¡Los cabos de la costa asturiana te reservan fascinantes sorpresas! ¡Descúbrelas!
8 cabos de ensueño en la costa de Asturias.- Se adentran en el mar con valentía, y su prominente morfología crea llamativas formas paisajísticas… Y es que los cabos, que a menudo acogen en su ser a los faros que son guía y luz de los navegantes, destacan en el litoral como privilegiadas atalayas, sustentadas sobre acantilados de espectacular belleza.
Los cabos son alicientes de viento y paisaje en pleno litoral, y forman una línea imaginaria que transcurre paralela al Camino de la Costa, es decir, a la más antigua de las rutas jacobeas del mundo. Cada uno es diferente al otro. Algunos tienen su leyenda, otros albergan tesoros naturales o históricos, pero todos tienen un pasado fascinante que te dejará completamente seducido. Así que un itinerario de cabo en cabo, te descubrirá muchos secretos de la naturaleza y la vida de Asturias.
El Cabo San Emeterio, en Ribadedeva, es el más oriental de toda Asturias, y el más agreste, al estar poblado por un bosque de encinas. En su seno acoge, además, el faro más aislado de todo el Paraíso Natural. El faro de San Emeterio se asoma sin miedo a unos imponentes y verticales acantilados que resultan impresionantes desde cualquier punto de vista, ya sea por tierra, mar o aire. Asimismo, el entorno del Cabo San Emeterio te reserva inimaginables sorpresas: Una cueva prehistórica Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, un monasterio medieval, la ermita y humilladero de San Emeterio o Santu Medé en asturiano, y el maravilloso pueblo de Pimiango, donde encontrarás también un par de miradores con inigualables vistas al mar y la montaña. La Cueva del Pindal se ubica en un lugar espectacular de acantilados que se desploman en el mar, y además, esta cavidad en forma de túnel de unos 300 metros de longitud, cobija una de las más bellas e interesantes muestras del Arte Paleolítico de Europa Occidental.
Muy cerca de ella, y haciendo una pequeña ruta desde la ermita de San Emeterio, encontrarás una joya más de este espacio mágico: las ruinas del monasterio de Santa María de Tina. El recorrido hasta allí es bellísimo, y tras un pequeña pero intensa subida, la satisfacción es enorme, al encontrar lo que queda de este cenobio eremítico, cuyos orígenes se remontan a los siglos VII y VIII, y que surge durante la implantación del cristianismo en la zona. Sin olvidar que el encinar que hay en sus proximidades es el más importante de la costa cantábrica. Para completar el gran círculo de la magia, el Camino del Norte o de la Costa, cuando nos referimos a la ruta jacobea, pasa muy cerca de aquí, y es más que probable que el devenir histórico del monasterio de Tina haya estado ligado a este itinerario espiritual. Por supuesto no puedes despedirte del Cabo San Emeterio ni de Pimiango, sin hacer una parada en el Mirador del Picu, y contemplar en un vistazo panorámico el faro, el bosque, el mar Cantábrico, y los Picos de Europa, con la silueta del Picu Urriellu en lontananza…
El cabo San Lorenzo es uno de los grandes promontorios que flanquean la ciudad de Gijón/Xixón en su zona costera por la vertiente este, y que abrigan la bahía también llamada de San Lorenzo, que adquiere forma de alargada concha. El entorno del cabo San Lorenzo también es conocido como La Providencia, que tradicionalmente ha sido una zona verde residencial y de ocio para propios y foráneos. Actualmente en el cabo existe un parque, ideal para el paseo, para la práctica deportiva, para ir en familia, para disfrutar con las mascotas, o sencillamente para quedarse relajadamente contemplando el panorama. En medio de este parque, que te ofrecerá espectaculares vistas de la bahía gijonesa, hay un original mirador en forma de proa de barco, y las vistas desde allí son impresionantes, además te dará la sensación de estar navegando en el Cantábrico, con el viento y las espumas de las olas humedeciendo tu mirada.
El Parque del Cabo San Lorenzo, además, es un lugar propicio para disfrutar del arte al aire libre, porque allí te encontrarás, en una zona cercana al mar, la escultura titulada “Homenaje a Galileo Galilei XV”, y también otra escultura llamada “Paisaje germinador”, ubicada está más próxima al mirador. Puedes rematar tu periplo, visitando la coqueta capilla de La Providencia, que ha sido históricamente objeto de la devoción local. Un dato interesante es que al Cabo San Lorenzo puedes llegar en coche, o subir andando, o en bici por la senda litoral del Cervigón, que conecta la playa de San Lorenzo con este cabo, y en la que irás gozando de espléndidas vistas.
El cabo Torres protege y observa la ciudad de Gijón/Xixón por su lado oeste. En su seno está uno de los faros más emblemáticos de la costa cantábrica, muy visible desde el mar por supuesto, pero también desde tierra, si te elevas en alguna de las muchas montañas asturianas con vistas al litoral. En este cabo se encuentra la Campa Torres, una espléndida llanura sobre el promontorio rocoso, con estupendas vistas al puerto del Musel y la ciudad de Gijón/Xixón. La Campa Torres es hoy un gran parque arqueológico al aire libre - uno de los más notables de la península ibérica -, y también cuenta con un pequeño e ilustrativo museo. La enjundiosa historia de la Campa Torres comenzó hace mucho tiempo, concretamente unos novecientos años antes de nuestra era, cuando se quemó el bosque de robles que cubría la península y comenzó su ocupación por una tribu celta, que entre los siglos VII y VI a. C. levantó sus edificaciones en este lugar. Nacía entonces Noega, el castro celta cuyos pobladores se llamaban cilúrnigos, que significa caldereros. Los cilúrnigos se dedicaban a la agricultura y la metalurgia, e hicieron de Noega un importante centro comercial, manteniendo relaciones con todos los pueblos del mundo antiguo, griegos y romanos, entre otros.
Así que Noega era un castro muy próspero y preponderante en la costa cantábrica, como prueba el hecho de que la principal comida de sus pobladores era la carne de ternera… ¡Estamos en los albores de la ternera asturiana! Cuando llegan los romanos a Asturias, Noega pudo convivir pacíficamente con ellos, como muestra la excavación arqueológica, en la que se han encontrado casas redondas celtas, y otras romanas de planta rectangular. Con el devenir histórico Noega fue poco a poco abandonado, y renació en lo que hoy es el barrio de Cimadevilla de Gijón/Xixón, ciudad llamada Gigia por los romanos. Sin duda, la Campa Torres será una gran mirada a la antigüedad, pero también será una gran mirada al paisaje, ya que si el día está despejado podrás ver desde allí la costa hacia el este y el oeste, los Picos de Europa, y también parte de la Montaña Central de Asturias.
El cabo Peñas es el más septentrional de Asturias, y su faro, el más importante y el de mayor alcance del litoral asturiano, visible no solo desde el mar, sino desde muchos lugares del interior del Paraíso Natural. En realidad, el faro de Peñas es una especie de luz amiga y familiar que te acompaña en tus paseos asturianos, y hasta te orienta de las múltiples geografías que llegan a tu mirada. El cabo Peñas es un paisaje imponente en todos los sentidos, con unos acantilados que superan los 100 metros de altura, y que impresionan desde el primer momento. Además, las vistas desde allí son una auténtica maravilla, y dan idea de la belleza de la costa asturiana. Desde la isla La Gaviera se puede divisar el Cabo Vidio, y también el Cabo Busto, hacia el oeste, y hacia el este las puntas del Castro, de la Narvata, del Aguión, de la Vaca y de Tazones. Peñas es, asimismo, un auténtico balcón a la historia, que encandiló no solo a los romanos, sino a todas las culturas antiguas que lo conocieron. Fue, desde tiempo inmemorial y hasta hoy, un punto estratégico en todo el Arco Atlántico, y es el centro de la costa cantábrica.
Precisamente, para que puedas conocerlo un poco mejor, en la planta baja del faro está ubicado el Centro de Recepción de Visitantes e Interpretación del Medio Marino de Peñas. Esta muestra museográfica te resultará muy didáctica, no sólo por las técnicas de efectos especiales y simulaciones, sino por sus propios contenidos, distribuidos en 5 salas, cuyas temáticas principales son los faros, los naufragios y tormentas, el mar del Cabo Peñas, el Medio Marino y la ventana de Gozón - concejo al que pertenece el cabo -.
El Cabo Peñas es Paisaje Protegido, debido a su alto valor natural y medioambiental. Y precisamente por esta razón y para facilitar la visita al entorno, desde la misma entrada del Centro de Interpretación hasta el borde de los acantilados, discurre una senda de pasarelas de madera que te conducirán por un itinerario didáctico-ambiental, a través de paneles explicativos sobre los valores más significativos de este lugar. Y por supuesto el Cabo Peñas es punto de partida o llegada, o lugar de paso de distintas rutas, como la que va desde Verdicio, o la que llega hasta Luanco, o la que desde Bañugues va hasta Llumeres, pasa por Peñes y vuelve a Bañugues…
El cabo Vidio es otro de los grandes y espectaculares promontorios que jalonan la costa asturiana. Está en el concejo de Cudillero, y pertenece a la parroquia de Oviñana. Vidio, con sus impresionantes acantilados, es un lugar tranquilo e inspirador, en el que puedes quedarte boquiabierto contemplando la puesta de sol, y si te apetece un día madrugar, el amanecer es igualmente seductor. El paseo alrededor del faro te deja imágenes y sensaciones inolvidables, que podrás completar con la pequeña y agradable ruta que hay en el entorno de este cabo, y donde se han dispuesto bancos para que te sientes y te relajes, perdiendo la noción del tiempo… Son bancos ubicados en lugares donde las vistas panorámicas son realmente espectaculares, como por ejemplo el del Sablón. Una curiosidad es que el cabo Vidio es el único en Asturias que cuenta con una ruta de estas características.
Otra sorpresa que puede depararte el cabo es una visita a su famosa “iglesiona”, que no es ni más ni menos que una cueva existente justo debajo del faro, que tiene 60 metros de altura y que forma, de manera natural, una cúpula redondeada que precisamente es la que le da el nombre de “iglesiona”, por su similitud con este elemento que poseen las grandes iglesias o catedrales. Algo muy importante a tener en cuenta es que para conocer esta gruta, debe estar la marea baja y sin temporal. Por la pendiente existente y las características del terreno, es muy aconsejable ir acompañado de un guía, o de una persona que conozca bien la zona.
El Cabo Busto, en Valdés, es otra de las llamativas puntas de la costa asturiana. Famoso por su belleza y sus vientos, en Busto, si el día acompaña, disfrutarás de espléndidas vistas a la costa, y también a la montaña. Desde allí verás el perfil de la Ermita de la Blanca, en Ḷuarca, cuyo puerto, se intuye próximo. Y es que Busto, con su quietud y su belleza, y con el nombre grabado en su faro, parece ser una especie de antesala de esa ruta de los sabios que te encuentras en el concejo de Valdés, cuna de científicos tan notables para la historia de la Humanidad como Severo Ochoa y Margarita Salas. Y hablando de paseos, en el entorno del cabo existe una ruta circular que cuenta con 7 miradores sobre el mar. Verás acantilados gigantes, y playas de roca.
En la ruta pasarás por fincas agrícolas, observando la vida cotidiana de la zona, y también por zonas boscosas, con pinos, robles o bosque de ribera, donde sentirás el pulso de la vida y de la fauna autóctona. Desde los miradores contemplarás aguas cristalinas, especialmente en las inmediaciones del faro. Son fondos marinos de inusitada belleza que animan a darse un baño, o bien a practicar snorkel o buceo. La ruta, que no es excesivamente dura, comienza y termina en el pueblo de Busto. Un itinerario circular que, con calma, puede llevarte unas dos horas y media aproximadamente. Asimismo, el pueblo de Bustu es un lugar muy agradable, con casas tradicionales típicas del occidente asturiano. También hay hórreos, cuyos tejados de pizarra lucen especialmente con el sol.
El cabo San Agustín, en Ortigueira, en el concejo de Coaña, es un afortunado, porque es el único de Asturias que tiene dos faros. Son dos faros que representan el pasado y el presente. El antiguo, con su aire romántico, su campana y con la singularidad de que funcionaba con una válvula solar, y el nuevo, que data de los años 70 del siglo XX, y que representa la nueva generación en la señalética de la navegación actual. Ambos están ubicados en el privilegiado enclave que representa el cabo San Agustín, con una amplia zona ajardinada y de paseo a su alrededor. En las proximidades te encontrarás la coqueta ermita de San Agustín y el monumento a los marineros fallecidos, uno de los pocos que existen en Asturias en el entorno de un cabo.
Sobrio pero impactante, pone de manifiesto el espíritu luchador de los habitantes de Ortigueira, de gran tradición pesquera y navegante. Y es que este pueblo marinero de la costa occidental de Asturias, nació cuando las casas de los pescadores comenzaron a descolgarse por las laderas de un pequeño valle que se funde con el mar Cantábrico. En realidad se trata de un enclave muy antiguo, vinculado antaño a la caza de ballenas y la pesca de langostas. Ortigueira cuenta, además, con un recóndito y precioso puerto, El Ribeiro, cuya presencia se intuye desde el Cabo San Agustín, desde donde se divisa de maravilla la playa de Navia. Asimismo, la zona tiene bellísimos exponentes de arquitectura indiana, como por ejemplo la Quinta Jardón, que posee unos jardines de influencia francesa muy bien conservados.
Cabo Blanco.- Todos los que lo conocen coinciden en señalar que cabo Blanco es un lugar bellísimo. Ubicado en el concejo de El Franco, muy cerca de la famosa villa marinera de El Porto/Viávelez, este promontorio rocoso de color blanquecino, alberga en su seno nada más y nada menos que una construcción castrense. El montículo del castro existente en cabo Blanco corona la parte más septentrional de este saliente natural. Los vestigios que se pueden observar aquí corresponden a un castro datado entre los siglos IV y I a.d.C., y representan una auténtica joya del patrimonio arqueológico. Es realmente prodigioso poder encontrarse con un castro de color blanco, asomado a un agua extremadamente azul, y con algunas cuevas naturales en su base. Y por supuesto con unas inmejorables vistas de la costa occidental de Asturias.
Asimismo, cabo Blanco forma parte de una ruta que sale de la playa de Porcía, y que, tras atravesar una zona de casas rurales y cuadras, llega al palacio de Fonfría, y desde allí te lleva a la playa de Monellos, una pequeña cala rocosa, muy tranquila y que cuenta con un mirador en sus alrededores. De ahí, pronto llegarás a cabo Blanco, y una vez visitado éste, proseguirás por la rasa costera hasta el área recreativa de Lloxe. Luego está la punta de La Atalaya, desde donde podrás contemplar, en días despejados hasta la Estaca de Bares. En el tramo final de la ruta, llegas de nuevo a la playa de Porcía, y desde su mirador verás un delicioso paisaje marino, donde destacan numerosas calas que se extienden hasta la villa de Tapia. Además, la ensenada de Porcía es otro de esos sitios mágicos. Un castro, una ruta y una villa marinera muy próxima, El Porto/Viávelez, hacen que cabo Blanco sea un enclave mágico. Por eso no es de extrañar que artistas como Alejandro Sanz - que rodó uno de sus videoclips allí - hayan bebido de la fresca inspiración de este cabo del occidente astur.
Y como acabamos en la zona occidental de Asturias seguimos este articulo con Lugares para enamorarte de la costa occidental de Asturias. La costa de Asturias tiene merecida fama de ser bellísima, atesorando lugares irrepetibles para disfrutar del paisaje con los cinco sentidos, y siempre con ese increíble telón de fondo que es el mar Cantábrico. Villas y pueblos, cabos, faros, playas, acantilados… Un conjunto de sitios que hacen las delicias de los viajeros más ávidos de nuevas sensaciones.
Castropol es una villa señorial y panorámica encaramada en un promontorio que se escalona hacia la ría del Eo, frontera natural entre Asturias y Galicia. Sus calles empinadas son un constante descubrimiento, y desvelan un Casco Histórico con palacios, casas blasonadas, capillas, plazas, iglesias o parques, donde se deja entrever un pasado de esplendor. Castropol, muy conocida por sus alfombras florales, destaca también por su rica cocina marinera, por las ostras de su ría, y por ser un lugar de referencia para la práctica de deportes náuticos, tanto fluviales como marítimos.
La playa de Penarronda la comparten los concejos de Castropol (Barres) y Tapia de Casariego (Santa Gadía). Dividida por el arroyo de mismo nombre, Penarronda es única: cuenta entre su flora con el alhelí de mar, una especie en peligro de extinción, que no está presente en ningún otro lugar de Asturias. Además, destaca por su singular belleza, en forma de concha alargada y con una roca redonda en el centro que da nombre a la playa. A menudo ventosa y con oleaje, es perfecta para la práctica del surf.
Tapia es una de las villas marineras más guapas de todo el occidente asturiano. Sus orígenes balleneros, su fuerte vinculación a la pesca y su tradición conservera, le confieren un aire muy especial. Su puerto, sus playas, su faro, sus antiguos barrios… todo en Tapia sabe a mar, incluida su cocina. Además, desde finales de los años 60 del siglo XX, es una meca internacional del surf, gracias a las magníficas olas de su playa de Anguileiro. Y además, si te gusta el agua salada, pero sin darte un baño en el mar, Tapia es la única villa de toda la costa asturiana que cuenta con una piscina de agua salada, acondicionada en una antigua cetárea. Cuna de personajes ilustres, que podrás conocer en la exposición “Los señores de las Casas Palacio”, ubicada en la Casa de Cultura, Tapia conserva hoy en día todo el encanto de una glamurosa villa cantábrica.
La playa de Mexota, en el concejo de Tapia de Casariego, es un precioso remanso de cristalinas aguas. Se accede a ella a pie desde la localidad de Serantes, o a través de un camino desde Villamil. Un islote rocoso central divide la playa en dos, y le da un aire inconfundible. Protegida por grandes acantilados y con una fina arena blanca, Mexota es un auténtico oasis de paz y tranquilidad, donde de vez en cuando, sopla la brisa marina…
Porcía es una playa de inusitada belleza que combina los cantos y la arena dorada, con una curiosa forma triangular que la hace especial. También tiene río, el Porcía, que sirve de frontera natural entre los concejos de El Franco y Tapia de Casariego. Es muy llamativa por sus meandros fluviales y sus islotes de roca. Además desde la playa son visibles los restos de un embarcadero de mineral de hierro. La playa del Porcía, al abrigo de las inclemencias marinas, destaca por sus aguas tranquilas.
El Porto/Viavélez hace honor a la belleza de la costa occidental con sus puertos y villas marineras, y le otorga a El Franco, su municipio, un lugar destacado en lo que a paisajes de costa se refiere. Recóndita, casi secreta y humilde, El Porto/Viavélez te ofrece paz, ambiente de puerto pesquero, buena cocina y mucha literatura. Precisamente por el arte de las letras, esta villa marinera del occidente asturiano ha viajado por todo el mundo gracias a que su hija predilecta, la novelista Corín Tellado - la más leída en lengua castellana después de Cervantes - nació en esta hermosa villa y allí te encontrarás su casa natal. Además esta autora da nombre a una de las calles más bonitas de la localidad, trazada desde la Cofradía de Pescadores.
Como toda villa marinera que se precie, El Porto/Viavélez conserva en sus costumbres y en su típica arquitectura la esencia de la cultura del occidente de Asturias, y así lo sentirás en sus calles, en su puerto o en su mirador, desde el que tendrás espectaculares vistas del litoral. Y a pocos kilómetros de El Porto/Viavélez, podrás visitar As Covas da Andía, de gran singularidad geológica y paisajística. Te encontrarás con que la abundante y densa vegetación apenas las hace visibles desde el exterior, pero una vez que te adentras en ellas descubrirás un mundo en el que se combina la belleza natural con la actividad minera de la época romana, destinada a la obtención de oro. Sin duda, un lugar interesante a la par que sorprendente.
Barayo es mucho más que una playa. En realidad, la Reserva Natural de Barayo está formada por el tramo final del río con el que comparte nombre, dunas, marismas y una playa salvaje de arena oscura frecuentada por naturistas. El inmenso arenal está compuesto por dos lenguas de arena, la que cubre el frente de la costa y una segunda que sirve de ribera a las aguas dulces. El acceso a la playa es peatonal, a través de una pista forestal o descendiendo por unas escaleras naturales enclavadas en el acantilado. Y en ambos extremos de la playa se han habilitado amplios aparcamientos. Barayo es siempre un descubrimiento y un lugar en el que perderte para encontrar inusitados hallazgos muy naturales.
Puerto de Vega encarna el romanticismo en la costa occidental asturiana, y por eso ha sido y es una poderosa fuente de inspiración para los artistas. Sus alrededores son de una espectacular belleza natural y arquitectónica. Las grandes quintas indianas con sus jardines, las casas-palacio, las casonas típicas asturianas y todo un universo rural, colorido y auténtico, se diseminan en el entorno de Puerto de Vega. Su activo puerto te ofrece una encantadora estampa, con su flota amarrada, compuesta por pequeñas embarcaciones de madera que salen a diario al mar, y bordeado de típicas casas de pescadores, casonas solariegas, casas de indianos y modernos edificios. Numerosos símbolos y monumentos recuerdan la grandeza de su pasado y su protagonismo en episodios notables, como la fortificación, en 1776, y el fallecimiento del ilustrado Gaspar Melchor de Jovellanos en la Casona Trelles en 1811, tras refugiarse en la villa por una tormenta. Así que la aproximación a esta villa resulta siempre una delicia. Los bares y restaurantes rezuman aromas cantábricos de pescados y mariscos. El ambiente es sosegado, y la flota luce humilde en las tranquilas aguas, al pie de la rula.
Playa de Arnelles. En el margen oriental del Cabo de San Agustín, en el concejo de Coaña, encontrarás la playa de Arnelles, un pequeño arenal de 100 metros de longitud, de arenas doradas, oleaje moderado y poca ocupación debido a su acceso a pie. En medio de un escarpado entorno, está situada cerca del bello puerto pesquero de Ortiguera, un lugar que, sin duda, merece una visita. En las proximidades se encuentra también el Castro de Coaña, un asentamiento del siglo IV a. C., situado en la margen izquierda de la ría de Navia, sobre una colina y rodeado de murallas. Un vistazo panorámico sobre el castro te impresionará, y una vez dentro de él entenderás algunos secretos de la cultura castreña, que tanta vida e importancia tuvo en el pasado de Asturias.
Luarca/Ḷḷuarca es una apacible villa marinera, que fue un importante puerto pesquero desde la Edad Media, y que conserva muchos vestigios de ese glorioso pasado: antiguos barrios, los restos de una fortaleza, la Mesa de Mareantes y Navegantes, puentes con leyenda, o palacios y casas blasonadas. Por si esto fuera poco, vio nacer al Premio Nobel de Medicina, Severo Ochoa, y de él conserva muchos recuerdos. Luarca/Ḷḷuarca es tan blanca que no parece atlántica. Además, es la única de toda Asturias flanqueada por dos miradores y dos capillas: la blanca, al este, y la de San Roque al oeste, y la que tiene el cementerio más bello de todo el Cantábrico. Por supuesto, los alrededores de la Villa Blanca son una fuente inagotable de gratos descubrimientos: uno de los botánicos más grandes y exóticos de toda Europa; un Parque a medio camino entre la Tierra y el Cosmos; un Cabo donde soplan los mejores vientos y se confeccionan los mejores pasteles de España; una romería asturiana al pie de un acantilado, o las más bellas playas para disfrutar de insólitos parajes, de baños de ensueño o de olas increíbles.
La Regalina, una capilla con vistas panorámicas. Uno de los pueblos más bellos del concejo de Valdés es Cadavedo. Muy conocido por su arquitectura indiana y por los muchos hórreos con que cuenta. Pero lo que de verdad lo convierte en único, es su ermita de La Regalina - que también tiene dos hórreos ubicados en las proximidades -. La Regalina, ubicada en un espectacular paraje junto al mar, es uno de los lugares ‘totémicos’ de la costa occidental asturiana. Miles de viajeros, peregrinos, caminantes, romeros, escritores, artistas, cineastas, etc. han quedado prendados con este sitio, que tiene una curiosa historia, a medio camino entre la realidad y la leyenda. Resulta que la Virgen de Nuestra Señora de Riégala – conocida popularmente como La Regalina – es la patrona de Cadavedo.
Dice una leyenda popular que la imagen se la encontró un campesino en el interior de un tronco hueco de un castaño, situado en las inmediaciones de la fuente de Riégala. Y así en 1931 se erige la ermita de Santa María de Riégala, y ese mismo año, por iniciativa del Padre Galo, figura clave de la literatura asturiana, comienzan a celebrarse las fiestas de la Regalina, en el Campo de la Garita, frente a la ermita. Cada último domingo de agosto miles de personas participan en una misa al aire libre, aderezada con un desfile de romeros ataviados con la indumentaria tradicional, que se mueven al ritmo de los carros del país y la música de gaitas y tambores. Nunca una fiesta típica asturiana se celebró desde tan privilegiado balcón sobre el mar Cantábrico. La Regalina, tanto el lugar como la fiesta, es realmente algo único e irrepetible.
Cudillero, la magia de lo invisible. De todas las villas marineras del Cantábrico, Cudillero es la única que no se ve ni desde tierra, ni desde la mar, al estar ubicada en un recodo natural que le confiere esa condición de invisible, y por tanto misteriosa. Esto quiere decir que para que contemples Cudillero tendrás que estar dentro, y una vez allí el espectáculo te resultará asombroso… Un puerto pesquero lleno de sabor, un pueblo que se descuelga casi en vertical por una ladera entre dos colinas componiendo un anfiteatro único de vivos colores, un ambiente cosmopolita donde escucharás varios idiomas en pocos metros, terrazas, restaurantes y sidrerías ambientados en cualquier época del año, la capilla de El Humilladero, la iglesia de San Pedro… son algunas de las señas de identidad de una villa llamada pixueta, y que es tan singular, que hasta tiene su propio lenguaje. Cudillero, surcado en sus entrañas por dos ríos, el de Santantón y La mimosa, es como una especie de balsa flotante que se hace a la mar, que es su verdadera esencia. Todo en Cudillero sabe a mar, huele a mar, suena a mar… Murales, redes, timones, flotadores… todo son señales inequívocas de que has llegado a un territorio marinero de rotunda identidad.
Uno de los supremos atractivos que te ofrece la villa de Cudillero es la posibilidad de callejear, de perderte literalmente por sus muchos rincones y recobecos. Descubrirás escaleras sin fin, pasadizos, balcones, miradores, viviendas de pescadores de vivos colores… en cuyos soportales podrás encontrar algún curadillo - pequeños escualos que secan o curan en las terrazas, ventanas o balcones, para consumir en tiempos de “envernada” o de vigilia -. Si te adentras en el anfiteatro y sigues los peces azules que hay pintados en el suelo, irás zigzagueando hasta lo más alto, y a medida que ganas altura, tendrás diferentes puntos de vista de Cudillero. A medida que asciendes, el rostro de la villa pixueta va mudando, es como si tuviera mil caras, y te perderás entre sus tejados, con la música de fondo de las olas del mar y el canto de las gaviotas. Observar el anfiteatro desde dentro del anfiteatro es una experiencia increíble, es como desentrañar algunos misterios de Cudillero… Hay tres lugares que no puedes perderte. Uno de ellos es el mirador de La Garita, ubicado en el lado este del anfiteatro, y desde donde en un vistazo contemplarás el faro, el puerto y la villa. Otro es el mirador de “El Picu”, justo en el corazón pixueto, y otro es el de la Casa del Fuego, en la parte oeste de Cudillero. Entre todos completarás un secuenciado de instantáneas visuales únicas, al mismo tiempo que te adentrarás en la curiosa historia de este pueblo. Y así, caminando de mirador en mirador, te inspirarás mejor para comprender el alma pixueta…
Por supuesto, a pocos kilométros de Cudillero capital, tienes otro de esos paraísos perdidos que no puedes dejar de visitar: la playa del Silencio.
Y para acabar este recorrido por la costa Asturiana, terminamos por donde empezamos, el oriente Asturiano. Es tiempo de verano, de vacaciones, de costa y de mar. Asturias te ofrece decenas de planes para disfrutar de la costa, de las olas, de la brisa, del paisaje. Planes diferentes y gratificantes, e incluso más imaginativos que lo viene siendo tradicionalmente un día de playa… Travesías marinas para descubrir cenotes, cuevas y acantilados; seguir el rastro de los dinosaurios, recorrer el Camino de Santiago de la Costa – el más antiguo que existe -; llegar hasta ídolos prehistóricos; hacer rutas imperiales; descensos ríos llenos de historia; descubrir playas de agua dulce; dejarte seducir por las vistas de ensueño de algún mirador, o disfrutar con una ruta a caballo a pie de costa son algunas de las opciones más sugestivas que te queremos proponer para próximo verano.
Costeando por Asturias, entre Gijón y Ribadesella existe un maravilloso litoral, que ha sido bautizado hace unos lustros como Costa de los Dinosaurios, y que debe su nombre a la abundancia de huellas y restos óseos de dinosaurios y otros réptiles jurásicos que, gracias a la investigación científica, han ido identificándose en el transcurso del tiempo. Así que en este tramo de costa podrás visitar yacimientos de icnitas (huellas) de dinosaurios en los concejos de Villaviciosa, Colunga y Ribadesella. Una maravillosa ruta que te llevará al puerto y la playa de Tazones, así como a su faro; a la playa de Merón; al acantilado de Luces y a los de Lastres; a la playa de La Griega; a la playa de Vega; al acantilado de Tereñes, y a la playa de Ribadesella. Y si quieres, como colofón, para conocer más en profundidad el mundo de los dinosaurios, y hacerlo de una forma lúdica a la par que didáctica, y disfrutarlo en familia, puedes ir al Museo del Jurásico de Asturias (MUJA), que está ubicado muy cerca de Lastres y es otra maravilla. Desde el Museo del Jurásico de Asturias también programan algunas visitas guiadas a las icnitas de la playa de La Griega.
Asturias es un verdadero paraíso para el espeleo-paddle surf, precisamente por la abundancia de acantilados, al mismo tiempo que por la belleza y formas que éstos tienen. El espeleo-paddle surf consiste en explorar con la tabla de paddle zonas de acantilados donde existen cuevas, arcos rocosos esculpidos en las inmensas rocas calizas, o verdaderos cenotes de agua salada. Es una actividad para disfrutar al máximo descubriendo lugares de increíble belleza, siempre mejor hacerlo acompañados de un guía, por su conocimiento de los sitios y de la mar. El tramo de costa entre Ribadesella y Llanes, por la naturaleza kárstica del litoral, es una zona idónea para esta práctica, cada vez más en auge en Asturias. Así que te sentirás como un auténtico explorador del litoral…
El litoral asturiano tiene una singularidad que pocos tienen: es el escenario por el que transcurre el Camino de Santiago más largo y uno de los más antiguos. Y es que el Camino del Norte o de la Costa es el que hicieron las primeras oleadas de peregrinos que procedían de la Europa septentrional. Así que un maravilloso plan para recorrer la franja litoral, haciendo ejercicio, tomando el aire y disfrutando del paisaje es practicar este “senderismo histórico” que significa la ruta jacobea. Tienes unas cuantas etapas para realizar, y aquí te proponemos la que transcurre entre Ribadesella y San Salvador de Priesca, más que nada porque unos pocos kilómetros conoces una villa marinera como Ribadesella/Ribeseya; playas como Vega, Arenal de Morís o La Isla, y una joya prerrománica como San Salvador de Priesca.
Pero no solo de itinerarios históricos te vas a nutrir en la costa asturiana. La Prehistoria también te dejará prendado. Una exquisita muestra de esta llamada de la Prehistoria es el famoso Ídolo de Peña Tú, ubicado en Puertas de Vidiago (Llanes). La excursión hasta el ídolo es una bonita ruta, en la que caminas entre castaños y hayas, y siempre como telón de fondo tienes el verdor asturiano. Al llegar al Ídolo, te quedarás sorprendido: una inmensa roca zoomorfa te recibe. Estarás en un extremo de la Sierra Plana de la Borbolla, y esta gran peña parece que tuvo un carácter sagrado en tiempos prehistóricos, de ahí que se tenga pequeñas figuras pintadas en rojo en un abrigo abierto en el Peñón. Las vistas desde la zona son espectaculares, y durante el recorrido pasarás muy cerca del Camino de Santiago del Norte o de la Costa… ¡Un paseo realmente emocionante!
Los ríos son fuente de vida y de belleza en Asturias. Y también son escenarios de lo más adecuado para un ocio saludable y ameno. El Sella es uno de esos ríos. Tal vez sea el más conocido internacionalmente gracias a la Fiesta de las Piraguas o Descenso Internacional del Sella, un evento que tiene noventa años y que aúna como ningún otro fiesta y deporte. Precisamente hace casi tres décadas, lugareños aficionados al deporte del piragüismo idearon una actividad de turismo activo, en la que se hace el mismo recorrido fluvial que la Fiesta de las Piraguas: nacían así los descensos turísticos del Sella. Es una de las actividades de turismo activo más populares y divertidas. Perfecta para hacer con familia o amigos, o para ir con tu mascota, si la tienes. Numerosas empresas ofrecen este descenso turístico. ¡Así que anímate a navegar entre Arriondas y Ribadesella!
El 19 de septiembre de 1517, desembarcó en el pueblo pesquero de Tazones el joven príncipe Carlos de Gante, quien llegaría a ser el Rey Carlos I de España y Emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico como Carlos V, el hombre más poderoso de la tierra durante la primera mitad del siglo XVI. En ese primer viaje llegó desde Flandes para tomar posesión de los reinos de sus abuelos, los Reyes Católicos. Tras ser recibido en Tazones se trasladó a la localidad de Villaviciosa, en la que pasó cuatro días, alojándose en la Casa de los Hevia, para continuar después su ruta hasta Valladolid, donde juraría como Rey el 9 de febrero de 1518. En su traslado entre ambas localidades el joven príncipe pudo disfrutar de los hermosos paisajes que ofrecía aquella bella tierra asturiana que estaba descubriendo.
Hoy en día tú podrás hacer aquel paseo entre las bellas localidades de Tazones y Villaviciosa, ambas declaradas Conjuntos Históricos-Artísticos. Disfrutarás de paisajes pesqueros, rurales, agrícolas, con las pomaradas como compañeras de viaje, y en el entorno sin igual de la Ría de Villaviciosa, declarada Reserva Natural Parcial y considerada uno de los estuarios de mayor riqueza biológica del norte de la Península Ibérica. ¡Una sencilla ruta, conocida como la ruta de Carlos V, de poco más de 11 kilómetros, donde disfrutarás de auténticos “paisajes imperiales”!
Estas vacaciones son una ocasión ideal para probar las delicias de los baños fluviales. Y es que los ríos tienen muchas ventajas a la hora de refrescarte. Estás en un entorno tranquilo, de abundante y verde vegetación, de aguas a menudo cristalinas, y a veces en las proximidades de puentes monumentales, pueblos idílicos o lugares históricos. La playa fluvial que te sugerimos aquí está en la ciudad de Cangas de Onís, la que fuera primera capital del antiguo Reino de Asturias. Allí en las proximidades de donde se unen las aguas de los ríos Güeña y Sella, se forma una deliciosa playa, perfecta para un tranquilo y reparador baño… ¡Déjate seducir por el encanto de las muchas y recónditas playas fluviales de Asturias!
¿Nunca has caído en la cuenta de que algunas ruinas son tan enigmáticas que te subyugan? Pues un claro ejemplo es el las del Monasterio de Santa María de Tina, en Ribadedeva. En las inmediaciones de la Cueva del Pindal, y detrás de la ermita de San Emeterio una pequeña ruta te conducirá a las ruinas de un monasterio cisterciense: Santa María de Tina. El recorrido hasta allí es precioso, atravesando un bosque de encinas, y cruzando un pequeño puente desde el que, en época de lluvias, se divisa una pequeña cascada de agua, que termina cayendo al mar. Las ruinas emergen de la profusa vegetación, como si se tratase de un milagro. El enclave monástico tiene su origen en los siglos VII–VIII, durante la implantación del cristianismo en esta comarca. En su origen se trataba de un cenobio “eremítico”, nacido por la agrupación de diversos ascetas - gentes que eligen la austeridad como forma de vida en lugares de especial energía -. Las ruinas aún hoy destilan la primitiva austeridad que inspiró el origen del monasterio, que con el paso de los siglos reforzó su protagonismo merced a la peregrinación jacobea (el Camino del Norte o de la Costa transcurre en las proximidades). Tina te deslumbrará con su magia y misterio…
Uno de los mejores planes en la costa es que vayas con los ojos bien abiertos, y tu mirada ávida de descubrimientos y sorpresas. Y la costa asturiana te lo pone muy fácil. Son numerosos los miradores, de fácil acceso, que te encuentras para disfrutar del espectáculo de la naturaleza y el paisaje. Aquí te invitamos a conocer algunos como el mirador del Picu, en Ribadedeva, desde el que en los días despejados verás hasta el Picu Urriellu; el mirador de La Boriza, en Llanes, donde contemplarás la Sierra del Cuera, los Picos de Europa, y playas tan maravillosa como la de Andrín o la de Ballota, o el mirador del Fitu, en Parres, desde donde, en días despejados, tu mirada llega a todas las montañas del oriente de Asturias, así como al mar Cantábrico.
Otra forma de disfrutar de los muchos placeres paisajísticos del litoral es hacer una ruta a caballo. Las rutas a caballo son una de las actividades de turismo activo más sostenibles y saludables que puedas realizar. Con el incentivo además de que, a la natural familiarización con el caballo, añades que la altura a la que ves montado, te permite otro punto de vista sobre el paisaje, que te sorprenderá por lo agradable. Tanto mirando hacia al mar, como hacia la montaña, una ruta a caballo siempre otra manera de disfrutar…
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