Hoy nos toca el limanda que como ya había anunciado, le dedicaremos un capitulo para el solo.
COMO RECONOCERLO.- Es otro pez plano, se distingue bien del resto porque tiene su línea lateral muy curvada. Las escamas están finamente serradas y le dan un tacto duro cuando se frotan de la cola a la cabeza. Como en el resto de los peces planos las aletas anal y dorsal están practicamente unidas.Pertenece a la familia de los pleuronéctidos.Cuerpo oval; normalmente, con los ojos en el costado derecho.Aletas dorsal y anal de radios blandos.Cara oculada marrón amarillento; frecuentemente con manchas difuminadas y puntos pequeños y oscuros.La aleta pectoral es naranja y la cara inferior blanquecina.La longitud máxima que alcanza es de 40 cm.
QUE COMEN.- Se alimenta de una gran variedad de moluscos, gusanos, crustáceos y peces pequeños. Tambien es excelente una pequeña tira de panza de caballa, cangrejos, ermitaños, arenícolas y nereidas
DONDE VIVE.- Es uno de los pequeños peces planos que habitan en aguas poco profundas, de preferencia, sobre fondos de arena en los que haya remolinos y pequeñas piedras.Hará las delicias del pescador que los encuentre.
INDICACIONES PARA LA PESCA.-Lo pescaremos siempre a fondo.Horas de picada: Preferentemente al atardecer, después de la puesta del sol. Donde pescarlo: Prefieren los alrededores de los malecones de los puertos y en aquellos lugares donde existan moluscos, bien pegados a pilares o estructuras metálicas o en los alrededores de rocas sumergidas, pero es en los alrededores de los puertos donde mejor y más comodamente las podemos pescar. Pueden tolerar algo de agua dulce por lo que tambien las encontraremos en los bancos de arena (si los hay) cerca de los estuarios de ríos que les puedan proporcionar alimento como pueden ser los lanzones.Anzuelos: Como siempre, esto depende del cebo, para mí los mejores son del nº6 o el nº5 si pescamos con gusano y más grande del nº3 o nº 4 si cebamos con tiras de caballa o crustáceos.
No hay que creer que la pesca en el mar se reduce a un simple y agradable paseo por la orilla del agua; hay que hacer frente a la humedad del mar, a la niebla, al viento, a la lluvia tenaz… La pesca en el mar no es un deporte al alcance de los débiles, la mejor recompensa para los tenaces y los apasionados de este deporte se centra en las capturas extraordinarias, contadas por decenas de kilos.
Las mareas
Las mareas son un fenómeno cuya importancia y manera de producirse debe conocer el pescador. Sin este conocimiento básico, no pueden efectuarse buenas pescas.
Las aguas del mar se elevan, avanzan, descienden y retroceden varias veces al día; este movimiento oscilatorio del nivel del mar se produce por la influencia conjunta de El Sol y La Luna ; son los desplazamientos que denominamos “mareas” ; son el resultado de la atracción que ejercen aquellos astros sobre las partículas líquidas.
No todas las cuencas oceánicas reacciona de la misma manera estas influencias; la respuesta a las atracciones celestes es diferente según lo lugares. La duración del día se divide por cuatro; en un período de veinticuatro horas, se observan cuatro movimientos, que son de cinco horas cuando el mar sube y de siete horas cuando baja. Hay pues, diariamente, dos mareas altas y dos mareas bajas, y, entre ambos movimientos, un período culminante. Estos períodos son poco duraderos; se producen en principio dos veces al año y reciben el nombre de “mareas de equinoccio”, también conocidas como “grandes mareas”.
El horario: El pescador aficionado debe reconocer las horas de marea. Desde el punto de vista técnico, la pesca es mejor cuando suben las aguas, pues la actividad alimentaria en los peces aumenta con este movimiento: las corrientes que pasan remueven y agitan el mar. Y son las mareas las que crean las corrientes. El periodo lunas es otro elemento a tener en cuenta. La Luna puede hallarse en cuarto creciente o en cuarto menguante. Son los periodos en que las diferencias del nivel de las mareas son más débiles. Cuando la Luna y El Sol están en conjunción, las mareas, llamadas también “aguas muertas”, son muy malas para la pesca, sólo se producen dos veces al mes.; en cambio, las mejores y más fuertes se localizan, en los días que preceden a estos periodos de calma.El periodo creciente, denominado también “flujo”, y el periodo menguante, o “reflujo”, tienen un valor distinto. Cuando la marea sebe, los peces saben que pueden evolucionar sin peligro, se dejan llevar por la marea. Pero no ocurre lo mismo cuando decrece la altura del agua. Entonces, los peces se baten en retirada con rapidez, lo que ocasiona una diferencia comprobada en el rendimiento de la pesca.Y el pez… está sometido a las influencias de las mareas, y se guía en esto por instinto, dicho instinto le impulsa a ejecutar ciertos movimientos sin tener noción de su finalidad. Conocer los instintos el pez es uno de los mejores triunfos el pescador. El instinto más poderoso de los peces es el de conservación, pero el pez también está sometido a otros instintos; el de la reproducción es uno de los más importantes. Las migraciones también son fenómenos instintivos, tienen su origen en los instintos de conservación y reproducción.
El instinto de reproducción impulsa a los peces a evadirse del mar, a buscar las oquedades de las rocas en el momento de marea alta. El agua se calienta en los lugares propios para el desove, y los peces se sienten llamados a ocuparlos. Por esto, los fondos cercanos a las rocas deben ser explorados por los pescadores de caña, en los meses de abril y mayo; allí tendrán sin duda ocasión de capturar hermosas piezas.
Los puertos
Los puertos contienen numerosos reductos que brindan a los pescadores recursos variados y casi inagotables.
El rompeolas: Con frecuencia, las entradas de los puertos se protegen con rompeolas construidos a base de rocas y cemento. Grandes rocas y bloques de hormigón flaquean el malecón por ambos lados e incluso penetran en el mar; son verdaderos nidos de cangrejos, y las rocas a las que se adhieren los mejillones y los moluscos de toda clase constituyen un refugio ideal para congrios y los peces de roca.
El espigón sobre pilotes: Muchas veces frente al rompeolas, se divisa malecón, montado sobre pilotes. A veces, es más largo que el primero y, en consecuencia, resulta más favorable para la práctica de la pesca.
La profundidad es pequeña durante la marea baja; en ocasiones, no llega a un 1m cuando se ha retirado el mar, ni siquiera por el lado del mar libre y a una distancia bastante alejada de la última ola. Por lo general, el lado del mar abierto es el mejor; desde que empieza a subir la marea, el fondo arenoso es propicio para la captura de peces planos.
El estribo: Entre los dos malecones se encuentra la gran esclusa del puerto. En principio, la pesca está prohibida en las proximidades de esta importante obra; pero el “estribo”, en la punta del muelle, es accesible a los aficionados a la pesca. Los fondos son allí muy limpios y su profundidad nunca es inferior a 4m; a pesar de esta ventaja, el lugar no es muy favorable para la pesca.
El puerto: El puerto, con todas sus dársenas, es accesible a los pescadores y abunda bastante en peces. En él se pueden practicar varias pescas, ya sea con material adecuado para la pesca en el mar, ya sea con el material propio de la pesca en agua dulce.
La playa: En ellas se puede practicar la pesca de surfcasting (lanzado en la rompiente) y plantar numerosas cañas en las diferentes playas de los puertos y alrededores.En alta mar: Se pueden utilizar embarcaciones que se alquilan para practicar la pesca en alta mar.
En las playas de arena fina: Para pescar en el mar, y sobre todo para hacer capturas, no es necesario disponer de instalaciones especiales o de una barca. Cunado hablamos de “instalaciones”, pensamos en los espigones, en las estacadas e incluso en las rocas que se adentran en el mar
Las dársenas
Los meses de verano y de otoño se prestan a la pesca de la anguila y de la platija en las aguas salobres, en general, y en las dársenas de los puertos, en particular.
Manera de practicar: Por poco que consiga aislarse el pescador, puede actuar con una caña y un carrete apenas especializados. Con frecuencia, lo esencial está en el carrete. Se pueden emplear carretes muy diferentes, desde el pequeño carrete de tambor fijo, hasta el enorme tambor giratorio de los pescadores marinos.
Puede intentarse, pues, utilizar un carrete de río para pescar en una playa. La cosa es factible y no presenta inconvenientes graves, con tal de que se tenga en cuneta que es indispensable engrasar a conciencia esta accesorio, antes y después de la pesca. Sin embargo, sería ridículo utilizar este aparato en la orilla de un mar agitado, pues éste no permite lanzar de forma.
Las cañas para la pesca en el mar han de ser bastante largas y lo bastante fuertes para lanzar un peso de 200g.
En resumen, el material indispensable para la pesca en las playas se compone de un carrete de tambor fijo y de una caña larga, de unos 4 metros, que sea muy sólida.
Mas información sobre aparejos etc la encontrareis en la pesca del lenguado que afín la técnica es la misma
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