EL OCEANO Y SUS RECURSOS


Los abulones
son moluscos de gran abolengo y antigüedad, muy conocidos por ser perseguidos por su carne; pertenecen al género Haliotis. En México los llaman abulones; en España la marinería les nombra "orea", "orejas de mar" o "señorinas", y los gallegos, "cribias o manquilinas", siendo pequeños y con poca calidad de su nácar; en Francia los conocen como "seis ojos" y "orejas de mar"; en Inglaterra y Grecia, "oreja de Venus"; en Portugal, "lapa burra"; en Italia, "orejas", y en Australia, "carne de pez".


Los haliótidos (Haliotidae) son una familia de moluscos gasterópodos con un único género, Haliotis, muy estimado por su carne, Son conocidos como orejas de mar y abulones, o con el término inglés de abalone, aunque se les conoce con otros nombres dependiendo del país: orea, señoritas, cribias, manquilinas, seis ojos, oreja de Venus, lapa burra y carne de pez. Su carne es un plato muy apreciado en Asia Oriental (China, Japón , Taiwán y Corea), y se ha adoptado con fervor en algunas zonas de Estados Unidos y recientemente en México, lo que ha llevado a problemas de conservación. La palabra abulón deriva de la palabra Ohlone awlun o aluan. Pasó del castellano al inglés y de vuelta al castellano. Haliotis fue descrito por Carlos Linneo en 1758 en su obra Systema naturæ. El género Haliotis es único en la familia monotípica Haliotidae; el género comprende más de un centenar de especies ampliamente distribuidas por todas las regiones tropicales y subtropicales de los océanos y mares del mundo.

  
Morfología general.- Tienen una conchilla larga, plana, de forma ovalada, en una espiral de dos o tres vueltas, la más externa de las cuales les da su característica forma auricular. En el margen anterior muestran cuatro a diez orificios a través de los cuales expulsan en caso de peligro el agua contenida en el interior de la concha, de modo a sujetarse más firmemente a su sustrato. El exterior de la conchilla es rugoso y de color variable; el interior es de nácar irisado y muy vistoso. No muestran opérculo. Se adhieren vigorosamente a las rocas en zonas sublitorales mediante su pie muscular. El cuerpo de los haliótidos sigue el modelo de todos los moluscos, presenta tres regiones: el pie, la masa visceral y el manto. El pie es un músculo plano de forma oval, provisto de numerosos surcos transversales que permiten la fijación del organismo al sustrato; este músculo es grueso y es esta la parte de consumo humano. La masa visceral contiene los aparatos y sistemas de órganos, es aplanada y ocupa espacio localizado entre pie y la concha. El manto es membranoso y se extiende sobre la masa visceral, cubriendo el borde de los orificios respiratorios y cumple con la función de formación y crecimiento de la concha.


Biología y ecología.- Presentan sexos separados y la producción de las células reproductoras está regulada por algunos factores como son: el grado de madurez de las gónadas del animal y por la temperatura del medio. Las células sexuales son expulsados por una serie de contracciones musculares y expelidas a través de los orificios de la concha para quedar libres en el agua del mar, dando lugar a un proceso de fecundación externa de los óvulos por parte de los espermatozoides. El posterior tiempo de desarrollo sexual varía con la especie. Las larvas presentan una estrategia lecitotrófica, son organismos que utilizan las reservas de su vitelo hasta llegar a la metamorfosis o asentamiento; alcanzan la madurez sexual aún muy pequeños, y presentan una gran fertilidad. Los hábitos alimentarios de los haliótidos varían de acuerdo con la etapa de desarrollo; por ejemplo las larvas, en sus primeros estadios, son vida libre, formando parte del plancton y se alimentan de algas microscópicas y animales planctónicos; conforme crecen se fijan al sustrato, su alimentación se modifica para componerse principalmente de diatomeas; de adultos consumen algas macroscópicas que están adheridas al sustrato. Sobre la concha de los haliótidos se establecen diferentes relaciones interespecíficas con crustáceos del género Balanus, gusanos tubícolas y plantas microscópicas y macroscópicas. Los haliótidos son atacados por organismos durante las diferentes etapas de su ciclo de vida; los más comunes son los llamados organismos perforadores, que pueden ser algunos gusanos, caracoles, almejas y esponjas.

  
Distribución.- Las especies del género Haliotis habitan a lo largo de las zonas costeras de todos los continentes, siendo la costa este de Sudamérica y los Estados Unidos la que menor diversidad de especies presenta; conociéndose sólo dos especies vivientes en esta región Haliotis pourtalesii y Haliotis aurantium. La mayoría de las especies son originarias de las costas de las islas de Oceanía, África, Asia y el archipiélago japonés.

  
Especies de interés comercial.- Algunas de estas especies presentando gran valor comercial debido a su gran tamaños y volumen; siendo productos de consumo humano y en algunos casos simples objetos de colección; cabe destacar las siguientes especies por su valor comercial:

  
Haliotis corrugata, popularmente conocido como abulón amarillo o corrugado, su concha es redonda, gruesa y elevada, con una longitud total de 16 a 17 centímetros de largo; la cara externa es áspera, con arrugas onduladas, carácter al que alude su nombre, presenta de 2 a 4 agujeros; la cara interna de la concha es iridiscente, es decir, cambia de tono según recibe la luz, desde el color verde oscuro hasta el rosado. Habita a profundidades entre los 5 y los 29 metros.

  
Haliotis fulgens, denominado abulón azul, presenta concha ovalada ligeramente gruesa; la superficie externa es de color café rojizo, con numerosos surcos espiralados, presentando una talla 18 centímetros de longitud; los orificios respiratorios son pequeños y circulares; el interior de la concha es iridiscente y en él domina el color azul brillante; se localiza habitando entre los 9 y 27 metros de profundidad.

  
Haliotis sorenseni, llamado abulón chino, presenta una concha delgada y ovalada de 13 a 16 centímetros de longitud, con la cara externa rugosa de color café rojizo, presentando de 3 a 5 perforaciones respiratorias. La cara interna es brillante y aperlada, razón por la cual en algunas regiones es denominado abulón blanco; su hábitat se localiza a profundidades a que oscilan 11 y 20 metros.

  
Haliotis rufescens, popularmente conocido como abulón rojo, se caracteriza por ser el abulón que presenta la concha más grande en el estado adulto, su concha es gruesa y ovalada presentando tallas de 25 a 27 centímetros de longitud, la cara externa es de color rojizo y la interna iridiscente; vive a profundidades de 14 a 16 metros.

  
Haliotis pourtalesii, conocido como abulón de Pourtales, aunque la concha es ovalada y pequeña no superando los 2 centímetros de longitud total, es una especie altamente estimada entre los coleccionistas de conchas dado lo poco frecuentes que son los individuos de esta especie; el hábitat de esta especie se ubica entre los 30 a 100 m de profundidad.

  
El abulón se caracteriza por tener una concha en forma de oreja, generalmente ovalada y con la superficie externa convexa y rugosa, arqueada en la región posterior y aplanada en la anterior, con una serie de perforaciones u orificios alineados sobre la región correspondiente a la cavidad respiratoria; el primero de ellos es el más grande. Sobre la concha se localizan numerosos organismos, como crustáceos del género Balanus, concentraciones de gusanos tubícolas y plantas microscópicas y macroscópicas, entre ellas algunas algas pétreas del género Corallina.

  
La cara interna de la concha, cuando se han extraído el callo y los órganos del animal, es lisa y en muchos casos iridiscente y aperlada. La formación de la concha tiene lugar en los estadios larvarios y su crecimiento es generalmente anual. Las diferentes características y colores de las conchas permiten diferenciar a las especies del abulón.

  
En el "abulón amarillo" o "corrugado" (Haliotis corrugata) la concha es circular, gruesa y elevada, de 16 a 17 centímetros de largo; la cara externa es áspera, con arrugas onduladas, carácter al que alude su nombre, con 2 a 4 agujeros, limitados exteriormente por bordes elevados a manera de embudos; la cara interna de la concha es iridiscente, es decir, cambia de tono según recibe la luz, desde el color verde oscuro hasta el rosado. Vive a profundidades entre los 5 y los 29 metros.

  
El abulón azul" (Haliotis fulgens) presenta concha ovalada ligeramente gruesa; la cara externa es de color café rojizo, con numerosos surcos espiralados, de 18 centímetros de longitud; los orificios respiratorios son pequeños y circulares; el interior de la concha es iridiscente y en él domina el color azul brillante; se localiza entre los 9 y 27 metros de profundidad.

  
El llamado "abulón chino" (Haliotis sorenseni) muestra su concha delgada y ovalada de 13 a 16 centímetros, con la cara externa rugosa de color café rojizo, con 3 a 5 agujeros. La cara interna es brillante y aperlada, por lo que también se le ha llamado "abulón blanco"; las profundidades a que se encuentra son de entre 11 y 20 metros.

  
El abulón que presenta la concha más grande en el estado adulto es el "abulón rojo" (Haliotis rufescens) que tiene una concha gruesa y ovalada de 25 a 27 centímetros de longitud, la cara externa es de color rojizo y la interna iridiscente; vive a profundidades de 14 a 16 metros.


El cuerpo del abulón, como el de todos los moluscos, presenta tres regiones: el pie, la masa visceral y el manto. El pie en los abulones es un músculo plano de forma oval, provisto de numerosos surcos transversales que permiten la fijación del organismo al sustrato; este músculo es grueso y llega a alcanzar hasta 20 o 25 centímetros de longitud; esta parte es la de consumo humano. La masa visceral contiene los aparatos y sistemas, es aplanada y ocupa hasta el último rincón de la concha. El manto es membranoso y se extiende por la cara interna de esta masa, cubriendo el borde de los orificios respiratorios; el manto interviene en la formación y crecimiento de la concha.

  
Los hábitos alimentarios de los abulones cambian de acuerdo con las diferentes características durante su desarrollo; las larvas, en sus primeros estadios, son libre-nadadoras, forman parte del plancton y se alimentan de pequeños vegetales y animales planctónicos; conforme van creciendo y se fijan al sustrato, su alimentación se modifica para componerse principalmente de diatomeas que viven sobre la roca; posteriormente consumen algas macroscópicas que están adheridas al sustrato, como las del género Macrocystis.

  
En los abulones, los sexos están separados y la producción de las células reproductoras está regulada, principalmente, por el grado de madurez de las gónadas del animal y por la temperatura del medio. Los productos sexuales son descargados por una serie de contracciones musculares y expulsados a través de los orificios de la concha para quedar libres en el agua del mar, uniéndose los óvulos y espermatozoides durante la fecundación. La época de reproducción cambia de acuerdo con la especie y las características fisicoquímicas del medio; en algunos lugares se presenta entre julio y septiembre y, en otros, desovan en los meses de febrero a abril. El desarrollo larval dura entre 18 y 24 horas, alcanzando una talla de 2 a 4 centímetros; crecen hasta los 12 y 20 centímetros de longitud y entonces se fijan en el fondo para iniciar la formación de la concha.

  
Los abulones son atacados por organismos competidores durante las diferentes etapas de su ciclo de vida; los más comunes son los llamados organismos perforadores", que pueden ser algunos gusanos, caracoles, almejas y esponjas. Con seguridad muchos de los pescadores abuloneros y, muy a menudo, el "cabo de vida", pescador encargado de recibir y desconchar los abulones que desprende el buzo, notan en el interior de algunas conchas, un gran número de pequeñas puntuaciones y, con frecuencia, manchas de color verde oscuro o café verdoso, casi siempre de forma redondeada y elevadas en algunos casos. Las conchas en estas condiciones se hacen más gruesas que las normales, a veces, quebradizas o de aspecto esponjoso, por lo que pierden su valor comercial; observando con cuidado el exterior de una de esas conchas, se puede notar una gran cantidad de orificios producidos por la invasión de dichos animales perforadores.

  
Cuando las invasiones de los competidores son graves, la perforación que los intrusos ocasionan atraviesa la concha y llega hasta los diferentes órganos del animal. La respuesta inmediata del abulón al ataque, consiste en tratar de reparar el daño causado mediante la secreción de una nueva concha en cada área afectada, logrando su regeneración según la velocidad de penetración del intruso. A medida que la concha es invadida, su resistencia disminuye. Todo el funcionamiento del abulón cambia debido a que tiene que gastar sus energías en la reparación de los daños causados y suspender el crecimiento tanto de la concha como del resto del cuerpo.

  
El buzo abulonero al capturar enfermos, llega a romper la concha con facilidad. Si llega a desprenderse el callo, conocidos como "abulón viejo" o "abulón enfermo", son en consecuencia débiles y fácilmente pierden sus líquidos por lo que los organismos reciben el nombre de "abulones churridos". La eliminación de estos enemigos del abulón es difícil, y sólo se puede recomendar que los enfermos se saquen del agua y que por ningún motivo se arroje las conchas nuevamente al mar. Otros importantes competidores de los abulones son el erizo de mar, las algas que están sobre las rocas quitándoles alimento y las estrellas de mar, que compiten por el mismo hábitat.

  
Los abulones se distribuyen en los océanos Atlántico, Pacífico e Índico, en aguas frías, generalmente, del orden de 1 a 18°C, con salinidades de 34 a 36 % en costas rocosas con fuerte acción de mareas y oleaje; también se encuentran en ensenadas y bahías protegidas durante la época de reproducción. De acuerdo con la edad, su localización cambia, ya que los adultos viven sobre las rocas, en tanto que los juveniles se adhieren debajo de éstas o bien se refugian en huecos. Aparentemente la distribución de estos animales está determinada por el tipo de sustrato, disponibilidad de alimento, época de reproducción, profundidad y posibilidades de protección.

  
Se ha reportado la existencia de abulones en la costa oeste de Canadá, Estados Unidos y México, desde Alaska y las islas Aleutianas hasta Baja California; en las costas de Japón; costas de Francia, España, Italia, Yugoslavia, Grecia, Siria y Egipto en el Mediterráneo; Atlántico noroeste al norte de Francia así como en las costas de Brasil.


Las pesquerías de abulón alcanzaron para 1986, según la FAO, un total de 16 045 toneladas y se considera que las mejor establecidas son las de Japón y Australia. Este último país tiene una producción de cerca de 10 000 toneladas anuales y se sostiene como el primer explotador mundial de este molusco; sus ventas, sobre todo en el mercado japonés y norteamericano, reditúan cientos de millones de pesos. La captura abulonera australiana se localiza en sus litorales del sur, frente a la isla de Tasmania y está formada por dos especies principales: el "abulón verde" y el "abulón negro" que se extraen por buceo a profundidades hasta de 24 metros.

  
La pesca del abulón en Australia tiene más o menos 20 años; se estableció después de ser descubierto el recurso al sur del quinto continente y pronto se construyeron plantas de congelación y enlatado. Se extrae con métodos de buceo autónomo trabajando hasta 8 horas en agua, con todos los peligros que representan los cambios de presión por salir demasiado rápido a la superficie. En últimas fechas se ha estado trabajando para lograr el transporte del abulón desde Australia hasta Japón con el fin de sembrarlo para lograr nuevas áreas de captura y repoblar las que han sido explotadas. Científicos y técnicos japoneses han invertido dos años en diseñar los métodos y el equipo para la realización de este transporte de organismos vivos.

  
Primero se intentó hacerlo por avión, pero como resultó incosteable, se inició la investigación para hacerlo por barco, construyendo un tanque de diseño especial de fibra de vidrio con un sistema para la circulación del agua del mar en forma constante, además de un sistema de enfriamiento que mantiene el medio líquido a una temperatura constante de 10°C; el agua tiene que ser tratada con sustancias antisépticas y durante todo el proceso debe ser oxigenada y filtrada repetidamente. A las conchas de los abulones escogidos se las somete de inmediato a un cepillado para quitar todo tipo de competidores, antes de colocar a los organismos en charolas de material plástico, las cuales, a su vez, se acomodan en rejillas que están fijas en el estanque de cultivo.

  
La pesquería del abulón en Japón está también desarrollada; se capturan siete especies distintas de abulones, llegando algunos de ellos a tallas de 20 a 25 centímetros, como el "abulón gigante" (Haliotis gigantea). El consumo es tan grande en el japón pues lo utilizan para el típico platillo sashimi que lo importan de otros países como Australia. 


En México, los abulones son muy apreciados por el nacar de su concha y por su sabor, aunque la carne es un poco dura y correosa. La pesquería se establece con base en cuatro especies con talla entre los 12 y los 18 centímetros de longitud, en la zona occidental de la península de Baja California, desde las islas Coronado en el norte, hasta la punta sur de la isla Margarita, que constituyen la principal zona abulonera del país. La producción mayor de este molusco se obtiene en el área comprendida entre punta San Pablo y Punta Abreojos de Baja California. Las especies explotadas en México son el "abulón negro" (Haliotis cracherodii) de 15 centímetros; el "rojo" (Haliotis rufescens) de 25 centímetros; el "rosa" (Haliotis corrugata) y el "verde" (Haliotis fulgens); los tres últimos son los más apreciados como alimento y el "rosa y el verde" por presentar el mejor nácar para producir ornamentos y objetos decorativos.

  
La producción abulonera de los bancos actualmente explotados es de 1 499 toneladas, que representan más o menos 717 toneladas de producto desconchado. Esta captura pasa a once plantas en las que se procesa el producto en latas, salmuera y filetes de abulón. Su precio se rige por la cotización del mercado internacional, tanto para el producto enlatado como para su presentación en filete congelado. Este hecho hace que la producción para consumo interno se destine a satisfacer la demanda de grupos sociales de ingresos altos y de los turistas extranjeros. En la actualidad el 45% del total de la captura se destina al consumo nacional.

  
El otro 55% de la producción abulonera se exporta enlatado o en filete congelado, reportando al país gran cantidad de divisas. Las exportaciones de abulón se hacen fundamentalmente a Estados Unidos, Canadá y Japón. En los últimos años, la participación de México es superior en términos de consistencia y sabor, razón por la cual su producto está bien acreditado internacionalmente. En el mercado europeo, el abulón australiano compite con el abulón mexicano, debido a su tamaño, precio, formas de presentación y al bajo costo de los fletes, dada la cercanía de los mercados en los que se coloca su producción.

  
La ley para el fomento de la pesca nacional reserva la extracción de abulón a las sociedades cooperativas de producción pesquera que obtienen permiso con vigencia de dos años. Las , autoridades establecen cuotas de captura anual para los distintos campos abuloneros y tallas mínimas de extracción derivadas de los estudios que realizan los biólogos para evitar la sobreexplotación. En esta pesquería se emplean 525 embarcaciones, con un promedio de siete metros de eslora por dos de manga, casco de madera o fibra de vidrio, motor estacionario diesel o motor fuera de borda de 50 caballos de fuerza, y con una tripulación compuesta por un "buzo", un "remero" o "bombero", un "cabo de vida" y un "jabero", cuando se bucea con "escafandra" y, cuando la pesca se realiza por medio de "buceo libre o autónomo", el personal se reduce a tres ya que no se requiere el "jabero".

  
El bombero es el encargado de accionar la bomba para proporcionar el aire al buzo; también se ocupa de los remos, con los que trata de mantener a la embarcación semifija. El cabo de vida es el responsable de la vida del buzo, al cual ayuda a colocarse el traje y cuida la maniobra de la manguera y del cabo que lo unen con la embarcación. El buzo lleva a cabo las inmersiones y captura al abulón desprendiéndolo con cuchillo o herramientas semejantes y los almacena en "jabas", redes pequeñas de malla hecha de piola o de ixtle fijas a un aro y que se pueden cerrar con una jareta. El jabero provee al buzo de la jaba, después la recibe llena de abulón y se encarga de desconchar el producto.

  
El equipo de buceo con escafandra resulta más costoso que el autónomo; sin embargo, tiene mayor aceptación entre los buzos de edad madura, debido a la seguridad que les proporciona tanto en relación con los cambios de presión al entrar y salir del agua como al permitirles un mejor aislamiento del cuerpo y evitar su enfriamiento; aunque cabe hacer notar que se tiene menor movilidad que cuando se hace el buceo autónomo y se utiliza un número mayor de personas. El buceo de escafandra fue el método más utilizado cuando se inició la pesquería del abulón en Baja California, en la década de los cincuenta; para los años sesenta se empezó a profundizar con el buceo autónomo y en la actualidad más del 50% del abulón extraído se captura por este método.

  
De esta manera, la explotación del recurso se ha venido realizando con una tecnificación reducida y los resultados dependen, en gran medida, del grado de experiencia y de conocimientos que tenga el buzo en las zonas de pesca, motivo por el cual las capturas se han efectuado prácticamente en las mismas áreas. Un punto importante de esta tecnología, es la revisión de las condiciones del equipo de buceo, mangueras, compresoras, tanques y del estado de salud de los pescadores para determinar la llamada "vida útil"; estos aspectos a veces no son cuidados como debieran y tienen que ser vigilados para establecer requisitos sanitarios mínimos y para realizar programas de capacitación de pescadores.

  
El trabajo que hacen los buzos para la captura del abulón se desarrolla de 6 a 8 horas, con un promedio de 15 a 25 inmersiones por día, iniciando sus actividades a las 6 o 7 de la mañana y terminando a las 2 o 3 de la tarde. La duración promedio de los viajes y el número de éstos depende principalmente de la eficiencia del equipo, de la densidad de la captura y de los problemas socioculturales de los pescadores. La captura obtenida se descarga utilizando pangones en las fábricas de procesado o empacadoras, que se localizan cerca de las áreas de pesca; de no ser así, es necesario transportarla por vía terrestre en camiones con refrigeración; en ocasiones, el transporte también se realiza en aviones o en embarcaciones.

  
El abulón es aprovechado casi en un 100% ya que tanto el músculo del animal o "carne", como la concha, son procesados. La captura que se obtiene se enlata en un 80% o se filetea en un 10%, conservando este filete congelado o salándolo. Las latas son cilíndricas con un peso neto de 454 gramos, es decir una libra; se colocan 48 unidades en una caja de cartón. En el mercado de Estados Unidos se cotizan a 623 dólares la caja y cada lata tiene un valor aproximado de 13 dólares. Los filetes de abulón fresco congelado se empacan en cajas de cartón de 50 libras de peso, que contienen a su vez 10 cajas más pequeñas de cartón encerado de 5 libras y, en cuyo interior, hay dos bolsas de polietileno de 2.5 libras o 4 bolsas del mismo material, de 1.25 libras cada una.

  
La concha del abulón sólo se usa en México para elaborar artesanías, pero es un subproducto valioso susceptible de aprovecharse en la fabricación de porcelanas, cementos y cosméticos. El precio por tonelada de concha de abulón varía de acuerdo con la especie de que se trate, siendo la del abulón azul la más apreciada en el mercado, aunque también alcanzan buen precio las del abulón rojo. La mayor parte de la producción nacional de concha se exporta, principalmente, a Estados Unidos y Japón. 


La temporada de pesca de las diferentes especies de abulón en las zonas de la península de Baja California es de marzo a enero, es decir, hay veda sólo en el mes de febrero; sin embargo, la administración pesquera puso en vigor una veda que duró cinco años en algunas zonas abuloneras, la cual, junto con los programas de "siembra de abulón", ha logrado que se recupere este importante recurso.

  
Las perspectivas de la producción futura están en relación directa con la observación de las medidas para administrar este recurso con el fin de mantener e incrementar los bancos existentes. Entre ellas, las más importantes son las que se refieren a las tallas mínimas establecidas, la adecuación de las épocas o temporadas de veda con las de reproducción, el aprovechamiento de nuevos bancos y los incrementos de la población abulonera mediante el cultivo. Este método básico que se ha utilizado para el cultivo del abulón tanto en México como en Japón, consiste en transportar ejemplares maduros de los bancos naturales a estanques de concreto exteriores. En estos estanques, elevando la temperatura del agua por medio de la radiación solar o con rayos ultravioleta, se induce el desove.

  
Una vez que las larvas que en un principio son planctónicas, están cerca de su estadio bentónico, se pasan a recipientes de plástico y se les proporcionan diatomeas como alimento, hasta que alcanzan tallas de centímetros para transplantarlas a piletas exteriores, donde terminan su desarrollo. Este tipo de cultivo no ha sido totalmente dominado debido a que en estos dos países las costas son grandes y no se puede controlar el alto índice de mortalidad que se presenta. En Australia se tiene construido un criadero experimental en la ciudad portuaria de Adelaida, en donde se han logrado con éxito varias cosechas y se espera llegar al óptimo de producción en unos cuantos años más.

  
Desde 1973, los biólogos mexicanos y los pescadores de abulón han descubierto un método eficaz para preservar y acrecentar este valioso recurso: el desove mecánico en el campo mismo, lo que se ha popularizado bajo el nombre de "mareas de cría del abulón". Los biólogos lograron en esta etapa "la ordeña manual de abulones" hembra y macho en el campo pesquero y, con esto, la producción de los huevos; posteriormente capacitaron a los pescadores que en la actualidad la aplican durante toda la etapa de pesca con gran interés, ocasionando el incremento de este importante recurso. 


En México existen dos laboratorios en la península de Baja California: uno en Eréndira y otro en Bahía Tortugas, en donde los técnicos han producido "semilla" de abulón, que han plantado en el área comprendida entre Punta Abreojos y Punta Cedros; además, acaban de obtener la primera generación de "sementales" de este molusco en el laboratorio, lo que les permitirá incrementar la producción de semilla, con el fin de repoblar las áreas de captura.

  
La "pesquería del abulón" adquiere cada vez mayor importancia a nivel mundial; la explotación de este recurso es muy socorrido a pesar de los riesgos que contempla, porque ofrece, aparte de buenos ingresos, cierta independencia y los atractivos de la vida en el mar. Dentro del grupo de los moluscos de interés pesquero, además de las ostras y del abulón, se encuentran algunos que ya se explotan comercialmente y otros de los que se piensa que en un futuro se podrán aprovechar como alimento, siendo los principales: el mejillón, las almejas, el callo de hacha, el calamar y el pulpo.

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