LA PESCA POR EL MUNDO (Destinos de Pesca)


La pesca deportiva en Colombia.
- La pesca deportiva en agua dulce tiene un potencial económico muy importante en el contexto rural colombiano. Si bien es cierto que los recursos hidrobiológicos donde se desarrolla están bastante diezmados, también es cierto que hoy existen los conocimientos, dada la experticia de nuestros pescadores, para gestionar de manera sostenible, una próspera alternativa ecoturística que produzca riqueza en zonas remotas y aisladas de país, y que a su vez mejore los niveles de conservación en cuanto a las masas de agua. Esta actividad puede y debe acercar la percepción de estos conceptos de calidad del medio acuático a la sociedad actual.


Los océanos colombianos no son ajenos a la nefasta intervención del hombre. Sin embargo, su inmensidad, su estructura natural y las corrientes marinas, permiten que muy cerca de sus costas, aún se encuentren diversas especies, muy apetecidas por los pescadores deportivos. Es el caso del Pacífico norte. Su estructura marina está constituida por fondos rocosos, manglares y estuarios, que le dan más profundidad al mar cerca de la orilla, y, por la emergencia de varias corrientes provenientes del norte, que traen consigo muchas especies migratorias.


Si comparamos la estructura marina, la gran diversidad de especies locales y migratorias que hacen presencia allí, y la gran cantidad de turistas nacionales e internacionales que vienen a pescarlas, podemos decir que Bahía Solano es de una riqueza natural comparable con Bahía Piña, Panamá, considerado el segundo paraíso de pesca deportiva más importante del mundo. Además, su entorno más inmediato también es ideal para la pesca deportiva: Nuquí, Bahía Cupica y Cabo Marzo, son bellos e inevitables parajes para quienes la visitan.


El Pacifico colombiano es una región privilegiada ambientalmente. Generadora de cuantiosos recursos naturales y, por lo tanto, reconocida a nivel mundial por su gran biodiversidad. Particularmente, en el litoral y la zona pelágica, coexisten diversos ecosistemas como manglares, estuarios, formaciones coralinas, acantilados, playas y fondos rocosos, en los que han encontrado su hábitat, permanente o transitorio, gran parte de las especies, locales y migratorias, que hoy hacen de esta región un paraíso para los ecoturistas y los pescadores deportivos del mundo.


A pesar de las diferentes formas de pesca ilegal que allí se presentan, el ecosistema marino de la costa pacífica colombiana goza de muy buena salud debido a la alta concentración de biomasa, a lo largo y ancho de su estructura natural. “Allí́ viven especies vegetales y animales de alto valor ecológico como mamíferos, reptiles (tortugas marinas), peces, aves e insectos, algunas de ellas endémicas y otras migratorias, que permiten señalar la existencia de un conjunto amplio de ecosistemas invaluables”.


En el Mar Caribe, el panorama que se evidencia nos plantea una serie de amenazas directas sobre los ecosistemas ícticos y naturales, que impactan de forma negativa, no solamente la pesca deportiva, también la artesanal y, por ende, la seguridad alimentaria de las poblaciones caribeñas. Es preocupante, ver cómo avanza la degradación del entorno natural y su afectación directa sobre las especies acuáticas, con métodos y aparejos no selectivos, y sin que haya control o regularización sobre tales hechos. Este panorama también nos presenta unos desafíos que los pescadores deportivos, erigidos hoy como gestores proactivos en la transformación de las actuales dinámicas que atentan contra la integridad de los hábitats naturales y acuáticos, queremos plantear para la discusión, a partir de una serie de medidas que pretenden ayudar a minimizar los impactos devastadores que están afectando nuestros recursos hidrobiológicos.


En el caso particular del Archipiélago de San Andrés y Providencia, la pesca deportiva, tal y como la concebimos al interior del país, presenta ciertas diferencias; tanto de forma, como de contenido, que la convierten en un territorio sui generis que demanda un tratamiento especial. Si bien es cierto que el Archipiélago se ha venido convirtiendo en un territorio estratégico para la pesca deportiva, especialmente por la presencia en sus aguas de algunos de los trofeos más apetecidos, como el bonefish (macabí) y el tarpón; también es cierto que sus particularidades ancestrales y su negación cultural a reconocerse como colombianos, ha impedido replicar el modelo de pesca deportiva que se viene establecido al interior del país. Esto ha determinado que el interés de la pesca deportiva en San Andrés y Providencia sea unilateralmente promovido por algunos pescadores del interior, que al chocar con las dinámicas culturales del isleño pierde legitimidad.


Aunque el país tiene un enorme potencial de recursos hídricos y biológicos, la pesca deportiva no se concibe aún como un sector importante para la economía. Es necesario reconocer, que esto también tiene que ver con el modelo de desarrollo que desde hace muchos años viene configurando a la Colombia de hoy. Modelo de desarrollo económico que privilegia unos sectores en detrimento de otros. Modelo exclusivamente extractivista, que excluye lo humano, lo social y lo cultural. Es imperativo entonces que el Estado colombiano vea en el sector pesquero, y particularmente en la pesca deportiva, un dinamizador del desarrollo nacional. Sólo así, podremos hacer efectivas las leyes que existen en su favor, y generar las demás que sean necesarias para su desarrollo a plenitud, en coherencia con la vasta riqueza hidrobiológica que aún posee.


El contexto legislativo y jurídico de la pesca deportiva en Colombia, particularmente, los desarrollos que se han hecho a partir del Estatuto General de Pesca (ley 13 de 1990) y de su Decreto Reglamentario 2256 de 1991, clasifican la pesca en razón al lugar en el que se realiza: continental y marina, catalogando esta última en:
  • Costera. Cuando se efectúa a una distancia no mayor de una milla náutica de la costa.
  • De bajura. La que se realiza con embarcaciones, a una distancia no menor de una milla, ni mayor de doce millas náuticas de la costa.
  • De altura. Cuando se lleva a cabo a más de doce millas náuticas de la costa
La Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca - AUNAP le viene dando soporte normativo y jurídico a la ley 13 de 1990. Es así como en la actualidad gestiona la reglamentación de la pesca deportiva.


Pesca deportiva en aguas continentales.
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En Colombia, la pesca deportiva en aguas continentales ha tenido un notable desarrollo en las dos últimas décadas. En primer lugar, debido a su riqueza hídrica, dado que cuenta con cinco áreas hidrográficas, que serpentean todo el territorio nacional, recreando una bella acuarela natural; matizada por todos los pisos térmicos, climas y microclimas, relativamente constantes durante todo el año. Y, en segundo lugar, por la emergencia espontánea de un número considerable de pescadores deportivos, que han sabido potenciar la riqueza hidrobiológica del país, y encumbrar algunas de estas regiones en verdaderos paraísos de la pesca, hoy reconocidos internacionalmente.


Colombia posee una gran riqueza hídrica y para fines de gestión del recurso, la aplicación de las políticas, planes de ordenación y manejo de las cuencas hídricas, se han zonificado y codificado las cuencas del país. La zonificación de las cuencas se formalizó en la Resolución N° 337 de 1978 del Instituto Colombiano de Hidrología, Meteorología y Adecuación de Tierras-HIMAT (hoy llamado Instituto-Ideam), la cual ha tenido ajustes (HIMAT 1985, Ideam 2010), cuya versión más actualizada es la del Ideam del 2013.


Así, se definieron cinco áreas hidrográficas en Colombia: Caribe, Magdalena-Cauca, Orinoco, Amazonas y Pacífico. Cada una de estas áreas está dividida entre siete y nueve zonas hidrográficas que se definieron por las vertientes principales de cada área. Estas áreas hidrográficas son equivalentes a las cinco grandes cuencas del país, que es como también se las conoce. En el interior de cada zona se encuentran hasta 34 sub zonas -también llamadas subcuencas-, que en total suman 311 para todo el territorio nacional.


Esas cinco áreas hidrográficas corresponden a las cinco vertientes principales de Colombia que se encuentran separadas unas de otras de manera bastante definida. Cada una de estas cinco vertientes tiene unas características generales que la determinan y que a su vez definen su propia biodiversidad. La pesca deportiva se ajusta a las áreas hidrográficas principales, ya que hay características comunes en los tipos de aguas y de especies presentes en cada una, lo que determina la actividad pesquera que allí se realiza. 


Las principales cuencas en las que se ha desarrollado la pesca deportiva son las de los ríos Magdalena, Amazonas y Orinoco, siendo ésta última la que, por su geografía inhóspita, su belleza exótica y voracidad de sus especies, se ha convertido en el destino preferido de los pescadores deportivos de todo el mundo. “Estos tres ríos: Inírida, Guaviare y Atabapo al fundirse forman la estrella fluvial de Inírida, un área que hace parte del Escudo Guayanés y dan origen al gran Río Orinoco, el tercer río más caudaloso del mundo, después del Amazonas y del Congo. Y es el eje central de la cuenca del Orinoco que tiene una superficie de casi un millón de km2 y desemboca en el Océano Atlántico, encontrando su máxima altura en la Sierra”


Pesca deportiva en aguas marítimas.
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Las dinámicas culturales tienen diferencias muy marcadas de una región a otra. Al interior de este fenómeno subyacen dos premisas que le dan un entorno de dualidad al sincretismo que le da vida: por un lado, es manifiesta la riqueza, la biodiversidad cultural con que contamos como nación; pero por el otro, se producen una serie de tensiones sociales que devienen en conflictos aún por resolver. La pesca deportiva marítima no es ajena a esta realidad. Es así, como tal vez, permeadas culturalmente por sus inmediatos vecinos del extranjero, en quienes han encontrado más afinidad, se han desarrollado de manera diferencial al resto del país, especialmente la parte insular, caracterizada por sus prácticas y conceptos propios, en ocasiones muy distantes de la pesca deportiva en aguas continentales.


Por un lado, tenemos una costa Pacífica que ha posicionado a Bahía Solano, como un referente para la pesca deportiva mundial, a partir de una gran operación ecoturística que le deja buenos dividendos económicos a la población costera y al municipio; por el otro lado, tenemos una costa Caribe más especializada en la organización de torneos, que ya hacen parte de las agendas internacionales, y muy ajenos, salvo escasas excepciones, a las operaciones turísticas alrededor de la pesca; y, como tercera en discordia, tenemos el Archipiélago de San Andrés y Providencia, también muy diferente a las dos anteriores, en la medida, que el isleño no se siente afín con las directrices que llegan desde el continente, a las que ve como intromisiones foráneas, no deseadas.


El océano Pacífico baña las costas colombianas a lo largo de 1.350 km, desde la desembocadura del río Mataje, límite fronterizo con la república del Ecuador en el sur, hasta un punto en la costa acantilada del departamento del Chocó, límite con la República de Panamá, al norte del municipio de Juradó. El clima en general es húmedo y cálido, con una alta pluviosidad, en donde las precipitaciones sobrepasan los 5.000 mm anuales y los días con lluvia superan los 280 al año. La región del pacifico comprende territorios de cinco departamentos: Chocó, Valle del Cauca, Nariño, Cauca y, tangencialmente, Antioquia, compuesto por 47 municipios. A lo largo de la costa se distribuyen capitanías de puerto en Bahía Solano, Buenaventura, Guapi y Tumaco, para un total de 4 capitanías. Entre las principales autoridades de dirección marina y ambiental se encuentra la DIMAR y el Instituto de Investigaciones Ambientales del Pacifico IIAP.


La confluencia de varias corrientes marinas (corriente del Golfo de Panamá, corriente de California, corriente Colombia, contracorriente Ecuatorial del norte y contracorriente ecuatorial del sur, conocidas como corriente de Humboldt), hacen que las condiciones oceanográficas del pacífico colombiano sean complejas por los muchos factores que definen su particular identidad: fuertes vientos alisios, bajas temperaturas y baja salinidad de sus aguas, gracias a los sedimentos y al agua dulce que aportan multitud de arroyos y ríos provenientes de las cuencas continentales.


La morfología costera a lo largo del litoral es variada y contrastante. En líneas generales se distinguen dos regiones cuyo límite se encuentra en Cabo Corrientes. Hacia el norte, la costa es predominantemente montañosa y las estribaciones de la serranía del Baudó y de Los Saltos se precipitan sobre el mar formando acantilados rocosos, interrumpidos por ensenadas y bahías con playas arenosas; al sur, el paisaje costero predominante es de amplias llanuras aluviales y formaciones deltaicas, debido a los más de doscientos ríos que desembocan en el océano. Algunos de los ambientes biológicos, condicionados por la dinámica geomorfológica que le dan identidad a la estructura natural de la costa norte del pacífico colombiano, son las siguientes:


Manglares.
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Estos bosques anfibios son de vital importancia para las comunidades ribereñas, pues de ellos obtienen leña y madera para la construcción de viviendas, así como otros recursos para el consumo como peces, cangrejos e iguanas. Además, derivado de sus funciones ecosistémicas (Neira, 2011), los manglares contribuyen a paliar los efectos erosivos del oleaje sobre el litoral, son hábitat fundamental para numerosas especies de peces, invertebrados, reptiles y aves, aportan cantidades considerables de materia orgánica a los ecosistemas vecinos y son un escenario apropiado para desarrollar actividades de ecoturismo y educación ambienta


Estuarios.
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Tramo de un río de gran anchura y caudal que ha sido invadido por el mar debido a la influencia de las mareas y al hundimiento de las riberas. En algunos se acumulan extensos depósitos de fango mientras que otros se conservan relativamente libres por el efecto del retroceso de la marea. Cumplen una importante función productora y son áreas de reproducción y cría de un gran número de especies de peces, moluscos y crustáceos, muchos de ellos de importancia comercial.


Acantilados.
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La línea de costa está configurada en casi un 60% por numerosos tramos de acantilados que suman en total cerca de 200 km y están constituidos por rocas basálticas de consistencia muy dura. Dependiendo de la inclinación y del grado de exposición al oleaje, los acantilados pueden estar cubiertos en la parte superior por una delgada capa de suelo sobre la que crece una densa vegetación, o aparecer como paredes de roca desnuda. Los embates del oleaje mantienen mojadas y sometidas a fuerte turbulencia las partes bajas de los acantilados hasta alturas que en algunos casos superan los tres metros de altura. El otro 40% de costa, está conformado por playas de variada consistencia y textura.


Este ambiente, en cierto modo extremo para muchos organismos, es él hábitat característico para una variedad de gusanos, moluscos, crustáceos, equinodermos y algas, especialmente adaptados para adherirse al sustrato y soportar periodos prolongados de insolación y desecación. En los acantilados del sector de Cabo Marzo se han contabilizado 44 especies de moluscos, 12 de crustáceos, 7 de equinodermos y media docena de algas.


Riscales y fondos rocosos.
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Algunas estructuras rocosas se elevan del fondo constituyendo los llamados “riscales” o arrecifes rocosos, los cuales incluso afloran por encima del nivel de la marea baja o forman pequeños islotes permanentemente emergidos, como es el caso de los Morros de Jurubirá, en la parte central del golfo de Tribugá; Guachalito cerca de Joví; Los Vidales, frente a Bahía Solano, o las Rocas de Cabo Marzo (Morro los negritos, los Centinelas), los cuales son utilizados por varias especies de aves marinas para construir sus nidos y criar los polluelos. Muchos de estos riscales corresponden a caladeros de pesca artesanal, a los que acuden regularmente los pescadores que utilizan artes de anzuelo (línea de mano y espinel), para capturar pargos, chernas, jureles, merluzas y otros peces de hábitos demersales.


Varias zonas caracterizadas por la abundancia de riscales y fuertes corrientes marinas han sido reconocidas como lugares de congregación temporal de peces demersales de importancia comercial, como pargos y meros. Entre ellos se destacan las rocas de Cabo Marzo y el sector de Cabo Corrientes. Además, en torno a los Morros de Jurubirá se ha detectado una abundancia notoria de neonatos y juveniles de tiburón martillo o cachuda, lo que sugiere que este sector pueda ser un hábitat fundamental en el ciclo de vida de esta especie.


Fondos sedimentarios.
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La plataforma continental es muy estrecha y el fondo marino presenta por lo general una fuerte pendiente y un relieve quebrado. Únicamente en los golfos de Tribugá y Cupica el fondo se insinúa como un plano inclinado con una suave pendiente, el cual se extiende hacia el occidente a unos 15 km desde la línea de costa. Allí́, la textura del fondo es predominantemente blanda, consistente en arena fina y lodo de origen terrígeno, rico en materia orgánica.


Poco se conoce acerca de la biota y las comunidades bentónicas asociadas con estos fondos en la región, pero, como puede deducirse de las capturas incidentales por parte de las redes de arrastre de las embarcaciones camaroneras, parecen alojar una fauna relativamente diversa de invertebrados (poliquetos, moluscos, equinodermos y crustáceos), así́ como de peces y crustáceos demersales. Precisamente, esta es una de sus amenazas: las redes de arrastre.


Formaciones coralinas.
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Las formaciones coralinas son reconocidas como uno de los ecosistemas de mayor importancia biológica, debido principalmente a su inusitada riqueza de especies. La estructura coralina, conformada por la concentración de colonias de corales de diversas especies en el transcurso de miles de años, da origen a complejas estructuras tridimensionales donde encuentran sustrato y refugio gran cantidad de algas, invertebrados y peces. Los corales pétreos que forman arrecifes sólo pueden desarrollarse en aguas cálidas, con salinidades similares a la de mar abierto, poco turbias y bien iluminadas.


Por lo tanto, las condiciones para el desarrollo coralino en la región no son del todo adecuadas y sólo en unas pocas localidades alcanzan a formar verdaderos arrecifes, aunque de poca magnitud. El mayor de ellos, con cerca de dos hectáreas de extensión, conocido localmente como el Coral de la Aguada o Riscal de la Chola, localizado en el interior de la ensenada de Utría, está legalmente protegido de toda intervención humana, al encontrarse ubicado dentro del Parque Nacional Natural Utría. Sin embargo, en la práctica no es así́, por la importancia pesquera que representa esta zona. Asimismo, existe un parche de formaciones coralinas en similares circunstancias en Bahía Tebada, en el golfo de Cupica.


La pesca deportiva en el Pacífico norte.
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La pesca deportiva en el Pacífico colombiano es reconocida mundialmente por las grandes operaciones turísticas atraídas por las especies pelágicas que se concentran en la zona del pacífico norte, que va desde Cabo Corrientes hasta la frontera con Panamá; particularmente en Bahía Solano, catalogado hoy como uno de los paraísos de la pesca deportiva en Suramérica. 


De Cabo Corrientes hasta Tumaco la pesca es predominantemente artesanal, a pesar de que las condiciones oceanográficas son las mismas, salvo por la difícil accesibilidad terrestre y aérea, que hacía el sur se acentúa. Sin embargo, como lo veremos más adelante, en el Pacífico sur se han comenzado a erigir otros destinos, de relativa importancia para la pesca deportiva. La pesca deportiva sobre el litoral Pacífico norte colombiano se divide en dos grandes tipos, pesca de altura y pesca costera o inshore.


Pesca Inshore.
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La pesca inshore o pesca costera es la que se realiza en zonas muy cercanas al litoral como su nombre lo indica, porque las corrientes donde se desplazan los peces migratorios pasan muy cerca al continente. Esta actividad, en su expresión más deportiva, se ejerce con señuelos artificiales, lanzando a la orilla o a formaciones rocosas en bahías. También se practica en esteros, desembocadura de ríos, playas y acantilados. Esta pesca se puede practicar desde la orilla con una técnica que se llama surf cast, desde embarcaciones, lanzando a la orilla (casteando a la orilla), troleando, haciendo jigging e incluso con carnadas (pesca de fondeo).


La pesca inshore ha tenido un gran desarrollo en Bahía Solano por la riqueza de especies, las tallas extraordinarias de éstas, y las constantes publicaciones de pescadores reconocidos del país y del mundo que visitan esta zona. En la zona de Bahía Málaga, viene creciendo la pesca inshore especializada (con señuelos artificiales), con muy buenos resultados. La pesca inshore se puede practicar a lo largo de todo el litoral pacífico. Presenta limitaciones para quienes la ejercen con señuelos artificiales debido a lo marcadas que son las mareas. La diferencia de altura en las mareas del pacífico es muy superior a lo que acontece en el caribe, donde estas son más planas.


Esto no impide la pesca con señuelos, sólo hay que asesorarse con alguien que conozca para lograr buenos resultados. Los peces que se buscan con este tipo de pesca en el pacífico son los jureles, peces gallo, pargos, barracudas, robalos, machetajos, sábalos, meros, agujas. Los peces que representan un mayor atractivo para los pescadores deportivos son los pargos cubera o muelón, que atacan grandes poppers y señuelos de media agua y profundidad; y los jureles, entre los cuales están los peces gallo, que por su belleza y potencia suscitan gran interés.


Pesca de altura.
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La pesca de altura en Bahía Solano se realiza a 20 millas náuticas y en muchas ocasiones, hasta 60 millas o más. En esta zona se pesca marlín, pez vela, dorado, wahoo, atunes y bravos, reconocidas como las principales especies para la pesca de altura. El desplazamiento que se requiere para esta pesca es mínimo pues estos peces se encuentran muy cerca a la Bahía, incluso muchas veces ingresan a ésta y se pescan fácilmente en ella.


Bahía Solano y la pesca deportiva.
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El acceso a Bahía solano se limita a la llegada por vía aérea o marítima, tras un largo viaje desde Buenaventura. Esto provoca una selección del tipo de pescadores que llegan a esta zona, caracterizados principalmente, por su gran capacidad económica. En Bahía Solano se ha desarrollado una industria mejor equipada de la operación turística, para la pesca deportiva especializada, con gran afluencia de visitantes nacionales e internacionales. Es una pesca de talla mundial que convoca todos los artes de pesca, fundamentalmente la pesca con señuelos artificiales y la pesca con mosca.


Los diferentes factores físicos y culturales que inciden en la buena pesca deportiva que se presenta en la costa pacífica norte, son muchos y de diversa índole, razones por las cuales numerosos turistas nacionales y extranjeros son atraídos. Algunos de estos factores son los siguientes:
  • Lugar apartado en medio de la selva más lluviosa del mundo, solamente se puede acceder por vía aérea y por mar.
  • Paradisíacos paisajes habitados por exóticas especies, algunas de ellas únicas en el mundo.
  • A pesar de que históricamente ha sido escenario de confrontaciones por grupos al margen de la ley, es un lugar que invita a la paz y tranquilidad. Cuenta con instituciones del gobierno que garantizan seguridad como: Armada Nacional, Policía, Fiscalía, Ejercito Nacional.
  • Clima tropical húmedo con temperatura relativamente constante durante todo el año.
  • Corrientes marinas provenientes del sur, norte y occidente.
  • Temperatura adecuada en el agua para que se desarrollen microorganismos en los que se soporta toda la rica cadena alimenticia que le da vida a uno de los ecosistemas más biodiversos del planeta.
  • Migración de cardúmenes del pez agallona, que se reproduce en el norte de Panamá y migra hacía el sur.
  • Grandes migraciones de peces pelágicos y picudos.
  • Migración de Jaiba.
  • Figuras de ordenamiento territorial y pesquero como la ZEPA y la ZEMP, reglamentadas mediante actos legislativos.


La pesca deportiva en el Pacífico sur.
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Esta pesca se concentra en las zonas de más fácil acceso al mar, particularmente, en los puertos de Tumaco y Buenaventura a los cuales hay acceso de manera fácil y económica por vía terrestre, lo que aumenta la afluencia de pescadores deportivos de todos los estratos sociales.


En la zona de Bahía Málaga se encuentran varios caseríos con oferta hotelera y turística para todos los presupuestos, esto permite la asistencia masiva de pescadores, que viajan principalmente de departamentos como Cauca, Valle, Risaralda, Caldas, Quindío, y en menor medida de otros lugares del interior del país. Dentro de la infraestructura de pesca deportiva hay yates para hacer pesca de altura con costos altos, pangas (botes de pesca artesanal de la zona), que se adaptan para pesca inshore y pesca de altura en zonas no muy lejanas de la costa; e incluso canoas para pescar donde el oleaje lo permita. Se práctica bastante la pesca de fondeo por los pescadores deportivos, seguida del trolling y la pesca con señuelos artificiales, incluyendo el jigging.


La pesca de altura en el pacífico es la pesca que se hace en zonas alejadas de la costa, en busca principalmente de marlín, pez vela, dorados, wahoo, barracudas y atunes, entre otros. Por lo general es practicada con la técnica de trolling y en algunos casos con carnada viva o muerta, en la modalidad de fondeo. La pesca de altura se lleva a cabo desde el área de influencia de Tumaco, hasta Cabo Corrientes. Existen operadores que ofrecen el servicio en Tumaco, Bahía Málaga, Bahía Solano y zona de influencia de Isla Gorgona.


Para el caso de la zona de Bahía Málaga (Juanchaco, Ladrilleros, desembocadura del río San Juan, Nuquí), la pesca de altura se encuentra a unas 20 millas náuticas, en una zona que es conocida como “el Islero”. En esta zona confluye una corriente marina por la cual se desplazan los peces migratorios permanentemente. El Islero es una acumulación de desechos, que se da por una confluencia de corrientes que forman islas de basura, las cuales sirven de refugio para diferentes especies y es un punto reconocido para la pesca deportiva, con muy buenos resultados, especialmente, para la pesca de marlin, pez vela, wahoo, dorado, atunes, barracudas, bravos, entre otros. Este tipo de isleros se encuentran en varias partes del litoral pacífico.


En zonas de influencia de Gorgona (fuera del área protegida), hay operaciones de pesca deportiva de altura, en busca de bravos, grandes atunes, dorados, vela, wahoo, pargos y marlín. También existe la posibilidad de llevar a cabo esta pesca cerca de la costa, con capturas por lo general de menor tamaño, en zonas donde hay formaciones rocosas, cerca de la superficie. Se usan las mismas técnicas, con capturas de sierras, atunes pequeños, jureles, pargos, barracudas, en casos excepcionales, pez vela, marlín y dorado.


Pesca subacuática.
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Adicionalmente, el uso del arpón como arte de pesca con fines de consumo y comercialización ha generado controversia entre buzos, pescadores artesanales y deportivos. El conflicto surge en relación con la utilización del equipo autónomo de buceo para la realización de la pesca con arpón, así́ como por el uso y traslape de actividades en los mismos caladeros de pesca usados por los pescadores artesanales; por la pesca indiscriminada, no selectiva, que los arponeros hacen sin respeto alguno por la Talla Media de Madurez TMM, o la criticidad en que se encuentre la especie. En todos los casos los pescadores le atribuyen a la pesca con arpón la disminución de las capturas en los caladeros tradicionales, generando una grave afectación a poblaciones enteras de especies, hábitats y ecosistemas marinos.


Pesca de aguas someras.
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Es una pesca que normalmente se practica cerca del litoral, desde la playa o en las rocas que están cerca de ésta, o desde una embarcación, pero cerca de la playa. Este tipo de pesca se practica permanentemente, tanto por los intereses culturales que conlleva; como por la variedad y abundancia de especies: los túmidos como el bonito de altura, el aleta negra, el aleta amarilla; la sierra guaju o wahoo, como se le conoce en inglés; la sierra oceánica, la sierra común; los bonefish; los baby tarpón; y los dorados. En menor escala se encuentran el marlín y el pez vela. La pesca de estas especies se hace, fundamentalmente, por medio de trolling, con curricán y carnada muerta o viva.


Pesca de profundidad.
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Con polea o yoyo en busca de especies como el pargo, el mero -no importa si ya ha cambiado de sexo o no-, el pez espada o emperador, cherna, jurel, pez bravo. La pesca es libre para todo lo que se saque. Todo se consume sin importar la talla o si la especie figura como amenazada, excepto el bonefish, que lo devuelven por su gran cantidad de espinas.


Pesca con líneas de mano.
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O hand line como se le conoce, es también un arte de pesca muy tradicional, tanto en la pesca artesanal como en la deportiva. Sin embargo, es importante precisar que en el Archipiélago las diferencias entre estos dos artes son invisibles. Si asumimos que el “capturar y liberar” es el principio rector de la pesca deportiva, se podría decir que no hay diferencias, pues en San Andrés y Providencia, tanto los artesanales, como los supuestos deportivos, todo lo consumen.


Pesca con arpón.
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La pesca con arpón no está permitida pero tampoco es sancionada, por lo que es una pesca muy común entre los isleños. Sin embargo, y muy a pesar de que es reconocida como el tipo de pesca que más daño le hace a la estabilidad del ecosistema marino, es tal vez la menos sancionada.


Altos costos de los permisos de pesca. -
Este es un tema que desde hace algún tiempo se viene debatiendo al interior de todos los grupos de interés que deben tramitar sus licencias y permisos para poder operar, sobre todo, por la insatisfacción que produce entre ellos que los dineros recaudados tengan destinos diferentes a la pesca, y más aún, cuando los pescadores extranjeros manifiestan permanentemente que éstos (los permisos) son los más costosos del mundo. Este no sería un problema tan grave, si los recursos recaudados por este concepto se reinvirtieran en la pesca deportiva.


Otro inconveniente relacionado con este tema es que se ha vuelto muy complicado que se entreguen las facturas correspondientes, inmediatamente se hacen los pagos por concepto de dichos permisos. Es perentorio que la AUNAP optimice los procesos descentralizados de recaudo y facturación, para que esto no siga sucediendo y se ponga al día con las facturas que tiene pendientes.


Conducta del buen pescador deportivo. –


  1. No se comercializará ningún pez que se haya capturado.
  2. Todos los pescadores deportivos somos veedores en la preservación de los recursos hidrobiológicos y naturales, como también, fuente de información para todos aquellos que están iniciando en el mundo de la pesca deportiva.
  3. No botaremos residuos sólidos o líquidos al mar. Se evitará al máximo llevar productos o envoltorios plásticos en las embarcaciones.
  4. Somos responsables. Respetamos la legislación y la reglamentación vigente que regula la pesca deportiva en Colombia.
  5. Somos una red auto regularizada en las buenas prácticas de pesca deportiva; en el manejo adecuado de cuotas de consumo por bote; en el control de las tallas medias de reproducción sexual; en el control en seguros y permisos en regla de las embarcaciones; en el equipamiento adecuado en botes, como chalecos salvavidas, flotadores, luces, bengalas, botiquín de primeros auxilios; y, en el mantenimiento permanente de las embarcaciones, que siempre deben estar en perfectas condiciones. Por lo tanto, si algún pescador deportivo incumple con alguna de las anteriores normas o cualquier otra que atente contra la integridad de los ecosistemas o de los turistas, los demás pescadores deportivos tendrán la autoridad para realizar la respectiva denuncia.
  6. Mantendremos una sinergia constante entre los diferentes operadores de pesca deportiva, aprovechando la red existente de contactos, con el fin de estandarizar los diferentes procesos para prestar un mejor servicio a los turistas.
  7. Mantendremos comunicación directa y constante entre los botes de los operadores turísticos que naveguen sobre la zona de pesca de nuestras cuencas y costas, con el fin de prestar un mejor servicio, tener apoyo simultáneo, en caso de alguna contingencia o, en su defecto, para realizar algún tipo de denuncia.
  8. Garantizar siempre, el buen servicio al cliente. Es deber de los pescadores deportivos seguir posicionando a Colombia como referente internacional, no solamente en cuanto a especies y paisajes, también en lo referente a la calidad de los servicios prestados para el buen desarrollo de esta actividad.
  9. Acataremos la prohibición de no pescar en los parques nacionales naturales y en las áreas protegidas. Sin embargo, creemos que estos territorios deben estar abiertos a los pescadores deportivos, siempre y cuando, existan las medidas de control que garanticen la sostenibilidad del recurso.
  10. Promoveremos y aplicaremos una comunicación basada en el respeto y la decencia con las autoridades locales, regionales y nacionales, así como con las comunidades costeras y ribereñas
  11. Respetaremos los derechos que tienen los pescadores artesanales y de subsistencia para aprovechar los recursos pesqueros. Ellos proveen el pescado y los mariscos que muchos disfrutamos.
  12. Fomentaremos una competencia sana y de respeto entre pares, compañeros y clientes.
  13. Tendremos precauciones al utilizar anclas, ya que estas pueden dañar los corales y a otros seres vivos. Siempre que sea posible, utilizaremos boyas fijas para amarrar la embarcación


Permiso de Pesca Deportiva.
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Corresponde a la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (AUNAP), otorgar la autorización para los concursos, áreas, especies, embarcaciones, épocas, sistemas, cantidades y demás aspectos relacionados con la actividad de entretenimiento o competencia de pesca deportiva. Hasta ahora, el trámite se hace mediante radicación de las solicitudes de permiso en las oficinas de AUNAP y por diversos correos electrónicos. La entidad no cuenta con una plataforma o herramienta virtual para que el ciudadano radique los documentos para trámite en línea. Tampoco cuenta con una plataforma para realizar el pago electrónico del trámite, por lo tanto, los ciudadanos deben realizar los pagos a través de trasferencias y consignaciones en la cuenta de la entidad en el Banco Agrario.


SECCIÓN 6. Permiso de pesca deportiva
  • Artículo 2.16.5.2.6.1. Permiso. Para obtener permiso de pesca deportiva, el interesado deberá presentar solicitud a la AUNAP, con los requisitos que ésta tenga establecidos. El permiso se otorgará hasta por cinco (5) años mediante la expedición de un carné que identifique a su titular. Este carné tendrá el carácter de personal e intransferible y en él se fijará su vigencia. (Decreto 2256 de 1991, art. 80)
  • Artículo 2.16.5.2.6.2. Autorizaciones en pesca deportiva. La AUNAP mediante acto administrativo autorizará los concursos, áreas, especies, embarcaciones, épocas, sistemas, cantidades y demás aspectos relacionados con la actividad de pesca deportiva. (Decreto 2256 de 1991, art. 81)
  • Artículo 2.16.5.2.6.3. Registro. Los clubes de pesca y asociaciones similares, deberán registrarse, previo cumplimiento de los requisitos que establezca la AUNAP. (Decreto 2256 de 1991, art. 82)


Permisos de Pesca para Colombia.
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La pesca deportiva es considerada una actividad de recreación y esparcimiento en Colombia. Se utiliza caña y carrete con carnada natural o artificial y hay fuentes de agua dulce y salada para realizar estas prácticas. Pero antes de animarte a pescar, debes tener tu permiso de pesca deportiva en Colombia, expedido por INCODER a través de la subgerencia de Pesca y Acuicultura. Aquí te cuento cómo hacerlo.


Cómo obtener permiso de pesca deportiva en Colombia.
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Para obtener el permiso de pesca deportiva debes presentar una solicitud por escrito ante la Subgerencia de Pesca y Acuicultura de INCODER, en la dirección territorial que corresponda. En la carta debes incluir la dirección de correspondencia, número telefónico y dirección de correo electrónico. También debes indicar si la pesca es continental o marítima, la zona de pesca, herramientas a utilizar y especies a capturar. En la subgerencia recibirás un carnet personal e intransferible con vigencia por un año, que te da licencia para las actividades que especificaste en la misiva.


Registro de club de pesca deportiva o asociación similar.
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Si quieres registrar tu propio club de pesca o una asociación similar, debes presentar una solicitud por escrito firmada por el representante legal en Subgerencia de Pesca y Acuicultura de INCODER. Detallarás nombre completo del representante, número de identificación, nacionalidad e información de contacto. Además, se debe anexar la fotocopia de la cédula del representante del club o la asociación, y un certificado de la existencia de la entidad sin fines de lucro, con fecha de expedición no mayor a 90 días, o registro mercantil si corresponde.


Se anexa también la aprobación de los estatutos del club de pesca o la asociación, carta de compromiso para realizar actividades estrictamente deportivas y lista completa de los socios con copia de identificación y carnet de pesca. También se deben entregar descripciones de las embarcaciones mayores o menores, su dotación, pertenencia al club, debidamente aprobados por la autoridad correspondiente.


Permiso para realizar torneos de pesca deportiva.
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El club o asociación deben presentar una solicitud ante la Subgerencia de Pesca y Acuicultura de INCODER, firmada por el representante legal. La misiva incluirá fecha y lugar de la actividad deportiva. Además, se deben anexar estos documentos:
Fotocopia de la cédula del representante legal.
Copia del reglamento del torneo de pesca deportiva con programación o cronograma de actividades del evento.
Listado de participantes del torneo, con copia de identificación y carnet.
Nombres, matrículas y características de las embarcaciones del torneo.
Copia de la consignación bancaria.


En Instituto prohíbe la comercialización del producto de la pesca. Hay charlas informativas a las que puedes acudir en la dependencia territorial de INCODER, en las que puedes saber cuáles son las limitaciones y estatutos de la pesca deportiva en Colombia. El valor de tasas y derechos (SMLDV) por el ejercicio de la pesca deportiva en Colombia varía de acuerdo con el tipo de usuario: Las personas naturales pagan 3 por pesca marítima y 2 por pesca continental. Las personas jurídicas pagan 60 por pesca marítima y 50 por pesca continental. Los extranjeros no domiciliados en el país pagan 30 por pesca marítima y 25 por pesca continental.


Colombia prohíbe la pesca deportiva al considerarlo maltrato animal.
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Los magistrados colombianos aludieron a palabras como “empatía” con el pescado, “dignidad humana” o “seres sintientes”. Su declaración será efectiva dentro de un año, y prohibirá la pesca deportiva en el territorio del país sudamericano. Es algo similar a lo que sucedió en 2019, cuando la Corte Constitucional prohibió la caza deportiva en todo el país, al tacharla como “contraria a la protección del medio ambiente y de los animales”. En su sentencia, los magistrados explicaron que "la pesca deportiva es una actividad que vulnera el principio de precaución y la prohibición de maltrato animal y, por tanto, debe excluirse del ordenamiento jurídico".


Peces
, ¿seres sintientes?
- A pesar de reconocer que no existe consenso acerca de si los peces son seres sintientes, el alto tribunal ha esquivado este escollo agarrándose al principio de precaución. Tampoco han podido fundamentarse en ninguna posible consecuencia nociva de la pesca deportiva, pero han decidido excluir la actividad de las consideradas constitucionales.


¿Qué es la pesca deportiva?
- En el país colombiano, la pesca deportiva es aquella que consiste en capturar a los animales en ríos, mares, lagunas o represas para volverlos a liberar. Esta prohibición no afectará a otros tipos de pesca, como la artesanal, de subsistencia, científica, de control o industrial. Miles de familias se verán afectadas por la prohibición, pues en el país existe una notable actividad económica en torno a la pesca deportiva. El turismo se verá igualmente perjudicado, pues existen poblaciones costeras cuya economía depende de la pesca.


¿Cuánto ha perdido Colombia tras la prohibición de la pesca deportiva?
- Un poco más de dos meses han pasado desde que la Corte Constitucional declaró inconstitucional la pesca deportiva en Colombia, decisión que, si bien fue celebrada por algunos sectores ambientalistas, cayó como un baldado de agua fría entre las personas que se dedican y dependen de esta industria, ya que se convierte en un duro golpe para su economía.


Según el alto tribunal, esta decisión se tomó tras fallar a favor de una demanda que alegaba que esta “es una actividad que vulnera el principio de precaución y la prohibición de maltrato animal, y, por tanto, debe excluirse del ordenamiento jurídico”. Así mismo, indicó que atenta contra los ecosistemas y el derecho de las personas a gozar de un ambiente sano. La Corte también recordó que “el mandato de protección a los animales se desprende del principio de constitución ecológica, la función social de la propiedad y la dignidad humana; y señaló que, en ese contexto, el Legislador y la Corte han considerado a los animales como seres sintientes”.


Por otra parte, si bien acepta que no existe consenso acerca de si los peces son seres sintientes, señaló que “resulta necesaria la intervención del Estado a efectos de evitar la degradación del medio ambiente”. Esta es una de las razones que justificó el fallo, emitido a comienzos del mes de mayo de este año. “Aunque no es posible definir con certeza absoluta las consecuencias nocivas de la pesca deportiva, en términos de los principios de protección y bienestar animal ni el impacto y deterioro de los recursos hidrobiológicos, pero sí existe información científica relevante que exige evitar impactos nocivos en estos seres y su entorno, debe preferirse la exclusión de la actividad”, advierte el fallo.


¿Qué ha pasado después de esto?
- Los diferentes actores, gremios y comunidades indígenas y rurales del país se volvieron a pronunciar recientemente respecto a esta decisión de la Corte Constitucional y aseguraron que se encuentran muy preocupados, puesto que hay muchas familias en el país que realizan esta práctica de forma responsable y ahora no tienen ingresos para sobrevivir. Este gremio recordó que “Colombia cuenta con especies únicas, lo que lo ha convertido en un paraíso para pescadores deportivos y ha generado todo un tejido de desarrollo sostenible en las zonas más alejadas del país”, situación que fue desconocida antes de tomar la decisión.


“Más de treinta comunidades indígenas ribereñas del Vichada, Guainía, Meta, Chocó, Antioquia, Casanare y Amazonas se han capacitado para prestar servicios turísticos y hoteleros gracias a esta actividad y ahora ven en riesgo la generación de ingresos de manera lícita y en armonía con el medio ambiente”, agregaron. Ante esto, Delio Suárez, capitán y máxima autoridad indígena de la comunidad de La Ceiba, del departamento del Guainía, interpuso un recurso de nulidad para tumbar este fallo, argumentando que las pérdidas para el país se cuentan en miles de millones de pesos, principalmente en la industria del turismo.


“En Colombia se generan alrededor de $276.713.500.000 por la pesca, sin tener en cuenta hoteles, transportes, pasajes aéreos, restaurantes, combustible y permisos. De ahí que al menos 117 operadores logísticos, 1640 guías, 272 auxiliares, 78 tiendas, 31 comunidades y más de 2.510 familias dependan económicamente de esta actividad en todo el país”, dijo Suárez al respecto.


Si bien aceptan que hay proteger el medioambiente, este gremio indicó que no se consideraron todos los elementos económicos, sociales y ambientales, por parte de la Corte Constitucional, ya que la decisión afecta de manera considerable el bienestar de todos los involucrados, desecha la posibilidad de las comunidades de vincularse una economía limpia, sostenible y sobre todo, afecta el bienestar del recurso pesquero, su entorno y el medio del cual dependen y retroalimentan.

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