LA PESCA COSTERA


¿Qué es y cómo se realiza la pesca de bajura?
La pesca costera o de litoral es aquella pesca de bajura que se realiza en las zonas más próximas a la costa, relacionada generalmente con actividades pesqueras artesanales, como la caña, el arpón o la red, y efectuada por barcos de pequeño tamaño o bien desde la propia costa en el caso de las comunidades más tradicionales. Es aquella que más suelen practicar los amantes de la pesca deportiva cuando quieren probar suerte con el mar y alejarse de los espigones y acantilados, o de las propias playas. Pese al importante retroceso de esta actividad en los países más industrializados, la pesca costera sigue siendo la principal base socioeconómica para millones de personas en todo el mundo. La actividad pesquera de litoral es la más sensible a la degradación medioambiental y el cambio climático. Por lo general, va siempre ligada a embarcaciones de poca envergadura y a los métodos más artesanales.
 

De hecho, su práctica no es algo que suela tener más de un día de duración. A diferencia de la de altura, que puede durar semanas o incluso meses en función de los objetivos a pescar en cuanto a cantidades y la finalidad que se tenga (industrial o económica en la mayoría de ocasiones), esta es más accesible para los pescadores deportivos. Esta forma de pescar es algo que, además, suele estar muy conectado con las lonjas. Los pescadores salen a faenar durante el día y, al terminar, llevan todo lo que han recogido a la lonja para poner sus piezas en subasta y con un precio de salida que, poco a poco, va descendiendo hasta que son compradas en diferentes paquetes por aquellos que quieren ponerlas a la venta en sus comercios o quieren usarlas para otros fines más allá del comercial.
 

Características principales de la Pesca de litoral.-
Entre las características principales que tiene la Pesca de litoral se encuentran las siguientes:
  • La pesca de litoral se lleva a cabo en embarcaciones de eslora no mayor a los 18 metros. La eslora quiere decir la longitud de la embarcación medida desde la proa hasta la popa del barco. Como podrás notar son embarcaciones pequeñas.
  • Esta pesca por lo general se practica durante el día y la embarcación no dura más de un día sin regresar a puerto.
  • Tomando en cuenta la definición de pesca de litoral podemos decir que es la pesca que se realiza no más allá de las 60 millas, tomando como referencia tierra firme.
  • Este tipo de pesca se practica en España mayormente en la costa mediterránea, la atlántica e incluso la cantábrica.
  • Es una de las bases socioeconómicas más importantes del mundo tomando en cuenta las miles de personas que la practican para fines comerciales y que suele ser también el sustento de su familia. En algunas partes del mundo se practica con mayor o menor sofisticación, pero se sigue practicando como sustento.
  • Es practicada también como deporte y vía de recreación por muchas personas en el mundo.

¿Qué tipos de pesca de bajura existen y donde se suele practicar?-
En España, la pesca de bajura se practica en la costa mediterránea, la atlántica e incluso la cantábrica. Todo el agua que nos rodea es un buen lugar para utilizar tanto técnicas de arrastre o superficiales, como también para lanzar las cañas para pescar todo aquello cuanto sea posible. Hay muchas familias y especies distintas de criaturas marinas que pueden capturarse en esta corta distancia, aunque es algo que depende sobre todo de los métodos que se quieran emplear. Existen diferentes tipos de pesca de litoral dependiendo de la forma en que se lleve a cabo, entre las más importantes podemos nombrar. Aunque no vamos a profundizar demasiado en estas técnicas, sí vamos a hacer un breve resumen de los mecanismos de cada una.
 

Pesca por anzuelo.-
Esta pesca es la menos invasiva y muchas veces es la más sofisticada, ya que, en el caso de la caña de pescar el objetivo es un solo pez. Dentro de la pesca por anzuelo también se encuentra la pesca con palangre que no es más que un cabo denominado madre con un conjunto de anzuelos a lo largo. Este último puede ser horizontal o vertical.
 

Palangre:
se extiende una línea madre desde el barco, de la que penden unos brazos con anzuelos y cebos en sus extremos. Pueden colocarse a media altura o de forma que lleguen al fondo marino, en función de lo que se desee pescar.
 

Pesca de arrastre.-
Como su nombre lo indica, el medio para obtener peces por esta técnica consiste en soltar la red amarrada a la embarcación y arrastrarla trayendo en ella los peces que quedaron atrapados. Arrastre: esta técnica hace completo honor a su nombre. Consiste en dejar una red conectada al barco y arrastrarla por el fondo o por una altura media para capturar todos los peces posibles durante el trayecto.
 

Cerco:
con un solo barco, se lanza una red con la que se rodea al banco de peces en cuestión, llegando a una profundidad de unos 40 metros aproximadamente. Cuando los peces van pasando y quedando en la zona de la red, esta se cierra por su parte inferior, atrapándolos a todos.
 

Trasmallo:
una red con varias capas de malla que van siendo atravesadas por los peces hasta que poco a poco van quedando enredados y quedan completamente atrapados.
 

Pesca con trampas.- Esta pesca consiste en una nasa que es un armazón generalmente de madera forrado por una red donde quedan atrapadas algunas especies marinas mediante un mecanismo que las engaña para que entren y luego no puedan salir.
 

Oportunidades de estudio.-
Aunque a primera vista sea difícil de creer, el arte de la pesca en general implica el manejo y estudio de términos marítimos que muchas veces se aprenden trabajando en la pesca, pero en otras ocasiones puedes aprenderlos en instituciones especializadas. Entre las profesiones relacionadas con esta temática puedes encontrar la de Técnico en navegación y pesca litoral, donde en algunas ocasiones puedes desempeñarte como patrón de litoral o patrón de altura.
 

¿Qué tipos de peces podemos pescar en la pesca de bajura en España?-
En cualquiera de las aguas que bañan nuestro país, sean del Atlántico, del Cantábrico o del Mediterráneo, podemos encontrar un buen repertorio de criaturas marinas que van desde bivalvos hasta peces propios de la gastronomía de España. La cantidad y variedad que hay disponibles en nuestras aguas, sobre todo en las que pertenecen a la plataforma continental, donde se realiza la pesca de bajura, es más que interesante. Los pescadores que salgan a pasar un día entero pescando a través de esta modalidad, tienen la oportunidad de atrapar grandes cantidades de boquerones, jureles, salmonetes o pijotas recurriendo a cualquiera de las técnicas que he explicado en el apartado anterior.
 

La pesca costera o en plataforma, no solo nos suministra los recursos marinos más codiciados por la buena cocina, si no que además lo hace en un excelente estado de frescura. Los barcos que pescan en la costa gallega, realizan sus actividades a varias millas de la costa del sur de Galicia. La pesca se realiza mayoritariamente con artes de arrastre. Una de las especies más codiciadas de esta pesquería es la merluza (Merluccius merluccius), una especie bien conocida por todos y que es protagonista de muchas de las mejores recetas de la gastronomía de nuestro país. La merluza es gran depredador que se alimenta mayoritariamente de otros peces, incluyendo merluzas de pequeño tamaño. Pueden ser, por lo tanto, caníbales. Las merluza se reproduce durante todo el año con lo que siempre se pueden encontrar hembras con huevas bien desarrolladas, que son muy valoradas.
 

Otro protagonista de esta pesquería es el rape negro (Lophius budegassa), un depredador voraz que utiliza un radio de la aleta dorsal modificado en forma de caña de pescar para atraer pequeños peces y engullirlos en uno de los movimientos más rápidos de todo el reino animal.
 

La cigala (Nephrops norvegicus) es el marisco más común de esta pesquería y también el más codiciado. Las cigalas viven a profundidades de hasta 900 metros dentro de pequeñas madrigueras, en hábitats muy específicos con fondos de fango y arcillosos. Su carne es blanca y tersa, y es considerado por los expertos uno de los tres mejores mariscos de Galicia.
 

Otro de los grandes protagonista que no podemos dejar de mencionar es el rodaballo salvaje (Scophthalmus maximus), una auténtica exquisitez. Viven en zonas de arena o de concha, y puede llegar a alcanzar los 27 kg de peso, mucho más que el rémol o corujo (Scophthalmus rombus). Otra diferencia entre ambos es la aleta dorsal y anal, que son continuas y forman ángulos claros en la mitad del cuerpo en el rodaballo, pero no en el rémol o corujo.
 

En menor medida, debemos destacar otras especies como el bacalao fresco, que aunque más propio de aguas más frías del norte, aparece en esta pesquería y se caracteriza por su carne fina y elegante. Por último, podemos destacar especies como el pez de San Pedro (o San Martiño), el Lenguado o el Besugo, tres especies muy apreciadas por los consumidores y que protagonizan los mejores platos aunque con características muy diferentes.
 

Estos peces no son lo único que puede capturarse. Pulpos, calamares, cualquier cefalópodo propio de nuestras aguas, como también bivalvos o cigalas, gambas e incluso langostinos pueden capturarse también con la pesca de bajura. La variedad disponible es bien grande y, dado que no es una práctica que requiera pasar muchas jornadas fuera, que puede reducirse a tan solo un día, es lo suficientemente productiva como para resultar interesante para todo tipo de pescadores. Aunque, por lo general, siempre tiene fines económicos o comerciales.
 

Guía de iniciación a la pesca costera deportiva.-
En principio, pescar en la mar se asemeja mucho a hacerlo en aguas continentales y lo que encontraremos bajo la superficie es prácticamente lo mismo: peces, crustáceos, moluscos... Sin embargo, no olvide que existen algunos elementos característicos del medio marino que hay que tener en cuenta, como son las mareas y el oleaje. Las olas son ondas superficiales que desplazan cierta cantidad de agua.
 

Cuando topan con un accidente que sobresale del lecho marino o cuando el fondo se eleva bruscamente, esa masa de agua tenderá a alzarse de modo proporcional y alcanzará una altura determinada, para luego volver a caer por efecto de la gravedad. Es lo que llamamos “romper” la ola. Si pescamos en un sitio expuesto a la acción del oleaje, deberemos estar prevenidos para que no nos arrastre un golpe de mar. Las consecuencias serán muy desagradables, incluso trágicas.
 

¿Cómo sabremos hasta dónde pueden llegar las olas?
Esto es difícil establecerlo con exactitud, pero existe un método bastante preciso y efectivo. Si nos encontramos en el Mediterráneo -o en el Cantábrico u Atlántico con la marea bajando-, observaremos la mar durante al menos quince minutos desde un lugar elevado, que nos permita contemplar la formación y evolución de las olas. Entonces, descubriremos que, entre todas ellas, se dan tres –que van seguidas una de otra- de mayor envergadura que el resto y que marcan el límite por altura. Es lo que muchos marinos conocen como “las tres Marías” y los surferos como “la serie”. Esta serie de tres olas significativamente mayores que las demás, determinan el punto limítrofe hasta dónde puede llegar el oleaje. 


Si ubicamos nuestro puesto de pesca un par de metros más allá, será muy difícil que una ola llegue a mojarnos y, mucho menos, nos arrastre. En caso de que la marea esté subiendo y nos encontremos en las costas del Atlántico o de la Cornisa Cantábrica, el asunto se torna más complicado, por lo que recomendamos al neófito se abstenga de pescar en los rompientes y busque la seguridad de otras zonas más tranquilas, como el interior de los puertos o las bahías calmas. Estos sitios siempre albergan a gran cantidad de animales marinos, sirven de refugio a los alevines y de cazadero a los predadores, y, cualquiera que sea el estado de la mar o de la marea, pueden ser pescados.


Llamamos marea al movimiento cíclico en la altura de los mares, consecuencia de la influencia gravitatoria de la luna y el sol. Así, cuando ambos se sitúan en línea –cosa que ocurre con la luna llena y la luna nueva- se suman sus fuerzas de atracción sobre los océanos y entonces se produce el fenómeno que denominamos mareas vivas. Estas mareas son aquellas que suben mucho –conocidas también por mareas grandes- y que, consecuentemente, bajarán también mucho. 


Después, a medida que transcurren los días y la luna se vuelve creciente o decreciente y forma progresivamente un ángulo con el sol cada vez más recto -como si fuese un péndulo que nunca llegase a la situación de equilibrio-, la marea se tornará cada día más muerta o pequeña; esto es, con menor desnivel o diferencia entre la pleamar y la bajamar, hasta que, alcanzado un punto, comienza a ser un poco más viva cada día, a medida que nos acercamos otra vez a una luna nueva o a una luna llena, y vuelvan a quedar en línea los astros. La marea sube y baja dos veces cada día, pero, como el día lunar es más largo que el solar, -aproximadamente unos 50 minutos más- la pleamar y la bajamar se producirán cada día un poco más tarde –esos 50 minutos de diferencia-.


En el Mediterráneo, por ser éste un mar pequeño y cerrado (casi un lago salado) la marea es poco pronunciada y podremos no tenerla en cuenta. Pero en las costas bañadas por mares abiertos, la comprensión de cómo operan las mareas resulta fundamental para la pesca desde tierra. Y no sólo por lo referente a la seguridad personal de cara al oleaje, sino porque muchas especies de peces litorales se alimentan en función de los movimientos de la marea. De este modo, será poco menos que inútil lanzar nuestros aparejos con la marea bajando –máxime cuando ésta es viva-, pues los peces se estarán también retirando. 


Muy al contrario, lo más conveniente será intentar “interceptarlos” cuando la marea sube y ellos se aproximan a tierra siguiendo el curso del agua que invade zonas que quedaron en seco. Estos lugares o charcos que deja la marea cuando se retira, llamados “tíldales” son los más provechosos, pues es aquí donde viven gran parte de los animalillos y algas que constituyen el alimento de las especies litorales. Serán, en buena lógica, los mejores sitios para proveerse de carnada o cebo: gusanos, mejillones, cangrejos, quisquillas y un largo etcétera.
 

El cebo.-
Acabamos de citar unos cuantos cebos que son casi universales para la pesca costera. En realidad, la práctica totalidad de estos pequeños seres que viven en las zonas intermareales constituyen una perfecta carnada. Hacerse con un puñado es sencillo. Basta con investigar estos charcos tíldales con la marea baja, ayudados por una pequeña red o quisquillero. Cualquier pequeño crustáceo, cualquier molusco, cualquier anélido –gusano- que encontremos, se considerará apto para ser encarnado en el anzuelo.


Si nos resulta un engorro “coger cebo”, la otra opción consiste en comprarlo en una tienda de pesca o afín. Lo más común pasa por adquirir una cajita de gusanos marinos. Pero si no encontramos ese comercio especializado, unos mejillones, chirlas o similares serán igualmente efectivos. Como último recurso, siempre podemos echar mano de unas gambas congeladas, unas tiras de calamar o, incluso, unos berberechos en conserva “al natural”.


El equipo.-
Respecto al equipo, conviene desechar unos cuantos tópicos instalados en la mayoría de los que se acercan a la pesca marítima por primera vez. Pese a que los océanos se vean surcados (cada vez menos, de todas formas) por peces enormes, el equipo que emplearemos no ha de ser pesado y fuerte, sino, más bien, de reducidas dimensiones y lo bastante ligero para aguantarlo en la mano durante varias horas. Tenga usted en cuenta que nunca tendrá acceso a los atunes que aparecen en los anuncios de conservas, ni a los meros que pueblan el menú de las bodas. Ni siquiera al pez espada que tantas veces ha comido con ali-oli. Un pez de más de cinco kilos en nuestras costas constituye casi una rareza, una excepción que no vale la pena contemplar. Así que, por muy optimista que sea usted, cómprese una caña ligerita y de unos tres metros, un sedal de menos del 0.25 y unos anzuelos del tamaño de su uña meñique. Y créame, serán más que suficientes para capturar el 99% de los peces que se interesen por su carnada. Además, cuanto más ligero sea su aparejo, más disfrutará de sus capturas y, en líneas generales, más barato le saldrá el equipo.


Los mejores lugares.-
A priori, cualquier lugar es bueno. Depende de las circunstancias. Lanzar en una playa poco frecuentada por bañistas resulta excelente, pero no menos idóneo será el interior de una bahía, o los cortados al pie de una pared rocosa. Ahora bien, para determinar la elección de nuestra zona de pesca, habremos de contemplar ciertas variables, en especial tres, que cito a continuación:
  1. La primera, que el sitio elegido sea “fácil”. Cuando digo fácil, quiero indicar que su acceso es sencillo, que no presenta peligro –no hay olas, ni demasiado verdín en las rocas, ni otros riesgos- y que es suficientemente espacioso para permitir movernos con el equipo.
  2. La segunda condición es que alcancemos zonas de cierta profundidad con nuestro aparejo, estimando el mínimo en unos dos metros.

Esto es muy importante en el Mediterráneo, donde la marea es poco apreciable y los peces no acostumbran a desplazarse hacia la orilla a medida que ésta sube. Además, las aguas, por lo general más quietas y cristalinas que las de las costas oceánicas, favorecen que la pesca se encuentre a mayor profundidad. Recuerde que los peces se sienten más vulnerables en estas condiciones de poco fondo y agua nítida, por lo que tenderán a no acercarse demasiado a tierra.
 

Por último, habremos recabo cierta información sobre lo que pretendemos capturar y nos cercioraremos de que, tanto nuestro equipo como el cebo y el lugar elegido, se corresponden. De no ser así, estamos abocados al fracaso más estrepitoso.
 

Unos consejos.-
Lo más recomendable para alguien que se inicia es que practique las dos modalidades más típicas y sencillas: 
  • a fondo y a boya. Olvídese de los artificiales, de la pesca a pulso, de los aparejos complicados o de múltiples anzuelos.
  • Si no sabe empatar anzuelos, cómprelos empatados y practique en casa el nudo con un bolígrafo y un cordón de zapatos, pero no arruine su jornada de pesca tratando de dar un nudo que no le sale.
  • Separe los plomos del anzuelo al menos treinta centímetros, y no ponga ni mucha ni poca carnada: justo para que cubra el anzuelo.
  • Si pesca a fondo, procure echar sobre un lecho de arena o fango y evite los fondos rocosos donde, a buen seguro, perderá el aparejo. Si pesca a boya o flotador, sea generoso dando calado al aparejo, pues en esta modalidad es siempre preferible pecar por exceso que por defecto. Mantener la carnada a una braza sobre el fondo resulta generalmente efectivo, mientras que a una braza bajo la superficie sólo capturaremos unas pocas especies.

Ah! Y, sobre todo, fíjese en lo que hacen y cómo lo hacen los demás pescadores. No le dé vergüenza preguntar, que nadie ha nacido sabiendo. Y si se le enreda el aparejo, le comen el cebo sin poder clavar al pez, o lo pierde cuando usted lo veía ya en la sartén, recuerde que no se aprende a montar en bicicleta sin haberse caído antes muchas veces.
Galicia contará con un plan de acción de pesca costera artesanal con horizonte 2030


La conselleira do Mar, Rosa Quintana, ha destacado este viernes en Ribadeo el compromiso de la Xunta con el sector de la pesca artesanal y ha señalado que Galicia contará con un plan de acción para este sector con horizonte 2030. Esta herramienta, ha dicho la conselleira, "verá la luz" en el 2020 y con ella se atenderán "las peculiaridades" de este tipo de flota. Rosa Quintana ha hecho estas declaraciones durante la clausura del V Congreso de Pesca Artesanal del Cantábrico-Noroeste, en la que estuvo acompañada por la directora general de Pesca.
 

Quintana también ha detallado en el mismo marco que el plan involucra a un colectivo de más de 6.500 personas que faenan en las cerca de 4.000 embarcaciones de artes menores con puerto base en Galicia y que cuenta con 143 millones de euros procedentes del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca, sin contar con la previsión de que el nuevo fondo sume ayudas.
 

Además, ha añadido, esta hoja de ruta atiende aspectos como la gobernanza y gestión pesquera, la investigación, la mejora del sector y la evaluación de las pesqueras, la conservación del medio marino y la eficiencia de la flota. La diversificación de actividades, la comercialización, el encausado de los productos del mar y su promoción, difusión e imagen, así como el patrimonio cultural marítimo-pesquero son otros aspectos que contempla el plan.
 

En relación al concepto de pesca artesanal, la conselleira la ha vinculado a la "pesca sostenible", un "nuevo concepto ya conocido por el sector". Una pesca sostenible, indicó, "que es eficiente en el uso de los recursos, innovadora, competitiva y basada en el conocimiento, que fomenta la competitividad y la viabilidad de las empresas del sector con la inclusión de la pesca costera artesanal y que prioriza la mejora de las condiciones de seguridad en el trabajo".
 

En este contexto, ha dicho Rosa Quintana, "siempre fueron y seguirán siendo fundamentales para Galicia los fondos europeos destinados al sector marítimo-pesquero". De hecho, ha recordado que, de cara al nuevo fondo 2021-2027, Galicia fija entre sus líneas prioritarias la pesca artesanal. Además, ha añadido, la comunidad autónoma gallega demanda que "dé respuesta real al cumplimiento de los objetivos marcados por la Política Común de Pesca" y más "apoyo público directo".
 

Dentro de la pesca sostenible, Rosa Quintana ha hecho referencia al bonito y ha recordado que, por segundo año consecutivo, Galicia demandó en el mes de agosto el incremento de la cuota de esta especie por ser un recurso que se encuentra en buena situación biológica. "También solicitamos una mejor gestión para que la campaña se prolongue como mínimo hasta septiembre, como venía siendo habitual", ha añadido.

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