Redes fantasmas son redes de pesca que han sido perdidas o abandonadas por pescadores. Estas redes, casi invisibles a la luz del día, pueden enredarse en arrecifes, rompiendo los corales, o flotar a la deriva en mar abierto donde pueden enredar peces, delfines, tortugas marinas, tiburones, dugongos, cocodrilos, aves marinas, cangrejos y otras criaturas, incluidos ocasionales buzos humanos. Hechas para lo que fueron estas redes a pesar de quedar desechadas siguen funcionando, por lo que restringen el movimiento en el animal atrapado, causando hambre, laceraciones e infecciones, y en animales que necesitan volver a la superficie para respirar, sofocación. Cuando se hace recuento en relación a la pesca para consumo humano, generalmente se queda fuera la cantidad afectada por las redes fantasma. Muchas de esas redes se enredan en los fondos, y acaban atrapando todo lo que se les cruza en el camino. Cada vez más se buscan métodos de pesca más sostenibles y etiquetado para el consumidor. Los orígenes de este problema tienen una parte inevitable, y otra evitable. En unas ocasiones, son redes que se pierden. La única manera de evitar estos ’descuidos’ y sus consecuencias, es pudiendo responsabilizar a los pescadores y mejorando las técnicas pesqueras. Pero hay otras causas que sí son evitables. Cuando el origen es el abandono de las redes de pesca, se hacen evidentes varios motivos. Sobre todo la irresponsabilidad de los pescadores, que prefieren abandonarlas en el mar, una vez que ya no les sirven, antes que llevarlas a tierra. Hay que motivar el correcto tratamiento de las redes como residuos. También se debe luchar contra la pesca ilegal, otra fuente del problema del abandono de redes.
Descripción.- Algunos pescadores comerciales usan redes de enmalle. Éstas están ancladas al fondo del mar y en el borde superior con boyas de flotación. Esto crea una pared de cientos de metros de largo, donde cualquier pez de cierto tamaño puede ser atrapado. Normalmente estas redes son recogidas por los pescadores y la captura retirada. De cualquier modo, si esto no se hace la red continua atrapando peces hasta que el peso de la caza excede la fuerza que hacen las boyas de flotación. La red se hunde, y los pescados son devorados en el fondo por crustáceos u otros peces. Luego la flotación tira de la red hacia arriba y el ciclo comienza de nuevo. Dada la alta calidad de los sintéticos usados para fabricar las redes, estas capturas pueden continuar por mucho tiempo. Las redes antiguas eran de fibras vegetales, como cáñamo, que perdidas terminaban pudriéndose y desapareciendo, pero desde mediados del siglo XX fueron rápidamente sustituidas por las de fibras sintéticas, como nailon, más resistentes y duraderas por lo que crean otro problema al quedar abandonadas, porque el plástico dura siglos y solo se va fragmentando hasta acabar reducido a microplásticos que entran en el sistema alimentario marino. El problema no solo son las redes; viejas trampas para langostas, sin mantenimiento, dejadas en el fondo, se transforman en trampas que atrapan cangrejos y langostas año tras año sin control, a esto se le llama “pudrición en la trampa”. Incluso líneas de pesca hechas un ovillo pueden ser mortales para una variedad de criaturas, incluyendo aves y mamíferos marinos. Cada vez las redes marinas se fabrican más eficaces. En general, es menos probable que los peces sean atrapados en redes que han estado bajo el agua por mucho tiempo. Entre 1980 y 1981 el gobierno francés ofreció recompensas por las redes fantasma entregadas a los guardacostas, en una fracción de la costa de Normandía. El proyecto fue abandonado porque la gente vandalizaba redes para obtener recompensas, sin sacar ninguna verdadera red fantasma de las costas. Desde inicios del siglo XXI diversas organizaciones tratan de sensibilizar sobre el problema a gobiernos y pescadores locales para que colaboren en la identificación y retirada de redes abandonadas. En 2015, una misión liderada por WWF en el Mar Báltico logró recuperar 268 toneladas de redes, cuerdas y otros materiales
Los efectos contaminantes de las redes fantasma.- En artículos anteriores ya hemos hablado de los efectos de la contaminación plástica en mares de todo el planeta. Las redes fantasma, vienen a engrosar esta lista. (Cada año terminan en nuestros océanos cerca de 8 millones de toneladas de basura plástica. De esta cantidad, se calcula que ¡hasta un 10% provienen del sector pesquero!). Las artes de pesca suelen estar elaboradas principalmente con plástico. Cuando son abandonadas o se pierden en el mar, suponen un componente importante de basura marina.
Los efectos en la fauna marina de las redes fantasma.- Las redes abandonadas o perdidas continúan realizando “pesca fantasma”. Ya no están bajo ningún control, y de la misma manera ‘pescan’ todo aquello que encuentran por delante. Esto supone graves consecuencias para las poblaciones de peces, mamíferos marinos, tortugas, aves… Que quedan atrapados en estas redes, a menudo sin poder escapar. (De todas las especies de mamíferos marinos, más del 40% han sido afectadas por las redes fantasma. Y muchas de estas especies están incluidas en la Lista Roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.) Delfines, tortugas, aves como los cormoranes, tiburones… Desgraciadamente nada escapa a estas redes a la deriva. Por eso es un peligro añadido, porque afecta también a especies que se encuentran en grave peligro de extinción. Según la Global Ghost Gear, en su Reporte Anual de 2017, las redes fantasma tienen mucha más probabilidad de impactar directamente con las especies marinas, que el resto de desechos marinos juntos.
Impactos de las redes fantasma en el fondo marino.- Estos restos de artes de pesca acaban instalándose en el lecho marino. A parte de lo que supone este hecho en cuanto a la contaminación plástica del fondo, las redes pueden moverse debido a las corrientes marinas, afectando por ejemplo a esponjas, corales, etc. En aguas profundas se suelen utilizar redes especiales, con pesos, para capturar especies como langostas. Estas, una vez abandonadas, suponen graves daños en zonas localizadas. El almacenamiento en los fondos de grandes cantidades de redes, supone un grave problema para la proliferación de las especies que residen en los lechos marinos.
Consecuencias para el ser humano.- Además de la lógica pérdida de biodiversidad, un problema que afecta directamente a los humanos es el peligro que suponen estas artes de pesca para los barcos. Suponen un peligro para la seguridad de la navegación. Estudios en Corea del Sur advierten de cada vez más casos de hélices de barcos que se enredan en artes de pesca abandonadas. Alguno de estos incidentes ha provocado ya accidentes graves, como el de un barco de pasajeros que zozobró y en el que perdieron la vida 292 personas. Por otro lado, a nivel económico la Global Ghost Gear estima que el Ghost Fishing le cuesta a los gobiernos y a las industrias pesqueras cientos de miles de dólares anuales en gastos de limpieza y pérdida de tiempo de pesca.
¿Cómo está afectado el Cantábrico?.- Un estudio detallado sobre el estado del Cantábrico extrajo datos sorprendentes sobre cómo este problema afecta a nuestra costa norte:* Una pérdida anual promedio de 13.3 redes por barco.
* Las mayores pérdidas de redes por barco (27,9 redes) son en aquellos que practican la pesca en aguas alejadas de la plataforma continental. Por ejemplo los que practican la pesca del rape.
* Esta cifra es mayor sobre todo porque se usan redes de arrastre.
* Las siguientes redes con mayor índice de pérdida, son las que buscan especies en el fondo cerca de la costa. Aquí se destaca la pesca del salmonete o el marisco, con pérdidas de 7 a 15 redes por barco al año.
En nuestras costas españolas tenemos en ocasiones acciones que se ponen en marcha para la recogida de estas redes, y otros residuos marinos. Con estas acciones además, se pueden estudiar después los resultados. Es el caso del proyecto PESCAL (Pesca Sostenible en Caladeros Limpios).
De la basura marina total recogida en este proyecto, por ejemplo en Galicia hasta el 45% pertenece al grupo de restos de artes de pesca ( por tener una mayor flota pesquera). No podemos mirar hacia otro lado con esta problemática en nuestros mares.
¿Cómo podemos ayudar nosotros?.- La cooperación contra el Ghost Fishing es vital. Y debemos seguir exigiendo a las instituciones medidas eficaces contra el problema. Nosotros podemos ayudar colaborando con las actividades de voluntariado relacionadas, o evitando las formas de pesca con más impacto en el ecosistema (como la pesca de arrastre). ¡Mira siempre el etiquetado cuando consumas pescado!
Las redes de deriva.- Son cortinas invisibles que flotan sobre el agua y que resultan imperceptibles para los mamíferos marinos y otros animales, estas redes flotan a la deriva impulsadas por las corrientes marinas o el viento y capturan todo lo que se cruza en su camino: tiburones, tortugas, aves marinas, focas, ballenas, delfines y muchas otras especies no deseadas caen víctimas de este tipo de redes. Aunque el uso de redes que superen los 2,5 km es ilegal, siguen existiendo redes que alcanzan hasta los 50 km de longitud flotando permanentemente a la deriva por mares y océanos. El ancho de malla de las redes utilizadas contribuye a excluir los tamaños no deseados de las capturas, o bien a llevarse por delante todo lo que se cruce en su camino. No sólo las redes de deriva o de enmalle constituyen una seria amenaza debido a las capturas accesorias incontroladas. La pesca con palangre es una técnica muy extendida, que consiste en una línea, con varios kilómetros de longitud, a la que se fijan miles de anzuelos. También con este método de pesca, en sí bastante selectivo, se capturan otros animales como aves o tortugas marinas. Se conoce como guerra del bonito al enfrentamiento entre las flotas pesqueras española, francesa e inglesa por el uso de redes de deriva ilegales.
Especialmente grave es lo que ocurre en los mares comunitarios. Cuatro países de la UE (sinónimo de países desarrollados) se han burlado desde entonces de la ONU. Italia, Francia, Reino Unido e Irlanda siguen autorizando que cerca de 900 de sus barcos pesqueros faenen con estas mortíferas artes de pesca en el Cantábrico y en el Mediterráneo. En el primer caso, más de 200.000 animales mueren inútilmente al año. En el segundo, la cifra se eleva a 130.000. Las redes de deriva son un arte de pesca relativamente moderno. Gracias al abaratamiento del nailon, su fabricación realizada en países asiáticos es económica. Con ellas, los pescadores cuentan con un arma muy eficaz y letal para la pesca. Suspendidas en medio del océano durante la noche, caladas desde la superficie a seis u ocho metros de profundidad y extendidas a lo largo de kilómetros, son como una muralla china impenetrable para la fauna marina. Un pequeño barco, con muy poca tripulación logra capturas inimaginables hasta el momento. Cuando se iza la red por la mañana, miles de peces que circulaban libremente en su medio para procurarse sustento aparecen enmallados y muertos entre sus rombos. Desde simples medusas -alimento de las tortugas- a inmensos cachalotes. Todos los peces mueren o quedan malheridos. Los que forman parte de la especie que se ha ido a capturar, pasan a la bodega; los otros, son arrojados por la borda... como basura.
Y todo ocurre a muy pocos kilómetros de nuestras costas. En los mismos lugares adonde acuden los pescadores españoles, que tienen prohibido usar estas redes y que aseguran que no lo harían, porque ello significara la muerte del mar. El caso más flagrante de desobediencia a la ONU lo protagoniza Italia, le sigue Francia, Reino Unido e Irlanda. El primer país mantiene una flota de 750 embarcaciones con base en Sicilia y Nápoles esquilmando el Mediterráneo Occidental. Francia tiene casi un centenar de barcos entre el Cantábrico y el Mediterráneo. Reino Unido las ha disminuido a siete. Irlanda las ha reducido a ocho. Greenpeace nuevamente lidera la lucha contra un sistema insostenible de pesca. Lo hace desde que en 1983 descubrir en medio de Pacifico una red de 43 kilómetros de longitud. Tras años de denuncia, lograron que la ONU se ocupara del asunto, que otras organizaciones se les sumaran y que los pescadores responsables se agruparan junto a ellos en esta batalla, que puede tener buen final el próximo ocho de junio.
Los datos que manejan los investigadores son evidentes: cada año en el Mediterráneo mueren entre 3.000 y 12.000 cetáceos, de 2.500 a 20.000 tiburones, de 1.000 a 8.000 tortugas y entre 100.000 y un millón de otras especies. Todos mueren accidentalmente en las redes de deriva. En el Cantábrico las cifras son también alarmantes: de 1.700 a 2.500 cetáceos, de 82.000 a 120.000 tiburones, 200 tortugas, 300 aves marinas y más de 100.000 ejemplares de otras especies. La Comisión Ballenera Internacional considera que el volumen de estas capturas de cetáceos es insostenible. Otros expertos aseguran que la muerte de delfines listados tendrá efectos irreversibles sobre esta especie. En el caso de los tiburones, los biólogos marinos piensan que la luz roja se ha encendido hace mucho.
Desechos marinos.- Los desechos marinos, basura marina o detritos plásticos son desperdicios de actividades humanas que deliberadamente o accidentalmente flotan en lagos, mares, océanos y ríos. Los desechos oceánicos tienden a acumularse en los giros oceánicos (grandes sistemas de corrientes rotativas) y en la línea costera, es lavado al encallar, y es llamado basura playera (BBC). El vertido de desechos al mar se llama en inglés ocean dumping. Algunos desechos marinos, como la madera a la deriva, ocurre naturalmente. Las personas han arrojado al mar estos materiales durante cientos de años. Con el incremento del uso del plástico, la influencia humana se ha transformado en un problema, ya que muchos tipos de plásticos no son biodegradables. El plástico arrastrado por el agua es peligroso, pues supone una seria amenaza para peces, aves marinas, reptiles marinos, y mamíferos marinos, también para barcos y viviendas costeras. Contribuyen a este problema los vertidos al mar, derrames accidentales, envases, y la basura de vertederos arrastrada por el viento.
Tipos de desechos.- Una gran variedad de objetos usados habitualmente pueden convertirse en desechos marinos; bolsas plásticas, globos, boyas, cuerdas, desperdicios médicos, botellas de vidrio y de plástico, encendedores de plástico, latas de bebidas, poliestireno extruido, hilos de pesca, redes y variados desperdicios de cruceros o plataformas petrolíferas son la mayor parte de los residuos encontrados flotando. Los envases de seis anillos (para latas) son usados para denunciar el daño que esta basura puede hacer a la vida marina. Estudios han demostrado que 80 % de los desechos marinos son plástico, un componente que se ha acumulado rápidamente desde la segunda guerra mundial. Los plásticos se acumulan porque no se biodegradan como otras sustancias que si lo hacen. Los plásticos se fotodegradan por exposición al sol, pero solo cuando están secos, ya que el agua inhibe la fotólisis.
Redes Fantasmas.- Redes de pesca dejadas o perdidas por pescadores en el océano (red fantasma) pueden enredar peces, delfines, tortugas marinas, tiburones, dugong dugones, cocodrilos, aves marinas, cangrejos y otras criaturas. Estas redes restringen el movimiento, causando hambre, laceraciones e infecciones, y la asfixia y muerte en animales que necesitan volver a la superficie para respirar. Todos estos animales mueren a causa de las redes
Polución por plástico.- Cada año son vertidos 8.8 millones de toneladas métricas de desechos plásticos. El principal origen de estos desechos plásticos es Asia, siendo China por sí misma la causante de 2.4 millones de toneladas métricas. Los desechos plásticos han alcanzado todos los océanos del planeta. Esta contaminación plástica daña aproximadamente a 100,000 tortugas marinas y mamíferos marinos y a 1,000,000 de especies marinas cada año. Plásticos grandes (llamados Macroplásticos) como las bolsas de plástico de los supermercados pueden bloquear los tractos digestivos de animales grandes cuando los consumen y causarles inanición debido a la restricción del movimiento del alimento, o llenándoles el estómago lo que los confunde y evita que se alimenten. Por otro lado, los microplásticos dañan la vida marina de menor tamaño. Por ejemplo, los pedazos de plástico pelágicos en el centro de los giros oceánicos superan la cantidad de plancton vivo, y entran en la cadena alimenticia y alcanzan todos los niveles de la vida marina. Un estudio de 1994 del lecho marino usando redes de arrastre en el Noroeste del Mediterráneo alrededor de las costas de España, Francia e Italia reportó concentraciones medias de desechos de 1,935 unidades por kilómetro cuadrado. Los desechos plásticos conformaron el 77%, de los cuales el 93% fueron bolsas plásticas.
Nurdles.- Se conoce por nurdles (del inglés), también llamados «lagrimas de sirena» a las bolitas de plástico generalmente de menos de cinco milímetros de diámetro que se encuentran en las aguas marinas y en las costas. Constituyen un componente importante de los desechos marinos. Se usan como materias primas en la manufactura y fabricación de plásticos, y se estima que entran en ambientes naturales por derrames accidentales. También se generan por el desgaste físico de desechos plásticos de mayor talla. Visualmente los nurdles se parecen mucho a los huevos de peces.
Fuentes de residuos.- Aunque en un principio se asumió que la mayoría de los desechos marinos provenían directamente de descargas al mar (ocean dumping), se estima que alrededor de cuatro quintos de los desechos marinos provienen de basura arrastrada por el viento de basureros, y la que vierten los desagües urbanos. En un estudio publicado por Science, Jambeck et al (2015) estimaron que los 10 mayores emisores de polución marítima son, de mayor a menor, China, Indonesia, Las Filipinas, Vietnam, Ceilán, Tailandia, Egipto, Malaysia, Nigeria, y Bangladés. En un estudio publicado por Environmental Science & Technology, Schmidt et al (2017) calcularon que los ríos Yangtsé, Indus, Amarillo, Hai, Nilo, Ganges, de las Perlas, Amur, Níger, y el Mekong "transportan 88–95% de la carga global de [plásticos] al mar." Otras fuentes de desechos marinos son la pesquería y el transporte de mercancías por los mares. Se estima que los barcos con contenedores pierden cerca de 10000 contenedores al año (usualmente durante las tormentas).Un famoso derrame ocurrió en el océano Pacífico en 1992, cuando miles de patos de goma y otros juguetes cayeron al mar durante una tormenta.
Los juguetes fueron encontrados desde esa fecha alrededor de todo el mundo; Curtis Ebbesmeyer y otros científicos han usado este incidente para comprender mejor las corrientes marinas. Incidentes similares ocurrieron antes, con el mismo potencial para seguir las corrientes, como cuando Hansa Carrier perdió 21 contenedores (con gran cantidad de zapatillas Nike). En 2007, el MSC Napoli que estaba varado en el Canal de la Mancha, arrojó cientos de contenedores, la mayoría en la Costa Jurásica, un sitio que es Patrimonio de la Humanidad. En 1987, una marea de jeringas y otros desechos médicos llegaron a las costas de Nueva Jersey, el Fresh Kill Landfill (el desecho sanitario más grande del mundo). Incluso en la remota isla de subantártica de las Georgias del Sur, se han encontrado desechos relacionados con la pesca, aproximadamente el 80 % de plásticos, que son los responsables de enredar a un gran número de lobos marinos.
Legalidad de la descarga de desechos al río y al mar.- La descarga al mar está controlada por leyes internacionales:
* La convención de Londres (1972) – un acuerdo de la Organización de las Naciones Unidas para el control de la descarga al mar.
* MARPOL 73/78 – una convención internacional designada a minimizar la contaminación de los mares, incluyendo descarga, y contaminación por perdida de petróleo
Leyes Europeas.- En 1972 y 1974, se realizaron convenciones en Oslo y París respectivamente, aprobándose el tratado internacional de Convención de OSPAR que controla la contaminación marina en el noroeste del Océano Atlántico alrededor de Europa. La Convención de Barcelona es similar al anterior, aunque sólo protege el Mediterráneo. La Directiva marco del agua de 2000, es una directiva de la Unión Europea) en la que todos los Estados miembro de la Unión Europea mantienen sus aguas fluviales, lacustres y costeras limpias de la influencia humana. En Inglaterra, la Ley de acceso a mar y costas se creó para: «garantizar la limpieza y sanidad, libertad productiva y biológica en el mar y el océano, priorizando los sistemas para lograr un desarrollo sostenible del medio ambiente del mar y su zona costera».
Leyes de EE. UU.- En 1972, el Congreso de los Estados Unidos aprobó la Ley de vertido al mar, dando a la EPA el poder de monitorear y regular el vertido de lodos de depuradora, desechos industriales, desechos radioactivos y material de riesgo biológico en las aguas territoriales. La ley fue modificada 16 años después para incluir desechos médicos. Es ilegal disponer cualquier plástico en aguas estadounidenses. En 2008, la Legislatura Estatal de California consideró muchos proyectos de ley con el objeto de reducir las fuentes de los desechos marinos, siguiendo las recomendaciones del California Ocean Protection Council.
Dueño de los desechos.- El derecho de propiedad, el derecho marítimo, y las leyes del mar deben ser de relevancia cuando la pérdida o abandono de propiedad es encontrada en el mar. La ley de salvamento tiene las bases que un salvador debe ser recompensado por poner en riesgo su vida y propiedad para rescatar la propiedad de otro peligro. En tierra firme la distinción entre pérdida deliberada y accidental da el concepto de hallazgo de un tesoro. En Inglaterra, los bienes procedentes de naufragios deben ser reportados al recibidor de naufragio y, si su antiguo dueño es identificable, le deben ser devueltos.
La gran mancha de basura del Pacífico.- Una vez vertidos al agua, los detritos se desplazan. Estos desechos pueden ser arrastrados por el viento, o seguir las corrientes oceánicas y, algunas veces, concentrarse en giros oceánicos (o vórtices marinos) donde las corrientes son más débiles. La Gran mancha de basura del Pacífico es buen ejemplo de esto: comprendiendo una vasta región en el norte del Océano Pacífico plagado de desechos de actividades humanas. Se estima su tamaño mayor que Perú y contiene más de tres millones de toneladas de plástico. Esto significa que hay aproximadamente seis kilogramos de plástico por cada kilogramo de plancton en cada metro cúbico de agua de mar, es decir seis veces más plástico que plancton. La masa de plástico en los océanos puede alcanzar cien millones de toneladas. Las islas situadas dentro de los giros, frecuentemente tienen sus riberas costeras degradadas por los desechos que inevitablemente llegan a sus costas. Un ejemplo típico son las islas Midway y Hawái. Equipos de limpieza de todo el mundo patrullan estas playas para limpiar esta amenaza ambiental.
Mancha de basura del Atlántico Norte.- La segunda mancha de basura más grande conocida es la «Mancha de basura del Atlántico Norte», estimándose su superficie en cientos de kilómetros cuadrados.
Impacto ambiental.- Los desechos marinos, especialmente los plásticos, frecuentemente provocan la muerte de animales. Las especies que respiran aire, como ballenas o aves marinas, se ahogan enredándose en redes de pescar perdidas, y todos los animales marinos se pueden estrangular en ellas. Muchos animales que viven en el mar consumen desechos flotantes por error, ya que se asemejan a sus presas. Los detritos plásticos, cuando son voluminosos o enredados, son difíciles de digerir, y pueden quedarse permanentemente en el tracto digestivo de estos animales, causando la muerte por perforación de tejidos o el bloqueo del paso de comida. Las pequeñas partículas se parecen mucho al zooplancton lo que puede llevar a los animales filtradores a consumirlos y originar que entren en la cadena alimenticia. En muestras tomadas del giro del pacífico norte en 1999 por Algalita Marine Reacerch Foundation, la masa de plástico era seis veces mayor que la de plancton. Los aditivos tóxicos usados en la fabricación del plástico pueden contaminar el agua y los alrededores cuando son expuestos al agua. Los contaminantes hidrofóbicos llevados por el agua se agrupan en la superficie como detritos plásticos, haciendo que el plástico encontrado en los océanos sea más tóxico que el hallado en tierra.
Los contaminantes hidrofóbicos se bioacumulan en tejidos grasos, biomagnificándose a lo largo de la cadena alimentaría, causando gran daño a los superpredadores. Algunos aditivos plásticos son conocidos por perturbar el sistema endocrino cuando son consumidos; otros pueden deteriorar el sistema inmune o hacer decrecer la tasa reproductiva. No son peligrosos todos los desechos de actividades humanas en el océano. El hierro y el hormigón (concreto) hacen poco daño al medio ambiente, al estar generalmente inmóviles, e incluso pueden ser usados como arrecifes artificiales, incrementando la biodiversidad de las zonas costeras. Se han hundido barcos deliberadamente con este propósito. Algunos organismos se han adaptado a vivir en ambientes con detritos de plástico, lo que ha permitido a los seres adaptados a los desechos dispersarse alrededor del mundo y convertirse en especies invasivas en remotos ecosistemas.
Remoción de desechos.- Se utilizan varias técnicas para remover y agrupar los residuos marinos o (de los ríos) por las jurisdicciones u organizaciones voluntarias. En vez de limpiar a mano, en algunas ciudades operan máquinas limpiadoras de playas que recogen la basura depositada por el mar a lo largo de la zona costera. Otros lugares agrupan los detritos cuando están flotando en el agua; estas actividades se realizan en lugares donde los desechos flotantes son un riesgo para la navegación. Por ejemplo el US Army Corp of Engeneers comunicó mover cada mes 90 toneladas de “material flotante” de las vías de navegación en la Bahía de San Francisco. Este cuerpo ha estado haciendo este trabajo desde 1942, cuando un Hidroavión que llevaba al Almirante Chester W. Nimitz colisionó con un pedazo de detrito flotante y se hundió, resultando muerto el piloto. Varios tipos de “trampas de basura” se instalan en los pequeños ríos que fluyen al mar, para capturar los detritos transportados por el agua antes de que lleguen al mar. Por ejemplo, en Australia Meridional, Adelaida hay muchas; son conocidas como “bastidores de basura” o “trampa para contaminantes grandes” en el río Torrens, que fluye (durante el periodo húmedo) al Golfo St Vincent.
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