EL OCÉANO Y SUS RECURSOS


Los crustáceos constituyen uno de los recursos de mayor importancia dentro de las pesquerías mundiales. Se trata de un grupo heterogéneo de animales por lo que resulta difícil hacer una descripción que sirva de tipo para la gran diversidad de formas que presenta. Son invertebrados que pertenecen al grupo de artrópodos por tener sus apéndices formados por pequeñas pinzas articuladas con su cuerpo segmentado y cubierto de un tegumento quitinoso muy calcificado, por lo que presentan aspecto de una costra y reciben el nombre de crustáceos.

  
En su cuerpo se distinguen dos regiones principales: la llamada "cabeza", que resulta de la unión de la zona cefálica con el tórax, que forma un cefalotórax, y la "cola", que es el abdomen. Estas regiones están formadas por un número diferente de segmentos y en cada uno de ellos se localiza un par de apéndices o "patas" que se designan de acuerdo con la función que desempeñan y la región del cuerpo donde se hallan. El abdomen puede estar extendido, como en el caso de los camarones, o doblado debajo del cefalotórax, como en los cangrejos, en los que termina en tres apéndices que forman la "nadadera caudal". En la región cefálica llevan los apéndices sensoriales que son dos pares de antenas, los ojos que generalmente se encuentran sostenidos por unos pedúnculos y los apéndices al servicio de la boca que se abre en la región ventral y son un par de mandíbulas y dos pares de maxilas. Los apéndices del abdomen intervienen en la reproducción, en el transporte de los huevecillos y en el cuidado de la prole.

  
Los crustáceos son animales que toman el oxígeno disuelto en el agua para realizar su respiración, función que realizan por medio de unos órganos llamados branquias, localizados a los lados del cefalotórax. Estas se pueden modificar para tomar aire atmosférico, como sucede en los cangrejos que pasan largos periodos fuera del agua. Su aparato digestivo es muy variable y son principalmente carnívoros, aunque en sus fases juveniles pueden ser herbívoros o filtradores de plancton. Generalmente son unisexuales, es decir que existen machos y hembras, pero hay algunas excepciones, como los percebes y las bellotas de mar que son hermafroditas.

  
Durante su desarrollo la mayoría de los crustáceos presenta transformaciones muy marcadas, pasan por varios estados larvarios antes de alcanzar el adulto, proceso al que se llama metamorfosis. Durante el crecimiento el animal se desprende y abandona el caparazón que originalmente lo cubre, aumenta de tamaño y forma otro nuevo; este fenómeno recibe el nombre de "muda". Se ha estimado que existen alrededor de 30 mil especies de crustáceos, la mayoría viven en el mar y en aguas salobres y dulces; de modo que son pocos los terrestres o semiterrestres.

  
Los océanos son la residencia más común de estos animales y, por su abundancia, tanto en especies como en individuos, algunos naturalistas los han llamado "insectos del mar", ya que se los encuentra en todos los parajes; algunos son de tamaños microscópicos, como los copépodos y otros alcanzan tallas de tres metros, como los cangrejos gigantes llamados "araña de mar de Japón". Viven comúnmente en la zona marina que corresponde a la plataforma continental pero llegan a localizarse hasta en los fondos marinos profundos en donde, por lo general, se desplazan caminando aunque en algunas ocasiones en etapas juveniles pueden ser nadadores y en otras se encuentran fijos al fondo y a los objetos sumergidos.

  
Su biología está sometida a la influencia de los factores ambientales: temperatura, cantidad de oxígeno disuelto en el agua, luz y salinidad; así como a la de los factores bióticos, o sea la interacción con otros seres vivos. Además, se ha observado que muchas especies tienen una extraordinaria resistencia biológica que les ha permitido desplazarse lejos del mar y llegar a poblar tierras. Esta característica es importante para cultivar a las especies de interés comercial. Existe un gran número de crustáceos que son utilizados por el hombre como alimento; en el caso de los "copépodos", pequeños crustáceos del plancton, los consume de manera indirecta, por ser ellos la base de las cadenas de alimentación de otros animales marinos comestibles. Otros crustáceos, como los camarones, los cangrejos, las langostas, las centollas, las cigalas, los carabineros, etc., son aprovechados directamente y revisten una importancia primordial para la economía del mar y de la industria pesquera; debido a la excelente calidad de su carne, han alcanzado un elevado precio en el mercado internacional.

  
Se ha intentado el cultivo de las diferentes especies de crustáceos, el cual siempre es difícil, por lo menos si se trata de llevarlo a cabo de manera integral, desde la fecundación e incubación artificial hasta la consecución de ejemplares adultos, por lo complicado y largo del desarrollo larvario, por la existencia de sus fases de vida pelágica y porque su crecimiento se verifica con mudas —fase peligrosa para la vida de los ejemplares— que incrementa los porcentajes de mortalidad natural. Pese a ello, en la actualidad se está consiguiendo dicho cultivo, en el caso del camaron que se realiza de manera industrial en Japón y de manera experimental en España. En México básicamente se ha tratado de mejorar el medio donde viven, dragando las bocas de las lagunas litorales y conectando los ríos con el fin de llevar el agua dulce necesaria para el crecimiento de las fases larvarias que viven en estas lagunas, como las de Nayarit, Mazatlán y el sur de Sonora. En Puerto Peñasco, Sonora, se ha logrado el cultivo del camarón rojo a nivel comercial.

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