de la hembra. Cuando los huevos se ponen pegajosos, se dejan caer en un hoyo que será vigilado por el macho incluso hasta que los huevos hayan eclosionado. El periodo reproductivo de la tararira o tarucha abarca los meses de septiembre a diciembre, coincide con el inicio del descenso de las temperaturas de las aguas, por los cual estos peces buscan aguas poco profundas y cercanas a las orillas donde la temperatura es un poco más alta, las hembras construyen su nido en el fondo cerca de la vegetación para lo cual cavan un hoyo, con la ayuda de sus aletas. Los nidos son circulares, generalmente de entre 30 y 35 cm. y se encuentran a poca profundidad entre 15 y 20 cm. donde el agua posee más oxígeno y recibe más calor solar. Una vez producido el desove y la fecundación, ambos padres permanecen en el nido mientras los huevecillos eclosionan y nacen las crías, una característica especial de esta especie es su tenacidad para cuidar del nido y los alevines, ya que atacan fieramente a cualquier cosa que se acerque.


Los adultos son depredadores de emboscada de peces; mientras que las presas juveniles consisten en crustáceos y otras presas invertebradas. Los adultos se alimentan de pescado; los juveniles se alimentan de larvas de crustáceos e insectos, camarones y otros pequeños invertebrados. Come animales marinos pero también cualquier otro terrestre o aéreo que termine por caer al agua. La tararira acecha a sus presas sin perder atención, motivo por el cual son tan fáciles de engañar. También hay que mencionar que sus ataques son muy fuertes y es un pez muy fiero. De hecho, lo es tanto que se ha ganado el título de “Guerrero de las lagunas”. Debido a su ferocidad, su viveza, sus saltos y sus juegos, se trata de una de las especies favoritas para los aficionados a la pesca.


Este furtivo pez no tiene en su hábitat depredadores importantes, aunque en los últimos tiempos esta especie se encuentra en peligro debido a su pesca indiscriminada, lo cual ha llevado a gobiernos a varios países a restringir su captura. Es de hábitos diurnos, es decir solo caza de día, una vez oscurece se esconde en su nido o entre la vegetación donde se mantiene en reposo. La tararira es una especie ictiófaga por excelencia, en su primera etapa se alimenta de pequeños camarones de río, larvas e insectos, y hasta de pequeñas ranas y lagartijas que caigan en sus fauces. Ya en edad adulta se alimentan fundamentalmente de peces, aunque también consumen lombrices, enjambres de insectos, batracios, pequeños invertebrados y hasta roedores que logran cazar. Sus presas preferidas son la mojarra, la sardina y los lebistes o guppys.


Esta especie tiene un comportamiento estacional, debido a que sus hábitos alimenticios varían de acuerdo a la época del año, en la temporada de mayor frío experimenta un profundo letargo para consumir pocas energías, enterrada en el fondo fangoso o escondida entre las plantas con las cuales suele camuflarse, en este periodo se alimenta poco, por lo cual su peso disminuye considerablemente. En la época primaveral, sale del estado de letargo y se alimenta vorazmente, a fin de reponer el peso perdido, en la temporada de mayor calor, en verano, ya ha repuesto su peso con lo cual su apetito disminuye, en otoño ya con el peso totalmente recuperado se torna nuevamente insaciable, necesita comer todo lo que pueda, para soportar la temporada de invierno que se avecina.


Es de hábitos lacustres, prefiriendo aguas poco profundas, cálidas, cenagosas y con abundante vegetación. Su dieta incluye peces, anfibios, insectos, roedores, aves y todo aquel animal que, caído al agua o nadando, produzca vibraciones suficientes para excitar su instinto predador. Habida cuenta de la poca proporción de oxígeno presente en su hábitat, debido principalmente al estancamiento del agua y la temperatura de la misma, este pez está adaptado a respirar aire cuando las condiciones lo imponen, lo que hace sacando su aleta dorsal fuera del agua, la cual toma rápidamente color rojizo, inequívoca señal de intercambio gaseoso por difusión. En temporada invernal, la tararira experimenta un aletargamiento, pasando los fríos enterrada en el lecho barroso o entre la vegetación. Esta característica no pasa desapercibida para los aficionadas a la pesca, ya que este predador se muestra delgado y voraz a mediados de primavera (cuando sale de su sopor), promediando el verano su peso aumenta pero disminuye su apetito, luego a principios de otoño se muestra muy pesada y sumamente voraz, debido a su necesidad instintiva de preparar reservas corporales para hibernar nuevamente.


Ocurre en una amplia gama de hábitats de agua dulce, desde arroyos claros y rápidos de las tierras altas hasta las aguas bajas y turbias lentas, canales, acequias de riego y drenaje, estanques y otras aguas tranquilas. Pasa las horas del día descansando en la vegetación y es más activo durante la noche. Aunque la tararira respira como cualquier otro pez, a través de las branquias, posee una característica asombrosa, debido a la escasez de oxígeno en las aguas que generalmente habita, esta especie ha evolucionado para respirar aire cuando su cuerpo lo amerite, para ello emerge su aleta dorsal, la cual en cuestión de segundos toma un color rojizo, debido al intercambio gaseoso por difusión, y de esta manera sobrevive. Agua dulce; bentopelágico; rango de pH: 6,0 - 8,0; Intervalo de dH: 4 - 25; potamódromo. Tropical; 20 ° C - 26 ° C; 11 ° N - 35 ° S, 85 ° W - 35 ° W. Se encuentra en América Central y del Sur: Costa Rica a Argentina en la mayoría de las cuencas hidrográficas.


Especies invasoras.- Hoplias malabaricus son populares en el comercio de acuarios, pero se prohíbe que se mantengan en California como especie potencialmente invasora. H. malabaricus se estableció anteriormente en el condado de Hillsborough, Florida, ya sea a partir de liberaciones deliberadas o fugas de granjas de peces. Desde enero de 1977 no se han recolectado ni informado especímenes; presumiblemente la especie fue extirpada como resultado de temperaturas extremadamente frías durante ese mes.


Su pesca en forma deportiva atrae a innumerable cantidad de pescadores, su calidad de predador nato y la violencia con que ataca todo tipo de cebos es realmente espectacular. Puede ser pescada tanto con cebos naturales, como con cebos artificiales en las modalidades spinning y flyfishing. Los portes habituales en lagunas van desde los 800 g a 5 kg. En el Delta del Paraná se cobran ejemplares realmente grandes, sobre todo durante la noche, donde pueden hallarse tarariras de 4 o hasta más kg de peso, que despliegan un poderío realmente asombroso. Actualmente la tendencia es proteger estos formidables "Guerreros de las lagunas" mediante pesca deportiva con cebos artificiales y anzuelos sin rebaba, fomentando su rol ecológico y la devolución. La tararayra se encuentra en las cuencas de agua dulce de las zonas central y sur de América, muy bien repartidas por todas ellas, a excepción de las latitudes más bajas, debido a que la temperatura no es apta para ellas, de ahí que no las veamos más abajo de la cuenca del río de la Plata.


Mejores lugares y fechas para pescar tarariras.- El Delta del Paraná para la pesca de tarariras. Como decimos, esta especie es propia de la zona media y baja del continente americano. El país por excelencia para encontrarla es Argentina. Destaca, por el tamaño de los ejemplares avistados, el Delta del Paraná. La laguna Las Niñas, también en este país, en su capital, es lugar de recreo para familias pesqueras que se acercan a pasar el día y a coger una tarucha debido a que las hay a montones. Otro lugar aconsejable en Argentina es el río Salado y el sistema de lagunas que conforma. Sin embargo, este es un animal que puebla una gran cantidad de cuenta centro y sudamericanas por lo que puedes aprovechar tus vacaciones en países como Uruguay, Colombia o incluso México para ir a pescarla. Lo que sí podemos decirte es que siente predilección por las aguas cenagosas, de poca profundidad y con abundante vegetación. La mayoría de cuencas de agua dulce Sudamérica serán hogar de la guabina. 


Conforme aumenta la temperatura del agua la tararira se aleja de las profundidades, ganando altitud y acercándose a las orillas. Esto ocurre en lo que se conoce como época de pre-desove y se da entre los meses de octubre y diciembre para las zonas del Hemisferio Sur. Durante esta época, estos peces están realmente activos y con ánimo de caza por lo que estarán de acá para allá continuamente. Sin embargo, puedes hacerte con ellos, en zonas de mayor profundidad, en septiembre y de enero a abril. De mayo a agosto este pez se aletarga, llegando incluso a enterrarse en fango y a alimentarse de su propia grasa, por lo que no son meses aconsejables para hacerse con él. El otoño te va a ofrecer la presas más jugosas por ser la estación en la que se alimentan de más para prepararse antes de que el frío llegue.


La pesca de la tararira; mejores cebos y señuelos para pescarlas.- Veamos algunos aspectos clave para triunfar pescando tarariras, si bien como sabemos cada pescador tiene sus propios secretos y trucos, siempre hay consejos generales que funcionan en la mayoría de los casos, pero como siempre decimos, hay que probar para comprobar.


Señuelos.- Mejores señuelos para pescar tarariras. Cuando comienza la temporada de pesca de tarariras, en septiembre, lo ideal es elegir cucharas, cebos spinner y mojarras. Estos son los más más efectivos para llamar la atención del pez, que, de momento, se encuentra a una mayor profundidad. Si quieres ser de los primeros en hacerse con un ejemplar de esta especie tendrás que optar por uno de estos señuelos. En pre-desove es más fácil hacerse con estos peces por lo que la diversidad de señuelos aumenta. Puedes elegir jitters, ranas de goma, peces o buzzers spin, alferenos, orenos…


Cebos.- La carnada que más atrae a las tarariras es el corte de vaca, su corazón, las patas de rana, la mojarra y la lombriz.


Equipo y aparejos.- Para conseguir los mejores resultados pescando tarucha lo ideal es optar por aparejos de fondo o flote con cebo diverso. En cualquier caso, aconsejamos un equipo liviano (caña corta de acción rápida, multifilamento de hasta 40 libras como máximo…) ya que, a pesar de ser un pez fiero, no es pesado y esa liviandad te va a permitir sentir mejor la lucha del animal. Las mejores configuraciones para los bajos de líneas son la plop y la ping pong con leaders de acero para evitar que la fuerte dentadura los desgarre.


Otros consejos.- Los tipos de pesca que más se practican en este caso son el Bait Cast, el Spinning y el Fly Cast. La pesca de tarariras en la actualidad es, en su mayor parte, sostenible, pues se busca la protección de la especie. Por ello, y considerando que son fáciles de atraer y tozudas, aconsejamos el uso de anzuelos que no tengan rebaba y que, por supuesto, se devuelvan al mar si no se van a consumir.


Pesca.- la pesca se realiza con el empleo de espineles o líneas de superficie en lugares, encarnado con peces chicos (dientudos, mojarras, etc.) En la actividad deportiva se distingue como un pez de lucha, de piques violentos que entusiasman al pescador deportivo. Tiene valor comercial por la buena calidad de sus carnes y el comercio se especula presentándola como ”trucha”, para lograr buena cotización en plaza. < Los portes habituales en lagunas van desde los 800 gr. a 5 Kgrs >


Los cuerpos de agua calma como lagunas, arroyos y orillas de ríos densamente vegetados son el hábitat de este formidable predador. Dueña de una coloración altamente mimética, la tararira permanece al acecho a la espera de alguna presa que despierte su apetito, como peces, anfibios y hasta pequeños mamíferos y aves. Una vez puesta a tiro, el ataque de la tararira es formidable: su redondeada cola y su fuerte musculatura le permiten un rápido ataque, y su inmensa boca poblada de afilados dientes irregularmente distribuidos, a la manera de los cocodrilos, le otorga una potente mordida. Donde es abundante no es raro que varias ataquen a una misma presa, produciéndose disputas entre ellas, lo que explica que frecuentemente se encuentren ejemplares con sus colas parcialmente mutiladas. Toleran bien las variaciones de temperatura y oxigenación que se producen en las áreas con escasos volúmenes de agua que suelen ocupar. En invierno entran en letargo, aunque es raro que los días claros se acerquen a la superficie a asolearse. Su actividad desciende tanto en los periodos más fríos que se hace posible tomarlas con la mano. Construyen un nido entre la vegetación arraigada. Tanto el macho como la hembra cuidan a los huevos y a las crías.


Acción y técnica de pesca.- Equipos: cañas de grafito de 2 m, acción de punta, reeles frontales pequeños cargados con un nylon del 0,28, también se pueden usar cañas de bait casting con un reel rotativo cargado con un nylon del 0,30 o 0,35. Para piezas de buen porte les recomiendo una caña de embarcado de 15 a 25 lbs y unos reeles rotativos del 0,40 o 0,45.
Donde ubicarse: les recomiendo que se ubiquen no tan cerca de la orilla porque las tarariras están allí, no hagan mucho ruido porque lo detectan (las tarariras). Al comenzar la pesca lo ideal es lanzar el señuelo paralelo a la costa tanto como para la derecha o para la izquierda. A veces pueden errar los piques. Si van a pescar a la mañana esperen hasta el mediodía que es la hora de mas pique debido a la temperatura.


El pez.- En esta pesca es poco probable obtener piezas mayores de los 3 kilos, siendo lo más común capturar ejemplares de entre 1 y 2 kilos, dependiendo del ambiente.
La tararira, cualquiera sea su peso, es un pez combativo y el equipo también deberá cumplir con esta exigencia, ajustándose por los demás factores, especialmente el ambiente. Tengamos en cuenta que la combatividad de la tarucha está circunscripta a algunos saltos, cabezazos y corridas, pero dentro de una pequeña área. Ni siquiera con mucha profundidad y pocos obstáculos la tararira hace largas corridas, ni veloces.
Diríamos que en condiciones de aguas abiertas, podríamos pescar cualquier tararira con un equipo ultraliviano y paciencia. Los problemas llegan cuándo la vegetación y la dura mandíbula del pez nos piden más potencia. En cuanto a la clavada, siendo un pez que toma el señuelo con fuerza entre los dientes y que, para clavarla hace falta patinar el señuelo en su boca, es necesaria una caña más potente que la que requeriría la mera lucha con el pez.


Recomendaciones: les recomiendo utilizar lentes polarizados para que puedan ver a los peces que se encuentran muy cerca de la superficie, entre juncos o plantas.
Tienen que arrojar el señuelo uno o dos metros mas de la ubicación del pez e ir trayendo el señuelo para donde se encuentra el pez.
Cuando se practica este tipo de pesca de superficie hay que prestar mucha atención al señuelo que se elige y la forma de recogerlo.
Hay artificiales que producen sonido y eso atrae mas a las tarariras. Los señuelos que mas rinden según mi gusto son los tipo Popper, pero tienen que probar distintas clases de señuelos.


Acuario.- El acuario debe ser grande ya que el tamaño del pez lo requiere, tendrá un fondo preferentemente fangoso y vegetación para ofrecerle intimidad.

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