LA PESCA EN LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DE CATALUÑA-PROVINCIA DE GIRONA 2ª parte


Cada vez son más los estudios a nivel mundial que demuestran que la pesca recreativa tiene un impacto considerable en las zonas costeras y, especialmente en las áreas marinas protegidas (AMPs) la extensión de las cuales es reducida en la mayoría de casos, pero que concentran una parte importante de los pescadores y consecuentemente una presión pesquera elevada. De entre todas las actividades turísticas que actualmente se llevan a cabo en las zonas costeras de todo el mundo, la pesca recreativa es una de las más practicadas, implicando a un gran número de personas y por lo tanto una presión sobre los recursos nada despreciable. Aunque la pesca comercial ha sido siempre considerada la principal causa de la disminución global de los stocks pesqueros, recientemente se ha empezado a considerar que la pesca recreativa también contribuye a esta disminución, y que en determinados casos el volumen de extracción puede ser igual o incluso superior al de la pesca comercial.
 

De hecho, con el aumento de la presión sobre los stocks, se hace evidente que los esfuerzos de gestión sólo centrados en la pesca comercial pueden no ser suficientes para prevenir la sobreexplotación en el futuro. La integración de datos relativos a las especies más importantes en la pesca recreativa, podría aportar una estimación de las capturas más fiable y por lo tanto mejorar la evaluación de las poblaciones. Algunos estudios avalan la idea de que tanto la pesca comercial como la pesca recreativa pueden tener efectos biológicos y ecológicos similares sobre las poblaciones de peces y sobre los ecosistemas marinos. Efectos como la considerable capacidad de extracción de biomasa de una gran diversidad de especies, el bycatch (capturas accidentales y descartes), cambios tróficos mediante la pesca de piscívoros que están en lo más alto de la cadena trófica ( "top-predators"), efectos sobre el potencial reproductor de las especies, la contaminación generada por los propios pescadores la degradación de los hábitats, las nuevas tecnologías aplicadas a los aparejos de pesca y los aparatos de navegación, el esfuerzo de pesca las afectaciones en las estructuras naturales de tallas y edades, la pérdida de variabilidad genética, los cambios evolutivos, la perturbación de la fauna , e incluso impactos emergentes y poco estudiados como la introducción de especies exóticas (p.ej. con la utilización de cebos procedentes de otros mares y océanos) o la pérdida o abandono de aparejos de pesca 


En un estudio llevado a cabo en Australia donde se comparaban zonas protegidas y zonas no protegidas y donde sólo se practicaba la pesca recreativa, demostró que la presión de esta actividad puede ser suficiente para agotar las poblaciones de peces de las especies objetivo. Pero también en el Mediterráneo la pesca recreativa es particularmente importante, ya que representa más del 10% de la producción total de las pesquerías, pero a pesar de su importancia no está tan controlada ni estudiada como la pesca profesional. De hecho, se estima que alrededor del 10% de la población adulta de los países desarrollados practica esta actividad, con un récord de participación del 50 % en países como Noruega. En Europa, el número de pescadores recreativos se estima en 25 millones. A diferencia de los países del Mediterráneo, de Europa y particularmente países en desarrollo donde la pesca recreativa ha sido poco estudiada hasta el día de hoy, en otros países como Australia, Canadá, Estados Unidos o Sudáfrica, el volumen de información existente es considerable. Pero también es cierto que un gran número de estudios se centran en el seguimiento de los impactos e implicaciones de esta actividad únicamente en las aguas continentales, como lagos y ríos.
 

Importancia económica. -
 La pesca recreativa en sí misma es una actividad que indirectamente genera grandes flujos económicos (no relacionados con la venta de las capturas), que sustenta industrias y servicios adyacentes, y por lo tanto genera empleo. Esta actividad constituye pues un pilar del sector turístico en muchas zonas costeras (especialmente en el Mediterráneo donde, y aun así, pocos estudios se han llevado a cabo sobre los aspectos socioeconómicos de esta actividad). Estudios efectuados en otras regiones demuestran que los ingresos derivados de la pesca recreativa son considerables, como por ejemplo: los que se derivan de la industria náutica (venta de embarcaciones, mantenimiento, amarres); del turismo relacionado con la actividad (restaurantes, hostelería, etc.); los ingresos directos en los sectores que proveen los elementos físicos que permiten realizar la actividad (aparejos, equipamiento de navegación y detección, cebos, etc.); o el empleo que de ello se deriva. Adicionalmente, la práctica de la pesca recreativa tiene un impacto directo en el mundo de la náutica propiciando el ajuste y la creación de puertos recreativos, siendo necesario ampliar la oferta de servicios de puerto para hacer frente a las necesidades de este sector (con la creación de nuevos amarres, muelles secos para la reparación y espera, rampas, seguridad, aparcamiento, etc.) y por tanto generando una ocupación estacional para cubrir los picos de demanda de estos servicios. En definitiva, la pesca recreativa está íntimamente ligada a la náutica recreativa, además de provocar un incremento del turismo y por tanto de un consumo efectivo en cada zona, que se traduce en una mayor demanda de productos y servicios.


Las diferentes modalidades de pesca recreativa. -
Los tres tipos de pesca recreativa (pesca desde una embarcación, pesca desde tierra y pesca submarina) que se consideran en este informe merecen una atención especial por separado, dada la naturaleza de los impactos que generan. Llevan asociados un amplio espectro de técnicas y aparejos diferentes que permiten a los pescadores diversificar su esfuerzo y tener acceso a un mayor número de especies y de tallas de las capturas. Las modalidades presentes en las diferentes zonas propuestas para LIC que se han podido inventariar en base a la información recogida son las siguientes, por tipo de pesca:
 

Pesca desde una embarcación. -
Pesca con caña de fondo: se suele realizar con cañas normalmente cortas y ligeras con carrete. Se utilizan bajos de línea compuestos por anzuelos (normalmente de 1 a 3 aunque pueden llevar hasta 5) y un plomo que variará en peso según la profundidad y el tipo de captura que se quiera realizar. Las especies objetivo suelen ser demersales de fondos de roca, fangosos o arenosos. Cabe decir que tanto la medida de los anzuelos, el tipo de cebo, e incluso la disposición de los anzuelos y los plomos a lo largo de la línea, condicionarán el tipo de captura. Entre las especies más comunes tenemos el S. cabrilla, C. julis, P. pagrus, S. cantharus, junto con otras de las familias Sparidae y Labridae.
  • Pesca de fondo con línea de mano: consiste en una línea de nylon enrollada en un soporte de corcho o plástico con un bajo de línea de entre 1 y 3 anzuelos y un plomo. Equivalente a la pesca con caña.
  • Pesca de fondo con carrete eléctrico: tiene las mismas características que las dos modalidades anteriores, pero con la diferencia de que el carrete es eléctrico y suele realizarse a profundidades normalmente superiores a los 100-120m (donde el uso del carrete convencional resulta demasiado trabajoso). Consiste en soltar la línea hasta que el bajo de línea se pose en el fondo y sostener el sedal con la mano hasta que la captura potencial pique el anzuelo. Una vez enganchado el pez, se activa el mecanismo eléctrico y la línea se iza automáticamente. Suele practicarse para especies como el vorazo (P. bogaraveo), la merluza (M. merluccius) o la gallineta (H. dactylopterus).
  • Pesca al brumeo a medias aguas: es una pesca muy practicada sobre todo en los meses de septiembre a diciembre aproximadamente y cerca de la costa, mediante la cual se intenta capturar el bonito (S. sarda) o el bis (S. japonicus). La embarcación se deja a la deriva o fondeada y se inicia el brumeo normalmente con sardina para atraer estas especies pelágicas (entre otras). Al mismo tiempo se dejan en reposo a diferentes profundidades algunas líneas cebadas con sardina a la espera de la picada. Esta misma modalidad se realiza a grandes profundidades (hasta 300-350m) con la embarcación fondeada para la pesca del atún rojo (T. thynnus) de gran tamaño.

  • Pesca al curricán de fondo: es un método de pesca que se realiza con la embarcación en movimiento a muy poca velocidad (1,5 nudos aprox.) normalmente cerca de la costa. Se suelen lanzar dos o más líneas (que suelen ser cañas cortas, rígidas y extremadamente resistentes) con un cebo que puede ser artificial (señuelos tipo rapalas y pececillos de vinilo, plástico o metal) o vivo (como por ejemplo individuos de especies como el Trachurus spp. O calamares (Loligo vulgaris), previamente pescados) y un plomo de hasta 5kg para mantener el señuelo cerca del fondo. De esta manera, el cebo se arrastra con el movimiento de la embarcación y rozando el fondo (es esencial el uso de sonda para ir liberando o recuperando hilo en función de las variaciones del fondo para evitar enganchar). Dependiendo de la captura que se quiera realizar, la velocidad y el tipo de cebo variarán. Las especies más comunes son el dentón (D. dentex) y la serviola (S. dumerili), entre otros.
  • Pesca al curricán de superficie costero: se realiza a poca distancia de la costa y profundidades que varían entre los 10 y los 50m, normalmente a poca velocidad (3 nudos aprox.) arrastrando señuelos esencialmente artificiales (por lo general no demasiado grandes) por la superficie o a escasos 1 ó 2 m por debajo (dependiendo de si se usa plomo o no). Puede realizarse con cañas o líneas de mano. Las especies más capturadas suelen ser juveniles de serviola (S. dumerili), llampuga o dorado (C. hippurus), barracuda o espetón (Sphyraena spp.) y algunos pelágicos como el bonito (S. sarda) o la melva (A. rochei).

  • Pesca al curricán de altura (Pesca de altura): se caracteriza por embarcaciones normalmente de esloras superiores a los 8-9m (aunque sin descartar el uso de embarcaciones menores), cabinadas y con mucha potencia para poder alcanzar distancias considerables desde la costa. Suelen centrarse en la captura de grandes túnidos y otros pelágicos como los picudos (marlines, agujas imperiales, pez espada, etc.). La técnica es similar a la del curricán de superficie costera, aunque los aparejos utilizados son en general más resistentes (por lo que respecta a las cañas, carretes y líneas más gruesas) y más grandes (por lo que respecta a los señuelos, sobretodo artificiales).
  • Potera (para pesca de cefalópodos): otro arte común es la pesca de la sepia (S. officinalis), el calamar (L. vulgaris) y el pulpo (O. vulgaris) con potera (más común con línea de mano, pero también con caña ligera). Consiste en una pieza plomada de metal de color normalmente blanco con franjas rojas y un señuelo de colores (sin plomada), y que en un extremo llevan una corona de puntas metálicas muy finas que actúan como anzuelo (sin muerte). En el caso de la pesca de la sepia se añade un plomo en el extremo del hilo para que el bajo de línea arrastre por el fondo y sólo utiliza el señuelo sin plomada. Suele realizarse sobre fondos fangosos o arenosos. Este tipo de pesca puede desarrollarse: (I) a la deriva con la embarcación parada, lanzando la potera hasta el fondo y recuperar unos cuantos metros por encima del fondo con el fin de que la potera quede en suspensión y seguidamente realizar movimientos constantes (arriba y abajo) de manera que el señuelo no permanezca inmóvil y atraer así a la presa; (II) con la embarcación en movimiento a la velocidad mínima posible imitando el desarrollo que se produce con la pesca al curricán de superficie.

  • Jigging: es una modalidad relativamente nueva (sobre todo si la comparamos con técnicas antiguas como la pesca de fondo con línea de mano) que consiste en una caña con carrete, resistente y flexible con un cebo artificial desplumado con unas tonalidades y pesos muy diversos. Se pesca con la embarcación parada y normalmente a la deriva y básicamente consiste en dejar caer el cebo hasta el fondo y recoger rápidamente realizando movimientos bruscos y constantes arriba y abajo con la caña, simulando una toma herida o indefensa. De entre las especies más deseadas con esta técnica está la serviola (S. dumerili), el dentón (D. dentex), el bonito (S. sarda) o el pargo (P. pagrus).
  • Spinning: a diferencia del curricán, esta modalidad se realiza con la embarcación parada. Se utiliza una caña muy ligera con cebo artificial y ligeramente desplumado, dependiendo de si se quiere hacer nadar el cebo por superficie o a unos cuantos centímetros por debajo del agua. Se intentan capturar especies pelágicas como la melva (A. Rochei) o el bonito (S. sarda), pero también otros como la lubina (D. labrax) o la serviola (S. dumerili), o incluso el sargo (D. sargus) cuando se practica en la espuma, justo donde rompen las olas. Normalmente, para encontrar bancos de peces pelágicos se siguen las aves marinas que se concentran para alimentarse.

  • Pesca de fondo del raor Xyrichthys novacula: un tipo de pesca de fondo utilizando caña o línea de mano, y con unos anzuelos muy pequeños y unos plomos particulares. Normalmente se utiliza cebo de corazón o riñón de vaca o cabra (u otros cebos sangrantes como poliquetos vivos). Los pescadores deben buscar fondos arenosos para encontrar esta especie, que está sometida a regulaciones específicas (vedas y cupos) en aguas de las Baleares, donde es un tipo de pesca muy popular y la especie muy apreciada gastronómicamente.
 Artes de Pesca: VAMOS A PESCAR GALÁN O RAOR (tintorero-wwwartesdepesca.blogspot.com)


Pesca desde la costa


  • Pesca de fondo: se suele realizar con cañas de diferentes tamaños con carrete (aunque también, en mucha menor proporción se utiliza línea de mano), donde las más cortas y delgadas se suelen utilizar para la pesca de especies de roca más pequeñas (S. cabrilla, C. julis, P. erythrinus, entre otros) y las más largas y gruesas para especies más grandes (D. dentex o E. marginatus). Se utilizan de 1 a 3 anzuelos y un plomo de gran diversidad de pesos en función de la distancia que se quiera alcanzar. Un gran espectro de cebos y bajos de línea diferentes pueden ser utilizados en función de las capturas que se desean realizar. Por ejemplo, para especies objetivo como el mero y el dentón (grandes piscívoros), pueden utilizarse peces vivos capturados previamente para su utilización posterior como cebo, dejándose en reposo en el fondo mientras el cebo vivo va dando tumbos esperando ser presa de depredadores.
  • Tridente: consiste en un palo o caña generalmente de madera (pero también de aluminio), en el extremo de la cual se une un tridente metálico de 3 a 5 puntas. Básicamente se usa para capturar sepia y pulpo a poca profundidad. Común en espigones y zonas de aguas someras.

  • Flotador o boya: se suelen utilizar cañas muy ligeras y largas con o sin carrete, dependiendo de hasta donde quieran lanzar. No suele utilizar plomo, ya que interesa que el cebo no toque el fondo, pero se mantenga a escasos centímetros, aunque a veces plomos muy pequeños son utilizados. Se capturan básicamente especies de roca como pequeños lábridos y espáridos. Dentro de esta modalidad existe la “boya de agua”, con la misma funcionalidad que el flotador, pero está hecha de plástico y se puede llenar de agua para que tenga una mayor o menor flotabilidad y que tenga más o menos peso y ayude a alcanzar mayor distancia en el lanzamiento. Es común que se utilice también para la pesca del calamar (L. Vulgaris) desde costa o espigón, y con el uso de poteras ligeramente plomadas como cebo artificial.
  • Anzuelo triple o "robadora": se utiliza con cañas preferentemente largas y con rodillo para llegar a grandes distancias y puede o no ir acompañado de un corcho o una boya de agua. El cebo suele ser una especie de pasta hecha de harina, huevos, queso o pan. Es una pesca superficial que suele capturar especies como Mugil spp., Liza spp., O. Melanura o S. salpa.
  • Spinning: se utilizan cañas medias o largas y muy ligeras y flexibles con rodillo, ya que se requiere mucha maniobrabilidad y las especies que se capturan tienen gran capacidad de movimiento. Se trata de hacer un lanzamiento desde la costa lo más alejado posible e ir recogiendo hilo paulatinamente, de modo que el cebo artificial nade en superficie y imite el movimiento de un pez. Se capturan pelágicos, pero también espáridos en la espuma, dependiendo de la profundidad a la que nade el cebo.

  • Surfcasting: se practica normalmente desde la playa, aunque también desde muelles o espigones y consiste básicamente en lanzar la línea lo más lejos posible (superando incluso los 200m) sobre fondo de arena o fangoso, utilizando cañas muy largas y un bajo de línea con un plomo de entre 80 y 140 gramos (dependiendo de las características de la caña y la distancia a alcanzar) y un bajo de línea con uno o dos anzuelos, con un señuelo normalmente natural (suelen ser poliquetos o sipuncúlidos vivos, además de sardina o tiras de cefalópodos). La dorada (S. aurata) la herrera (Lithognathus mormyrus) o la lubina ( Dicentrarchus labrax) son de las especies más comunes.
  • Pesca al tiento (o “a l’amagada” en catalán): Consiste en lanzar la línea con un anzuelo y cebo (normalmente una bola de pan mojado o pasta hecha con harina y otros ingredientes naturales) repetidamente donde las olas rompen y generan espuma (el pescador debe ocultarse ligeramente para evitar ser visto por las capturas potenciales). Se usa una caña normalmente sin carrete y se brumea (normalmente con pan) para atraer a los peces. Las principales capturas son O. melanura y D. sargus. Es una pesca muy típica por ejemplo en aguas de las Baleares, donde las “pesqueras”, transmitidas de generación en generación, representan lugares muy concretos a lo largo de la costa donde se dan las condiciones más idóneas para este tipo de pesca.

  • Potera y "Jibionera": se rige por los mismos principios que el spinning dese costa y la pesca de cefalópodos con potera desde embarcación. Al practicarse desde costa a escasa profundidad, la potera es lanzada y recogida constantemente. Puede realizarse con el uso de un flotador, el cual permite dejar en suspensión el cebo artificial, o sin él, lo que obliga al pescador a ir lanzando y recogiendo el sedal constantemente.
  • Potera: Aparato provisto de un crampón plomado para la captura del pulpo. Puede ir cebado o vestido con un paño blanco. También puede tomar la forma de una pequeña tabla con varios anzuelos de gran tamaño (al menos del 6/0) cebados con pata de pollo o sardina en caso necesario, y con lastre en la parte posterior, el cual se arrastra por el fondo con la intención de capturar el pulpo (O. vulgaris).
  • Pesca de superficie con cebo vivo: al igual que ocurre con el spinning (modalidad de superficie) con cebo artificial, en algunas zonas (Menorca) se han detectado otras formas de realizar pesca de superficie. Es el caso de la pesca de la llampuga o dorado (C. hippurus) con cebo vivo. Así, el pescador previamente se dedica a la captura de pequeñas agujas (B. belone) que posteriormente son enganchadas vivas en el anzuelo y se lanzan a cierta distancia de la costa (zonas rocosas o acantilados) dejándolas nadar a su aire a la espera de que piquen las especies objetivo.

Pesca submarina. -
Se practica en inmersión libre (apnea) usando máscara, tubo, aletas y un fusil con gomas y tahitiana (la respiración artificial como la escafandra autónoma está prohibida en la práctica de esta actividad). Las especies objetivo suelen ser grandes piscívoros como el mero (E. marginatus), la corva (S. umbra) o el dentón (D. dentex). Puede practicarse saliendo desde la misma costa o desde una embarcación para acceder más fácil y rápidamente a los lugares de pesca elegidos. Las principales técnicas usadas son las siguientes (entre otras):
  • Pesca al agujero: consiste en revisar los agujeros, grietas y rincones del fondo marino en busca de presas. Se suelen pescar peces sedentarios y territoriales. Es la técnica que más contacto genera sobre los fondos y potencialmente perjudicial para invertebrados sésiles situados en las entradas o en el interior de las rocas o grietas
  • Pesca a la espera: consiste en bajar al fondo (a cualquier profundidad) después de realizar una buena ventilación, tratando de aguantar el máximo tiempo posible pegado al fondo, escondido y esperando que la captura, curiosa, se acerque al pescador lo suficiente para entrar dentro de su rango de tiro. Se capturan pelágicos y grandes piscívoros demersales y bentopelágicos. También puede realizarse en superficie o medias aguas para pelágicos, aunque es poco común.

  • Pesca a la caída: consiste en realizar una apnea y caer directamente sobre la presa disparando rápidamente antes de que le dé tiempo a reaccionar. La presa potencial suele ser divisada antes de realizar la apnea o durante el descenso hacia el fondo, si la profundidad es importante.
  • Pesca al acecho o "a lo indio": es la técnica más espontánea y consiste en ir nadando pegado al fondo salvando el relieve e intentando sorprender a la presa mientras éste está distraída comiendo, a la que se disparará lo más rápidamente posible antes de que tenga tiempo a reaccionar.
  • Pesca a la espuma: se realiza pegado a la costa donde rompen las olas y generan espuma suficiente para enmascarar al pescador, quien aprovecha las oportunidades de capturar peces en superficie que se están alimentando.

Otros tipos de pesca. -
Además de los tipos y modalidades más comunes de la pesca recreativa ya mencionados, existen otros tipos de pesca que no suelen ser objeto de estudio pero que pueden tener mucha relevancia desde un punto de vista biológico y socioeconómico, por lo que deben ser considerados en cualquier seguimiento de la actividad:
 

La pesca recreativa practicada con propósito de subsistencia.
Debemos pues considerar, sobre todo con el actual contexto de crisis económica mundial, que la pesca recreativa de subsistencia no es pesca deportiva ni se realiza por placer, sino que se lleva a cabo principalmente para la obtención de alimento y por lo tanto para el propio sustento. Generalmente implica el uso de una tecnología de pesca poco desarrollada, artesanal y que se suele llevar a cabo por gente con pocos recursos. De hecho, en el último Workshop llevado a cabo en setiembre del 2011 en el Algarve (Portugal) sobre los aspectos socioeconómicos y biológicos de la pesca recreativa y de la pesca artesanal para la preservación de las especies costeras, se discutió sobre este tema y se consideró que con la actual coyuntura económica, este tipo de pesca está aumentando en ciertas zonas.
 

La actividad de los pescadores profesionales jubilados.
Un factor importante que a menudo no se tiene en cuenta, es el hecho de considerar como pescadores recreativos a los pescadores profesionales jubilados que continúan ejerciendo la actividad. Dejan de tener una actividad meramente económica y pasan a actuar como pescadores recreativos, ya que no pueden seguir vendiendo sus capturas en la lonja. Aun así, al menos en el Mediterráneo español, ocurre que la mayoría de jubilados que continúan su actividad llegan a un acuerdo extraoficial con la cofradía a la que pertenecían, mediante el cual se les permite vender cierta cantidad de sus capturas, sometidas (teóricamente) a ciertas limitaciones.
 

Chárteres de pesca
(actividad comercial con ánimo de lucro a través de la práctica guiada de la pesca recreativa). Parece ser una actividad emergente y relativamente común en el Mediterráneo e incluso dentro de algunas AMPs (aunque por ejemplo en AMPs como la de Tavolara Punta Coda Cavallo en Italia, los chárteres están prohibidos).
 

El marisqueo
(recolección manual de erizos de mar, mejillones, caracoles, etc. que puede realizarse a pie o en apnea) está presente en muchas zonas del Mediterráneo, y especialmente en AMPs (Bonifacio, Côte Bleue, Torre del Cerrano, Cap de Creus, etc.), aunque por otra parte no existen estudios específicos al respecto (salvo un estudio realizado en Camargue (Francia) sobre la pesca profesional de coquina, en el que se hace mención de la pesca amateur; y otros tres estudios en Italia sobre la pesca de Paracentrotus lividus
 

La pesca con kayak.
Otra modalidad que debería considerarse a la hora de realizar un seguimiento de la pesca recreativa. Es una modalidad emergente en muchas zonas costeras y en algunas en pleno auge (p.ej. Costas andaluzas), muy polivalente y que cuenta con la última tecnología. Se han visto pescadores con kayak practicando el curricán costero, el spinning, el jigging y la pesca de fondo (aunque menos frecuente que el resto), utilizando las mismas herramientas que en la pesca desde embarcación, como el GPS y la sonda.
 

Estudios, informes y manuscritos. -
Dado el gran déficit de seguimientos o estudios sobre la pesca recreativa en nuestro país, no es fácil obtener información sobre esta actividad. De entre los pocos estudios que existen, algunos no están publicados en revistas científicas sino que son informes, tesis doctorales, trabajos de máster, estudios de universidades o centros independientes, seguimientos realizados en AMPs, etc., de difícil acceso.
 

Impactos sobre las comunidades bentónicas. -
Es importante destacar que los impactos que la pesca recreativa puede generar sobre los bentos pueden ser debido principalmente a 3 factores: (I) pérdida de aparejos de pesca (anzuelos, hilos, plomos o señuelos artificiales) por enganche en rocas, protuberancias u organismos sésiles erectos; (II) fondeo de la embarcación mediante ancla, cuya acción mecánica puede ocasionar efectos negativos sobre los organismos bentónicos sésiles; (III) rotura por contacto directo sobre organismos sésiles presentes en los rangos de profundidad en los que se realiza la pesca submarina. 


Concretamente, las modalidades de pesca desde embarcación que potencialmente pueden afectar las comunidades bentónicas mediante el fondeo son: la pesca de fondo y de gran fondo (con carrete eléctrico), la pesca al jigging y la pesca al brumeo. El resto de modalidades como la pesca al curricán de superficie o de fondo, el spinning o la pesca de cefalópodos, no utilizan el ancla. Así, se establecen a continuación las instrucciones para la correcta lectura de la Matriz de impactos sobre comunidades bentónicas, según la naturaleza de los impactos (causas) y la intensidad del riesgo de impacto (o intensidad del impacto potencial):


El riesgo de impacto (ver tabla anterior) se ha establecido en función de los siguientes criterios:
  • La profundidad a la que se encuentra el hábitat o comunidad, que determina la existencia o no de la pesca de fondo u otras modalidades que se practiquen con la embarcación fondeada.
  • La presencia/ausencia de especies estructuradoras e indicadoras especialmente sensibles (p.ej. incluidas en convenios internacionales de protección de la biodiversidad o consideradas vulnerables por los propios investigadores en cada uno de los informes), cuya estructura erecta las haga más susceptibles de ser afectadas por los impactos mencionados.
  • La distancia a la que se encuentran dichas comunidades bentónicas de la costa, que hasta cierto puede condicionar el acceso a los pescadores.
  • La cobertura de los hábitats o comunidades bentónicas a lo largo y ancho de cada zona propuesta para LIC (con ayuda de los mapas de los informes). Cuánto más localizado y reducido sea un hábitat respecto al total de la superficie del LIC, menos probabilidades habrá de que los pescadores ejerzan algún tipo de impacto sobre él.
  • Intensidad de pesca de recreo que a priori parece existir en cada zona de estudio (a falta de estudios más precisos).
  • El cruce de los anteriores aspectos con la presencia/ausencia de determinadas modalidades de pesca que potencialmente pueden afectar dichas comunidades.

Impactos sobre las especies capturadas. -
A parte de la presión que ejerce sobre la abundancia de las poblaciones de peces, la pesca recreativa lleva implícitos otros impactos que afectan también a las especies. Estos impactos son: (I) efectos sobre el potencial reproductor, ya sea por la presión sobre juveniles (tallas pequeñas por debajo de su talla de maduración) o sobre adultos reproductores; (II) presión sobre especies vulnerables, incluidas en convenios internacionales de protección de la Biodiversidad (como los de Barcelona y Berna), en la Lista Roja de la IUCN o en la Directiva Hábitats 92/43/EEC, o especies que tengan un Índice de Vulnerabilidad intrínseca (IV) elevado o muy elevado (>60); (III) capturas accidentales y descartes (bycatch) que los pescadores devuelven al mar (vivos o muertos) principalmente por ser de tallas demasiado pequeñas o por constituir especies de baja calidad gastronómica. De esta forma, en cada zona de estudio se ha desarrollado un matriz que contiene dichos impactos, relacionados directamente con las diferentes modalidades de pesca que se llevan a cabo en cada área.
 

Adicionalmente se ha desarrollado un matriz alternativa que presenta las especies capturadas por cada modalidad de pesca, con el fin de valorar sobre qué modalidades son las que ejercen presión sobre un mayor número de especies en general, y sobre un mayor número de especies vulnerables. Para una mejor comprensión de las matrices debemos tener en cuenta las siguientes instrucciones que, en cierto modo, ayudan a considerar si un impacto es real o “potencial” en cada una de las zonas de estudio del presente informe:
 

Otros impactos. -
A parte de los impactos ya mencionados, la pesca recreativa lleva implícitos otros impactos que deben ser considerados para la gestión de la actividad, dadas las implicaciones negativas que pueden tener sobre los recursos y el ecosistema. Estos son: (I) el uso de especies exóticas como cebo; (II) captura y suelta que, aunque a priori puede considerarse una práctica beneficiosa para las poblaciones de peces, conlleva ciertos riesgos para las capturas; (III) Interacciones sobre especies de cetáceos, tortugas y aves marinas; (IV) pisoteo ( trampling) de organismos sensibles que pueden ocasionar los pescadores que realizan la actividad desde la costa. Este tipo de impactos deben ser considerados como “potenciales”, ya que, dada su naturaleza y las limitaciones del presente estudio, ha resultado imposible establecer si efectivamente ocurren en cada zona propuesta para LIC y en qué intensidad. Las instrucciones para su correcta lectura son las mismas que aparecen en el párrafo anterior.


Principales impactos asociados a la pesca recreativa. -
La pesca recreativa como actividad extractiva, lleva implícitos una serie de impactos que se deben tener en cuenta en la gestión del espacio y los recursos. Estos impactos pueden ser directos (que se producen directamente sobre las especies objetivo) y los indirectos (derivados de la actividad pesquera y que afectan otros componentes del ecosistema). Parte de estos impactos pueden ser más o menos importantes en función del grado de concienciación de cada pescador sobre el entorno que explota. Los efectos biológicos y ecológicos más destacados son:
 

Presión sobre los recursos pesqueros:
aunque la pesca comercial ha sido repetidamente considerada como la causa principal de la sobrepesca, no debe menospreciarse la pesca recreativa como principal actividad extractiva, ya que en determinadas zonas se ha comprobado que el volumen de capturas totales de la pesca recreativa puede ser equiparable e incluso más elevado que el de la pesca comercial. Por ejemplo, en el Parque Natural de Cap de Creus, las capturas de la pesca recreativa representarían aproximadamente cerca del 50% del total de las capturas de la pesca artesanal en la misma zona. En la Côte Bleue se estima una extracción anual de 141 toneladas de pescado, frente a las 52,6 toneladas de la pesca recreativa (35%). Pero considerando las mismas especies objetivo y la misma zona de actividad, la extracción de la pesca artesanal en la zona costera es similar (60 tn) a la de la pesca recreativa (52,6). En un estudio en Italia a nivel nacional estimó en 24.000 toneladas el total de capturas por parte de la pesca recreativa, mientras que el total para la pesca comercial fue de 237.000 tn (aprox. un 10%). Fuera del Mediterráneo, en los años 90, el Atlantic States Marine Fisheries Council, determinó que los ratios de captura de la pesca recreativa de 7 especies de la Costa Este de Estados Unidos excedieron los de la pesca comercial).
 

En un estudio realizado en Australia recientemente se determinó que, incluso para especies pelágicas (como el yellowtail kingfish, spanish mackerel y wahoo, menos importantes para la pesca comercial), las capturas de la pesca recreativa oscilaban entre 4,6 y 11,6 toneladas y representaban entre un 27% y un 206% de las capturas comerciales de estas especies. Por otra parte, un elevado porcentaje de las especies que la pesca recreativa tiene como objetivo, son especies habituales en la pesca comercial (artesanal). Por ejemplo, un estudio en Cerbère-Banyuls del 2011 sobre el impacto de la pesca recreativa y artesanal sobre las poblaciones de D. sargus, determinó que solamente la pesca recreativa desde tierra capturaba el 25% del total de capturas de esta especie. En Estados Unidos, Coleman et al. (2004) determinó que la pesca recreativa tiene como especies objetivo muchas de las especies que son de las más preciadas por la pesca comercial (p.ej. Sciaenops ocellatus, Sebastes paucispinis o Lutjanus campechanus). Mitchell et al. (2008), en un estudio comparativo de la gestión de la pesca recreativa sobre dos especies similares (Pagrus auratus y Pagrus major) en dos lugares diferentes de Australia y Japón, determinó que en ambos casos la extracción de la pesca recreativa estaba por encima de la comercial.
 

Presión sobre las especies vulnerables:
dentro del amplio espectro de especies y familias capturadas en el Mediterráneo y Atlántico español encontramos un gran número de especies vulnerables. Se entiende por especies vulnerables todas aquellas que están incluidas en convenios internacionales de protección de la biodiversidad como los de Barcelona y Berna, de Washington o CITES, o bien en la Lista Roja de la IUCN o en la Directiva Hábitats. También todas aquellas que tienen un índice de Vulnerabilidad Intrínseca (VI) elevado (>60), y que a su vez dependen de factores como: el crecimiento lento, un bajo potencial reproductivo y una elevada longevidad. Este índice es un parámetro calculado a partir de conceptos como la historia vital y las características ecológicas de peces marinos, la máxima longitud del cuerpo, la edad de primera maduración, el parámetro de crecimiento K de von Bertalanffy, el ratio de muerte natural, la edad máxima, el ámbito geográfico, la fecundidad anual y la intensidad del comportamiento gregario. La VI viene definida por un valor entre 1 y 100 y cuanto mayor es el valor, más vulnerable es la especie a la explotación. Una herramienta muy útil para saber el valor de VI de las diferentes especies es el portal FishBase, una página web de carácter divulgativo y científico sobre las especies de peces a nivel global. Particularmente, los peces que viven en hábitats rocosos y arrecifes, parece que son particularmente vulnerables a la explotación como resultado de sus rasgos relacionados con la historia vital
 

Afectaciones sobre el potencial reproductor de algunas especies, debido básicamente a la pesca de grandes reproductores y de juveniles (capturas por debajo de la talla mínima o por debajo de la talla de maduración). Un estudio realizado en Cap de Creus pone de manifiesto la presión que la pesca submarina ejerce sobre el potencial reproductor de determinadas especies presentes en hábitats rocosos. La extracción de grandes individuos puede afectar negativamente a la capacidad de reproducción de las poblaciones de peces vulnerables debido a que las hembras más grandes son proporcionalmente más fecundas, se reproducen durante un período más largo de tiempo y generan huevos y larvas más grandes con mejores ratios de supervivencia. También, por hermafroditas secuenciales como Diplodus sargus y Epinephelus marginatus, donde los individuos mayores de tamaño más grande pueden ser todos del mismo sexo, una extracción significante de estos individuos puede terminar perjudicando el éxito de la puesta de una población. A un estudio realizado en Portugal basado en datos recogidos a partir de competiciones de pesca recreativa, recomienda la implementación de tallas mínimas legales en las competiciones, en vez de las actuales tallas mínimas que permiten a los pescadores capturar peces demasiado pequeños, sobre todo especies como la lubina (Dicentrarchus labrax) o del género Diplodus. Un estudio llevado a cabo recientemente en la costa atlántica de los Estados Unidos contempla la idea de que posiblemente, las regulaciones relativas a los límites en las tallas mínimas de las capturas impuestas en la pesca recreativa no son utilizadas eficazmente, ya que, sorprendentemente muchas pesquerías fijan las tallas mínimas de captura a unos niveles considerablemente inferiores a la talla de maduración de determinadas especies.
 

También en este sentido es interesante comprobar que ciertas regulaciones regionales, estatales e incluso europeas, imponen unas tallas mínimas de captura de algunas especies que están por debajo de la talla de maduración de la especie en cuestión. Por ejemplo, considerando las tallas mínimas legales (TML) de 17 especies objetivo de la pesca recreativa incluidas dentro de la Regulación N º. 1967/2006 del 21 de diciembre, 2006 de la Unión Europea, y comparándolas con su talla de maduración, se ve que sólo 4 especies (D. annularis, D. sargus, L. mormyrus y P. bogaraveo) tienen una TML superior a su talla de maduración. En cuanto al resto, 3 tienen una TML inferior a la de maduración en función del sexo (♀ D. labrax, ♂ E. marginatus y ♀ P. acarne), y las 10 restantes están por debajo. Esto tiene implicaciones directas sobre el potencial reproductor de estas especies, ya que permite a los pescadores recreativos realizar capturas de individuos inmaduros y que por tanto aún no han realizado ninguna puesta, limitando de esta manera las posibilidades de que los juveniles se integren al stock reproductor.
 

Captura y liberación:
En otras partes del mundo, fuera del Mediterráneo, esta es una práctica bastante extendida, hasta el punto en que se estima que alrededor de un 60% de las capturas realizadas por los pescadores recreativos son devueltas al mar, pudiendo llegar hasta el 100% de las capturas en determinadas áreas como por ejemplo en aguas interiores del oeste de Europa. Parece ser pero que muchos de estos estudios se centran en pesquerías en aguas continentales (ríos y lagos) y no en el mar. En cualquier caso, esta práctica no está exenta de efectos negativos sobre los peces, como demuestran por ejemplo Cooke y Schramm que contemplan la idea de que ciertas técnicas de manipulación pueden provocar estrés e incluso la muerte posterior a la liberación de las capturas.
 

Otros estudios como el realizado en 2007 por Arlinghaus, se centran en ofrecer una visión alternativa en relación al bienestar de los peces, y establece que con una correcta manipulación se pueden evitar muchos daños, teniendo en cuenta factores como: minimizar la duración de la actividad, minimizando o eliminando la manipulación y la exposición al aire, usando aparatos que reducen el daño, el estrés o la mortalidad (como por ejemplo el uso de cebos artificiales vs. cebos orgánicos; anzuelos sin muerte vs. Anzuelos con muerte, etc.), o también la diferencia de presión inducida por la pesca a gran profundidad, que puede causar importantes daños a los peces cuando son rápidamente extraídos desde el fondo. Incluso en el Código de la FAO de 2008, se establecen una serie de principios según los cuales los pescadores deberían actuar para minimizar el impacto negativo sobre las capturas.
 

Por su parte, Bartholomew y Bohnsack consideraban principalmente cinco categorías que podían afectar a la mortalidad posterior a la liberación: 1. factores intrínsecos (por ejemplo, la localización anatómica del anzuelo, o el tamaño de los individuos); 2. los terminales utilizados en cada arte de pesca (p.ej. Cebos artificiales vs. cebos naturales, tipos de anzuelos, tamaño de los anzuelos, triple anzuelo vs. anzuelo individual, etc.); 3. pesca, manipulación y las técnicas de liberación (p.ej. tiempo de manipulación de la captura, experiencia del pescador, extracción de los anzuelos profundos, etc.); 4. condiciones ambientales (p.ej. la profundidad en que se realiza la captura o la temperatura del agua); 5. otros factores (p.ej. la vulnerabilidad a la depredación posterior a la liberación).
 

Descartes:
este es otro concepto importante en la pesca recreativa y que se diferencia del captura y liberación, ya que las capturas se vuelven a mar por motivos diferentes, como por ejemplo debido a la captura de individuos por debajo de la talla mínima legal, por considerarse demasiado pequeños o bien porque se trata de especies no deseadas o prohibidas. Sin embargo, los efectos negativos sobre las capturas son los mismos que se producen en la captura y liberación. Según Gaudin y De Young, estos descartes tienen un impacto innecesario sobre el medio y se deben evitar y controlar en cualquier tipo de gestión involucrada en la pesca recreativa.
 

La utilización de especies exóticas como cebo por parte de los pescadores recreativos puede ser una amenaza para el ecosistema costero. La introducción de especies exóticas resultado de la liberación de determinados cebos en los ecosistemas acuáticos ha sido bien documentada en otros lugares del mundo. Además, es frecuente que los pescadores echan al mar los sustratos en el que los cebos fueron empaquetados (p.ej. algas o arenas) para mantenerlos vivos y húmedos. Estas algas exóticas y otros sustratos pueden contener otros organismos vivos, como pequeños crustáceos, caracoles y otros poliquetos. El resultado puede ser el establecimiento de estos pequeños invertebrados exóticos en el nuevo ecosistema marino. Por ejemplo, parece ser que la introducción del cangrejo verde (Carcinus maenas) en la costa del Pacífico de los Estados Unidos, se produjo a través del alga marina utilizada para empaquetar los cebos (poliquetos en este caso).
 

En un ejemplo más cercano, la capacidad del poliqueto importado de Corea (Perinereis aibuhitensis) para reproducirse en las lagunas costeras y estuarios de Portugal ha aumentado la preocupación sobre su posible impacto entre las especies nativas. De hecho, en la Península Ibérica, un importante componente del mercado de cebos consiste en especies de importación. Según Fowler, la importación de especies exóticas para su uso como cebos para la pesca recreativa se está extendiendo, sobre todo en los países europeos mediterráneos. Aunque las industrias de transporte marítimo y la acuicultura han recibido una notable atención como mecanismos dispersores de las especies invasoras acuáticas, los riesgos potenciales derivados de la introducción de especies marinas asociadas a los cebos permanecen en gran parte desconocidas. Es imposible cuantificar este comercio, pero estudios de mercado indican que los gusanos (básicamente poliquetos) utilizados como cebos que entran en el comercio al por menor se derivan de extracciones de organismos salvajes y fuentes de cría de todo el mundo, particularmente de los Estados Unidos, China, Corea, Australia y Países Bajos. Junto a los riesgos de introducciones no deseadas, se ha demostrado también que los cebos (vivos o muertos) pueden transferir virus que pueden afectar seriamente las poblaciones de peces salvajes. En este sentido, y aunque el uso de cebos exóticos permanece sin ninguna regulación en la mayoría de zonas costeras, el Código de Buenas Prácticas de la Pesca Recreativa (FAO, 2008; Arlinghaus et al., 2010) recomienda el uso de especies autóctonas como cebo y nunca transferir cebos vivos y sus sustratos de un mar u océano a otro.
 

Impactos generados por aparejos de pesca abandonados o perdidos por los pescadores en el lugar de pesca (hilos, anzuelos, plomos, etc.): Es habitual que los pescadores recreativos pierdan o abandonen todo tipo de aparatos utilizados para la pesca, tales como plomos, hilos o anzuelos, los cuales pueden provocar impactos significativos en el ecosistema marino. Por ejemplo, los hilos perdidos permanecen en el fondo marino a lo largo de muchos años generando la estrangulación de invertebrados sésiles (se conoce como ghost fishing en la pesca profesional), o la acumulación de plomos perjudicial para la avifauna. Actualmente no existe ningún tipo de normativa que regule los materiales utilizados para la pesca recreativa ni su pérdida a nivel europeo (parece que tampoco a nivel estatal o regional). 


En otras partes del mundo se han realizado diversos estudios relativos a los impactos generados por la pérdida o el abandono de los aparejos de pesca, tales como: efectos de la ingesta de plomo y otros aparejos en las aves acuáticas, impactos del plomo en sistemas naturales, impactos de las líneas de pesca sobre los invertebrados sésiles o impactos de la ingesta de plástico sobre la fauna marina. Por ejemplo, un estudio reciente realizado en Corea en relación a los impactos de los desechos marinos en animales salvajes en áreas costeras, concluye que los aparejos utilizados en la pesca recreativa son el tipo de desechos (como los anzuelos y los hilos) que más frecuentemente impactan la vida salvaje y la fuente más importante de lesión o muerte de animales silvestres, especialmente las aves. También sugiere que la gestión de la pesca recreativa debería dar una prioridad máxima a estos impactos. De la misma manera, parece ser que en el Mediterráneo prácticamente no existen estudios científicos al respecto, exceptuando uno muy reciente realizado en la Costa Brava (Cataluña) y otro en Isole Ciclopi (Catania, Sicilia) en zonas donde se concentran un número considerable de pescadores a lo largo del año, ambos centrados en la pesca desde la costa.
 

Afectaciones de la pesca submarina sobre invertebrados sésiles:
La pesca submarina, principalmente en las modalidades de pesca "al agujero" (sobre todo) y "a la espera", interaccionan de manera directa sobre los fondos rocosos donde, a partir de determinadas profundidades se pueden encontrar invertebrados sésiles especialmente vulnerables (como la Paramuricea clavata, Eunicella singularis o incluso el Corallium rubrum, entre otros). Cuando un pescador busca en agujeros o grietas especies objetivo como el mero (E. marginatus) o la corva (S. umbra), o realiza esperas pegado al fondo marino buscando el dentón (D. dentex) o la serviola (S. dumerili), entra en contacto, normalmente de forma involuntaria (toda la atención se centra en la captura potencial), con estos organismos. De estas prácticas se derivan efectos adversos como la rotura del organismo sésil o la resuspensión de los sedimentos con las aletas. No obstante, cabe destacar que la experiencia del pescador es el factor clave que marca la intensidad de este impacto. Es decir, un pescador poco experimentado suele sentirse más incómodo y tenso bajo el agua, produciendo unos movimientos bruscos y erráticos con sus consecuentes efectos sobre el fondo. Un pescador experimentado que controla perfectamente la apnea, su entorno, su tiempo, etc. suele realizar aproximaciones muchas más medidas y sigilosas, sobretodo intentando no asustar o alertar a la presa potencial que pueda encontrarse dentro de un agujero, de manera que las afectaciones que pueda generar sobre organismos sésiles es menor.
 

Otro impacto indirecto es el que se genera con el fondeo de las embarcaciones, que afecta directamente a comunidades bentónicas especialmente sensibles como las praderas de Posidonia (Posidonia oceanica; que constituye un hábitat ecológicamente vulnerable y de alto valor medioambiental incluido en el contexto de la Red Natura 2000), y otras algas como la Zostera noltii o la Cymodocea sp., y los fondos de coralígeno con invertebrados sésiles vulnerables. El impacto más importante deriva de la náutica recreativa en zonas muy concurridas, pero desde el momento en que los pescadores desde una embarcación suelen desarrollar la actividad fondeados (en las modalidades de pesca de fondo o brumeo, por ejemplo), el daño mecánico que causan en el fondo marino resulta ser también una cuestión importante. Por este motivo, en muchas AMPs se instalan boyas ecológicas, o directamente se prohíbe el fondeo en determinadas zonas (como ocurre por ejemplo en las Islas Medas).
 

Algunos de estos impactos se magnifican debido al furtivismo que se da en algunas zonas, por ejemplo: utilizando artes prohibidas (p.ej. las que están limitadas a la pesca comercial), pescando especies protegidas, excediendo los límites de las cuotas establecidas por ley, utilizando un número de artes por pescador por encima de lo establecido legalmente, pescando en áreas restringidas por parte de los pescadores, incumpliendo los periodos de veda, pescando en horarios restringidos (p.ej. durante la noche), etc. En ciertas ocasiones, el furtivismo dentro de las reservas marinas se puede producir debido al desconocimiento por parte de los pescadores que es tan desarrollando la actividad en áreas restringidas. 


Sin embargo, la intensidad del furtivismo en las reservas marinas es en gran parte desconocido. Según Byers, los dos factores relacionados que hacen que una reserva marina sea atractiva para el desarrollo del furtivismo son: la densidad de pescado más elevada dentro de las reservas y una reducida captura por unidad de esfuerzo (CPUE) fuera de las reservas. Sethi, establece que existen ciertas evidencias de que las AMPs pueden aumentar el rendimiento reproductivo de las poblaciones de peces si el furtivismo es inexistente o en a bajo nivel, pero que si incrementa, el desarrollo reproductivo decrece hasta niveles de áreas sin protección. Además, incluso a bajos niveles de furtivismo (del orden de menos del 5% de explotación anual dentro de las áreas restringidas), se pueden esperar efectos negativos en la pesquería y el desarrollo biológico tanto dentro de la reserva como de las áreas adyacentes.
 

Caracterización de la actividad pesquera recreativa


La pesca desde embarcación es el tipo de pesca más practicada en la zona con una intensidad relativamente elevada que se ve incrementada considerablemente en los meses de verano. La pesca de fondo se practica entre los 60-100m de profundidad y a la deriva (en zonas alejadas de la costa)
o mediante fondeo (cerca de la costa donde la profundidad permite el uso del ancla), aunque puede llegar hasta los 300m en casos puntuales. La pesca al curricán de fondo se realiza a lo largo del litoral a una profundidad de unos 50-90m de media, y el curricán de superficie para túnidos es más común en zonas donde termina la plataforma continental a partir de los 100m de profundidad. El curricán de superficie costero raramente se practica fuera de las épocas de finales de verano y principios de otoño, que es cuando especies como el juvenil de la serviola (S. dumerili) o la llampuga (Coryphaena hippurus) están presentes en la zona. El jigging es una modalidad que se practica en las mismas áreas y profundidades que la pesca de curricán de fondo y que en esta zona tuvo un apogeo desmesurado hace ya varios años y que ahora parece que se ha estabilizado.
 

Otras modalidades como el spinning no son tan populares en la zona de estudio como las mencionadas anteriormente. Aunque parece evidente que la mayor parte de la intensidad pesquera desde embarcación se produce sobre fondos de la plataforma continental (hasta los 100 m), cabe mencionar que la pesca de gran fondo también tiene lugar en aguas del Canal de Menorca, sobre todo en lugares del borde de la plataforma y talud continental, donde la profundidad aumenta rápidamente. Este tipo de pesca se centra sobre todo en 3 modalidades: la pesca de fondo con carrete eléctrico, la pesca al brumeo de grandes túnidos y la pesca de altura (curricán). Los pescadores no suelen desplazarse más de 6-7 millas náuticas de la costa, aunque en determinados casos se llega a las 30 mn. Suelen utilizarse embarcaciones de dimensiones muy variables, aunque para la pesca en zonas de plataforma continental las más comunes parecen rondar los 6-10 m de eslora con una potencia de alrededor de los 100-200 CV. Las que se utilizan para pesca a gran fondo y mayor distancia de la costa suelen ser más grandes (superiores a los 9 m de eslora) y más potentes (con dos motores).
 

La pesca submarina en las Baleares es una actividad muy popular (la segunda más practicada después de la de embarcación), con unas condiciones idóneas para su práctica, con temperaturas de entre 13-14 ºC en invierno y 27-28 ºC en verano, con una visibilidad que excede normalmente los 25m y fondos rocosos abundantes. Además, su popularidad aumentó considerablemente a partir de los años 60 debido al éxito i internacional de un pescador local. Suele practicarse mediante el uso de una embarcación (neumática o semirrígida) o desde la costa, aunque las zonas que nos ocupan tienen una orografía complicada y están relativamente alejadas de los municipios más próximos, por lo que lo más habitual es disponer de una pequeña embarcación. La profundidad a la que se suele pescar está directamente relacionada con la experiencia del pescador (a más experiencia más profundidad suele alcanzarse), con su estado físico y con la época en que se practica (siendo el invierno cuando las profundidades son menores y en verano mayores). Es bastante habitual que los pescadores experimentados alcancen fácilmente profundidades de 15 a 20m en las que se sienten cómodos, aunque hay pescadores (sobre todo los profesionales) que superan los 40m.
 

No obstante, la pesca submarina tiene una peculiaridad que el resto de tipos de pesca carecen, y es que se desarrolla bajo el agua, lejos de la vista de las autoridades, y por lo tanto resulta muy complicado establecer una regulación sobre una sola de las modalidades que la integran (al agujero, a la espera, a la caída, a lo indio, a la espuma). Así como en la pesca desde embarcación o desde la costa pueden restringirse el uso de determinados artes o el número por pescador, un pescador submarino siempre utilizará un único fusil en cada momento y por lo tanto difícilmente se sabrá qué tipo de pesca estaba realizando. No obstante, también es cierto que el tipo de fusil que un pescador pueda utilizar, puede dar una idea más o menos clara del tipo de modalidad que practica: por ejemplo, un fusil largo (de más de 100cm), de madera y con dos gomas, denota la práctica de la pesca “a la espera”, con especies objetivo tales como el dentón (D. dentex) o la serviola (S. dumerili), y que le permite alcanzar distancias muy largas. Por otro lado, un fusil más bien corto (60-75cm) de carbono y una sola goma, es idóneo para la pesca “al agujero”, puesto que dentro de cuevas, grietas o agujeros el espacio de maniobra es muy reducido.
 

La pesca desde la costa es quizás la menos practicada, aunque en zonas como el NW de Menorca, el NE o el Levante de Mallorca es destacable. Las principales modalidades son el spinning y la pesca de fondo, aunque cabe destacar la práctica de la pesca al tiento de la oblada (Oblada melanura), una práctica que suele trasmitirse de generación en generación y que tiene como característica principal el conocimiento de las llamadas “pesqueres” (lugares muy concretos y conocidos por pocos pescadores, desde los que esta pesca resulta más eficiente dadas sus características orográficas en la línea de costa justo donde rompen las olas). Los pescadores se desplazan largas distancias a pie para conseguir los mejores lugares de pesca en rocas o acantilados, lejos del ajetreo de las zonas turísticas.
 

Otros tipos de pesca presentes en la zona. -
Existen otros tipos de pesca que podemos considerar como recreativa, pero que no suelen tenerse en cuenta en los estudios sobre la actividad, pero que pueden tener consecuencias importantes y por lo tanto deberían ser consideradas. Es el caso de la pesca recreativa con cayac, un tipo de pesca emergente en la zona, aunque no ha podido obtenerse información fiable al respecto y parece que aún no está muy extendida (como sí lo está en otras zonas objeto de este informe como por ejemplo en la costa almeriense). Los pescadores profesionales jubilados parece que también siguen ejerciendo su actividad pasando ilegalmente sus capturas por lonja o directamente vendiéndolas a restaurantes. La pesca de subsistencia no parece practicarse, aunque es sabido (según varias fuentes) que, sobre todo pescadores submarinos que actualmente se encuentran en paro, dedican sus jornadas de pesca para después poder vender sus capturas, lo que hasta cierto punto podría considerarse pesca de subsistencia (aunque no las dediquen para consumo personal).
 

Especies más capturadas. -
Las especies que parecen sufrir una mayor presión en la pesca de fondo desde embarcación son S. cabrilla, S. cantharus, P. erythrinus, Serranus scriba y P. pagrus. En cambio, en las pescas de tipo estacional de Mallorca y Menorca, como sería la “fluixa” (curricán costero de superficie) suelen capturarse casi exclusivamente el verderol (juvenil de S. dumerili) y la llampuga (C. hippurus) durante los meses de septiembre, octubre y noviembre. La pesca del raor (X. novacula) es un tipo de pesca muy popular en las Islas Baleares que se realiza desde embarcación sobre fondos de arena hasta los 15-20m de profundidad y cerca de la costa. Está sometida a una veda entre 1 de abril al 15 o el 30 de agosto (dependiendo de la zona), y que una vez finaliza el mes de agosto, esta especie recibe una enorme presión por parte de los pescadores recreativos. Aunque se pueda capturar un máximo de 50 ejemplares por licencia y día, la presión es muy elevada en el mes que sigue. En el curricán de fondo el dentón (D. dentex) y la serviola (S. dumerili) son las más relevantes.
 

Seguramente la especie que recibe mayor presión por los pescadores submarinos en términos de número de capturas es el sargo (Diplodus sargus), aunque cabe destacar la fuerte presión que se ejerce también sobre especies especialmente vulnerables como el mero ( Epinephelus marginatus), la corva (Sciaena umbra) y el dentón (D. dentex), que son las especies objetivo de cualquier pescador submarino que se precie y no solamente en aguas de las Islas Baleares. De hecho, los pescadores submarinos coinciden en la fuerte disminución de especies como el mero y la corva a lo largo de los últimos años. Cabe destacar que la captura de grandes decápodos como P. elephas y S.latus (cuya captura está prohibida para los pescadores recreativos), es muy esporádica y en principio poco relevante. En la pesca desde costa, parece ser que la lubina (Dicentrarchus labrax), la serviola (S. dumerili) o el espetón ( Sphyraena viridensis) son las más capturadas en la modalidad del spinning, mientras que en la pesca de fondo desde las rocas son la vaca (S. scriba), especies del género Diplodus, doncellas (Coris julis), entre otras. En la pesca al tiento, la oblada (O. melanura).
 

La pesca submarina y sobre todo en la modalidad de pesca “al agujero” parece ser la que mayor impacto genera en lo que respecta a la captura de especies más vulnerables como la corva (S. umbra) y el mero (E. marginatus), incluidas en convenios internacionales como el de Barcelona y Berna, pero también en la Lista Roja de la IUCN en su categoría de “en peligro” por lo que respecta al mero. También captura especies como el congrio (C. conger), el dentón (D. dentex) o el Cap Roig (S. scrofa), especies con un elevado IV. Un hecho que es esencial considerar en este tipo de pesca es la pesca ilegal de especies como la langosta (P. elephas) y la cigala (S. latus), que además de estar incluidas en convenios internacionales e incluso en el Anexo V de la Directiva Hábitats (en el caso de S. latus ), su captura por pescadores recreativos está totalmente prohibida. Parece ser no obstante que, aun siendo una práctica puntual, algunos pescadores submarinos (no debemos generalizar) no desaprovechan la oportunidad de capturar estas especies en cuanto se les presenta. En total la pesca submarina captura 17 especies con diferentes grados de vulnerabilidad.
 

Los pescadores desde embarcación parecen tener un menor impacto que los pescadores submarinos, ya que por un parte capturan un menor número de especies vulnerables (14) y por otro, su vulnerabilidad es menor. El atún rojo (T. thynnus), capturado con las modalidades de pesca de altura o pesca al brumeo, está contemplado en el Anexo III del Convenio de Barcelona y en la categoría de En Peligro de la Lista Roja de la IUCN, pero hay que tener en cuenta que es una especie cuya captura está prohibida (a menos que sea accidental) y se requiere de una licencia específica, por lo que es común la práctica de la captura y suelta. En la modalidad de pesca de fondo (con o sin carrete eléctrico), las especies que parecen recibir mayor presión son el pargo (P. pagrus; altamente vulnerable) y la doncella (C. julis). Mientras que la llampuga (C. hippurus) y la serviola (S. dumerili) en la modalidad de curricán costero de superficie y el dentón (D. dentex) en el curricán costero de fondo, son también especies vulnerables, pero en menor grado.
 

La pesca desde costa parece tener un impacto considerablemente bajo por lo que respecta a las especies vulnerables, afectando únicamente a 5 especies con niveles de vulnerabilidad en general por debajo de las capturadas por los otros tipos de pesca. La actividad de la pesca de recreo lleva implícitos una serie de impactos adicionales a los ya mencionados anteriormente y cuyos efectos negativos sobre los ecosistemas y las especies varían en función de las modalidades que se practican.
 

Las siguientes recomendaciones pretenden complementar el apartado 6 de Recomendaciones Generales (orientadas hacia una correcta gestión de la actividad en todas las zonas de interés) y dar un punto de vista general sobre la pesca recreativa en la zona propuesta para LIC del Canal de Menorca, en función de los resultados aquí obtenidos. No obstante, cabe destacar la necesidad de dedicar esfuerzos en el seguimiento (monitoring) de la actividad, con el fin de desarrollar unas recomendaciones que se adapten mejor a la realidad de esta zona.
  • La pesca de fondo con y sin carrete eléctrico desde embarcación y la pesca de fondo desde costa parecen ser las modalidades que potencialmente puedan generar un mayor impacto sobre las comunidades bentónicas del Canal de Menorca (a causa del enganche de aparejos de pesca), por lo que los esfuerzos de gestión para la preservación de las comunidades deberían centrarse en estas modalidades.
  • Modalidades como la pesca de fondo y en menor medida la pesca al jigging y al brumeo suelen practicarse con la embarcación fondeada, por lo que es esencial regular el fondeo en determinadas zonas con hábitats sensibles.
  • Las comunidades que potencialmente pueden estar más afectadas por este tipo de impactos y a las que debería prestar especial atención son: las comunidades de coralígeno y fondos rocosos con invertebrados sésiles como especies estructuradoras principales (1170. Arrecifes), y las praderas de posidonia (sólo debido al fondeo) (hábitat prioritario de la Directiva Hábitats, 1120). Así, a la hora de establecer la zonificación del área protegida, debe tenerse en cuenta la localización de estas comunidades junto con los datos georeferenciados sobre dónde se produce una mayor presión pesquera recreativa.
  • Mayor control de la intensidad pesquera derivada de la pesca submarina y la presión que ésta ejerce sobre especies altamente vulnerables como el mero (E. marginatus) y la corva (S. umbra), y sobre otras que, aun siendo menos vulnerables, están sometidas a mucha presión pesquera, como el sargo (D. sargus sargus), la serviola (S. dumerili) y el dentón (D. dentex).
  • Mayor control de la presión que la pesca desde embarcación ejerce sobre especies vulnerables como el pargo (P. pagrus), y sobre otras que, aun siendo menos vulnerables, están sometidas a mucha presión pesquera como el serrano (S. carbilla), la chopa (S. cantharus), la vidriada (D. vulgaris), el dentón (D. dentex) o el pagel (P. erythrinus) en la modalidad de pesca de fondo.
  • Establecer tallas mínimas de captura acordes con la talla de primera madurez (L 50), prestando especial atención en las siguientes especies: S. cabrilla, S. cantharus, D. vulgaris, C. julis, y P. erythrinus. Todas ellas muy comunes en la pesca de fondo desde embarcación.
  • Establecer tallas máximas de captura para especies objetivo de la pesca submarina y altamente vulnerables (con el fin de reducir el impacto sobre su potencial reproductor), como por ejemplo: E. marginatus, S. umbra, D. dentex, L. merula, S. scrofa, S. dumerili.
  • Dedicar especial atención a las especies que están sometidas a presión pesquera por parte de ambos sectores, como por ejemplo: C. hippurus, Mullus spp., S. officinalis, D. dentex, S. scrofa, Scorpaena spp., Scyliorhinus spp., P. pagrus, S. cantharus, P. erythrinus, S. cabrilla, D. vulgaris, X. novacula, Loligo sp.
  • Incrementar la vigilancia y el control de la actividad en general, puesto que parece ser muy escasa o nula en zonas cercanas a Mallorca y esporádica en zonas de Menorca.
  • Establecer una colaboración con la reserva marina del Llevant de Mallorca-Cala Ratjada y con la reserva marina del Nord de Menorca, con el fin de realizar una gestión coordinada e integrada entre estos LICs y el LIC del Canal de Menorca.

El Cap de Creus es una de las zonas más estudiadas del Mediterráneo en lo que se refiere a la pesca recreativa y concretamente dentro de los límites del Parque Natural (creado en el año 1998 y gestionado por la Generalitat de Catalunya, que cubre un área de 3056 ha marinas y goza de medidas reguladoras para la práctica de la pesca recreativa en las zonas de Reserva Natural Parcial). No obstante, el área relativa al LIC propuesto del Cañón de Cap de Creus (y por lo tanto de interés para el presente informe) empieza justo en el límite donde termina el Parque Natural, a partir de unos escasos 3 km en su zona más alejada de la costa). El área en cuestión, abarca los fondos de plataforma continental (entre los 60 y los 150-200m de profundidad) y los fondos del cañón submarino (entre los 150-400m, que es la máxima profundidad en la que se han realizado estudios de la biocenosis del fondo marino). Cabe mencionar que los pescadores recreativos conocen esta zona como el “rec de Cap de Creus”.
 

Se trata de una zona dominada por fuertes vientos, mayoritariamente de componente norte, y una productividad biológica de las más elevadas del Mediterráneo además de poseer una notoria biodiversidad. La diversidad de recursos y en parte, la elevada productividad ha permitido el desarrollo de una actividad pesquera variada y continuada (cuyas embarcaciones tienen los principales puertos de origen en Roses, Llançà, Port de la Selva y Cadaqués, pero también l’Escala y l’Estartit), como es la pesca artesanal principalmente con el palangre de fondo (pero también redes de enmalle) y las embarcaciones de pesca de arrastre, generando un impacto notorio en diferentes comunidades sensibles de la plataforma continental y del talud. Algunas zonas no afectadas por la pesca de arrastre debido a la orografía del cañón (que dificultan o impiden su acceso) han sido no obstante intensamente pescadas con el palangre de fondo, y por lo tanto contrarrestando su relativamente buen estado de conservación (p.ej. zonas de paredes verticales con corales blancos que crecen de forma perpendicular a las mismas y que pueden suelen ser afectadas durante la recogida del arte).
 

Cumplimiento de la normativa. -
Existe gran disparidad ante el grado de cumplimiento de la normativa que atañe a su actividad, no obstante, parece que aspectos como el respeto de los cupos máximos de pesca y las tallas mínimas de captura, son los que mayor incumplimiento padecen. Hay cierta unanimidad en admitir la falta total de vigilancia por parte de las autoridades competentes sobre la actividad y tan sólo uno de ellos admitió haber sido interceptado por la Guardia Civil una sola vez en 8 años, y de manera muy puntual en la pesca del atún. Esto pone claramente en evidencia uno de los problemas esenciales en la gestión de la pesca de recreo, y no solamente en aguas de la zona del Cañón de Cap de Creus. 


La mera presencia de autoridades puede cambiar el comportamiento de los pescadores en lo que se refiere al cumplimiento de las regulaciones, aunque tal vez el factor más determinante es la falta de concienciación y conocimiento de los pescadores recreativos sobre el impacto real que generan, por lo que la educación es el primer paso. De hecho, la gran mayoría de pescadores desde embarcación admiten que existe la venta ilegal de las capturas, aunque suelen derivar la responsabilidad a los pescadores submarinos, eludiendo así su parte de repercusión en este tema.
 

Adicionalmente, cabe considerar la pesca del atún rojo ( Thunnus thynnus) en la zona, una especie muy codiciada entre los pescadores recreativos y cuya presencia parece haber aumentado considerablemente en los últimos años. Según los mismos pescadores es habitual capturarla, y no siempre se devuelve al mar. El mero hecho de que los pescadores recreativos puedan alegar que haya sido imposible devolver al mar la captura de un individuo, por ya llegar muerta a bordo o porque haya muerto durante el período de exposición al aire, es motivo suficiente para pensar que esta práctica pueda ser común. Desde hace 2 ó 3 años que parece ser que numerosos bancos de T. thynnus se han establecido cerca de la costa a lo largo de toda la península del Cap de Creus durante todo el año, según han manifestado todos los pescadores entrevistados para este informe, lo que puede facilitar que cualquier pescador con una embarcación y un equipo adecuado pueda acceder a la captura de esta especies sin tener que realizar grandes desplazamientos.
 

Puertos. -
Se han identificado un total de 9 puertos náuticos adyacentes a la zona de interés (según datos recogidos para este informe y datos pertenecientes al estudio socioeconómico de PROBITEC para el Cañón de Cap de Creus), con un total de 9.443 amarres. En 4 puertos ha sido posible establecer porcentajes estimados del número de embarcaciones que se dedican a la pesca recreativa (respecto del total), según información facilitada por la persona de contacto en cada puerto: de la Escala (30%), Empuriabrava (60%), Port de la Selva (10%) y Portbou (20%). Como se puede apreciar el número de amarres es elevadísimo, por lo que da a entender que, aunque el porcentaje de todas esas embarcaciones que practican la pesca fuera reducido, los pescadores que realizan la actividad continuarían siendo probablemente elevado. No obstante, es imposible saberlo con certeza y aún menos qué volumen acude a la zona de estudio. En algunos de estos puertos (Roses o Llançà) se realizan eventualmente concursos de pesca de altura (p.ej. promovidos por la Asociación Catalana de Pesca Responsable), unos eventos que normalmente atraen a pescadores de diferentes lugares incluso de otros países (p.ej. Francia), por lo que esto lleva implícito un aporte económico adicional a nivel local nada despreciable.
 

Caracterización de la actividad pesquera recreativa. -
En la zona del Cañón de Cap de Creus se practica exclusivamente la pesca desde embarcación, dada su localización. El cañón está situado a unos 3km de distancia de la línea de costa, y por lo tanto muy accesible a los pescadores recreativos que practican este tipo de pesca, sobre todo en sus modalidades de curricán de superficie (pesca de altura de grandes túnidos y otros pelágicos), pesca de fondo con o sin carrete eléctrico (para especies como el P. bogaraveo o M. merluccius), el brumeo para el atún ( Thunnus thynnus), el jigging o el spinning (para grandes piscívoros). Según información extraída de las encuestas, en un día de verano pueden verse hasta 30 embarcaciones pescando en la zona. Parece ser que la modalidad más común es la pesca de fondo y la pesca al brumeo, y no tanto la pesca al curricán de altura (más relacionada con concursos de captura y suelta y jornadas de marcaje), una información que ha podido confirmarse a través de las encuestas a las cofradías de pescadores. La distancia de la costa más habitual no suele superar las 2-3mn, pudiendo llegar en ocasiones puntuales a las 15mn. La intensidad de pesca en la zona del Cañón de Cap de Creus parece ser menos intensa que la que se desarrolla en las zonas más cercanas a la costa e integradas dentro del PN de Cap de Creus.
 

De la misma forma que la distancia de la costa no es un impedimento para que los pescadores recreativos accedan a llevar a cabo su actividad, la profundidad tampoco parece serlo. En primer lugar, porque modalidades como el curricán o el spinning pueden realizarse independientemente de la profundidad, ya que, al ser actividades dinámicas únicamente de superficie, en ningún momento ésta entra en juego. En segundo lugar, la pesca de fondo puede practicarse también a un rango de profundidad bastante elevado (hasta los 300m en la zona del Cañón) gracias a la utilización de carretes eléctricos. No obstante, y puesto que el amplio margen de profundidades abarca también aguas más someras (principalmente en la plataforma continental), no siempre es necesario el carrete eléctrico, sino que con el convencional es suficiente (normalmente utilizado hasta profundidades de 100-120m). En tercer lugar, la pesca al brumeo de grandes pelágicos suele practicarse más comúnmente con la embarcación fondeada hasta unos 125-250m, aunque si las condiciones meteorológicas son muy favorables también se practica a la deriva.
 

Otros tipos de pesca presentes en la zona. -
Parece ser muy común la actividad de pescadores profesionales jubilados que continúan con la actividad utilizando artes de pesca artesanales y que posteriormente venden el pescado en la misma lonja de forma ilegal (a través de otros pescadores que lo incluyen en sus propias capturas) o directamente a restaurantes. No obstante, cabe destacar que estos pescadores no acuden a la zona del Cañón de Cap de Creus, sino más bien concentran su actividad en zonas cercanas a la costa (como el Golfo de Roses y dentro de los límites del Parque Natural de Cap de Creus). Aunque en este caso este tipo de pesca (que podemos considerar como recreativa) no tiene incidencia en la zona de estudio, es necesario tenerla en cuenta en la gestión de los espacios protegidos.
 

Especies más capturadas. -
En la pesca de gran fondo, la más común en la zona de estudio, P. bogaraveo (besugo) parece ser la especie más capturada junto con la merluza (M. merluccius), aunque otras especies como la brótola de fango ( Phycis blennoides), el capellán (Trisopterus spp.) y el congrio (C. conger) son también comunes. En la pesca al brumeo se pesca sobre todo el atún rojo (T. thynnus) y algún otro pelágico como la albacora (Thunnus alalunga), que junto a la melva (Auxis rochei rochei) o la bacoreta (Euthynnus alletteratus) también se capturan al curricán de altura o al spinning. Ya más cerca de la costa, la chopa (Spondyliosoma cantharus), el pagel (P. erythrinus) o el serrano (Serranus cabrilla) son especies muy comunes en la pesca de fondo y el bonito (S. sarda) en la pesca al brumeo costero.
 

Especies exóticas como cebo. -
Por lo que respecta a la utilización de cebos exóticos, parece ser que no tiene demasiada incidencia en esta zona. Los pescadores que realizan la pesca de fondo (con o sin carrete eléctrico) utilizan mayoritariamente cefalópodos (enteros o troceados), sardina, caballa, gamba y en mucha menor medida poliquetos exóticos (como el gusano coreano o el americano, cuyo uso parece disminuir a medida que se alcanza mayor profundidad en la pesca de fondo, puesto que las capturas suelen ser de especies muy voraces). La pesca al brumeo utiliza eminentemente la sardina, caballa ( Scomber spp.) y jurel (Trachurus spp.), tanto para el acto de brumear como para cebo de las diversas líneas que lanzan a diferentes profundidades.
 

La nueva reserva de las islas Formigues prohíbe la pesca en 420 hectáreas. -
Hasta ahora era normal que los más afortunados echasen el ancla cerca de las islas Formigues para zambullirse un rato en el agua de la Costa Brava. O que los pescadores faenaran en la zona. Incluso que algunos niños, y no tan niños, se tirasen desde las rocas calcáreas de los islotes con unas gafas y un tubo para ver los misterios del fondo submarino. Pero eso se acabó. El Ministerio de Medio Ambiente prevé convertir la zona en una reserva marina de interés pesquero. Tanto las islas en sí como las montañas submarinas de Ullastres serán dos lugares de usos restringidos, de 420 hectáreas en total, según el borrador de la orden ministerial. Allí estará prohibida tanto la pesca profesional como la recreativa y fondear los barcos, a excepción de los de buceo, que sólo podrá practicarse de día y con autorización previa.
 

Con las cartas que hay sobre la mesa, el Ministerio de Medio Ambiente prevé proteger en total más de 3.400 hectáreas. La zona de máxima protección es la de las islas y las montañas submarinas, según la última propuesta, del 29 de octubre. En el resto, la pesca profesional está autorizada (a excepción de la de arrastre), pero la recreativa se encuentra con serios problemas. Sólo se podrán sacar peces del agua con curricán, un tipo de pesca que se practica desde la embarcación, y con potera, un instrumento formado por varios ganchos que sirve para pescar calamares. Medio Ambiente insiste en que el documento es sólo un borrador que todavía está abierto. Está previsto que la orden salga a información pública la semana que viene, según fuentes municipales.


Los clubes náuticos, puertos deportivos y asociaciones dedicadas al turismo acuático y a la pesca recreativa han declarado la guerra al proyecto. Constituidas en el Forum Social del Litoral Gironí, 103 entidades piden que la reserva se paralice hasta que se llegue a un acuerdo con todos los afectados. Defienden regulaciones, "pero en su justa medida", porque las islas están en una de las zonas más turísticas de Cataluña. Temen por ejemplo que las personas con segundas residencias en la zona y con embarcación abandonen la Costa Brava y que eso afecte a las industrias náuticas y pesqueras. La semana pasada unas mil personas del fórum se manifestaron en contra de la reserva en Palamós. La alcaldesa, Teresa Ferrés (PSC), salió al paso y recordó que se trata de la única reserva marina del Estado que no está protegida integralmente.


Los ayuntamientos de Palamós, Palafrugell, Mont-ras y Calonge están luchando hasta el último momento para que el ministerio acepte también la pesca recreativa con caña y con volantín (cordel con uno o más anzuelos) en la reserva y así se lo hicieron saber en una reunión que mantuvieron el 25 de noviembre. También esperan conseguir que se permita el buceo con gafas y tubo, y el buceo libre. Palamós da por hecho que se permitirán dichos usos, igual que las inmersiones nocturnas, los campeonatos de fotografía submarina y las zonas reservadas a las escuelas de buceo dentro de la reserva de usos no restringidos.


Además, los consistorios piden que las zonas de las calas que quedan sin proteger las gestione un consorcio formado por el ministerio, la Generalitat y los ayuntamientos para evitar un mal uso después de la protección del resto del lugar, según explicó el concejal de Medio Ambiente de Palafrugell, Màrius Lledó (ERC). El edil se mostró convencido de que Medio Ambiente aceptará su propuesta.
Una protección con condiciones
  • Islas Formigues y montañas de Ullastres (420 hectáreas).
  • Prohibida la pesca profesional y recreativa.
  • Prohibido el fondeo (excepto para las embarcaciones de buceo).
  • Permite el submarinismo, pero sólo durante el día y previa autorización.
  • Resto de la reserva (3.000 hectáreas).
  • Permite la pesca profesional (no de arrastre).
  • También la recreativa de curricán superficial y potera.
  • Prohibido el fondeo a excepción de las embarcaciones de buceo, permitido en las condiciones de la zona anterior.

Illes Medes y Cap de Creus fomentan la pesca recreativa sostenible. -
El Parc Natural de Cap de Creus y del Montgrí, y el de las Illes Medes y el Baix Ter han cofinanciado, junto con el programa europeo MedPAN (Fundación Mava, Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco y Fonds Français pour l'Environnment Mundial), un proyecto llevado a cabo por investigadores de la Universitat de Girona (UdG) para el estudio y difusión de los impactos de la pesca recreativa en el medio. La pesca recreativa, una de las actividades que más se practica en la costa mediterránea, especialmente en las áreas marinas protegidas, conlleva diferentes impactos ecológicos algunos de los cuales han sido poco estudiantes y son aún poco conocidos por los pescadores recreativos. Entre estos está el impacto sobre las especies vulnerables, el uso de especies exóticas como cebo y la pérdida o abandono de aparejos de pesca.


El proyecto ha consistido en el desarrollo de diferentes acciones de difusión destinadas a fomentar una pesca recreativa responsable en las dos zonas marinas protegidas del Empordà. Entre estas acciones destaca la elaboración del primer Código de Buenas Prácticas en la Pesca Recreativa y la edición de un folleto con consejos para los pescadores recreativos (en catalán, castellano y francés) para garantizar la sostenibilidad tanto de los recursos marinos como de la misma actividad pesquera dentro de los parques naturales. Los investigadores han acordado también, llevar a cabo una acción de responsabilidad corporativa con Normandía Appâts Ibérica, empresa líder en Europa en la distribución y venta de cebos para la pesca recreativa, y que consistirá en incluir mensajes en las cajas de gusanos que comercializan, como el logotipo de "Pesca Recreativa SOStenible", desarrollado por la UdG, y la frase "No tires los gusanos en el mar". De esta manera se pretende reducir las posibilidades de que especies exóticas de cebos se establezcan en nuestro mar y acaben perjudicando las especies autóctonas, como ya ha ocurrido en otros lugares del mundo.
 

Finalmente, se han llevado a cabo encuestas dirigidas a diferentes colectivos de pesca recreativa como tiendas de pesca, asociaciones y federaciones de pesca y charters de pesca recreativa presentes en la zona del Empordà con la intención de ampliar la información existente y conocer su postura respecto a las buenas prácticas para una pesca recreativa responsable. El último paso ha consistido en la redacción de cartas o compromisos de colaboración entre estos colectivos de pesca, los parques naturales y la UdG donde se establecen una serie de pautas orientadas a promover una pesca recreativa sostenible y que cada entidad signataria se compromete, de manera voluntaria, a respetar. Este trabajo ha permitido la promoción de acciones de difusión destinadas a fomentar una pesca recreativa responsable en las dos zonas marinas protegidas del Empordà, las cuales son necesarias teniendo en cuenta la creciente popularidad de esta actividad en ambos lugares.

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