COMO RECONOCERLO.- Cuerpo bastante alargado y rechoncho, de cabeza terminando en punta, el cuerpo cubierto de escamas grandes y cicloideas. Boca pequeña con dos hileras de dientes afilados, la primera hilera más grande. Borde del preopérculo serrado. Numerosos poros cefálicos (en el hocico 26-34). Aleta dorsal con 19 – 21 radios espinosos y 7 – 10 blandos; anal con 4 – 6 radios espinosos y 5 – 8 blandos. Caudal subtruncada. Escamas de la línea lateral 39-45. Filas de escamas sobre la línea lateral 3-5, 4-7, 3-5 en la mejilla detrás de los ojos, 2 en la ínter-opérculo (16-20 escamas).
Escamas bastante grande, que se extiende a las membranas de la aleta dorsal, anal y caudal. Ínter-orbital espacial y opérculo escamoso arco branquial con 14-17, más bien delgado, vértebras 34-37. De coloración pardusca con zonas claras marcadas de violáceo. Mancha sobre el pedúnculo caudal, otra mancha en la zona de unión de la dorsal entre la parte delantera espinosa y la trasera blanda.De coloración muy jaspeada, manchado, con multitud de puntos, bandas y manchas, predominando el color marrón verdoso, aunque puede tener puntos, líneas o manchas de colores rosados, rojos, verdes. Mancha oscura inferior en el pedúnculo caudal.Tamaño: hasta 25 cm
REPRODUCCIÓN.- Emparejamiento ovíparos, distinto durante la reproducción. Los machos construyen nidos en forma de plato y guardan los huevos.
QUE COME.- Se alimentan de invertebrados bentónicos. Gusanos, pulga, pequeños moluscos y pequeños crustáceos. Al igual que la porredana son característicos sus golpes para desprender de rocas y algas los pequeños animalillos de los que se alimenta
INDICACIONES PARA LA PESCA.- Pesca, sedal ocasional redes.
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Estos peces, aunque muerdan con decisión, tienen la boca pequeña, los dientes finos y puntiagudos y son bastante territoriales, permaneciendo durante mucho tiempo en los mismos emplazamientos litorales. Viven y se alimentan en la escollera, entre las algas, a poca profundidad, y depreden sobre pequeños crustáceos y otros invertebrados.
Estos peces, aunque muerdan con decisión, tienen la boca pequeña, los dientes finos y puntiagudos y son bastante territoriales, permaneciendo durante mucho tiempo en los mismos emplazamientos litorales. Viven y se alimentan en la escollera, entre las algas, a poca profundidad, y depreden sobre pequeños crustáceos y otros invertebrados.
Son presas muy comunes para el pescador deportivo, aunque no tienen un elevado valor gastronómico por sus carnes insípidas y sus muchas espinas. Es una de las familias de peces más bonitos y simpáticos, recordándonos a los peces tropicales que viven en los arrecifes de coral, con los cuales comparten muchas semejanzas, pues algunas especies de esta familia de los lábridos comunes en nuestras aguas tienen cercanos parientes tropicales, como es la julia o doncella con el famoso pez limpiador de los arrecifes coralinos. Son peces diurnos y su actividad se acrecienta durante los meses estivales. Sus dimensiones son siempre reducidas y se pescan con gusana de mar o crustáceos, pequeños anzuelos y siempre a fondo, de donde nunca se despegan.
La mejor época para pescarlos es durante los meses estivales, con el agua caliente y muchas horas de luz. Les encantan las aguas someras, luminosas, esos días en los que brilla el sol y la mar esta bella y trasparente. Lo mejor es pescarlos a fondo, aunque también se pueden capturar a corcho, siempre que le demos el calado suficiente para que el aparejo trabaje cerca de una roca o de unas algas. Pero quizás lo más efectivo sea pescarlos al lanzado, con un aparejo rematado en el plomo y las hijuelas a una braza de éste.
Es decir, al revés que si intentamos pescar otros peces típicamente bentónicos, como pueda ser un salmonete o un pez plano, para capturar serranos y, en general, cualquier lábrido, es mucho mejor montar el plomo como terminal. De este modo el cebo se situará a unos centímetros del fondo, por lo que será más fácilmente detectado y atacado.
Los cebos, siempre de origen animal, pueden ser varios, pero lo más aconsejable son las gusanas (arenícola, fango, coreana, etc.) y los caracoles ermitaños. Su tamaño no debe sobrepasar el tamaño del anzuelo, pues la boca de estos peces está concebida para morder justo lo que quieren morder, es decir, nada que ver con los grandes predadores que abren de par en par la bocaza y se tragan todo lo de alrededor. No. Los lábridos poseen unos gruesos y sensibles labios y una boca afilada, justo para alcanzar con precisión ese pequeño bocado de la escollera que supone su alimento natural. Por eso, si dejamos trozos de carnada que sobresalgan del anzuelo, lo normal es que tire de estas porciones para desprender todo el cebo, sin llegar a meterse el anzuelo en la boca.
En cuanto al anzuelo, lógicamente deberá ser fino, puntiagudo y de escasas dimensiones. Yo suelo utilizar anzuelos rectos y que rompen en caso de enganche, ya que estos peces no tienen bocas poderosas, pero sí bastante gruesas y propicias para que el anzuelo penetre sin demasiada dificultad. Porque, aunque hasta ahora no lo hayamos mencionado, el principal inconveniente que presenta la pesca de este pez es que debemos buscarlo en fondos rocosos o mixtos, con lo que esto conlleva en cuanto a la pérdida de aparejos se refiere.
Por eso es conveniente amarrar hijuelas finas para cada anzuelo, y el plomo, asimismo, en otra hijuela también de menor resistencia que la línea madre. Es decir, previendo que vamos a enganchar, garantizar la pérdida de algún elemento, en vez de todo el aparejo. Lo demás es más sencillo. No se precisan largos lanzamientos, ni condiciones especiales, ni mucha técnica en cuanto a manejo del equipo.
Podremos encontrarlos a muy escasa profundidad en todas nuestras costas, su picada es decidida y se clavan bien. Es una pesca muy recomendable y sencilla, en especial recomendable para los más jóvenes e impacientes. Vamos, que la diversión está asegurada si nuestras aspiraciones no nos piden más que estos simpáticos y agradecidos peces.
Podremos encontrarlos a muy escasa profundidad en todas nuestras costas, su picada es decidida y se clavan bien. Es una pesca muy recomendable y sencilla, en especial recomendable para los más jóvenes e impacientes. Vamos, que la diversión está asegurada si nuestras aspiraciones no nos piden más que estos simpáticos y agradecidos peces.
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