El primer ejemplar identificado medía 4.6 metros de longitud y fue arponeado y capturado en las costas de Table Bay, Sudáfrica, en 1828. El espécimen fue vendido a Pay Pay por 6£, y su holotipo se muestra en el Museo de Historia Natural de París. La primera cita científica fue dada al año siguiente por Andrew Smith, un médico militar vinculado al ejército Británico, que se encontraba estacionado en la Ciudad del Cabo. En 1849 publicó una descripción más detallada de la especie. Se le asignó el nombre de "tiburón ballena" debido a la fisiología del pez, ya que se trata de un tiburón pero posee un tamaño comparable al de una ballena. En la religión vietnamita se le venera como a una deidad, donde se le llama "Ca Ong", que significa literalmente "Señor Pez". También recibe el nombre de pez dominó, dámero, o pez dama, por el clásico juego de mesa.
Habita en los océanos y mares cálidos, cerca de los trópicos. Se cree que son peces pelágicos, pero en determinadas temporadas migran grandes distancias hacia zonas costeras, como Ningaloo Reef en Australia Occidental, Utila en Honduras, Donsol y Batangas en Filipinas, la isla de Holbox en el estado de Quintana Roo, las penínsulas de Yucatàn y Baja California, México y las islas del archipiélago de Zanzíbar (Pemba y Unguja), en la costa de Tanzania. Aunque es frecuente encontrarlo mar adentro, también es posible avistarlo cerca de la costa, entrando en lagunas o atolones de coral, y cerca de las desembocaduras o estuarios de los ríos. Suele permanecer dentro de los ±30° de latitud, y a una profundidad de 700 metros. Suele actuar de forma solitaria, aunque de vez en cuando forman grupos para alimentarse en zonas con grandes concentraciones de comida. Los machos pueden encontrarse en lugares más dispares, mientras que las hembras prefieren permanecer en lugares más concretos.
Género Rhincodon.- Es el único género de la familia Rhincodontidae del orden orectolobiforme. Este género esta formado por una sola especie:
Rhincodon typus (Tiburón Ballena).- El tiburón ballena (Rhincodon typus) es el tiburón más grande del mundo y puede llegar a medir 18 metros. El oceanógrafo Brad Norman decidió pedir ayuda a buceadores de todo el mundo para que le ayudaran a investigar a esta especie. Así, convirtió a miles de personas en colaboradores de un proyecto global, Ecocean, que aúna ecologismo y nuevas tecnologías. La huella digital de este gran tiburón es el dibujo que forman las manchas de su piel, sobre todo en la zona situada sobre la aleta delantera izquierda.
El primer tiburón ballena identificado medía 4,6 metros de longitud y fue arponeado y capturado en las costas de Table Bay, Sudáfrica, en 1828. El especímen fue vendido por 6£, y su holotipo se muestra en el Museo de Historia Natural de París (como Wheke, el calamar gigante plastificado). El espécimen más grande del que se tiene noticia fue capturado el 11 de noviembre de 1947, muy próximo a la isla de Baba, cerca de Karachi, Pakistán. Medía 12,65 metros de largo, y pesaba más de 21,5 toneladas. Hasta 1985 sólo había 320 avistamientos confirmados en todo el mundo.
El tiburón ballena es una de las tres especies de tiburones que se alimentan mediante un mecanismo de filtración del agua, junto con el tiburón peregrino, y el tiburón boquiancho. Se alimenta principalmente de plancton, fitoplancton, necton, macro algas, y krill, pero a veces también lo hace de crustáceos, como larvas de cangrejo, calamares, y bancos de peces pequeños, como las anchovetas, sardinas, caballa, y atún. Esta especie, a pesar de su enorme tamaño, no supone ningún peligro para el ser humano.
Un total de 1.150 ejemplares diferentes de tiburón ballena han sido identificados hasta el momento gracias a las más de 12.000 fotografías que personas de 38 países han enviado a “www.whaleshark.org“, una biblioteca virtual dedicada al estudio de esta especie en peligro de extinción e inofensiva para el ser humano. Las fotografía de la “gente corriente” que participa en este proyecto ayudan a entender los movimientos y el modo de vida de los tiburones ballena. Además de la importancia de crear una base de datos sobre la especie, se ha creado una red mundial con miles de colaboradores que mantienen vivo el interés por la especie y su conservación.
Hasta el momento han participado más de 2.000 personas, lo que es mucho, teniendo en cuenta que el comandante Cousteau lo vio únicamente dos veces en su vida. Uno de los hallazgos más importantes se encuentra en la posición de los lunares que cubren la piel de estos escualos en las zonas que se encuentra por encima y por debajo de las branquias. Así, a través de las fotografías y las mismas técnicas de última generación que la NASA utiliza para el estudio de las estrellas es posible reconocer más de mil ejemplares diferentes y, sobre todo, realizar un seguimiento “no invasivo” de su evolución. El tiburón ballena es el objetivo de la pesca artesanal y de la industria pesquera en varias zonas costeras donde se deja ver ocasionalmente. La población de esta especie es desconocida, pero está considerada por la UICN como una especie en estado vulnerable
Los científicos aún ignoran exactamente cuánto vive un tiburón ballena. Pero lo que sí se sabe es que algunas especies de tiburón, que viven hasta cien años, no están listas para reproducir hasta los veinte años de edad. Esto significa que podrían requerir un quinto de su vida para alcanzar la madurez sexual. Aparentemente el tiburón ballena no es capaz de reproducir hasta que alcanza los treinta años de vida.
El acuario Churaumi, en Okinawa (Japón), es uno de los pocos lugares del mundo donde se puede ver a tres tiburones ballena nadando a la vez. El acuario posee la mayor pantalla de cristal del mundo y contiene 7.500 metros cúbicos de agua. En su interior, los gigantescos tiburones deambulan de un lado a otro, haciendo las delicias de la multitud. Desde 1980 hasta 1998, dieciséis tiburones ballena han pasado por estas instalaciones con el único objetivo de atraer la atención del público. Al principio apenas vivían más tres días, ahora hay ejemplares con más diez años en cautividad.
COMO RECONOCERLO.- El vientre de los tiburones ballena es totalmente blanco, mientras que su dorso es de un color grisáceo, más oscuro que la mayoría de tiburones, con multitud de lunares y líneas horizontales y verticales de color blanco o amarillento, de tal forma que se asemeja a un tablero de ajedrez. Estas manchas representan un patrón único en cada espécimen, por lo que se utilizan para identificarlos y para censar su población. Su piel puede llegar a tener 10 centímetros de grosor.
Su cuerpo es hidrodinámico, alargado y robusto, y presenta varios resaltes longitudinales en la cabeza y el dorso. Su cabeza es ancha y aplanada, y en sus laterales se sitúan dos pequeños ojos, detrás de los cuales están los espiráculos por donde respira. Su enorme boca puede llegar a medir 1,5 metros de ancho y en sus mandíbulas se hallan multitud de filas de pequeños dientes. Posee un par de aletas dorsales y aletas pectorales, siendo estas últimas muy poderosas. Tiene cinco grandes pares de branquias, cuyas hendiduras son enormes. Posee un par de aletas dorsales y aletas pectorales, siendo estas últimas muy poderosas. La cola de estos seres puede medir más de 2.5 metros de lado a lado.
En los tiburones ballena jóvenes la aleta superior de la cola es más grande que la aleta inferior, en cambio la cola de un adulto tiene forma de media luna, y es la que les proporciona la propulsión. Sin embargo, el tiburón ballena no es un nadador eficiente, pues utiliza todo el cuerpo para nadar, lo cual no suele ser frecuente en los peces, y por ello se desplaza a una velocidad media de 5 km/h, una velocidad relativamente lenta para un pez de tan enorme tamaño.
El espécimen más grande del que se tiene registro fue capturado el 11 de noviembre de 1947, muy próximo a la isla de Baba, cerca de Karachi, Pakistán. Medía 12.65 metros de largo y pesaba más de 21.5 toneladas. Sin embargo, existen muchas historias de tiburones ballena más grandes, se mencionan longitudes de por encima de los 18 metros, que, por otra parte, no son nada extrañas en la literatura popular, pero no existen registros ni pruebas científicas que sustenten su existencia. En 1868, el botánico irlandés Edward Perceval Wright, mientras veraneaba en las islas Seychelles, observó algunos especímenes de tiburones ballena, y aseguró haber visto ejemplares de más de 15 metros de longitud, e incluso alguno que sobrepasaba los 21 metros.
En una publicación de 1925, Hugh McCormick Smith describe a un tiburón ballena de enorme tamaño atrapado en una trampa para peces de bambú de Tailandia en 1919. El tiburón era demasiado pesado como para desembarcarlo en tierra firme, pero Smith estimó que su longitud era de al menos 17 metros, y que su peso rondaba las 37 toneladas, aunque más tarde se exageraron estas cifras, llegándose a afirmar que medía 17.98 metros y que pesaba 43 toneladas. Incluso ha habido avisos de tiburones ballena de 23 metros. En 1934, un barco llamado Maurguani se topó con un tiburón ballena mientras navegaba por el sur del océano Pacífico, y le golpeó, lo que hizo que quedara bloqueado en la proa del barco, se cuenta que medía 4.6 metros por un lado del barco y 12.2 metros por el otro. De todos modos, no existe documentación fiable sobre ninguno de estos hechos, por lo que siguen siendo poco más que "leyendas marinas".
QUE COME.- Es una de las tres especies de tiburones que se alimentan mediante un mecanismo de filtración del agua, junto con el tiburón peregrino (Cetorhinus maximus) y el tiburón boquiancho (Megachasma pelagios). Se alimenta principalmente de fitoplancton, necton, macro algas, y krill, pero a veces también lo hace de crustáceos, como larvas de cangrejo, calamares, y bancos de peces pequeños, como las anchovetas, sardinas, caballa, y atún. Los numerosos dientes de que dispone no juegan ningún papel determinante en la alimentación, de hecho, son de reducido tamaño.
En lugar de dientes, el tiburón ballena succiona gran cantidad de agua, y al cerrar la boca la filtra a través de sus peines branquiales. En el pequeño intervalo de tiempo entre que cierra la boca y abre sus peines branquiales, el plancton se queda atrapado en los dentículos dermales. Este mecanismo de filtración previene el paso de todo fluido entre las branquias, y todo lo que mida más de 2 o 3 milímetros de diámetro queda atrapado, e inmediatamente engullido. Se ha observado que estos tiburones emiten una especie de tos, que se trata de un mecanismo de limpieza para expulsar la acumulación de partículas de alimentos en las branquias.
Localiza peces o concentraciones de plancton mediante señales olfativas, pero en vez de tomar el agua constantemente, es capaz de bombearla a través de sus branquias, y puede absorber el agua a una velocidad de 1,7 l/s. El tiburón ballena no necesita avanzar mientras se alimenta, y muchas veces se le observa en posición vertical y moviéndose arriba y abajo mientras bombea y filtra el agua activamente, al contrario que el tiburón peregrino (Cetorhinus maximus), que tiene una forma más pasiva de alimentarse y no bombea el agua, sino que al nadar conduce el agua hacia sus branquias.
Se congregan en torno a los arrecifes de la costa caribeña de Belice, complementando su dieta diaria con las huevas del pargo cubera, que las deposita en las fases del plenilunio y del cuarto creciente y menguante de la Luna en los meses de mayo, junio, y julio. A veces son vistos en grupo, alimentándose de grandes concentraciones de comida. Aparecen regularmente en los mismos lugares en momentos específicos del año, probablemente para capitalizar el florecimiento del plancton y eventos tales como el desove del coral.
Habita en los océanos y mares cálidos, cerca de los trópicos. Se cree que son peces pelágicos, pero en determinadas temporadas migran grandes distancias hacia zonas costeras, como Ningaloo Reef en Australia Occidental, Utila en Honduras, Donsol y Batangas en Filipinas, la isla de Holbox en el estado de Quintana Roo, las penínsulas de Yucatàn y Baja California, México y las islas del archipiélago de Zanzíbar (Pemba y Unguja), en la costa de Tanzania. Aunque es frecuente encontrarlo mar adentro, también es posible avistarlo cerca de la costa, entrando en lagunas o atolones de coral, y cerca de las desembocaduras o estuarios de los ríos. Suele permanecer dentro de los ±30° de latitud, y a una profundidad de 700 metros. Suele actuar de forma solitaria, aunque de vez en cuando forman grupos para alimentarse en zonas con grandes concentraciones de comida. Los machos pueden encontrarse en lugares más dispares, mientras que las hembras prefieren permanecer en lugares más concretos.
INDICACIONES PARA LA PESCA.- Los tiburones ballena están protegidos por la ley en algunos países, pero son cazados con regularidad como fuente de alimento en otros, tales como Taiwán y Filipinas. Unos 100 tiburones de esta especie son matados cada año sólo en Taiwán, lo que eleva preocupaciones en torno al futuro de este pez que crece lentamente y alcanza la madurez tardíamente en su vida.
Esta especie, a pesar de su enorme tamaño, no supone ningún peligro para el ser humano. Es un ejemplo muy citado ante la fama que tienen los tiburones de devoradores de personas. En realidad, son bastante cariñosos, y suelen ser juguetones con los buzos. Incluso existen informes, aunque sin confirmar, de tiburones ballena que salen a la superficie boca arriba para que el buzo le rasque la barriga y le elimine los parásitos.
Esta especie, a pesar de su enorme tamaño, no supone ningún peligro para el ser humano. Es un ejemplo muy citado ante la fama que tienen los tiburones de devoradores de personas. En realidad, son bastante cariñosos, y suelen ser juguetones con los buzos. Incluso existen informes, aunque sin confirmar, de tiburones ballena que salen a la superficie boca arriba para que el buzo le rasque la barriga y le elimine los parásitos.
Este tiburón es observado muy a menudo por buzos y por turistas a bordo de lanchas frente a la península de Yucatán en la isla de Holbox, en las Islas de la Bahía de Honduras, en las islas Maldivas, las islas Galápagos, en Filipinas, Tailandia, el mar Rojo, Ningaloo Reef e Isla de Navidad de Australia Occidental, Tofo Beach en Mozambique, y la bahía de Sodwana en Sudáfrica. Algunos de estos lugares, como por ejemplo en Australia Occidental, se han convertido en puntos centrales de la industria del ecoturismo.
La mayor concentración de tiburones ballena en el mundo se encuentra en Filipinas.
Entre los meses de enero y mayo, se agrupan en las costas poco profundas de Donsol, en la provincia de Sorsogon. Algunos buceadores muy afortunados han encontrado tiburones ballena en Puerto Rico, en República Dominicana y las islas Seychelles. Entre diciembre y septiembre, es muy frecuente toparse con algún ejemplar en la bahía de La Paz, en el estado mexicano de Baja California Sur, así como de mayo a septiembre en la costa noreste del estado mexicano de Quintana Roo. A veces les acompañan pequeños peces, como la rémora. Recientemente, han sido avistados en las proximidades de la isla Tenggol, situada en la costa oeste de Malasia Peninsular, donde también existen varios arrecifes de coral frecuentados por estos tiburones, como la isla Redang, o la isla de Kapas.
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