Cómo pescar lubinas.- La lubina europea es de color gris plateado a azulado en la parte posterior, plateado en los lados y blanco en el vientre. Tienen un cuerpo alargado y pueden crecer hasta un metro de largo y pesar hasta 15 kg. El pescado es muy apreciado por los restaurantes por su delicado sabor dulce. Esta especie tiene un crecimiento muy lento y tarda muchos años en alcanzar la madurez completa: una lubina de 20 años, por ejemplo, típicamente pesa alrededor de 5 kg. Las hembras son sexualmente maduras de cinco a ocho años y los machos de dos a cuatro años. En este punto, estos peces comenzarán a desovar, colocando sus pequeños huevos cerca de desembocaduras de ríos o en áreas de marea más salada. Solo hay una temporada de desove por año, que generalmente tiene lugar en invierno en las poblaciones del Mediterráneo y hasta junio en las poblaciones atlánticas. Un pez resistente, la lubina no es particularmente sensible a las bajas temperaturas, por lo que algunos peces pueden pasar el invierno en las lagunas costeras en lugar de regresar a aguas más cálidas en el océano abierto. La lubina es un depredador que se alimenta de pequeños peces, langostinos y cangrejos. A medida que el clima se calienta, las lubinas comienzan su movimiento anual. La lubina es una depredadora voraz, es muy fácil atraparlas con un señuelo o un pez, especialmente después de que han aparecido. Tus probabilidades y frecuencia de captura aumentarán si conoces sus preferencias alimenticias.
Los señuelos blandos imitan a la presa de la lubina y están disponibles en una variedad de especies, formas y colores. Al igual que la pesca de la lubina americana de agua dulce, los señuelos que imitan a un pez cebo herido captan la atención de la lubina. Los señuelos duros son un poco diferente. Estos señuelos funcionan mejor cuando se pescan lubinas europeas que se alimentan en aguas superficiales.
Los peces adultos se pueden encontrar en aguas profundas de más de metros, especialmente en naufragios, pero también en estuarios poco profundos, puertos, bahías e incluso en ríos de agua dulce en ocasiones. El desove tiene lugar entre febrero y abril en aguas profundas en alta mar, a excepción de las variedades sin litoral. Los huevos flotan en las corrientes durante algunas semanas antes de incubarse en larvas, que luego se desplazan hacia la costa a medida que crecen en los estuarios y bahías de Europa occidental. Una buena forma de detectarlos es mediante el parpadeo con luces. La luz los hace girar. Desde la superficie esto aparece como un flash, delatando su posición.
Carnadas para lubina.- Las mejores carnadas para usar, y por supuesto señuelos que se parecen a estas carnadas, incluyen gusanos, lombrices, crustáceos y cangrejos. Estas se consideran las mejores preferencias alimenticias. La lubina es un depredador voraz que se alimenta de sardinas y caballa y tiene un alto contenido de aceite.
Dónde pescar lubinas.- La pesca de la lubina de verano difiere de la pesca de primavera de muchas maneras: por un lado, las lubinas se encuentran principalmente en el oleaje y en los estuarios, y la pesca de surf es muy popular, aunque requiere un conjunto diferente de equipo. Durante el verano, la mejor manera de atrapar la lubina es desde la costa, ya que les encanta permanecer en las olas mientras el agua está tibia. También se encuentran en bajíos rocosos y en canales. Se los puede atrapar con muchos de los mismos señuelos blandos y duros, así como carnadas vivas, incluyendo lombrices, gusanos, calamares, almejas, camarones y pequeños peces, aunque los gusanos son uno de los tipos de carnada más populares.
Cuándo pescar lubinas.- El mejor momento para alimentarse de crustáceos y anguilas es durante la temporada de verano y primavera cuando la temperatura aumenta. El mejor momento para capturar el bajo europeo es al amanecer y al anochecer para pescar desde la orilla. Para la pesca de surf, las olas no deben ser demasiado bajas y no deben estar suspendidas para las mejores condiciones.
Técnicas para pescar lubinas.- La pesca con flotador y el hilado son dos técnicas que funcionan bastante bien. Apunte a las áreas que probablemente tengan una gran cantidad de mejillones, cangrejos y peces pequeños, ya que estos son los alimentos favoritos de la lubina. La pesca con mosca también se está convirtiendo en una forma popular de capturar la lubina. La lubina se puede pescar desde la orilla o desde un bote mediante lances, trolling o pesca con mosca. Para la pesca, use un lanzador de playa de 3 metros mientras que la pesca desde un bote requiere una caña más corta de 2 metros. Puede necesitar usar una barra pesada si las condiciones del mar son difíciles. Cuando esté en un bote, considere la deriva con carnadas debajo de los flotadores y el uso de anguilas plásticas. Las anguilas de plástico resuelven todos los problemas de tratar de mantener la carnada viva y fresca.
La lubina, hábitat y morfología.- Este pez es conocido por varios nombres, como lubina, lobina, róbalo o robaliza, una especie muy atractiva para el deporte de la pesca, sobre todo en las costas del Mar Mediterráneo donde miles de aficionados principiantes y expertos ansía pescar la gran lubina de la temporada. También frecuentan las costas de África, sobre todo Senegal llegando hasta el norte de Europa, como Noruega. Además de por su valor deportivo, la lubina es muy apreciada por su valor gastronómico, ya que existen innumerables recetas y platos preparados con este pez. Según su anatomía, el cuerpo de la robaliza es alargado, su tamaño puede oscilar entre los 10 cm hasta 1 metro de longitud, se caracteriza por sus labios grandes y por su color plata muy brillante. La lubina habita en zonas donde las costas abundan las rocas y arenales, también se encuentran en puertos, dársenas, escolleras e incluso la desembocadura de los ríos. En los meses fríos, la lubina se adentra en el mar alejándose de las costas para volver en los meses de verano. Viven en profundidades no mayores a los 15-20 metros. Son peces muy voraces y su alimentación se basa en pequeños crustáceos, peces, gusanos incluso erizos de mar. La época de reproducción principalmente transcurre en los primeros meses del año, las hembras son capaces de poner hasta 250.000 huevos por kilo de peso. Los alevines se alimentan de pequeños organismos marinos.
Nombre científico: Dicentrarchus labrax
Familia: Moronidae
Orden: Perciformes
Clase: Actinopterygii
Peso máx.: 15 Kg
Longitud máx.: 100 cm
Trataremos de despejar las dudas sobre la pesca de la lubina desde costa, incidiremos en la técnica y el uso de cebos para poder llevarnos a casa este deseado pez, conocerás unas técnicas muy efectivas y realmente poco utilizadas pero que funcionan muy bien, cuando se usan de forma correcta, si queremos tener éxito en esta pesca debemos conocer todos los secretos que en ella encierra así que…Vamos allá!
Pescar lobinas desde la orilla con vivos.- Antes de nada, interesa llegar y montar rápido nuestras cañas, es momento y ocasión de los equipos ligeros de surfcasting y de ledgering (pesca a fondo con plomos desde playa) y hasta de pescar con cañas de spinning, pues la distancia del lance va a ser corta, incluso muy corta, y lo que interesa es contar con equipos ligeros que nos dejen lanzar muchas veces sin cansancio, y que marquen bien los toques a los cebos.
Dos cañas ligeras lanzadas a los puntos clave que vamos a comentar, cebos muy frescos como la bola de coquinas, la navaja, el choco sucio, las gusanas y si es posible el cangrejo vivo o alguna mojarrita o herrera pequeña a modo de vivo, van a ser de los mejores opciones para tentar a esa lubina que, de regreso repasa los comederos de la playa en la que estamos pescado o al menos, intentándolo. No nos aburramos si un día no logramos capturas, no es sencillo, ni fácil; pero si tenemos tiempo y queremos apostar fuerte en las próximas semanas, acudamos al máximo número de días justo para comenzar a estar pescando cuando el día comience a despuntar, en cualquier momento una lubina va a dar con nuestros cebos y las capturas pueden llegar a ser más que kileras, sobre todo en fechas veraniegas.
Cebos y equipo para pescar lubinas en verano.- Nuestra acción de pesca se va a desarrollar en una primera franja de la playa que es a menudo la que menos exploramos en nuestras jornadas a surfcasting, me refiero a ese ámbito del rebalaje y la misma orilla, con profundidad escasa y algo variable según su configuración, y que justo cuando la noche, de paso al día, tiene un atractivo bastante fuerte para el remate de la jornada de caza de las lubinas, que recorren muchas veces la orilla en paralelo buscando ese último cangrejo o un pececillo antes de marcharse a sus fondos litorales habituales. No vamos a desplegar nuestros mejores equipos de surfcasting porque lo que pretendemos es “barrer” literalmente una zona próxima a la orilla, digamos que hasta unos 50 metros de distancia, un espacio suficiente y con potencial, ya que la lubinas y bailas se mueven en poco fondo, repasan la playa a ras de arena y localizan muy rápido nuestros cebos; además, se trata de un momento en el que suelen estar confiadas, por lo que no es de extrañar que logremos alguna buena captura.
Lo principal es tocar muchos puntos, no podemos lanzar y dejar los plomos sin mover una hora, eso es apostar casi por la coincidencia de que una lubina pase cerca y se encuentre con el cebo; pretendemos poner el cebo delante de la lubina o la baila. Y para ello hay que recorrer el fondo, mover los cebos y dotar a la aparejos de la mejor configuración y reclamo posible necesario para que estos peces localicen sin demasiada complicación el cangrejillo, la bola de coquinas o el vivo que representamos. No te preocupes por pescar en estas distancia, que a esas horas es más fácil encontrar lubinas cerca que hacerlo lejos, y es que el rebalaje tiene más potencial para traer buenos peces de lo que creemos, y las lubinas, entre dos luces, suelen recorrerlo sin prisas.
Mejores cebos para pescar lobinas.- Al contrario que durante el día, momento en el que solemos pescar lubinas con buen oleaje, por la noche no hacen falta muchas olas para poder tener opciones, basta una mar rizada, e incluso en calma. Las lubinas merodean estos comederos y otros como los embarcaderos porque tienen que encontrar una suficiente cantidad de comida para alimentarse, por lo que aunque creamos que en estas fechas están poco activas, cuanto más grandes son las lubinas más tiene que moverse para comer. Como cebos preferentes para pescar lubinas están sin duda algún cebo el vivo y el cangrejo; pueden darnos buen resultado el choco sucio y la tita vuelta, pero si puedes conseguir un buen cubo de cebos vivos te dará ese extra para engañar a la lubina mas grande de la zona que decida entrar al puerto, rondar el rompeolas o subir por el cauce de la desembocadura de un riachuelo.
Para pescar lubinas es interesante usar también como cebo el cangrejo o la galera ya que son decisivos, y a falta de ellos el cangrejo de río vivo es muy buen cebo para estas grandes lubinas en desembocaduras e interior de los puertos. Por ello, y solo para quienes rozan ya la locura por la pesca, aquí van esos comentarios desde la experiencia, por si alguien se atreve a pasar alguna noche al sereno intentando pescar lubinas en estas condiciones; sabemos que en estas fechas, y aunque no con la frecuencia deseada, se pueden lograr las mayores capturas de todo el año, así que vamos a prepararnos porque el frío va a ser nuestro compañero.
Usa los cruces de las olas para cazar lobinas.- Otro punto a buscar y localizar es aquél en que se cruzan las olas, pues en los lugares donde una y otra vez se produce el encuentro de los extremos de dos olas que entran casi en línea hacia la orilla se produce una turbulencia bajo el agua que propicia que el fondo esté constantemente levantado, y no sólo esto, sino que esa turbulencia del agua hace que en ese punto se acumulen cangrejillos, restos de chocos, navajas y todo lo que una lubina entra a buscar para comer en una playa de arena. Para calar bien el aparejo en este punto hay que lanzar algo más lejos y recuperar despacio, calculando bien la zona en la que vamos a dejar el plomo; en esto hay que ser meticuloso y medir muy bien los lances, ya que es sólo en ese punto donde tendremos las máximas opciones de capturas; en los alrededores también hay oportunidades, pero la lubina saben entrar en esos cruces de olas de forma directa para buscar comida.
Usa los remolinos del mar para lanzar tus cañas.- Notaremos la presencia de un buen remolino en el rebalaje porque en la superficie se queda el agua con espuma durante un buen rato al pasar una ola o cruzarse dos; el aspecto es similar al de los remansos entre olas cuando debajo hay un banco de arena, pero en los remolinos parece que el agua hierve, y es que la turbulencia en ese punto genera que el agua se remueva mucho y levante mucho la arena y el detritus del fondo. En estos remolinos pescaremos de dos formas; tocando los alrededores, pues en esos puntos a veces el remolino de agua reparte la comida fuera del centro de la turbulencia, si no hay picadas en un rato, tocando el centro del remolino, aunque aquí corremos el riesgo de enredar el aparejo o retorcer la linea de pesca, algo que podemos minimizar al montar un buen emerillón quita vueltas y perlas giratorias en los ramales del aparejo. En estos puntos interesa pescar con el aparejo lo más vertical posible, para ello podemos montar un elevador sobre el aparejo; un buldó nos servirá perfectamente para mantener el aparejo lo más vertical posible y ofrecer así los cebos a diferente altura desde el fondo, ya que a veces las lubinas entran a ras de arena, y en otras ocasiones cruzan entre dos aguas buscando pececillos.
Los mejores trucos para la pesca de la lubina al vivo.- Aunque solemos buscar las lubinas con vivo a fondo y desde roca, no hay que olvidar el potencial que tiene un buen cebo vivo colocado en superficie en determinados puntos o en el mismo rebalaje, aprovechando la tranquilidad de nuestras playas en otoño o invierno; es tiempo de lubinas, así que vamos a por ellas. En esta ocasión vamos a cambiar un poco el equipo para adaptar nuestros carretes y cañas de pesca a una dinámica de pesca menos exigente en cuanto al lance, pero que requiere más control para calar en el lugar adecuado y una mayor atención a los punteros, ya que pescaremos el vivo, una técnica que es tradicional y sumamente efectiva y que seguro que muchos de nosotros comenzamos a practicarla siendo pequeños en el interior del puerto con una cañita corta, sedal del 0,45 mm en un carrete de calamina y una lisa sujeta con dos buenas poteras.
La pesca de la lobina requiere máxima atención.- La pesca de la lubina al vivo es realmente apasionante por la intensidad de los lances y porque hay que estar muy pendientes de la situación y reacción del vivo en todo momento, pudiendo “ver” llegar a la lubina en más de una ocasión, y teniendo siempre presente el reto de clavar rápido y comenzar a trabajar la captura antes de que corra entre las rocas o pique casi en vertical buscando las piedras del fondo. Recomendamos apostar por vivos del mismo pesquero para aprovechar al máximo su vitalidad, para ello nada mejor que una pequeña caña corchera o una caña ligera de lance, y sacar unas mojarras o lisas que mantendremos en el cubo con oxigenador, renovando el agua de vez en cuando.
Se trata de ofrecer a la lubina un vivo que no parezca prendido a un aparejo. Para ello debemos sujetar sutilmente el vivo; una de las mejores opciones es por el morrito con un anzuelo, debiendo calarlo con mucha suavidad para que llegue al lugar donde buscamos la captura en las mejores condiciones posibles, dejándolo que se mueva, pues al sentirse prendido emitirá esas señales de alarma que tan bien reciben las lubinas.
¿Cómo colocar el cebo vivo para la pesca de las lubinas?.- Esta es la clave, colocar el vivo donde las lubinas lo vean rápidamente, y por supuesto montar vivos muy activos y muy poco manipulados. Olvida pinchar la mojarrita o la lisa con el anzuelo por el lomo o el cuerpo, interesa que estén activos y lo menos dañados posible, tanto debe ser así que si después de mucho rato no hay picadas debes poder soltar el vivo y reemplazarlo por otro, y que se pueda recuperar, y para ello nada mejor que montarlo siempre con sumo cuidado y por el morrito superior. Si el vivo está en movimiento en una zona de paso o en superficie, la lubina ira a por él sin pensarlo dos veces
Hay que permitir que lo encuentren con facilidad y en lugares habituales de entrada, caza o paso. Y muy importante, hay que situar el vivo donde se vea bien y donde entendemos que es una zona de paso de los depredadores; lanzar el aparejo con el vivo en mitad de un pedregal o donde buenamente nos salga es apostar por reducir las opciones de picada. Insisto, el vivo es muy efectivo, pero hay que ayudar con intención para que su situación propicie que la lubina lo detecte.
Un buen calado es alguna zona con movimiento de agua, pues allí el vivo va a estar en continuo movimiento, y si el agua esta medianamente clara las lubinas detectarán al pececillo con relativa facilidad. En las playas interesa ir probando en varias distancias y calados, pero lugares muy dados a dar buenas picadas son los bancos de arena donde hay poco fondo a media distancia de la orilla (allí entran las lubinas a cazar los pececillos, los chocos, los cangrejos…). También interesan los canales entre bancos de arena; ahí, con poco fondo, un vivo es letal, y si es un canal más profundo montamos un pequeño buldó para que no se quede pegado al fondo.
Si el pesquero lo pide por tener alguna zona con cardúmenes soleándose cerca de tu puesto de pesca o porque sabemos que hay algún promontorio visitado por las lubinas, o una zona de remanso en días de oleaje, no dejes de montar una caña con un aparejo flotante con tu vivo; un buen buldó e incluso un flotador corchero te servirán para lanzar con un peso bien equilibrado a tu vivo a unas decenas de metros y dejarlo a ras de superficie. Atento a las pajareras, pues a veces son las que delatan los mejores calados para lanzar un vivo y dejarlo en superficie, donde lo vean bien las lubinas que cazan allí.
¿Cómo pescar lubinas en roqueros con remolinos?.- Las lubinas van a buscar en dos zonas de forma preferente, en los fondos del roquedo aprovechando que desde allí puede atacar a sus presas sin ser vistas, o en los alrededores de los remolinos y turbulencias que se producen cerca de las rompientes, y sobre todo en promontorios cercanos a la superficie, porque allí suele haber más posibilidades de encontrar comida variada, como cangrejos, gusanas, camarones y por supuestos pececillos. Para pescar lubinas en estos remolinos hay que optar por un montaje flotante para el vivo; buscaremos un flotador justo de tamaño, pero suficiente, para lanzar el aparejo y que quede a merced del movimiento de la mar en las inmediaciones de estos remolinos con algo de espuma, que a menudo encontramos a unas decenas de metros del roquedo e incluso de la orilla en algunas playas mixtas.
Hay quien coloca el vivo justo en la espuma de estos remolinos, y no es mala opción; si las rocas que hay por debajo nos permiten dejarlo allí sin correr el riesgo de enganche es muy probable que entre alguna lubina en poco tiempo si están con actividad, es una zona de turbulencias donde entran con frecuencia las lubinas buscando comida. Sin embargo, si situamos nuestro vivo en las inmediaciones, cerca de la turbulencia o remolino, pero sin que sea justo en su centro, por un lado vamos a facilitar que la lubina que merodee cerca y detecte el movimiento del vivo en una zona donde podrá permanecer algo más de tiempo, siendo además los alrededores de la turbulencia la zona por donde dan pasadas las lubinas para entrar solo cuando localizan comida o para repasar si no han logrado capturas en las inmediaciones.
Otra ventaja de lanzar el vivo cerca del remolino, es que vamos a poder ir siguiendo mejor su comportamiento por cómo reacciona el flotador; en cuando notemos repiqueteo o movimiento rápido debemos estar muy atentos, pues el vivo ve venir a la lubina, aunque en Otoño o Invierno podemos también llevarnos la sorpresa de la entrada de un pargo bueno e incluso de un pez limón, por no contar con la visita puntual de alguna chova. El aparejo no debe ser muy largo, lo interesante es tener al vivo entre un metro y metro y medio de la superficie para que se mueva bien y se vea mejor desde abajo y desde los alrededores; lo normal de estos puesto es que se trate de calados sin demasiado fondo (roquedos naturales, playas mixtas, etcétera), y en caso de que sea a fondo merece más la pena, si es posible, un montaje en tirolina.
Montaje en tirolina para pescar lobinas desde espigones.- Aquí es donde podemos llevarnos la sorpresa del día, y casi de la temporada, pues podemos clavar muy buenos peces o ver pasar jornada tras jornada sin apenas picadas. Aun así es muy interesante acudir a esos espigones que entran bastante distancia en el mar y probar suerte, pues en Otoño o Invierno hay bastante movimiento de depredadores en la profundidad cercana a las playas, y en realidad aunque busquemos buenas lubinas podremos obtener picadas de otros peces de buen tamaño. De lo que se trata es de ganar el mayor fondo posible con el vivo, pero optimizando su recorrido hacia el calado, es decir, evitaremos lanzar el aparejo ya con el vivo, pues nos limita la distancia y no tendremos muy claro en que estado llega el vivo al fondo tras los muchos metros de vuelo y luego caída hasta el fondo. Aprovecharemos la oportunidad de pescar con montajes en tirolina
Para pescar así lanzaremos directamente a tope de distancia con el plomo en la línea directa del carrete, para una vez calado el plomo deslizar un aparejo por la línea con el vivo dispuesto para la acción de pesca; de esta forma los calados siempre van a ser variables, unas veces el vivo llegara hasta el plomo y otras se quedara en una parte de su recorrido, dependiendo del estado de la mar, de si le ponemos un plomo mayor o menor, de si pescamos sin plomo en el ramal del vivo, y de cómo se mueva el pez.
¿Cómo pescar grandes lubinas?.- Las grandes lubinas que acceden a la playa desde profundidades importantes a varios cientos de metros de distancia de la orilla suelen entrar por el fondo para detectar alguna corriente de vuelta y tomarla de cara para llegar a cazar a menudo hasta e el mismo rebalaje. En este recorrido es habitual que vayan cazando las solapas, losas y pedregales que encuentran en su camino. También hay veces en que el día invita a las lubinas y a otros depredadores a subir entre dos aguas o casi a superficie; son días soleados en los que todavía pueden encontrar cardúmenes soleándose (sobre todo en la costa mediterránea), por lo que una buena observación del día, de la mar y del pesquero nos va a encaminar a montar tirolina con vivo a fondo o dejarlo que vaya bajando poco a poco por si en ese descenso lento pasa por esa zona “caliente” de caza para las lubinas.
Esta técnica y modo de pescar es a menudo la menos productiva si lo que buscamos son varias picadas de robalos, pero también aviso que si conoces algún espigón largo te arriesgas a no pescar nada, puede que en compensación logres capturar grandes ejemplares no solo de lubinas, sino de pargos, dentones, peces limón y otros depredadores que todavía tienen buena actividad en Otoño o Invierno como para desplazarse hasta la entrada de las playas.
En busca de las picadas de lubinas.- Según la profundidad recomiendo montar algún excitador de picada, lo más recomendable es un par de plumillas de caballa o jurel sobre el vivo (montando el aparejo de forma que no se enrede) si vamos a dejar el vivo bajando poco a poco o casi en superficie (en este caso un buldó ayuda a ello), o un luminoso de tamaño medio si pescamos una caída importante con varias decenas de metros de profundidad. Por supuesto montaremos el vivo intacto, nada de cortarle media colita, con un anzuelo en el morrito superior, y un anzuelo en la cola pero sin ensartar, sujeto con hilo elástico. Aquí no hay duda en montar sedales gruesos por lo que pueda pasar, y recordad dejar el freno del carrete bastante liberado para que la lubina no recele en los primeros metros; recordemos que tenemos complicado clavar, así que hay que dejar elasticidad en banda para que mastique o trague y entonces se clave con firmeza.
Pescar lubinas en días con lluvia o nublados.- Estos días retiran a muchos pescadores de la playa o del roquedo porque la inestabilidad a menudo conlleva una escasa actividad en los peces, pero a veces no…, así que no hay que dejar pasar la oportunidad de pescar en playas mixtas y roquedos con caños y claros entre las rocas del fondo; estos días las lubinas merodean a ras de fondo cazando, y un vivo presentado con talento es un reclamo que no van a dejar pasar por alto. Las playas, sobre todo en las cercanías de los espigones y de los rompeolas de los puertos, también deparan lubinas en días de inestabilidad meteorológica, salvo con mar muy tomada, en cuyo caso lanzar un vivo es complicado, no por el lance, sino por el enredo; aun así si logramos alcanzar una zona de remolino o de cierta calma entre olas, podemos probar suerte.
Lo mejor es que se nos presente un día nublado con mar en calma o poco movimiento, y que incluso llovizne o llueva discretamente; en estos días interesa pescar en roquedos y espigones, pues las lubinas en estos casos se arriman mucho a las rocas, y si colocamos un vivo llamativo, plateado (una mojarrita es ideal), en una mar oscura y con poca luminosidad en el fondo, raro será que de entrar alguna lubina en la zona no localice el vivo. Montaremos un ramal largo, y podemos ir probando con un buldó pequeño para elevarlo un poco; otra opción es la ya comentada de montar un luminoso, que resulta un atractivo excitador de picada con poca luz o mucha profundidad.
Pescaremos las zonas de roca plana que detectemos; un vivo sobre una losa o plancha de roca estará situado en un lugar estratégico para que lo detecten las lubinas, incluso en zonas de relativa poco profundidad. En estos días y circunstancias podemos incluso hacer el intento de montar dos vivos pequeños en un mismo aparejo; a veces se enredan, pero si tenemos suerte y el calado es poco profundo vamos a multiplicar las opciones de buenas picadas de lubinas y bailas.
Como pescar lubinas a spinning para principiantes.- En la pesca, hacer una afirmación absoluta, teorizar técnicas y comportamientos de los peces, es meterse en una calle peligrosa, de la que es fácil salir desmentido a las primeras de cambio. De hecho, la pesca no es una ciencia exacta, y la naturaleza, en particular en el segmento acuático al cuál nos referimos, por lo general regala muchas sorpresas que hacen comprender a los pescadores que, a pesar de que siempre se va avanzando y acumulando experiencia, con el tiempo nos damos cuenta que sabemos poco, y que cada vez hay más que aprender. Esta premisa, que no es en absoluto falsa humildad, es más que nada consideración íntima de alguien que practica la pesca deportiva con pasión. Es indispensable tomarse cada cosa que se lea a continuación con las debidas precauciones.
Para ser de ayuda a quien comienza en esta técnica y a quien hace tiempo la practica, hemos decidido voluntariamente hacer un artículo didáctico, que tiene como objetivo dar algunos puntos de referencia sobre la pesca del pez más amado, la lubina, por quienes practican el spinning desde tierra, haciendo hincapié en que, como en las historias que leíamos de niños, el final lo escribe cada uno poco a poco, según se va madurando el sentido del agua, a base de algunas satisfacciones y no menos decepciones.
Cuestión de actitud.- Pescar lubinas significa, casi siempre, gastar muchas energías físicas y mentales; no servirá de nada pescar con el mejor carrete, la caña más cara y moderna, el artificial recién llegado del Japón…, si primero no nos hemos concienciado del tipo de pesca que vamos a practicar, dónde y cuándo debemos tirar nuestros artificiales. Podemos equivocarnos en la hora, podemos equivocarnos en el lugar en función de la dirección del viento y de la marea, pero en cada caso debemos razonar y confrontar nuestras experiencias pasadas con las condiciones meteorológicas y climáticas presentes, y con las características de los lugares donde pescamos. Nuestra actitud es la clave, no el equipo con el que pescamos.
El mejor equipo para la pesca de la lobina.- La lubina no es un carángido especialmente potente, pero gran parte de la pesca invernal de este pez se da en escenarios naturales que ponen a prueba nuestro equipo de pesca, el cuál debe poder responder, y que además deben permitir lanzar los señuelos idóneos al lugar preciso. Una caña de spinning para lubinas debe tener el equilibrio perfecto entre capacidad de lance notable, para llegar más allá de la rompiente (si bien a veces sucede que el serránido ataca muy cerca de donde nos encontramos) pero a la vez debe ser capaz de hacer maniobrar adecuadamente señuelos que raramente superan los 30 o 40 gramos, por esto se suele escoger un rango que va desde los 2,10 a los 2,70 dependiendo del lugar.
Durante la pesca, la acción del pescador es, digamos secundaria, imprimiendo la acción justa a un minnow o dando un ritmo desorientado a un señuelo paseante (walking the dog). La caña no debe ser demasiado dura para evitar que el artificial desgarre la boca del pez (que casi siempre se engancha por los pelos…) pero tampoco demasiado light, ya que cuando se trata de sacar una buena lubina con una resaca potente se debe contar con una vara lo suficientemente potente. Estos son solo unos matices a tener en cuenta cuando queremos adentrarnos en el apasionante mundo de la pesca de la lubina, este pez es uno de los más deseados y disputados entre pescadores deportivos de norte a sur.
La pesca de lubinas con señuelos artificiales.- La pesca de la lubina con señuelos artificial es una disciplina lúdica que con el transcurso de los años ha pasado de ser una perfecta desconocida para el común del colectivo a verse practicada por decenas de miles del pescadores con caña, es por tanto que en nuestra sección de pesca deportiva os damos algunos consejos prácticos para mejorar en nuestro intento de logar la pesca de lubinas. En tal sentido, y en función del auge que ha experimentado, las firmas han movido ficha fabricando toda clase de materiales tendentes a dar respuestas a la demanda suscitada, algo que en la actualidad podemos comprobar bien a las claras si por ejemplo ponemos la lupa en el denominado rockfishing, la cual brinda a sus practicantes una perspectiva esencialmente minimalista y plena de sensaciones a la hora de llevar a cabo el engaño de los peces mediante el ofrecimiento de réplicas de distintas especies propias de la fauna marina.
Ahora bien, en ninguna de las modalidades de pesca posibles, el papel de pescador debe ceñirse en exclusiva a proponer o balancear un reclamo cualquiera en espera que este sea mordido por el pez así porque si, pues para que ese hecho suceda, antes debe saber que en torno a su malévola intención giran muchos condicionantes provenientes tanto del medio y del caprichoso proceder de los moradores del gran azul como de su propia actuación a pie de orilla.
Conociendo el comportamiento de las lubinas.- La lubina es un pez que fascina a infinidad de pescadores por motivos de lo más peregrinos, aunque buena parte de la culpa radica en esos sorprendentes cambios de humor que alteran y explican el comportamiento en el agua de la lubina. Y es que nuestra “amiga” es de las que una vez percibe la menor sospecha de que algo no concuerda con sus apreciaciones o bien si se siente molesta en virtud de diversos circunstancias, no se digna ni por asomo a arrimarse a los preciosos señuelos que propongamos por mucho que lo intentemos, o por muy buenos que estos sea. Por tal motivo antes de sugerirle nada, se hace necesario sopesar su estado de ánimo, en la medida que la apatía llega poco menos que aletargarla, mientras que la lubina, cuando el frenesí le invade es capaz de desplazarse bastantes metros a toda máquina con el fin de dar alcance a lo que en ese instante tengamos colocado en la grapa.
El patio de recreo de nuestra reina de corazones varía conforme pasan los meses, de ahí que sea posible encontrar a la lubina en las inmediaciones de la bocana de una ría a finales de diciembre o bien en mitad de una feroz rompiente a medidas de mayo. De este modo, y partiendo de la base que su cuerpo percibe el trascurso del calendario a las mil maravillas, debemos medir con detalle que arte resulta más indicado para buscarle las cosquillas en cada momento. Las temperaturas, las corrientes o la mayor o menor densidad de comida presente en una determinada zona son factores que asimismo valora en gran medida a la hora de establecerse, mientras que conforme adquiere tamaño, y al igual que nuestros mayores, con harta frecuencia torna su comportamiento en particularmente caprichoso, cuando no en incomprensible.
En cualquier caso, siempre que podamos hay que intentar ponerse en su pellejo, puesto que en el fondo su proceder no es tan distinto respecto del que realizamos los humanos. Para apuntalar tal parecer basta por ejemplo hacer mención a la cuestión de la temperatura: tanto las lubinas como nosotros somos capaces de captar las variaciones térmicas el ambiente, en especial si estas suceden con matiz acusado. Sin embargo, dicho extremo es advertido con carácter más notorio en lo que atañe a la lubina, lo que conlleva una mutación substancial de su conducta aún cuando la modificación sea de apenas unos grados.
Buscando aguas cálidas para pescar lubinas.- En este orden de cosas el descenso del mercurio en el líquido elemento merced a las bajas temperaturas y/o en base a la persistencia de vientos que enfríen la piel del agua durante cierto tiempo amodorra a la lubina hasta el punto de volverla reticente a realizar cualquiera de esas carreras que ponen en fuga a inmensos bancos de inmaduros, y que tanto gusta contemplar. Por eso, en estos casos, encontraremos a la lubina nadando en torno a diferentes profundidades, en pos de la termoclima que mejor le convenga en orden a no malgastar energías. Así pues, por muy empeñados que nos mostremos en hacerla ascender, si la superficie se halla gélida, cabra la posibilidad de que alguna se aventure a dar el paso, pero en la mayor parte de las ocasiones rechazará el embeleco y continuará en espera de que algo circule dentro de su radio de influencia letal. Ahora bien, tan sumamente contradictorio es el carácter de la lubina que, aunque parezca mentira, en ciertos momentos se muestra plenamente dispuesta a rebelarnos su lado salvaje con los paseantes en pleno invierno, a los cuales llega a sacudir cera aun cuando el frío sea la nota dominante.
Jugando con el clima en la pesca de lobinas.- La temperatura es un factor que debemos vigilar con minuciosidad para la pesca de lubinas, pues lo mismo es capaz de convertirse en nuestro aliado que en el peor de los enemigos. De este modo el excesivo calentamiento del ambiente, aparte de ser un auténtico peñazo para el pescador, lleva aparejada una disminución de la oxigenación del agua, lo cual acaba por ralentizar la actividad de los peces al ver estas rápidamente consumidas sus energías. Así las cosas, en circunstancias en las que las variaciones tengan carácter moderado, lo más lógico es emplear señuelos de superficie o modelos que apenas profundicen un palmo en ella, en la medida que podrán depararnos preciosos lances al ver el día durante la fase de estío. Por lo tanto aprovechemos los repentinos cambios del clima, dado que estos, lejos de resultar un incordio para los habitantes del gran azul, generan actividad y benefician a quienes saben estar esperándolos a pie de orilla para la pesca de lubinas, aun cuando parezca imposible que exista vida por las inmediaciones.
En otro orden de cosas, la actitud de la lubina se ve muy influenciada por los cambios bruscos en las isobaras, razón por la cual una vez se tenga noticia de la llegada de frentes borrascosos o de bajas presiones hasta la costa convenga estar preparados con el fin de intentar tener éxito en la pesca de lubinas. No obstante cuando estas perturbaciones arriban, la acción del oleaje suele dejar impracticables muchos de los puestos de pesca más favorables para sorprender a tan mágico pez, por lo que tendremos que encontrar enclaves en los que se combinen a partes iguales tanto la idoneidad para probar suerte como la necesaria seguridad para nuestra integridad personal.
Las corrientes, grandes amigas de las lubinas.- Las corrientes desempeñan un papel primordial en la pesca de lubinas, ya se ejecute esta mediante cebo natural o artificial, en la medida que las corrientes son las encargadas de desplazar la comida de nuestros principales objetivos al tiempo que les suministra oxígeno. En casos así, una inmensa caterva de alevines cefalópodos y crustáceos se van arrastrados y quedan prácticamente inermes ante la potencia natatoria de nuestra bulímica lubina, quien por su parte no duda en servirse del menor obstáculo para darles caza. Ahora bien, la presencia de tales flujos es algo que no siempre es fácil de adivinar ni de comprender, pues ya podemos descubrir una veta que creamos interesante y en función de ello investigarla durante mucho tiempo, que eso nunca implicara que llegamos a obtener resultados positivos en la pesca de lubinas. Y es que hallar a la lubina dentro de una corriente susceptible de albergarla no es una facultad que se adquiera de la noche a la mañana, por lo que hasta entonces se requerirá constancia y continua observación hasta dar con la clave, haciendo presentaciones lo más naturales posibles con el fin de que ese minnow o vinilo muestre un comportamiento lógico y similar respecto del resto de presas que constituyen el menú del día de la lubina.
La “lógica” de las lubinas.- En principio para la pesca de lubinas, lo mejor es apoyarse en la dirección que toma el agua y pensar en cómo actuaría uno de sus bocados ante la presión que esta ejerce sobre él. Evidentemente, cualquiera de ellos, habida cuenta su nimia entidad, a duras penas será capaz de desarrollar una cierta velocidad de desplazamiento si no es a favor del empuje, luego actuemos en consecuencia y ofrezcamos nuestros engaños cobrando línea con relativa o acusada lentitud al punto de dejar que en ocasiones sea el mar quien nos active la trampa. Y es que difícilmente algo que galopa a contracorriente como alma que lleva el diablo, va a suscitar interés a la lubina por echarle el lazo, ya que para empezar, resultará antinatural a ojos vista, por no mencionar que le supondrá realizar un notable gasto energético que bien podrá obviar si el tamaño de la presa es de carácter menudo. Eso sí, por mucho que nos metamos en la mente del pez, no siempre seremos capaces de prever con exactitud cada una de sus hipotéticas reacciones razón por la cual en ocasiones sucede todo lo contrario a lo que pensamos y las sorpresas toman tintes morrocotudos.
Las mareas mandan en la pesca de lobinas.- Conocer las tablas e intensidad de las mareas es un agente muy importante a la hora de prever la actividad de la lubina, y en este sentido hay que señalar que, como en la vida misma, todo aquello que tiene lugar en exceso, a la larga para ella tampoco es bueno. Por lo pronto, las mareas de orden vivo, en la media que desplazan mucho sustento, complican su labor de pesca, pues aunque a tal efecto se aprovecha del empuje de las corrientes, lo mismo hace su manduca, mientras que las muertas ralentizan el movimiento. Así pues, muchas veces las lubinas prefieren decantarse por arrimar por las inmediaciones de la orilla cuando llegan los coeficientes medios, priorizando aquel cenit (ya sea al alza o a la baja) acaece una hora antes o después a comienzos de la jornada o bien en el ocaso.
A partir de ahí bastara con efectuar una serie de intentos para la pesca de lubinas hasta constatar la fase que más les interese, para lo cual conviene emplazarse en sitios con calados de entre y metros como máximo, habida cuenta que de este modo, aunque el pez se encuentre pegado al fondo, podrá ascender a tomar el engaño con suma facilidad, cosa que por otra parte resultara harto improbable que ocurra cuando la caída de la costa se prolongue durante muchos metros. Asimismo la elección de los señuelos deberá ser realmente meditada en función de diversos parámetros que afectasen a la pesca de lubinas, de hecho, algunos de los señuelos pierden contacto con la presión del agua y apenas vibran, mientras que otros en cambio tiran de la puntera de la caña y del carrete como si no hubiera un mañana. En principio, en presencia de corrientes subidas de tono, los engaños de orden sinking se muestran mucho más contumaces en acción que los de sesgo flotante.
Horas, horas y más horas.- El volumen de comida existente es otro de los factores que determinaran el mayor o menor éxito de la salida de pesca de lubinas, habida cuenta que así varía sustancialmente el nivel de receptividad de los peces. En tal orden de cosas, cuando tal presencia sea amplia, nuestras opciones de salir por la puerta grande se verán ostensiblemente reducidas, puesto que la lubina tendrá centrada su atención en algo en concreto. Por eso, y en atención al más que previsible resultado de la expedición, esperemos a que ese contexto se diluya y no gastemos innecesariamente ánimo ni energías. Ahora bien, siempre cabe la posibilidad de que las cojamos con el paso cambiado y que el valiente pescador se adapte a esta complicada situación al plantear imitaciones similares al forraje presente, un detalle que le permitirá contar con muchas más papeletas de llevarse el gato al agua respecto de las que posee el compañero que lanza cualquier reclamo al tuntún.
No obstante, por entonces habrá que realizar continuos cambios y experimentos con colores, tallas y acciones de los artificiales, sin olvidar el hecho de que por muy bien que hagamos los deberes puede suceder que por las proximidades del fondo discurra comida sin que lo sepamos, lo cual a buen seguro echará por tierra cuantos esfuerzos pongamos en práctica, en cualquier caso mantenerse atento a lo que despierta la atención de los peces permite efectuar una buena elección a pie de agua, pero para eso hay que hacer lo que a veces es más difícil, que es echar horas a porrillo.
El “cazador” de lubinas.- A decir verdad siempre conviene establecer una estrategia de cara a la pesca de lubinas, y en ello conocer el medio adquiere una notable relevancia. Seguro que muchos de los que lean estas líneas estarán de acuerdo con que una buena aproximación hasta la orilla tiene una gran importancia, y que una palabra más alta que otra con el compañero que nos acompaña, o una exposición excesiva de la figura en un sitio susceptible de albergar peces, constituyen el punto de partida para desbaratar el siempre relevante factor sorpresa. Y es que la reacción de la lubina ante estas actitudes se traduce (si no es en una veloz huida) en el rechazo sistemático de cuanto le propongamos al otro extremo de la línea, luego todas las contra medidas que se adopten en orden a sortear su atenta vigilancia serán pocas cuando intentemos sorprenderla en sus dominios, en el cual, recordémoslo siempre, los pescadores somos el elemento extraño, y a la vez el más frágil.
En principio cuando se siguen los pasos de este popular serránido, la pesca de lubinas ha de asimilarse a una especie de caza, con lo cual nuestro comportamiento debe recrear el que realiza un depredador que busca sigilosamente el modo de situarse en posición ventajosa con respecto a su víctima antes de saltarle encima. Una vez que hayamos interiorizado este particular papel y estemos asentados con seguridad, contaremos con dos opciones:
* La primera consiste en lanzar el señuelo sobre la cabeza del pez, lo cual a buen segura provocara que este salga despavorido, salo que se muestre muy activo, lo que le convierte en imprevisible.
* La segunda y más lógica posibilidad se traduce en largar la muestra tras el punto en el que se espera el ataque, a fin que el artificial llegue hasta allí con absoluta naturalidad.
Llegado el caso en que se produzca una hipotética captura en esta situación conviene sacarla con celeridad si la defensa no es desaforada, pues en el supuesto de que hay más ejemplares pululando por la zona estos por lo menos se habrán dado cuenta del escándalo que se ha producido sobre sus cabezas, y obviamente tampoco es plan de alertarlos de la presencia de un peligro.
La paciencia del pescador.- Mucha gente considera que la paciencia es un don digno que se concede a un puñado de privilegiados, pero en lo que respecta a la pesca de lubinas con artificial es un rasgo que debe caracterizar a cada persona que la práctica. De nada servirá todo lo anteriormente expuesto si no aplicamos grandes dosis de observación y perseverancia, máxime partiendo de la base que esta última se ira consumiendo conforma transcurra el año, en especial si en nuestro subconsciente tarda en diluirse el desengaño que produjo la perdida de aquel precioso ejemplar en el último momento, o de cierto artificial que irremisiblemente quedó reposando sobre la piedra…
Es más, será un factor importantísimo que nos permitirá capear cuantos reveses nos reserven el mar y el entorno, pues unas veces los peces nos darán esquinazo porque nos han cogido la matrícula, y en otras las cosas no saldrán como quisiéramos en virtud e nuestra mala cabeza. También, porque no decirlo, será de gran ayuda cuando “la máquina de reñir” ponga el grito en el cielo tras haberla despertado en plena madrugada mientras intentábamos escaparnos sin que se diese cuenta de que nos íbamos de pesca…, en cualquier caso, querido lector, que ninguno de dichos contratiempos merme el volumen de ánimo por seguir los pasos a este fascinante pez que tanta pasión nos provoca!
Pescar lubinas en invierno es posible, además de gran tamaño.- Hablaremos sobre la pesca de la lubina, sobre todo la pesca de lubina en invierno donde las noches son frías y desapacibles es donde los verdaderos aficionados a la pesca marcan la diferencia y es que hay veces en las que el pesquero tiene de verdad opciones interesantes, quizás no en cantidad, pero si en calidad. Las grandes lubinas se muevan poco en temporadas frías como es en Invierno, pero lo hacen lo suficiente y a menudo en zonas accesibles para nuestros lances. Así que aquí va el reto… ¿Te atreves a pasar una noche de invierno a pie de playa, pescando a las grandes lubinas? Como se suele decir: “la pesca no se sabe, pero el catarro, como nos descuidemos, lo tenemos asegurado….”
Sabemos que, las condiciones para la pesca en general en invierno no suelen ser precisamente buenas; el frío, el viento y la lluvia nos apartan de intentarlo, y más si pensamos en la noche como momento para pescar a róbalos o doradas, por citar los peces más buscados. Pero hay lugares en los que las lubinas se mueven en estas fechas, no tanto durante el día como por la noche tratándose a menudo de peces de buen peso, lubinas que pasan el invierno alejadas de la playa, en roquedos distantes, pero que cazan hasta en la mismo orilla, buscando puntos singulares como desembocaduras, puertos, espigones y calas mixtas, intentando atrapar pececillos o cefalópodos.
Mejores zonas para pescar lobinas.- Esta es la clave… para salir una noche a cualquier sitio es casi mejor no salir. Tenemos que enfocar muy bien lo que buscamos, pues las condiciones de pesca van a ser duras, casi extremas en algunos casos. La noche en invierno es complicada y muy exigente, y no se trata de llevar un forro polar, es que se llega a pasar a veces realmente mal por mucho que te guste la pesca, pero no os asustéis, la recompensa puede merecer la pena. Hay pesqueros con buenas condiciones para pescar lubinas en noches frías, me refiero sobre todo a las zonas portuarias o anexas en las que este permitido pescar; tener iluminación es fundamental, y contar con un fondo de cierta entidad al que puedas llegar con lances cómodos es vital, porque en estas condiciones ni se lanza lejos ni los cebos son fáciles de llevar a cierta distancia debido a que tendremos menos movilidad por la cantidad de ropa que tendremos que ponernos. Ni se te ocurra ponerte a pescar en un rompeolas; hay que ser prudente y buscar zonas planas desde las que puedas lanzar con facilidad, y sobre todo seguridad. Hay muchos puertos que tiene incluso zonas donde poder pescar lubinas con el coche al lado; busca sobre todo puertos de pequeño tamaño, aunque parezca lo contrario a menudo deparan las mejores capturas.
Las lubinas grandes merodean por estos embarcaderos y zonas de carga y descarga de los puertos, al igual que recorren pausadamente el interior de los rompeolas, justo desde la bocana hasta las zonas de embarque más alejadas; pensemos en la despensa de lisas y otros peces que se refugian en el interior de los puertos, y en como una lubina sigilosa, entrando a fondo, puede localizar peces de buen tamaño a contraluz de las farolas de los embarcaderos. Si el puerto es deportivo tendremos noches muy tranquilas, y pondremos, sino hace un frío demasiado intenso, aprovechar un buen número de horas; no siempre las capturas se producen al caer la noche (recordemos que a media tarde ya no hay apenas luz en invierno) y hay que estar en buena actividad de pesca varias horas hasta la madrugada; eso si, aguantar toda la noche es algo que supera los límites de la mayoría, aunque es a veces justo en la caída de la madrugada cuando se logra alguna captura, y casi siempre de muy buen tamaño, nadie dijo que pescar lubinas fuese fácil.
Cambia de lugar o puesto de pesca.- Busquemos zonas desde las que lanzar y esperar picadas. Si hay varios embarcaderos y podemos movernos por la zona no hay que estar siempre lanzando en el mismo lugar, aunque es cierto que hay que tener paciencia; si damos con una zona medianamente iluminada y observamos lisas cerca sin duda ahí está el sitio, ahí hay que jugar las cartas que llevamos, pues si entran lubinas casi seguro que pasan por esa zona tarde o temprano lubinas. Si el puerto es pesquero quizás esté prohibido pescar dentro, pero si no o está también vamos a tener buenas oportunidades allí, pues las lubinas, al igual que las chovas y otro peces, entran con asiduidad a buscar los descartes de las barcas y barcos de pesca todo va a depender de si esa noche entran o no.
Pescar lubinas en espigones y rompeolas.- Los espigones y rompeolas de playas urbanas son pesqueros muy seguros para lograr pescar lubinas; pensemos que en las playas donde existen uno o varios espigones y escolleras o rompeolas la comida esta asegurada todo el invierno, por lo que son objetivo preferente a la hora de plantearnos buscar buenas lubinas en la noche. Al igual que hemos comentado de los puertos, en muchas ocasiones estos puntos están cerca de un paseo marítimo o alguna zona iluminada, algo que hay que buscar de forma preferente, pues aporta mucha seguridad durante la noche, y más cuando seguramente vayamos a estar solos en el pesquero. El punto máximo de potencial se alcanza en los espigones que cuentan con iluminación.
En estos escenarios tenemos una doble ventaja, y es la de jugar con las zonas donde da la rompiente y con las que están resguardadas; en el caso de las escolleras que no están conectadas con la orilla la zona que queda entre esta defensa y la misma orilla es la mas golosa, pues allí el agua suele estar mucho mas tranquila, y las lubinas dedican buen tiempo a recorrer esta zona varias veces a lo largo de la noche. No es ningún problema si esta franja es somera, las lubinas las recorren casi de forma preferente, pues suelen encontrar bastante comida, y no solo pececillos, sino también chocos, gusanas y cangrejos, por ello no hay que obstinarse en lanzar lejos ni intentando colocar siempre el aparejo al borde de las rocas de la escollera; una caña a media distancia, pescando esa zona de paso, es sumamente efectiva.
Pescar lobinas en desembocaduras de ríos.- Si buscamos entornos más naturales las desembocaduras de ríos de pequeño y medio tamaño proporcionan también un escenario casi ideal en estas fechas para pescar a una buena lubina con un cebo grande y llamativo; la cuestión es poder localizar un puesto de pesca adecuado para estar durante la noche, en esto hay que ser prudente y muy cuidadoso, y buscar primero nuestra seguridad y luego las opciones de pesca. De las desembocaduras no solo interesa lanzar al centro de la salida del agua; claro que es un lugar muy indicado para lanzar allí una caña, pero es en los márgenes donde a veces se logran las picadas. Las lubinas recorren toda la zona de influencia de la desembocadura, pues suele ser una zona rica en comida, por lo que nunca hay que dejar de estar pescando con varias cañas y trabajar desde el rebalaje hasta una distancia prudente, sin ser necesario lances extremos.
Sinceramente, creo que es preferible pescar lubinas en la desembocadura de arroyos y pequeños ríos antes que en desembocaduras de ríos importantes; ahí hay demasiado escenario para cubrir. No debemos tener miedo a estar toda la noche pescando en un riachuelo en la salida de agua de una marisma o de una acequia…, ahí hay muchas comida, y las lubinas acuden prácticamente todos los días (y noches) a buscar alimento. Si estamos allí es posible que nos crucemos con ella, si estamos en casa estaremos más a gusto, pero seguro que no tendremos la oportunidad de pescar lubinas.
Un truco final infalible para pescar lobinas.- Un truco muy efectivo para pescar lubinas en las desembocaduras de ríos y riachuelos consiste en situar una caña pescando con un cebo vivo en aparejo elevado en plena salida de agua dulce, unos metros antes de salir al agua salada; sabemos que tanto lubinas como doradas entran en los cauces a buscar comida, pero en el caso de las grandes lubinas no es que sepamos que entran sino que es frecuente pescarlas allí dentro. Pasan bastante tiempo recorriendo las mismas orillas del cauce buscando cangrejos y pececillos, y un vivo allí, en mitad del cauce de salida, si no tiene mucha anchura ni existen enganches es prácticamente infalible y tendremos muchas posibilidades de éxito en la pesca de lubinas.
7 trucos para la pesca de la Lubina.- La pesca de la lubina con señuelos es una de las modalidades que cada día tiene más practicantes. Debido a su sencillez y la pelea que ofrecen los peces al ser capturados con peces artificiales hace que sea una de las pescas que ofrece mayor satisfacción. Hoy os ofrecemos 7 trucos o consejos que pueden marcar la diferencia entre un gran día de pesca y un día sin capturas.
* Cambios de luz: Las lubinas suelen tener una mayor actividad en los cambios de luz ya que aprovechan los amaneceres y atardeceres para poder alimentarse. Además la falta de luz hace que nos sea más fácil engañarlas y entren mas confiadas a nuestros engaños.
* Cambios de marea: Al igual que los cambios de luz, los cambios de marea también generan una mayor actividad en las lubinas. Siendo media hora antes y media hora después de los cambios de marea (pleamar-bajamar) cuando mayor actividad se registra. Tenemos que tener en cuenta que hay muchas zonas de pesca en las cuales con los repuntes de marea no se puede pescar.
* Utilización de fluorocarbono: Las lubinas son unos peces muy desconfiados por lo que debemos usar un bajo de fluorocarbono, ya que es invisible debajo del agua. Haciendo así que el señuelo sea lo más real posible. El uso de un bajo de fluorocarbono también nos ayuda a que no se nos rompa el hilo con el rozamiento.
* Utilización de hilos finos: Por regla general se usan hilos trenzados, ya que podemos reducir el diámetro sin perder la resistencia lineal. Soy partidario de usar hilos muy finos para poder hacer lances más largos, que se mueva lo más natural posible y que sea lo menos visible debajo del agua. Otra de las ventajas que tiene el uso de hilos trenzados es su rigidez ya que transmite todo lo que pasa a nuestras manos. Nos ayuda a clavar las lubinas con mayor precisión.
* Pescar a distintas profundidades: Las lubinas suelen estar a distintas profundidades, dependiendo del lugar en que nos encontremos y de la época del año. En zonas de poca profundidad (hasta los 10m) serán más efectivos señuelos duros ya que la lubina suele moverse buscando pez pasto. Debemos escoger el señuelo en función de la profundidad que queremos pescar.
En zonas de roca me gusta mucho lanzar a bajos que sobresalen del fondo y a canales entre 2 piedras, ya que en estos escenarios suelen estar escondidas las lubinas esperando a que la comida se les pase por delante. Para poder pescar estas zonas, sin arriesgar los señuelos, hace falta un buen conocimiento de la zona de pesca.
En zonas con fondo de arena suelo pescar con señuelos pequeños y siempre intentando pescar lo más pega al fondo posible. Con recogidas muy lentas y variando mucho la dirección del señuelo. En estas zonas, en épocas de calor es cuando más disfruto es con la pesca en superficie, es espectacular ver como las lubinas les entran a los paseantes sin dudarlo.
Con esto no quiero decir que no se puedan usar vinilos en zonas de poca profundidad solo que deberíamos adecuar el peso del señuelo a la zona de pesca para evitar perderlos con enganches en el fondo.
* Color de los señuelos: Los señuelos tienen que ser lo más parecido posible al pez pasto de la zona. Mi experiencia me dice que durante el invierno el color que mejor me funciona son los verdes y marrones y en verano, los colores azules. En los cambios de luz suelo usar colores flúor (naranja/amarillo) y rosas.
* Paciencia y constancia: Para muchos de los que pescamos es el truco más importante ya que nunca se sabe de dónde va a salir esa lubina que te hará temblar las piernas solo con notarla al otro lado de la línea. En la pesca de la lubina es básico tenerlo en cuenta. Espero que hayáis disfrutado con este post sobre la pesca de la lubina. Recuerda que siempre nos puedes dejar tu opinión en los comentarios
0 comments:
Post a Comment