Hoy pescaremos este gran pez,que hace las delicias de los pescadores deportivos, y por todos ellos conocido, sobre todo, aquellos de la zona mediterránea.COMO RECONOCERLO.-La llampuga, dorado o pez-delfín es el único género de peces marinos de la familia Coryphaenidae, incluida en el orden Perciformes.Su nombre común en español alude a su intenso color dorado, mientras que su nombre común en inglés de “pez-delfín” no debe llevarnos a confusión con el delfín, que es un mamífero.Tiene la cabeza y el cuerpo comprimidos lateralmente y una única aleta dorsal de 58 a 66 radios blandos que recorre a lo largo desde la cabeza toda la longitud del pez. Su aleta anal está formada por 25 a 31 radios blandos. Tienen 31 vértebras. Los machos adultos presentan la frente empinada y alta. No tienen espinas en ninguna aleta, teniendo la aleta caudal fuertemente ahorquillada gracias a la que consigue velocidades punta de aproximadamente 70 km/h.Su lomo presenta coloraciones verdes y azules metálicas mientras que sus costados son dorados con destellos azul cobalto. Su aleta caudal es de tono amarillo dorado y la dorsal azulada. Los pequeños ejemplares presentan unas pronunciadas barras verticales en los lados de su cuerpo.Los machos adultos tienen la frente empinada y alta. No presentan espinas en ninguna aleta, teniendo la aleta caudal fuertemente ahorquillada,
se reproduce en aguas cálidas, entre 20º y 30º, durante todo el año. Madura sexualmente pronto, entre 4 a 6 meses, teniendo como hemos visto, a esta edad entre 800 y algo mas del Kilo.Hay escasa experiencia de su cultivo en piscifactorías. Existen en Hawai y Tahití, alcanzando allí los dos kilos de peso en tan solo 6 meses y los 10 o 20 kilos y un metro de talla en tan solo un año.Tiene pues un crecimiento extraordinario y un ciclo vital corto. Se sabe que la mayoría solo viven 3 o 4 años. La talla máxima la alcanzan en aguas oceánicas tropicales a los 5 años, alcanzando los 2´10 metros y un peso máximo de 40 kilos (actual récord IGFA). El récord en aguas Mediterráneas, fue registrado en Alicante, durante la celebración de la Copa del Rey. Fue capturado por la embarcación “Wahoo”, patroneada por Pablo Ruiz. Pesó 20,4 y midió 1,26.
RESUMEN DE SU MORFOLOGÍA.-
DONDE VIVE.- Es pelárgico oceánico y migrador, se acerca a la costa a final del verano y vive cerca de la superficie, se agrupa en bancos y suele estar a la sombra de los objetos flotantes, debajo de los cuales dan vueltas en círculos.De noche se acercan a la costa o a los barcos atraídos por la luz
Se encuentra en los mares y océanos de la zonas templadas y tropicales del planeta, así como en la parte occidental del Mediterráneo, (su presencia es estacional, puesto que solo entra durante el otoño).Suelen nadar en grupos cuando se trata de peces jóvenes, los adultos suelen ir en parejas o solos.Si nos centramos en nuestro Mar Mediterráneo, la encontraremos en el Mar de Alborán, el Mar Balear, el Mar Egeo, el Mar Jónico, el Mar Levantino, el Mar Ligur y el Mar Tirreno.
Su insaciable voracidad le hace perseguir bancos de peces con los que alimentarse recorriendo grandes distancias, de esta forma podemos encontrarlos en distintas partes del mundo recibiendo diferentes nombres como doirado en Portugal, lampuga en Italia, dolphinfish en Inglaterra, mahi mahi en Hawai, coriphene en Francia y dorado en el resto del mundo. Aunque como pez pelágico le guste vivir en el océano, en alta mar, durante la temporada estival y con el calentamiento de las aguas costeras se acercará a la plataforma continental y permanecerá en ella hasta finales de Octubre cuando la temperatura del agua baja bruscamente hasta los 15ºC.
INDICACIONES PARA LA PESCA.-Lo primero que debemos de hacer es localizarlas. Para ello normalmente los pescadores buscan las zonas calientes guiándose por otros barcos o jornadas pasadas pero habitualmente se olvidan de las zonas muy próximas a la costa y cuando las lampugas desaparecen y se dan esos días que te preguntas donde están metidas, están justamente pegadas a la costa, en fondos menores de 30 metros incluso llegándose a capturar desde tierra.Para localizarlas afinaremos nuestra vista puesto que podremos verlas saltando a ellas o sus presas, los peces voladores, lo que delatará su presencia. Además, deberemos estar atentos a cualquier objeto en el agua, ya sean boyas, plásticos, cajas o cualquier objeto que flote ya que allí estarán seguro.La sonda también se convierte en nuestra aliada, la detección de bancos de pequeños peces nos anticipará las picadas, ya que las lampugas suelen seguir y acosar estos bancos durante todo el día.
Para disfrutar al máximo de su pesca la técnica básica será el curricán ligero de superficie. Para ello utilizaremos cañas del tipo stand up de 5 a 15 libras de dos piezas montadas con carretes lo suficientemente robustos y cargados de líneas de alrededor de 0.40-0.45 mm. La velocidad a la hora de realizar el curricán es muy importante, siendo la más adecuada entre los 4 y 5 nudos.En esta modalidad, los señuelos a emplear serán básicamente dos, imitaciones de peces y cefalópodos. Los peces más empleados serán las imitaciones de sus presas, pequeñas sardinas o boquerones junto a imitaciones de caballas de unos 9 a 14 cm de longitud. Estos peces los montaremos en un bajo de 0.40-0.45 mm de unos 10 metros de longitud que se unirá a la línea del carrete por medio de un plomo de unos 100g que permitirá que los señuelos profundicen de dos a tres metros. Empleando los señuelos más grandes de 14 cm podremos prescindir de los plomos.Con los pulpitos podemos realizar varios montajes diferentes: El primero de ellos consistirá en un único pulpito con un pequeño plomo de unos 20 g justo antes del anzuelo, siendo este ocultado por el cuerpo. En este caso el empleo del plomo de 100 g unos 10 metros antes del señuelo, es opcional, y dependerá de si queremos que el señuelo trabaje en superficie o a un par de metros de profundidad. El segundo montaje es muy empleado en la pesca de pequeños túnidos, y consiste en disponer una ristra de tres pulpitos separados unos 10-15 cm con un excitador a unos 30-40 cm, en este caso los pulpitos serán arrastrados en la superficie del agua dando pequeños saltos. Si estamos atentos, será posible ver como las lampugas atacan el señuelo sacando medio cuerpo del agua justo antes de que nuestra caña se doble y el carrete empiece a sonar, sin duda un espectáculo sin igual.
Lo más importante cuando se pescan lampugas es no perder la tensión de la línea. Saltan, nadan hacia el barco y tratan de liberarse de todos los modos posibles.Cuando tenemos una picada y pescamos con equipos ligeros debemos retirar el resto de cañas para que no se líen al parar el motor y además poder tener despejada la cubierta para poder tentarlas a spining, técnica mucho más emocionante si cabe que el curricán.Una vez cerca de la embarcación llega el momento crítico, el izado a bordo. Si no hemos dedicado el suficiente tiempo a trabajar y agotar la pieza, el empleo de la sacadera ha de hacerse de modo cuidadoso, cuando la ven aproximarse pueden dar un salto o una carrera “in extremis” y el señuelo puede salir despedido hacia nosotros pudiendo provocar un accidente serio. Por tanto, deberemos dedicar el tiempo suficiente a agotar la pieza, ya que el izado cuando aun conservan todas sus fuerzas es muy arriesgado. Ya en el barco su lucha sigue siendo titánica, por lo que deberemos extremar las precauciones a la hora de sujetarlas para su desanzuelado, incluso, si las pescamos desde embarcaciones neumáticas jamás la desanzuelaremos fuera de la sacadera, toda precaución es poca pues no sería nada extraño dañar la embarcación con los anzuelos o poteras de los señuelos si la manejamos con poco cuidado.
Otra técnica quizá poco empleada por la mayoría de pescadores es el spining desde embarcación. Para llevar a cabo esta modalidad, como es lógico, deberemos de localizar y estar lo suficientemente cerca de las lampugas como para poder situar nuestro señuelo a su alcance. Para localizarlas tenemos varias opciones;Encontrar cualquier elemento flotante bajo el que se puedan refugiar. Boyas, cajas e incluso plásticos a la deriva son buenos refugios para esta especie.Detectar los bancos de peces presa por la actividad de aves o por sus saltos y huidas en superficie. Si están cazando, no dudarán en atacar nuestros señuelos.Buscar bancos de pequeños peces a poca profundidad con la ayuda de la sonda y probar justo encima de ellos.Aprovechar la picada de un ejemplar al currican para atraer al resto del grupo hasta la proximidades de la embarcación. Para llevar a cabo la última opción, deberemos traer la pieza prendida lentamente y mantenerla en el agua hasta sacar las otras cañas y tener el terreno despejado para emplear las cañas de spinning. Una vez tengamos la embarcación despejada, aun sin sacar la primera pieza será el momento de tentar la superficie con nuestros señuelos. Si queremos asegurarnos de que el banco se mantiene cerca de nuestra embarcación deberemos mantener una pieza siempre en el agua, incluso podemos dejar la primera captura con unos 10 metros de línea para que se mueva alrededor de la embarcación y así mantenga el grupo en las cercanías.Para esta técnica no nos hacen falta cañas extremadamente potentes, pues la embarcación nos permitirá acercarnos a las piezas, ni cañas extremadamente largas pues dificultarían su manejo a bordo. Con una caña entre 180 cm y los 240 cm y suficiente potencia para lanzar muestras de hasta 90 g estaríamos perfectamente preparados para afrontar multitud de situaciones. Muchos pescadores emplean las cañas del bass par este menester.
Para escoger el carrete tendremos en cuenta sobre todo su ratio de recogida dado que la velocidad de nuestro adversario es prácticamente inigualable. Todo lo que suba de un ratio superior a 5:1 será perfecto. Respecto a su capacidad, nos permita alojar al menos 200 m de un nylon de 0.40 mm, nunca se sabe que puede aparecer desde las profundidades.En cuanto a señuelos, podemos emplear los clásicos nadadores o señuelos de superficie como popers y paseantes. Sin lugar a dudas los señuelos que mejores resultados ofrecen son los popers en colores naturales y de pequeño tamaño, no más de 11 cm.Otro señuelo que da excelentes resultados es el Peppy de 21, aunque si la temporada es buena el pobre acabará sin color ninguno debido a los ataques.Un aspecto que hay que tener en cuenta es que las lampugas de un mismo grupo, tras realizar dos o tres capturas con el mismo señuelo, desconfían. Tras la primera y segunda captura veremos que ya no atacan con la misma decisión, y simplemente seguirán el señuelo a una corta distancia dándose la vuelta cuando están a unos metros de la embarcación. En cuanto detectemos esta actitud deberemos sustituir rápidamente nuestro artificial por otro de distinto tipo si queremos conseguir algunas capturas más, de lo contrario, tras seguir el señuelo dos o tres veces más, el banco se alejará lentamente de nuestro radio de acción perdiendo las posibles capturas. Otro factor importante para la pesca al spining es el momento y tamaño de las capturas. Cuando comienzan a retirarse de la costa el tamaño de los ejemplares aumenta, pero el número de lampugas por grupo disminuye hasta los 2-4 ejemplares, por lo que se vuelven más infructuoso este tipo de técnica.
La última técnica que de la que hablaremos para capturar las lampugas es la pesca al brumeo. Un brumeo particular ya que comenzaremos a arrojar pequeñas cantidades de pescado troceado, una vez capturada la primera pieza al curricán y hayamos atraído a todo el grupo hasta la embarcación. Una vez estén lo suficientemente cerca podremos pescarlas fácilmente. Para este tipo de pesca el montaje será lo más sencillo posible, solamente nos hace falta un anzuelo de gran tamaño empatillado directamente a la línea del carrete. El cebo consistirá en un trozo de pescado o calamar empleando las cañas destinadas a espining que permitirán realizar lances con solo el peso del cebo. Con esta técnica literalmente nos podemos aburrir de realizar capturas, dejando profundizar el cebo unos instantes tendremos una picada tras otra hasta capturar todo el grupo. Desde mi punto de vista, he de comentar que esta técnica me parece poco justa con la combatividad y lucha de la especie. No provoca la misma sensación el contemplar un ataque a un señuelo artificial al cual hemos imprimido vida con nuestra caña y juego de muñeca, que ver como una pieza se acerca lentamente al cebo y lo engulle con tranquilidad hasta que damos el cachete final.Del mismo modo, el acabar con todo un grupo de lampugas no me parece deportivo. En una mañana o tarde normal, a spining o currican podemos capturar más de 10 o 15 piezas fácilmente, suficientes para pasar una buena jornada sin esquilmar nuestro maltrecho mar.
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