El grupo de los moluscos cefalópodos es muy apreciado en la pesca por la abundancia de Organismos y por la calidad de su carne; en 1986 se capturaron, según la FAO, 1,667,403 toneladas en todo el mundo. Se divide este grupo en dos órdenes, de acuerdo con el número de brazos que presentan los organismos: los Decabranchia o decápodos y los Octobranchia u octópodos. A los primeros pertenecen los calamares, las sepias o jibias y los chopos; son moluscos de cuerpo alargado, provistos de aletas laterales de forma triangular que llevan alrededor de la boca una corona de ocho brazos de longitud semejante entre sí y otros dos más largos; la concha es interna, muy reducida y de naturaleza córnea, ésta recibe el nombre de pluma.
Los calamares deben su nombre, a que su concha interna, constituida por una sustancia llamada conquilina, tiene la forma de una pluma y esto, unido a la presencia de la bolsa de tinta, hizo que se les comparara con un tintero antiguo o "calamario". El cuerpo del calamar es cilíndrico, comprimido y está formado por dos regiones: la "cabeza" que es la más cercana a los brazos, lleva los ojos y la boca; y el "manto" que se extiende por encima de ella, dentro del cual se encuentran los aparatos y sistemas. Las "patas" son de dos tipos: ocho llamadas "brazos" y dos que tienen una longitud mayor, los "tentáculos", móviles y flexibles, con los que captura a sus presas y las lleva a su boca. Sus brazos, a lo largo, están cubiertos por ventosas y, en el caso de los tentáculos, únicamente en los extremos en forma de paleta.
En la parte terminal del cuerpo que es larga y afilada, los calamares tienen un par de aletas laterales triangulares que utilizan como estabilizadores cuando nadan y con ellas pueden impulsarse cuando lo hacen lentamente. La pared del manto está formada por gruesas fibras musculares que les permiten contraerse y relajarse para tomar agua y expulsarla en forma de un fuerte chorro para su propulsión, y así se desplazan a gran velocidad. El calamar es considerado como el invertebrado más veloz que existe en el océano; por ejemplo, los llamados "calamares voladores" llegan a saltar sobre la cubierta de las embarcaciones.
Los téutidos (Teuthida) son un orden de moluscos cefalópodos conocidos vulgarmente como calamares (debido a su "hueso" calcáreo, conocido como pluma o caña = calamus en latín). Contiene dos subórdenes, Myopsina y Oegopsina (el último incluye a Architeuthis dux, el calamar gigante y a Mesonychoteuthis hamiltoni o calamar colosal). Son animales marinos y carnívoros.
Anatomía.- Los calamares poseen dos branquias, un sistema circulatorio cerrado asociado, formado por un corazón sistémico y dos corazones branquiales. Es característico en su anatomía disponer de ocho brazos y dos tentáculos. Sus tentáculos fuertemente musculados están dotados de ventosas y si se arrancan no vuelven a crecer. Los calamares pueden camuflarse en el medio con gran facilidad para evitar ser comidos por sus depredadores. También tienen unas células llamadas cromatóforos en su piel, que otorgan al calamar la cualidad de cambiar de color en caso de sentirse amenazados, estrategia que combinan con la expulsión de la tinta que producen. Su concha es interna, a diferencia de otros animales similares, como el pulpo, que carecen de ella; y está formada por una pieza delgada y plana unida a su cuerpo. Disponen de un órgano llamado hipónomo, que les permite moverse al expulsar agua a presión.
La boca del calamar está equipada con un pico afilado, que utiliza para matar y despiezar a sus presas en trozos manejables. En los estómagos de muchas ballenas capturadas se encuentran picos de calamares, ya que son la única parte de este animal que no se puede digerir. La boca del calamar aloja a la rádula, una especie de la lengua común de todos los moluscos a excepción de los bivalvos y los aplacóforos. El calamar es exclusivamente carnívoro, alimentándose de peces e invertebrados, que capturan con dos tentáculos diferenciados de mayor longitud. Son voraces, de movimientos muy rápidos y con un crecimiento muy acelerado; pueden llegar a ser muy abundantes en algunos mares. La mayoría viven un año, y mueren después de desovar, aunque algunas especies gigantes pueden vivir dos o más años. La mayoría de los calamares no miden más de 60 cm, aunque los calamares gigantes pueden medir hasta 13 m. En 2003, se descubrió un individuo de una especie abundante, pero muy poco conocida, Mesonychoteuthis hamiltoni; los individuos de esta especie pueden llegar a medir hasta 14 metros, convirtiéndose así en el invertebrado más grande del mundo, y poseedor del ojo más grande del reino animal. Los calamares gigantes están muy presentes en la literatura y el folclore tradicional, en la mayoría de los casos asociados a terribles ataques.
Bioluminiscencia.- Como algunas medusas (con las que no están emparentadas por ser cnidarios), algunas especies de calamares pueden brillar en las profundidades, e incluso se conoce un género que expulsa una tinta luminosa.
Relación con el hombre.- Los calamares no son peligrosos, aunque algunas especies son muy agresivas. Sin embargo, los calamares gigantes pueden ser peligrosos si un humano se encuentra con uno, siendo el cachalote su único depredador. El calamar gigante no se emplea en la alimentación, dado que en su cuerpo hay un amoníaco que le sirve para descender a 200 metros.
Aplicaciones gastronómicas.- Diversas especies de calamar son muy utilizadas en cocinas tan distintas como la japonesa, española o la italiana. En su cocción es importante cocinarlos brevemente porque su carne se endurece con un exceso de cocción. Las presentaciones más populares son relleno y cortado en anillos o tiras (rabas) y frito. Hay muchas formas en que se cocina en todo el mundo:
* Calamares rebozados. El cuerpo se corta en anillos o tiras (rabas), se sumerge en una masa de fritura (huevos espesados con harina) y se fríe a alta temperatura. Esta preparación es común en España y en otros países, como Grecia.
* En el Mediterráneo se suele utilizar su tinta en las elaboraciones, por ejemplo el arroz negro, el risotto de calamares y los spaghetti al nero di seppia (espaguetis al negro de sepia).
La bullabesa y otros guisos de marisco suelen contener calamar.
* En la cocina china y del sudeste asiático es un ingrediente muy popular en una gran variedad de salteados, platos de arroz y de tallarines. Se suele consumir muy especiado.
* En México se emplea en una variedad de platillos, particularmente extensa en las costas del Pacífico (se emplea menos en las costas del Atlántico), combinándose frecuentemente con arroz o con productos de maíz. En costas del estado de Oaxaca, por ejemplo, se elaboran tamales de maíz en hoja de árbol de plátano.
* En Perú se consume en variedad de platillos de la Gastronomía de la costa peruana, siendo el más popular el Chicharrón de Calamar, cortado en aros, arrebozado y frito, acompañado de Productos de la Sierra, como yuca y maíz.
* El calamar entero a la parrilla se vende en puestos ambulantes en Tailandia y Japón; también en las playas de Málaga y Andalucía en España se hace "espetado", es decir, ensartado en una caña y pinchado en la arena al lado de unas brasas de madera.
* Secado al sol, cortado en tiras y envasado al vacío, se utiliza como aperitivo en el Este de Asia.
* Se utiliza mucho en elaboraciones de sushi y sashimi.
* En Japón el calamar se sala abundantemente y de un modo semejante al antiguo garum mediterráneo se deja fermentar junto con sus vísceras, hasta un mes, y se vende en pequeños tarros. Se utiliza para acompañar al arroz, y tiene un sabor muy fuerte y salado. Este producto se denomina shiokara en japonés.
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Los calamares son carnívoros y se pueden considerar como consumidores, se alimentan desde pequeñas larvas y organismos del plancton, hasta peces como sardina, anchoveta y macarela; llegan a atacar a los organismos de su propia especie cuando están enfermos, lesionados o de menor tamaño. Se ha calculado que, debido a la gran actividad que desarrollan al moverse, necesitan 4 veces más alimento que los animales sedentarios que se encuentran en los fondos marinos. Su alimentación es mayor durante la noche, pero se considera que también lo hacen en el día en zonas profundas. A su vez, el calamar es consumido por animales pelágicos de mayor tamaño como: atún, barrilete, sierra, jurel, tiburón, lobos marinos y delfines.
En la mayoría de las especies de calamar los sexos están separados, pudiéndose diferenciar el macho de las hembras por las características externas de su cuerpo, ya que éste presenta un tentáculo modificado para realizar la fecundación. Se reproducen por medio de huevos, que ponen en cantidades de cinco a diez mil y depositan en cápsulas gelatinosas. Se calcula que la longevidad del calamar se extiende de año y medio a dos años. Los calamares, como los demás cefalópodos, tienen la propiedad de cambiar de coloración de manera casi instantánea; esto es posible porque en su tegumento existen multitud de células estrelladas llamadas cromatóforos que se extienden o se contraen modificando la coloración del animal, permitiéndole ocultarse de sus enemigos.
Las diferentes especies de calamar viven como organismos pelágicos en los océanos Pacífico, Atlántico e Índico; varias de ellas forman la población pescable y son muy apreciadas como alimento y como uno de los más sabrosos manjares del que gustan los aficionados al buen comer. Algunos países, sobre todo Japón, Portugal y España, capturan las mayores cantidades de este recurso y para ello utilizan artes especiales llamadas "poteras", "jiboneras" o "gudaneta", que consisten en cilindros alargados provistos de una o dos coronas radiales de anzuelos, que se colocan a lo largo de líneas de monofilamento, cuyo largo y diámetro dependen de la profundidad en que van a operar y del tamaño de la especie. También se emplean los métodos de arrastre, las "redes con lámparas" y las "redes de cuchara y jareta".
Aprovechando que estos animales responden positivamente a los estímulos luminosos, es decir, son fototrópicos, la atracción se realiza utilizando lámparas que producen una zona de penumbra alrededor de la embarcación, donde se concentran los calamares. Las líneas con poteras tienen que pasar entre la zona iluminada y la de la penumbra. También cuando se usan las redes de cuchara y de lámpara, la atracción de los animales se hace utilizando la luz artificial. Los pescadores que no emplean estos métodos con luz realizan sus maniobras en los días de "oscuro" en que no se muestra la Luna.
Entre las principales especies de calamar se mencionan, en el Golfo de México, el "calamar de Peal" (Loligo pealii); en el Golfo de California, el "calamar opalino" (Loligo opalescens); en las costas de Chile, Loligo gahi; en Brasil el Loligo brasiliensis, llamado "lula" que llega hasta Argentina, en donde lo conocen como "clamareti"; también ahí se encuentra el calamarcillo Loliguncula brevis que se extiende hasta las Antillas. En Japón son comunes Loligo japonica, Loligo heka y Loligo bleekeri. En las costas de Portugal y España representa uno de los recursos más importantes, por los grandes beneficios que produce; su captura se realiza en los meses de verano y la especie que más se obtiene es la Loligo vulgaris, también llamada "magano" y "chipirones".
Los calamares voladores o calamares flecha pertenecen al género Ommatostrephes; comunes en el Pacífico tropical y en el Atlántico, son perseguidos por peces de gran tamaño, por delfines y otros cetáceos, particularmente el cachalote. A lo largo de la corriente de Humboldt se encuentra la especie de gran tamaño Dosidicus gigas, que alcanza de 1 a 1.5 metros; se pesca mucho en las costas de Chile y Perú y, últimamente, en grandes cantidades, en el Golfo de California. El principal país que captura y consume calamar es Japón, siguen Grecia, Italia y España, también importantes productores y consumidores de estos organismos. Los japoneses desde hace siglos se alimentan de él y no tienen rival; en la actualidad aplican para la captura las máquinas automáticas de carrete, calculándose que tienen más de 50 mil en operación, en diferentes tipos de embarcaciones. Llegaron a producir en 1985 más de 250 mil toneladas.
El calamar es un producto de alto valor nutritivo, del que puede aprovecharse un 75% de partes comestibles, después de quitarle las vísceras. Contiene proteínas como la albúmina, vitaminas del complejo B y minerales como el fósforo. La captura se maneja en fresco, conservándola en hielo, congelada y enlatándola con finos aceites. Con estos animales se preparan diferentes guisos en una gran variedad de formas, ya sea solos o acompañados con otros productos, como el arroz. Generalmente en diversos países resulta uno de los alimentos más baratos.
En México, por falta de estudios biológicos, así como de estudios sobre tecnología de captura, industrialización y comercialización, no ha llegado a desarrollarse plenamente esta pesquería. Existen 18 especies de calamares en las costas de México, correspondiendo 8 al Golfo de México y Mar Caribe, 6 a las costas del Pacífico mexicano y 4 a ambos mares; al parecer son más abundantes en el Pacifico, principalmente en las regiones oceánicas, estimándose existencias aproximadas de 650 mil toneladas accesibles a la pesca por parte de una flota calamarera; sin embargo, en las últimas temporadas, por diferentes motivos, su captura ha disminuido y se puede estimar que en 1988 se alcanzó la cifra aproximada de 3 500 toneladas.
Las áreas de pesca en el país son: la Sonda de Campeche en el Golfo de México, en donde se han capturado de 5 a 7 toneladas por hora de arrastre; para la costa del Pacífico, la pesquería del calamar se ha ubicado principalmente en lo que se considera su caladero tradicional, en las aguas cercanas al Puerto de Santa Rosalía, en el Golfo de California. La captura se realiza por medio de redes de arrastre a media agua, como la "red de lámpara", la cual tiene un saco central o bolsa con abertura de malla de 4 a 5 centímetros. También se utiliza la red de cuchara rectangular" o la "red de anillo", que llevan en su bolsa unos cuadros o anillos para evitar que el calamar se escape una vez atrapado. Otro método utilizado es el de "poteras", sistema que resulta de menor complejidad y costo en comparación con el de redes. Los barcos que se emplean miden de 8 a 10 metros de largo.
En algunos lugares la pesca es totalmente artesanal; se usan embarcaciones de 3 metros con motor fuera de borda, equipadas con una lámpara de gas o gasolina y poteras construidas localmente con rayos de bicicleta; son maniobradas por 3 o 4 pescadores. El calamar también se captura incidentalmente en la pesca del camarón, ya que es un componente regular de la fauna de acompañamiento de este crustáceo. La presentación del producto en el mercado es fresco-congelado y enlatado, ya sea en salmuera o en su tinta. El mercadeo es principalmente nacional y se enfrenta a grandes obstáculos, ya que en nuestro país el calamar no tiene una buena aceptación, principalmente por falta de publicidad. En cuanto al mercado internacional, es necesaria más definición en la calidad y en el tipo de los productos derivados, además de que se carece de la infraestructura tanto para la captura como para su industrialización.
Las jibias o sepias son cefalópodos decápodos, pelágicos y buenos nadadores, de alto valor como alimento y de gran importancia para la industria pesquera de algunos países como España, en donde a las Sepia officinalis se les llama "rellenas", "castañuelas" y "chocón". La tinta de la jibia se ha empleado en la fabricación del llamado "color sepia". Para su captura se emplea un curioso sistema de pesca: una hembra se sujeta a una cuerda para sumergirla, a ella acuden los machos que se le fijan, entonces el pescador la saca, atrapa a los machos y regresa las hembras al agua. En algunas ocasiones la hembra es sustituida por un trozo de madera triangular que lleva un espejo empotrado: el macho, al ver su imagen reflejada, lo toma por un individuo de otro sexo y se lanza sobre el engaño.
Semejantes a las jibias en las costas atlánticas y mediterráneas, se capturan los chopos o "chopitos", que pertenecen a varias especies del género Sepiola, a los que también se les llama "globitos" o "morraleta" por su forma globosa; son muy gustados y se capturan con redes; se venden mezclados con calamares jóvenes. Algunas de estas especies se comen en Cuba, en donde se les llama "chopos" y en Brasil, Uruguay, Chile y Argentina, donde son conocidas como "calamarcitos". En México, se encuentra el "chopo del Pacífico" (Rossia pacifica) y se le denomina "calamar".
Los pulpos pertenecen al orden de los octópodos: cefalópodos de cuerpo globoso y desprovisto de aletas natatorias, son ocho los brazos que rodean a su boca, sin presentar los dos tentáculos, ni la concha interna. Viven en los fondos de naturaleza rocosa, escondidos durante el día en oquedades de acantilados o en las pequeñas cavernas, en acecho de pececitos o cangrejillos que les puedan servir de alimento y que salen a buscar al anochecer. Por el extraño aspecto que les da su cuerpo blando y viscoso y sus tentáculos provistos de ventosas que se adhieren fuertemente cuando capturan a sus presas o cuando se desplazan utilizando para ello sus brazos que se fijan en el sustrato, estos animales han sido protagonistas de numerosas leyendas, tanto de pescadores y marineros como de escritores; así nació la del "kraken", monstruo semejante a un pulpo o calamar de gran tamaño, creada por los hombres de mar en Europa.
Para ello existe cierta razón, ya que estos organismos son considerados como los invertebrados de mayor tamaño que habitan el océano; entre ellos se encuentra el "pulpo gigante" (Octopus dofleini) que se localiza en el Pacifico norte, desde California hasta Alaska y hacia el oeste hasta Corea, Japón y la Unión Soviética; y el "calamar gigante" (Architeuthis longimanus) que vive en las costas del Atlántico desde Bermudas hasta Terranova, a grandes profundidades y, en ocasiones, los temporales los han llevado a costas europeas. Los pulpos también son capaces de cambiar de coloración y aspecto, para poderse confundir con el ambiente donde viven, cambian de tonalidades en segundos y los colores recorren su cuerpo en oleadas, tomando el color del fondo. Junto con estos cambios de color pueden lanzar un líquido de color negro llamado "tinta", que se difunde con rapidez en el agua volviéndola turbia, lo que es empleado como mecanismo de defensa.
El pulpo se alimenta de gusanos, pequeños crustáceos, otros moluscos y algunos peces, que captura utilizando la fuerza de sus tentáculos, pero los cangrejos son su alimento favorito. Los sexos de estos animales están separados y en algunas especies se presentan "danzas" entre el macho y la hembra, antes de realizar la fecundación. Se localizan desde la zona intermareal, viviendo entre las rocas, los arrecifes de coral o los pastos marinos, hasta profundidades de 1 500 metros, como es el caso de los "pulpos vampiros" (Vampyroteuthis grimaldi), que viven en el norte de España.
La distribución del pulpo es extensa: se encuentra en el Atlántico norte, Mar del Norte, Atlántico sur, Pacífico, Indopacífico y Mediterráneo. Su pesquería está muy desarrollada en países como Japón, Uruguay, Argentina y España que en conjunto capturan aproximadamente el 85% del total mundial. En el litoral del Atlántico, desde Brasil hasta Argentina, se localizan los pulpos argentinos o "tehuelches" (Octopus tehuelchus) llamados "polvos" en Brasil; sólo son comestibles los individuos jóvenes, ya que con la edad y el aumento de tamaño su carne se hace correosa. En Perú y Chile se consume el Octopus fontanisnus.
En España, los pulpos almizcleros pop-pudent (Eledone moschata) son muy apreciados, sobre todo entre los catalanes que preparan un plato muy especial, el de "pulpets", que puede condimentarse de diversas formas. En Francia se captura el "pulpo común" (Octopus vulgaris). El Octopus hummelencki es un pulpo que se encuentra distribuido en aguas tropicales y en el Atlántico occidental, desde Florida hasta Brasil incluyendo el Caribe y coincide con las zonas de corales.
En el Mediterráneo se pesca el pulpo de la especie Octopus macropus y en el norte del Océano Indico, las especies Octopus globosus y Octopus hongkongensis. Las pesquerías del pulpo en Japón se han desarrollado desde hace 30 años y gracias a las ingeniosas técnicas que los japoneses aplican en su captura, han transformado esta pesquería en una importante industria. Las principales especies que la sostienen son el pulpo gigante (Octopus dofleini), el Octopus membranaceus y el Octopus variabilis; sin embargo, las grandes capturas realizadas han ocasionado una disminución en sus existencias, por lo que se ha iniciado un esfuerzo pesquero hacia nuevas especies de cefalópodos así como programas para la conservación de este importante recurso.
Los octópodos (Octopoda, del griego ὀκτώ oktṓ 'ocho' y ‒́podo 'pie') son un orden de moluscos cefalópodos octopodiformes conocidos comúnmente como pulpos. Al igual que otros cefalópodos, el pulpo es bilateralmente simétrico, con la boca y el pico situados en el punto central de sus ocho extremidades. Tienen un cuerpo blando que puede alterar rápidamente su forma, permitiendo que se escurran a través de pequeñas grietas. Arrastran sus ocho apéndices detrás de ellos mientras nadan. Utilizan el sifón tanto para la respiración como para la locomoción, expulsando un chorro de agua. Cuentan con un sistema nervioso complejo y una vista excelente y se encuentran entre los invertebrados más inteligentes y de mayor diversidad conductual.
Habitan diversas regiones del océano, como los arrecifes de coral, las aguas pelágicas y el fondo marino; algunas especies viven en la zona intermareal y otras en la abisal. La mayoría de las especies crecen rápido, maduran temprano y son de vida efímera. Durante la reproducción, el macho utiliza un brazo especialmente adaptado para depositar un paquete de esperma directamente en la cavidad paleal de la hembra, después de lo cual se produce una rápida senescencia y muere. La hembra deposita los huevos fertilizados en una madriguera y los cuida hasta que nacen, después de lo cual también muere. Entre sus estrategias para defenderse de los depredadores incluyen la expulsión de tinta, el camuflaje y el comportamiento deimático, su capacidad para impulsarse rápidamente a través del agua y esconderse, e incluso mediante el engaño. Todos los pulpos producen algún tipo de veneno, pero solo hay constancia de que los pulpos de anillos azules puedan ser mortales para los humanos.
Los pulpos aparecen a menudo en la mitología como monstruos marinos, como el Kraken en la nórdica, el Akkorokamui en la ainu o, probablemente, la gorgona de la griega. En la novela de Victor Hugo Los trabajadores del mar (Les Travailleurs de la mer, 1866) se relata la lucha contra un pulpo gigante, inspirando otras obras como Octopussy, de Ian Fleming. Los pulpos se encuentran representados en el shunga, arte erótico japonés. Están considerados una exquisitez en la gastronomía de muchas partes del mundo, especialmente en el Mediterráneo y en los mares de Asia.
Anatomía.- Tamaño.- El pulpo gigante (Enteroctopus dofleini) se cita generalmente como la especie de octópodo de mayor tamaño conocida; los adultos generalmente pesan alrededor de 15 kg, con brazos de hasta 4,3 m de longitud. El espécimen más grande de esta especie documentado científicamente fue un animal con un peso en vivo de 71 kg, aunque se han reivindicado tamaños mucho más grandes: hay registro de un ejemplar de 272 kg con un brazo de 9 m;7 el cadáver de un pulpo de siete brazos (Haliphron atlanticus) pesó 61 kg y se estimó que tenía un peso en vivo de 75 kg. La especie de menor tamaño es Octopus wolfi, que mide alrededor de 2,5 cm y pesa menos de 1 gr.
Morfología externa.- El pulpo es bilateralmente simétrico a lo largo de su eje dorso-ventral, por lo que los brazos se encontrarían en posición anterior y la masa visceral en la posterior; la cabeza y el pie están en el extremo de un cuerpo alargado y funcionan como la parte anterior del animal. En la cabeza se encuentran los ojos, una corona de apéndices y el sifón; el pie ha evolucionado en un conjunto de apéndices flexibles y prensiles denominados tradicionalmente brazos y a veces, erróneamente, «tentáculos», que rodean la boca y están unidos entre sí cerca de su base por una estructura palmeada. Los brazos se pueden describir en función de la posición lateral y de la secuencia (como L1, R1, L2, R2) y divididos en cuatro pares. Los dos apéndices posteriores generalmente se usan para caminar sobre el fondo del mar, mientras que los otros seis se utilizan para buscar comida, por lo que algunos biólogos hacen referencia a que tienen seis «brazos» y dos «patas». La parte posterior está formada por el manto, bastante musculado, bulboso y hueco, fusionado a la parte posterior de la cabeza y se conoce como masa visceral; contiene la mayoría de los órganos vitales. Una cavidad vacía, la cavidad paleal o cavidad del manto, tiene paredes musculadas y contiene las branquias; está conectada al exterior por un embudo cónico o sifón. La boca, situada debajo de los brazos, tiene un pico quitinoso, duro y afilado, conocido como pico de loro.
La piel se compone de una delgada epidermis externa con células mucosas y células sensoriales y una dermis de tejido conjuntivo que consiste principalmente en fibras de colágeno y numerosas células con pigmentos, como cromatóforos, que permiten rápidos cambios de color. La mayor parte del cuerpo está formado de tejido blando que le permite alargarse, contraerse y contorsionarse, lo que le permite escurrirse a través de pequeñas brechas; incluso las especies de mayor tamaño pueden pasar a través de una pequeña abertura de tan solo 2,5 cm de diámetro. Al carecer de soporte esquelético, los brazos funcionan como hidrostatos musculares y contienen músculos longitudinales, transversales y circulares alrededor de un nervio axial central. Pueden extenderse y contraerse, girar hacia la izquierda o hacia la derecha, doblarse en cualquier punto y en cualquier dirección o mantenerse rígidos. La cara interna de los brazos está cubierta con dos filas de ventosas que le permiten sujetarse o manipular objetos. Cada ventosa es generalmente circular y con forma de cuenco y tiene dos partes distintas: una cavidad superficial externa o infundíbulo y una cavidad central hueca o acetábulo, ambas son músculos gruesos cubiertos por una cutícula quitinosa protectora. Cuando una ventosa se adhiere a una superficie, el orificio entre las dos estructuras se sella. El infundíbulo proporciona adhesión mientras el acetábulo permanece libre y las contracciones musculares permiten apegarse y desprenderse.
Los ojos, unos de los más complejos entre los invertebrados, están situados en la parte superior de la cabeza encerrados en una cápsula cartilaginosa fusionada al encéfalo, son grandes en proporción a su masa corporal y estructuralmente similares a los de los peces. La córnea que, a diferencia de los demás cefalópodos, no está en contacto con el agua, está compuesta por una capa epidérmica translúcida y la pupila en forma de hendidura rectangular forma un hoyo en el iris y se encuentra justo detrás. La lente está suspendida detrás de la pupila y las células retinianas fotorreceptoras cubren la parte posterior del ojo. La pupila se puede ajustar en tamaño y un pigmento retiniano filtra la luz incidente en condiciones de luz brillante. Tienen un cristalino rígido y un iris que regula la entrada de luz y el enfoque se realiza adelantando o atrasando el cristalino, al igual que los peces. Algunas especies difieren de la forma típica del cuerpo de los octópodos. Los miembros del suborden Cirrina tienen robustos cuerpos gelatinosos con una membrana que llega cerca de la punta de sus brazos y dos grandes aletas similares a orejas por encima de los ojos, sostenidas por un caparazón interno. Las carnosas papilas o cirros que dan nombre al grupo, similares a mechones de cilios, se encuentran a lo largo de la parte inferior de los brazos y tienen ojos muy desarrollados.
Sistema circulatorio.- Tienen un sistema circulatorio cerrado, esto es, en el que la sangre permanece dentro de los vasos sanguíneos. Tienen tres corazones; un corazón sistémico que recoge la sangre de las branquias y la hace circular por todo el cuerpo y dos corazones branquiales que la bombean a cada una de las dos branquias, donde se oxigena. El corazón sistémico se mantiene inactivo cuando el animal está nadando, por lo que se cansa rápidamente y prefiere arrastrarse. Su sangre contiene hemocianina, proteína rica en cobre, para transportar el oxígeno, lo que hace que sea muy viscosa y requiere una presión considerable para ser bombeada por todo el cuerpo; la presión sanguínea de los pulpos puede superar los 75 mmHg. En condiciones frías con bajos niveles de oxígeno, la hemocianina transporta oxígeno de manera más eficiente que la hemoglobina. La hemocianina se disuelve en el plasma en lugar de transportarse dentro de las células sanguíneas y le da a la sangre un color azulado. El corazón sistémico tiene paredes musculares contráctiles y consiste en un ventrículo y dos aurículas, una para cada lado del cuerpo. Los vasos sanguíneos constan de arterias, capilares y venas y están revestidos con un endotelio celular que es bastante diferente al de la mayoría de los invertebrados. La sangre circula a través de la aorta y el sistema capilar, a la vena cava, después de lo cual la sangre es bombeada a través de las branquias por los corazones auxiliares y de vuelta al corazón principal. Gran parte del sistema venoso es contráctil, lo que ayuda a hacer circular la sangre.
Respiración.- La respiración implica introducir agua a la cavidad paleal a través de una abertura, pasarla a través de las branquias y expulsarla a través del sifón. La entrada de agua se logra mediante la contracción de los músculos radiales de la pared del manto y las válvulas de la aletas branquiales se cierran cuando los fuertes músculos circulares expulsan el agua a través del sifón. Extensas redes de tejido conectivo soportan los músculos respiratorios y les permiten expandir la cámara respiratoria. La estructura de laminillas de las branquias permite una alta absorción de oxígeno: hasta un 65 % en agua a 20 °C. El flujo de agua sobre las branquias tiene correlación con la locomoción y un pulpo puede impulsar su cuerpo cuando expulsa el agua a través de su sifón. Su delgada piel absorbe oxígeno adicional. Cuando descansa, alrededor del 41 % de la absorción de oxígeno la realiza a través de la piel. Este porcentaje disminuye al 33 % cuando nada, a medida que fluye más agua sobre las branquias; la absorción de oxígeno por la piel también aumenta. Cuando descansa después de una comida, la absorción a través de la piel puede caer al 3 % de su consumo total de oxígeno.
Digestión y excreción.- El proceso digestivo se inicia en la masa bucal, que consiste en la boca, el pico, la rádula, la faringe y las glándulas salivales. La rádula es un órgano quitinoso con forma de lengüeta y pinchos; una estructura propia del grupo, conocida como pico de loro, consiste en un par de fuertes mandíbulas con forma de pico que utilizan para morder y desgarrar las presas para que después sean procesados por la rádula. La comida se descompone y se dirige hacia el esófago por dos extensiones laterales de las paredes laterales del esófago además de la rádula; de allí se transfiere al tracto gastrointestinal, que en su mayoría está suspendido del techo de la cavidad paleal por numerosas membranas. El tracto está compuesto de una dilatación que funciona como buche, donde se almacena la comida; un estómago, donde se descompone; un ciego donde la comida, ahora una papilla pastosa, se descompone en fluidos y partículas que desempeñan un papel importante en la absorción; el hepatopáncreas, donde las células del hígado descomponen y absorben el fluido; y el intestino, donde los desechos acumulados se convierten en restos fecales por secreciones y se expulsan del embudo a través del recto.
Durante la osmorregulación, se agrega fluido al pericardio de los corazones branquiales. Como en los demás moluscos, el sistema excretor tiene dos nefridios (equivalentes a los riñones de vertebrados) que están relacionados con los corazones branquiales; estos y sus conductos asociados conectan las cavidades pericárdicas con la cavidad paleal. Antes de llegar al corazón branquial, cada una de las venas cavas se expande para formar apéndices renales que están en contacto directo con las delgadas paredes del nefridio. La orina se forma primero en la cavidad pericárdica y se modifica por la excreción, principalmente de amoníaco, y la absorción selectiva desde los apéndices renales, a medida que se pasa a lo largo del conducto asociado y a través del nefridioporo hacia la cavidad paleal.
Sistema nervioso y sentidos.- Los pulpos (junto con las sepias) tienen el sistema nervioso y el cerebro mayor y más complejo y la mayor proporción cerebro-masa corporal de todos los invertebrados, mayor incluso que la de muchos vertebrados. Tienen un sistema nervioso muy complejo, solo parte del cual se localiza en su cerebro, que está contenido en una cápsula cartilaginosa. Dos tercios de sus neuronas se localizan en los cordones nerviosos de sus brazos, que muestran una gran variedad de complejas acciones reflejas que persisten incluso cuando no tienen aportes del cerebro. A diferencia de los vertebrados, las complejas habilidades motoras de los pulpos no están organizadas en su cerebro a través de un mapa somatotópico interno de su cuerpo, sino que utilizan un sistema no somatotópico exclusivo de los invertebrados de cerebro grande. Su principal órgano de los sentidos son los ojos. Al igual que otros cefalópodos, los pulpos pueden distinguir la polarización de la luz. La capacidad de visión del color parece variar de una especie a otra; por ejemplo está presente en Octopus aegina pero ausente en O. vulgaris. Algunos investigadores creen que las opsinas de la piel pueden detectar diferentes longitudes de onda de luz y ayudarles a elegir una coloración que las camufle, además de la percepción de luz de los ojos. Otros plantean la hipótesis de que los ojos de cefalópodos en especies que tienen una única proteína fotorreceptora pueden usar la aberración cromática para convertir la visión monocromática en visión en color, aunque esto es en sacrificio de la calidad de la imagen; Esto explicaría las pupilas en forma de U, de W o de mancuerna, además de explicar la necesidad de coloridas exhibiciones de apareamiento.
Junto al cerebro hay dos órganos especiales denominados estatocistos (estructuras similares a sacos que contienen una masa mineralizada y pelos sensibles) que les proporcionan información sobre cambios en la posición del cuerpo en relación con la gravedad y pueden detectar la aceleración angular, aunque no la orientación espacial de forma continuada. Una respuesta autónoma mantiene los ojos del pulpo orientados para que la pupila esté siempre horizontal. También pueden usar el estatocisto para escuchar sonidos; el pulpo común puede escuchar sonidos entre 400 Hz y 1000 Hz, aunque escucha mejor a 600 Hz. También tienen un excelente sentido del tacto. Las ventosas están equipadas con quimiorreceptores para que el pulpo pueda percibir el gusto de lo que toca. Los brazos no se enredan ni se pegan entre sí porque los sensores reconocen su propia piel o la de otros pulpos y evitan el autopegado. Los brazos contienen sensores de tensión para que sepan si están estirados, aunque esto no es suficiente para que el cerebro determine la posición del cuerpo o los brazos, por ello el pulpo no tiene capacidad de estereognosis, es decir, no se forma una imagen mental del volumen y la forma general del objeto que está manipulando sin verlo. Puede detectar variaciones de textura locales, pero no puede integrar la información en una imagen más grande. La autonomía neurológica de los brazos implica que tienen gran dificultad para aprender acerca de los efectos detallados de sus movimientos. Tiene un pobre sentido propioceptivo y sabe qué movimientos exactos se hicieron solo al percibir visualmente los brazos (exterocepción).
Saco de tinta.- La glándula rectal de estos moluscos se ha transformado en una glándula de tinta, que produce una secreción que se almacena en un saco que se encuentra debajo de la glándula digestiva. El saco está lo suficientemente cerca del sifón como para que el pulpo expulse la tinta con un chorro de agua. Antes de que salga del sifón, la tinta pasa a través de las glándulas que lo mezclan con una sustancia mucosa, creando una mancha espesa y oscura que ayuda al animal a escapar de un depredador. El principal pigmento en la tinta es la melanina, que le da su color negro. Los miembros del suborden Cirrina carecen de saco de tinta
Reproducción.- Todos los cefalópodos son gonocóricos; los pulpos tienen una sola gónada situada en la parte posterior de la masa visceral y que está asociada con el celoma. Los machos tienen un testículo y un conducto deferente enrollado que traslada los espermatozoides a una vesícula seminal donde se encapsulan en espermatóforos; las hembras tienen ovario y un oviducto con una glándula oviductal. Una glándula óptica esférica asociada con las vías ópticas genera hormonas que hacen que el pulpo madure y estimula la producción de gametos; esta glándula puede ser activada por condiciones ambientales como la temperatura, la luz y la nutrición, controlando así el momento de la reproducción y la duración de la vida. Los pulpos, al igual que los demás cefalópodos, son promiscuos. En la etapa adulta muestran un claro dimorfismo sexual; en los machos (de menor tamaño que las hembras) uno de los brazos se transforma en su tramo final en hectocótilo, que actúa a modo de órgano copulador; durante la cópula el macho, utilizando el brazo hectocotilizado, con su extremo en forma de cuchara, la lígula, introduce en la cavidad paleal de la hembra unos espermatóforos que liberarán posteriormente los espermatozoides.
El hectocótilo en los pulpos bentónicos es generalmente el tercer brazo, que tiene una depresión en forma de cuchara, la lígula, en la punta y ventosas modificadas. En la mayoría de las especies, la fertilización ocurre en la cavidad del manto. Su reproducción se ha estudiado solo en unas pocas especies; una de ellas es el pulpo gigante (Enteroctopus dofleini), en la que el cortejo se acompaña, especialmente en el macho, de cambios en la textura y el color de la piel. El macho puede aferrarse a la parte superior o lateral de la hembra o posicionarse junto a ella. Se especula sobre si primero puede usar su hectocótilo para eliminar cualquier espermatóforo o esperma ya presente en la hembra. Recoge un espermatóforo de su saco espermático con el hectocotilo, lo inserta en la cavidad del manto de la hembra y lo deposita en el lugar adecuado para la especie, que en el pulpo gigante es la abertura del oviducto. Le trasfiere dos espermatóforos, de aproximadamente un metro de largo, y los extremos pueden sobresalir del manto de la hembra. Un complejo mecanismo hidráulico libera los espermatozoides del espermatóforo y la hembra los almacena internamente.
Unos cuarenta días después del apareamiento, la hembra del pulpo gigante sujeta por un extremo ristras o cordones de pequeños huevos fertilizados (de 10 000 a 70&000) a las rocas en una grieta o debajo de un saliente formando racimos. Allí los protege y cuida durante aproximadamente cinco meses (160 días) hasta que eclosionan. En aguas más frías, como las de Alaska, pueden pasar hasta 10 meses hasta que los huevos se desarrollen por completo. La hembra airea los huevos y los mantiene limpios; si no reciben atención, muchos huevos no eclosionarán. La hembra no se alimenta durante este tiempo y muere poco después. En los machos se produce una rápida senescencia y mueren unas semanas después del apareamiento. Los huevos tienen yemas grandes; la segmentación (división) embrionaria es superficial y se desarrolla un disco germinal en el polo. Durante la gastrulación, los márgenes del disco crecen y rodean la yema, formando un saco vitelino, que eventualmente forma parte del intestino. La yema se absorbe gradualmente a medida que se desarrolla el embrión.
Cuando el embrión alcanza el tamaño apropiado y el saco vitelino se ha consumido casi por completo, se produce la eclosión. La mayoría de los pulpos eclosionan como paralarvas y son planctónicos durante semanas o meses, dependiendo de la especie y la temperatura del agua. Se alimentan de copépodos, larvas de artrópodos y otro zooplancton, y finalmente se establecen en el fondo oceánico y se desarrollan directamente en adultos, sin metamorfosis con distintas etapas larvarias, a diferencia de otros moluscos. Las especies de pulpos que generan huevos de mayor tamaño, como Octopus briareus, Hapalochlaena maculosa, Octopus bimaculoides, Eledone moschata y pulpos de aguas profundas, no tienen una etapa paralarval, pero nacen como animales bentónicos morfológicamente similares a los adultos. La hembra del argonauta segrega una capa fina, acanalada y fina como el papel en la que se depositan los huevos y en la que también reside mientras flota en medio del océano. Ahí cría a los juveniles y también le sirve como una ayuda de flotación que le permite ajustar su profundidad. El macho es diminuto en comparación y no tiene concha.
Esperanza de vida.- La mayoría de las especies tienen una esperanza de vida relativamente corta; algunas especies viven tan solo seis meses, aunque el pulpo gigante (Enteroctopus dofleini), una de las especies de mayor tamaño, puede vivir hasta cinco años. La vida del pulpo está limitada por su reproducción: los machos solo pueden vivir unos pocos meses después del apareamiento y las hembras mueren poco después de que eclosionan sus huevos. Sus órganos reproductivos maduran debido a la influencia hormonal de la glándula óptica pero provocan la inactivación de sus glándulas digestivas, lo que hace que generalmente el pulpo muera de inanición. Se ha comprobado que la extirpación experimental de las glándulas ópticas después del desove dio como resultado el cese del cuidado de los huevos, la reanudación de la alimentación, el aumento del crecimiento y la prolongación de la duración de la vida.
Alimentación.- Casi todos los octópodos son predadores; las especies que viven en los fondos marinos se alimentan principalmente de crustáceos, gusanos poliquetos y otros moluscos, como caracolas y almejas; las de mar abierto comen principalmente langostinos, peces y otros cefalópodos. El principal componente de la dieta del pulpo gigante son moluscos bivalvos, como el berberecho Clinocardium nuttallii, las almejas y las vieiras, y crustáceos como los cangrejos y los cangrejos araña. Entre las presas que es probable que rechacen están los natícidos, porque son demasiado grandes, y las lapas, las vieiras, los quitones o abulones, porque están demasiado adheridos a las rocas. Los pulpos bentónicos (que vive en el fondo del mar) generalmente se mueven entre las rocas; localizan las presas tanteando entre las grietas o gracias a su magnífica visión y pueden atacar lanzándose impulsados por un chorro de agua emitido por su sifón sobre una presa y tirar de la ella hacia la boca con sus brazos sujetándola con las ventosas. Las presas pequeñas pueden quedar completamente atrapadas por la estructura palmeada que tienen entre los brazos. Generalmente inyectan a crustáceos como los cangrejos con una saliva paralizante y luego los descuartizan con el pico.
Se alimentan de moluscos con concha forzando las valvas hasta separarlas o perforando un agujero en la concha para inyectarle una neurotoxina. Se solía creer que el orificio se perforaba con la rádula, pero se ha demostrado que cuentan con unos diminutos dientes en la punta de la papila salival y utilizan una enzima de su saliva tóxica para disolver el carbonato de calcio de la concha. El pulpo común (O. vulgaris) tarda aproximadamente tres horas en crear un orificio de 0,6 mm. Una vez que se penetra la concha, la presa muere casi instantáneamente, sus músculos se relajan y los tejidos blandos son fáciles de extraer. También pueden utilizar el mismo sistema con los cangrejos con caparazón duro, porque a los de caparazón blando los desgarran. Algunas especies tienen otros modos de alimentación. Grimpoteuthis no tiene rádula o es muy reducida y se traga la presa entera. En la mayoría de las especies del género de aguas profundas Stauroteuthis, algunas de las células musculares que controlan las ventosas han sido reemplazadas por fotóforos que se cree que engañan a las presas dirigiéndolas hacia la boca, lo que los convierte en uno de los pocos pulpos bioluminiscentes
Comportamiento y ecología.- Los pulpos están considerados por lo general como animales solitarios y asociales, aunque esta consideración se enfrenta con un creciente número de excepciones; también hay constancia de concentraciones en gran número y con interacciones frecuentes, defensa de la pareja y expulsión de individuos de las guaridas, aunque esto se debe probablemente a una concentración especialmente abundante de suministro de alimentos combinado con zonas con escasez de lugares para utilizar como guaridas. Los pulpos se esconden en madrigueras, que suelen ser grietas en afloramientos rocosos u otras estructuras duras, aunque algunas especies se entierran en la arena o el barro. No son territoriales, pero generalmente permanecen en una zona concreta; pueden abandonar esa zona en busca de comida. Tienen habilidades de navegación que les permiten regresar a una guarida sin hacerlo por la misma ruta que utilizaron cuando salieron. No hay constancia de que sean migratorios. Llevan las presas capturadas a su guarida donde pueden comer de manera segura. A veces pueden atrapar más presas de las que pueden comer y la guarida a menudo está rodeada por un basurero de presas muertas y sin comer. Otras criaturas, como peces, cangrejos, equinodermos u otros moluscos a menudo comparten la madriguera con el pulpo, ya sea porque han llegado como carroñeros o porque han sobrevivido a la captura.
Locomoción.- La «propulsión a chorro» o la natación hacia atrás, es su medio más rápido de locomoción. Cuando no tienen prisa, generalmente se arrastran sobre superficies sólidas o blandas; extienden varios brazos hacia adelante, algunas de las ventosas se adhieren al sustrato y el animal se arrastra hacia adelante impulsándose con sus poderosos brazos musculados, mientras que con los otros brazos empujan hacia atrás. Mientras se desplazan arrastrándose, la frecuencia cardíaca casi se duplica y el animal necesita diez o quince minutos para recuperarse de un ejercicio relativamente menor. La propulsión a chorro la consiguen gracias a la contracción de las capas musculares del manto vaciando rápidamente su cavidad paleal de agua expulsándola por el sifón, impulsando al pulpo en la dirección opuesta. La dirección del desplazamiento depende de la orientación del sifón. Al nadar, la cabeza está en la parte delantera, el sifón apunta hacia atrás y los brazos se arrastran hacia atrás, dándole al animal una apariencia fusiforme. En un método alternativo de natación, algunas especies se aplanan dorsoventralmente y nadan con los brazos extendidos hacia los lados, lo que puede proporcionar sustentación y ser más rápidos que la natación normal. El chorro se usa para escapar del peligro, pero es fisiológicamente ineficiente y requiere una presión en el manto tan alta que impide que el corazón lata, lo que provoca un déficit progresivo de oxígeno.
Los pulpos cirrinos no pueden producir propulsión a chorro y utilizan sus aletas para nadar. Tienen una flotabilidad neutra y se desplazan a través del agua con las aletas extendidas. También pueden contraer los brazos y la membrana circundante realizando movimientos rápidos para impulsarse. Otra forma de locomoción es el «bombeo», que consiste en contracciones simétricas de los músculos de las membranas produciendo ondas peristálticas lo que produce un desplazamiento lento del animal. En 2005 se observó que dos especies, Adopus aculeatus y Amphioctopus marginatus, se desplazaban caminando sobre dos brazos, mientras que al mismo tiempo imitaban la coloración de la materia vegetal circundante; esta forma de locomoción permitiría a estos pulpos alejarse rápidamente de un posible depredador sin ser reconocidos. Un estudio de este comportamiento llevó a considerar la posibilidad de que los dos apéndices posteriores se podrían denominar con más precisión «patas» en lugar de «brazos». Amphioctopus marginatus utiliza este desplazamiento «bípedo» cuando transporta varias cortezas de coco apiladas; el pulpo lleva restos de cortezas debajo de él con dos brazos y avanza con un andar desgarbado sostenido por los restantes brazos que mantiene rígidos. Algunas especies de pueden arrastrarse fuera del agua durante cortos espacios de tiempo entre las pozas de marea mientras cazan crustáceos o gasterópodos o para escapar de los depredadores.
Inteligencia.- Los pulpos están considerados como uno de los invertebrados más inteligentes y de mayor diversidad conductual, aunque el alcance de su inteligencia y capacidad de aprendizaje todavía no están bien definidos. Experimentos con laberintos y de resolución de problemas han demostrado evidencias de un sistema de memoria que puede almacenar tanto memoria a corto plazo como a largo plazo. No se sabe con precisión qué aporta el aprendizaje al comportamiento del pulpo adulto. Los pulpos jóvenes no aprenden de sus padres, ya que los adultos no brindan atención parental más allá de atender a sus huevos hasta que eclosionan. En experimentos de laboratorio, los pulpos pueden entrenarse fácilmente para distinguir entre diferentes formas y patrones. Existen informes que indican que ejercen el aprendizaje por observación, aunque se cuestiona la validez de estos informes. También se han observado en lo que se ha descrito como juego: soltar repetidamente botellas o juguetes en una corriente circular en sus acuarios y luego atraparlos. A menudo consiguen salir de sus acuarios y otras veces entran en otros en busca de comida. Incluso han abordado barcos de pesca y abierto bodegas para comer cangrejos. Amphioctopus marginatus recoge restos de cáscaras de coco y luego las utiliza para construir un refugio, un ejemplo de uso de herramientas
Camuflaje.- Los pulpos utilizan el camuflaje cuando cazan y para evitar ser vistos por los depredadores. La parte externa del manto está formada por un epitelio con numerosas células especializadas, como cromatóforos y fotóforos, que cambian con rapidez la apariencia de la piel ajustando su color, opacidad o reflectividad. Los cromatóforos contienen pigmentos amarillo, naranja, rojo, marrón o negro; la mayoría de las especies tienen tres de estos colores, mientras que otras tienen dos o cuatro. Otras células reflectantes son los iridóforos (iridiscentes) y los leucóforos (de color blanco). Esta capacidad de cambio de color también la utilizan para comunicarse o advertir a otros pulpos. Pueden crear patrones de distracción con líneas ondulantes de coloración oscura en todo el cuerpo. Músculos de la piel cambian la textura del manto para lograr un mayor camuflaje. En algunas especies, el manto puede adquirir la apariencia de algas; en otras, el aspecto de la piel se limita a tonos relativamente uniformes de un solo color con textura de piel lisa. Las especies diurnas que viven en aguas poco profundas han desarrollado una piel más compleja que las nocturnas y de aguas profundas. Una estrategia de «roca móvil» consiste en imitar el aspecto de una roca y avanzar poco a poco por un espacio abierto a una velocidad que coincide con el movimiento del agua circundante, permitiéndole moverse incluso a la vista de un depredador.
Defensa.- Además de los humanos, los pulpos tienen múltiples depredadores, como peces, aves marinas, pinnípedos, cetáceos las nutrias marinas y otros cefalópodos. Los pulpos generalmente se esconden en guaridas o se ocultan utilizando el camuflaje y el mimetismo; algunos utilizan una llamativa coloración de advertencia (aposematismo) o un demostraciones deimáticas. Un pulpo puede pasar el 40 % de su tiempo escondido en su guarida. En un estudio con pulpos gigantes (Enteroctopus dofleini) se comprobó que el 66 % de los ejemplares estudiados tenía cicatrices y el 50 % tenía amputaciones en los brazos. Hapalochlaena lunulata, uno de los animales más venenosos del mundo, cuenta con unos anillos azules ocultos en los pliegues musculares de la piel pero los muestra cuando el animal se siente amenazado, ofreciendo una advertencia iridiscente del peligro de su veneno. El pulpón (Otoctopus macropus) adquiere un color rojo parduzco brillante con manchas blancas ovaladas muy llamativas. Las muestras de avisos visuales a menudo se refuerzan extendiendo los brazos, las aletas o la estructura palmeada entre los brazos para que se vean tan grandes y amenazantes como sea posible.
Cuando ven un depredador generalmente intentan escapar pero también pueden usar una distracción expulsando una nube de tinta del saco de tinta. Se cree que la tinta reduce la eficacia de los órganos olfativos, lo que les ayudaría a evadirse de los depredadores que emplean el olfato para la caza, como los tiburones. Las nubes de tinta de algunas especies pueden actuar como señuelos que el depredador ataca en su lugar. Cuando son atacados algunos pulpos pueden desprenderse de un brazo para escapar, de manera similar a la forma en que los eslizones y otros lagartos separan sus colas; el brazo desprendido puede distraer a posibles depredadores. Estos brazos seccionados continúan sensibles a los estímulos y se apartan de las sensaciones desagradables. Los pulpos pueden regenerar las extremidades perdidas. Algunas especies, como el pulpo mimo (Thaumoctopus mimicus), pueden combinar sus cuerpos altamente flexibles con su capacidad de cambio de color para imitar a otros animales más peligrosos, como el pez león, las serpientes marinas y las anguilas
Patógenos y parásitos.- Las enfermedades y parásitos que afectan a los pulpos han sido poco estudiados, pero se sabe que los cefalópodos son los huéspedes intermedios o finales de diversos parásitos céstodos, nemátodos y copépodos; se han reconocido 150 especies de parásitos protistas y metazoos. Dicyemidae son una familia de pequeños gusanos que se encuentran en los apéndices renales de muchas especies; no está claro si son parásitos o son endosimbiontes. Coccidiasinos del género Aggregata que viven en el intestino causan una enfermedad grave al huésped. Los pulpos cuentan con un sistema inmunitario innato y los hemocitos responden a la infección mediante fagocitosis, encapsulación, infiltración o actividades citotóxicas para destruir o aislar los patógenos; los hemocitos juegan un papel importante en el reconocimiento y la eliminación de cuerpos extraños y la reparación de heridas. Se ha comprobado que los pulpos en cautiverio son más susceptibles a los patógenos que los silvestres. Se ha descubierto que una bacteria gramnegativa, Vibrio lentus, causa lesiones cutáneas, exposición muscular e incluso la muerte en casos extremos.
Peligrosidad.- Todas las especies producen algún tipo de veneno, pero solo los pulpos de anillos azules (género Hapalochlaena) tienen veneno que puede resultar letal para los humanos. Hay informes de picaduras todos los años en el área de distribución de esta especie, desde Australia hasta el Indo-Pacífico oriental. Pican solo cuando son provocados o pisados accidentalmente; las picaduras en sí mismas son pequeñas y generalmente indoloras. El veneno parece que puede penetrar la piel sin pinchazos, solo por contacto; contiene tetrodotoxina, una neurotoxina que causa parálisis al bloquear la transmisión de impulsos nerviosos a los músculos y que causa la muerte por insuficiencia respiratoria que conduce a una anoxia cerebral. Estas picaduras son muy peligrosas y no se conoce ningún antídoto, pero si se recibe una rápida atención médica profesional los pacientes generalmente se recuperan. Hay registros de picaduras de otras especies de pulpos, generalmente en cautividad, que producen hinchazones y molestias que desaparecen en un día o dos.
Distribución y hábitat.- Los pulpos viven en todos los océanos y las distintas especies se han adaptado a diferentes hábitats marinos. Como juveniles, los pulpos comunes (Octopus vulgaris) habitan en pozas de marea poco profundas; el gran pulpo azul (Octopus cyanea) vive en los arrecifes de coral; los argonautas deriva por aguas pelágicas; Abdopus aculeatus vive principalmente en lechos de praderas marinas cercanas a la costa. Algunas especies se han adaptado a las aguas frías de las profundidades del océano; Bathypolypus arcticus vive en llanuras abisales a profundidades de 1000 m y Vulcanoctopus hydrothermalis vive cerca de fuentes hidrotermales a 2000 m. Las especies de del suborden Cirrina a menudo nadan libremente y viven en hábitats de aguas profundas. No se conoce ninguna especie que viva en agua dulce.
Ciencia y tecnología.- En la Grecia clásica, Aristóteles (384-322 a. C.) ya hablaba en su Historia de los animales sobre la capacidad de cambiar de color del pulpo, tanto para el camuflaje como para la señalización: «El pulpo ... busca su presa cambiando su color de manera que adquiera el color de las piedras adyacentes; lo hace también cuando está alarmado.» Aristóteles también indicó que el pulpo tenía un brazo hectocotilizado y sugirió que podría usarse en la reproducción sexual, una afirmación que fue ampliamente rechazada hasta el siglo XIX. Fue descrito en 1829 por el zoólogo francés Georges Cuvier, quien supuso que era un gusano parásito, catalogándolo como una nueva especie, Hectocotylus octopodis. Otros zoólogos creyeron que era un espermatóforo; el zoólogo alemán Heinrich Müller creía que estaba «diseñado» para separarse durante la cópula. En 1856, el zoólogo danés Japetus Steenstrup demostró que se usa para transferir esperma y que rara vez se desprende. Los pulpos se utilizan como organismo modelo en muchos campos de la investigación biológica, como su capacidad para regenerar extremidades, cambiar el color de su piel, comportarse de manera inteligente con un sistema nervioso distribuido o por utilizar 168 tipos de protocadherinas (los seres humanos tienen 58), las proteínas que guían las conexiones que hacen las neuronas entre sí.
Se ha secuenciado el genoma de Octopus bimaculoides (el primer cefalópodo del que se secuencia el genoma), lo que permitirá el estudio de sus adaptaciones moleculares. También es objeto de estudio su evolución independiente de una inteligencia similar a la de los mamíferos. Sus habilidades para resolver problemas, junto con su movilidad y la falta de estructura rígida les permiten escapar de tanques supuestamente seguros en laboratorios y acuarios. Debido a su inteligencia, en algunos países los pulpos no se utilizan como animales de experimentación cuando la cirugía solo se puede realizar sin anestesia, una protección que generalmente solo se aplica a los vertebrados. En el Reino Unido, de 1993 a 2012, el pulpo común (Octopus vulgaris) fue el único invertebrado protegido por la Ley de Animales (Procedimientos científicos) de 1986. En 2012 esta legislación se amplió para incluir a todos los cefalópodos, de conformidad con una directiva general de la Unión Europea. Algunas investigaciones sobre robótica exploran la biomimesis de algunas de las características del pulpo. Sus brazos se pueden mover y sentir en gran medida de forma autónoma sin la intervención del sistema nervioso central del animal. En 2015, un equipo de investigadores construyó en Italia robots de cuerpo blando capaces de gatear y nadar que solo requería un nivel de computación mínimo. En 2017 una empresa alemana confeccionó un brazo con una estructura de silicona suave controlada neumáticamente equipada con dos filas de ventosas; es capaz de agarrar objetos como un tubo de metal, una revista o una pelota y para llenar un vaso vertiendo agua de una botella
https://tintorero-wwwartesdepesca.blogspot.com/2011/12/vamos-pescar-pulpo-1-parte.html
https://tintorero-wwwartesdepesca.blogspot.com/2011/12/vamos-pescar-pulpo-2-parte-y-ultima.html
Pesca y gastronomía.- Las explotaciones pesqueras de pulpos existen en todo el mundo, con capturas totales que varían entre 245 320 y 322 999 toneladas entre 1986 y 1995. La captura mundial alcanzó su máximo en 2007 con 380 000 toneladas y disminuyó a unas 336 000 en 2012. Para su captura se utilizan nasas, redes de arrastre, trampas, redes de deriva, arpones, anzuelos y captura a mano. El pulpo forma parte de la gastronomía de muchas culturas y es un alimento común en las costas mediterránea y asiática. Los brazos y, en menor medida, otras partes del cuerpo se cocinan de distintas maneras, según la especie o la costumbre local. En algunos países del mundo, como Estados Unidos, también se comen crudos; grupos de defensa del bienestar animal se han opuesto a esta práctica basándose en que los pulpos pueden experimentar dolor
En la mayoría de los países en que se captura el pulpo, se utilizan "ganchos" o "garfios", "poteras", "mazos" y pesca de arrastre, comercializándose fresco-congelado, enlatado, cocido o seco. Con los pulpos se preparan infinidad de platillos según las costumbres de diferentes países; su tinta también se aprovecha en la industria.
Los japoneses han diseñado técnicas de captura muy eficientes que otros pescadores de pulpo empiezan a utilizar, basadas en el interesante comportamiento de estos animales. Uno de los métodos más empleados es el "palangre sumergido" que consiste en una línea que se mantiene tensa por medio de pesas y flotadores y de ella cuelgan otras líneas cortas con un guinche en su extremo. El artefacto se coloca en las zonas por donde los pulpos pasan al salir de su escondite hacia lugares donde obtienen su alimento; los animales, al hacer contacto con los ganchos, se ensartan y enredan. Como "señuelo" se colocan tiras de tela o plástico de color rojo o amarillo que se mueven con la corriente y atraen al animal, facilitando que éste quede atrapado en el gancho.
Otro método para su captura se basa en la costumbre que tienen estos organismos de refugiarse en sitios oscuros: con una línea de flotadores se sujetan recipientes de plástico, barro o madera, que hacen las veces de nasas y dentro de las cuales según la costumbre del pescador, se coloca carnada; los pulpos entran en ellas utilizándolas como escondites y entonces es cuando se cobran y capturan. Se recomienda este método para zonas de fondo arenoso o rocas grandes y lisas, de modo que no compitan con refugios naturales del animal.
En México la pesquería del pulpo se encuentra establecida fundamentalmente en las costas del Golfo de México y Mar Caribe; son siete especies del género Octopus las que se capturan; el grueso de la pesquería está formado por el "pulpo común" (Octopus vulgaris) o por el Octopus maya de las costas de la península de Yucatán. En el Océano Pacífico se captura una sola especie en Baja California, el "pulpo manchado" (Paraoctopus limaculatus) o "pulpo del Pacífico".
La unidad de pesca para la captura del pulpo está formada por pequeñas embarcaciones de madera o fibra de vidrio, con una eslora de 8 metros, las cuales pueden moverse por medio de vela o por motor fuera de borda y tienen una capacidad de 2 toneladas. El arte de pesca empleado es conocido como "gatero", consiste en el uso de líneas con cebos, formados por cangrejos, conchas de caracol, etc., atados a la línea junto con el plomo; estas líneas pueden ir fijas en un extremo de la embarcación o a varas colocadas ex professo, pudiéndose utilizar de 25 a 35 líneas por embarcación. Una vez colocadas las líneas, la embarcación se deja a la deriva, para arrastrar los cabos por el suelo y que el cebo sea percibido por el pulpo; al levantar el pescador las líneas, se saca el animal del agua tomándolo con la mano.
En 1988 se capturaron 8 346 toneladas de pulpo; esta pesquería ha presentado una tasa de crecimiento anual de 34%. Los mayores registros de captura los tienen los estados de Campeche, Veracruz, Yucatán y Quintana Roo; se está iniciando la pesquería en Baja California y Sonora. El potencial de captura para las especies de pulpo ha sido estimado en alrededor de 10 mil toneladas por año, aunque posiblemente, cuando termine la investigación, en zonas de mayor profundidad se considere mucho mayor.
El Phylum de los moluscos representa por su diversidad, abundancia y posibilidad de cultivo, así como por su valor nutritivo, un grupo de gran importancia potencial para las pesquerías del mundo y otra posible fuente de alimento que el hombre debe aprovechar racionalmente para resolver el problema de proporcionar proteínas de bajo costo a las nuevas generaciones, así como para establecer nuevas industrias que proporcionen fuentes de trabajo y divisas a todos los países, en especial a los que inician su desarrollo.
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