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martes, 5 de marzo de 2024
LA PESCA POR EL MUNDO (Destinos de Pesca Continente Europa)
Costas. - El litoral de Polonia se encuentra en el mar Báltico, en la Pomerania, entre la desembocadura del Óder y la bahía de Danzig. Tiene una extensión de 440 km. Es una costa baja y arenosa. Le faltan puertos naturales, excepto los Szczecin en el noroeste, en las bocas del Óder y Gdansk, en la desembocadura del Vístula. Hay un puerto artificial, Gdynia construido tras la Primera Guerra Mundial. Otro puerto es Kolobrzeg.
Clima. - Las pautas meteorológicas a corto y largo plazo de Polonia son de transición y variables por la colisión de diversas masas de aire por encima de la superficie del país. El aire marino se mueve cruzando Europa occidental, el aire ártico barre desde el océano Atlántico Norte, y el aire subtropical llega desde el océano Atlántico Sur. Aunque el aire ártico domina durante gran parte del año, su conjunción con corrientes más cálidas generalmente modera las temperaturas y genera considerables precipitación, nubes y niebla. Cuando las influencias moderadoras faltan, las temperaturas invernales en los valles montañosos pueden caer hasta 20 grados bajo cero. Polonia presenta un clima continental frío, muy riguroso en invierno. La temperatura media anual de 7 °C.
La primavera llega lentamente en marzo o abril, trayendo principalmente días soleados después de un período de alterar condiciones invernales y primaverales. Los veranos, que se extiende desde junio hasta agosto, es generalmente menos húmedo que el invierno. Son suaves, con temperaturas que varían entre los 15.º y 25º. Los chubascos y las tormentas alternan con tiempo seco soleado que es generado cuando prevalecen los vientos del sur. La región más cálida es Baja Silesia y Pequeña Polonia. A principios del otoño es generalmente soleado y cálido antes de un período de tiempo lluvioso y más frío en noviembre comienza la transición al invierno.
En el invierno, que puede durar de uno a tres meses, trayendo frecuentes tormentas de nieve, pero una precipitación total relativamente bajo; las temperaturas descienden por debajo de 0 °C. Las temperaturas extremas registradas en el territorio polaco son 40,2 °C (Prószków cerca de Opole, 29 de julio de 1921), -41,0 °C (Siedlce, el 11 de enero de 1940). La amplitud térmica anual se acentúa conforme se avanza hacia el este, donde pueden superar los 20 °C de diferencia. En los Cárpatos y los Sudetes el clima es de montaña.
El rango de temperaturas medias es 6 °C en el noreste a 10 °C en el suroeste, pero las lecturas individuales en las regiones de Polonia varían ampliamente según la estación. En los picos más altos de las montañas, la temperatura media está por debajo de 0 °C. La costa báltica, influida por moderados vientos del oeste, tiene veranos más frescos e inviernos más cálidos. El otro extremo de temperatura es en el sureste a lo largo de la frontera con Ucrania, donde las diferencias entre estaciones más grande acontecen y las temperaturas de invierno de media está 4,5 °C por debajo de aquellas del oeste de Polonia. La temperatura de crecimiento es alrededor de 40 días más largo en el suroeste que en el nordeste, mientras que la primavera llega más tarde. Las ciudades más cálidas son Tarnów, Wrocław y Słubice.
Los 9 pueblos costeros más bonitos de Polonia. - ¿Destinos de sol y playa en Europa? Ante esta pregunta, nuestra mente vuela a las tranquilas aguas del Mediterráneo, ya sea en la Costa Azul de Francia, las magníficas Islas Griegas o la siempre sorprendente costa turca. Sin embargo, los mares del norte de Europa cuentan con muy buenas playas y pueblos por conocer. Descubramos los 9 pueblos costeros más bonitos de Polonia.
El mar Báltico, protagonista de los pueblos costeros más bonitos de Polonia. - El Mar Báltico es uno de los destinos turísticos por excelencia en el norte de Europa. Su clima es muy agradable, sus playas son diversas y de aguas cristalinas, y están rodeadas de paisajes de una gran belleza. Además, suman un importante atractivo cultural, ya que los pueblos costeros de esta región cuentan miles de historias de diversidad, lucha y desarrollo.
A diferencia de las grandes capitales bálticas, que copan el 70% de la publicidad y las visitas de turistas, la costa polaca impresiona cuando se la conoce: interminables playas de arenas naturales, poca o nula masificación, y rutas interesantes tanto por la costa como por los mismos pueblos que la bañan. Los pueblos:
1 Sopot. - Sopot se ha ganado el apelativo de ser el complejo de playas más extenso de toda Polonia. No en vano, comunica dos ciudades, Gdańsk y Gdynia. Sopot es sobre todo conocido por su muelle de madera, que ostenta el título de más largo de toda Europa (no solo del Báltico), llamado Molo, con una longitud total de 515,5 metros. A lo largo de toda esta caminata, el viajero puede disfrutar de las playas o bien pasear tranquilamente por la zona de bares y restaurantes.
Aquí también se concentran algunos de los hoteles de lujo de la región. Merece la pena pasear por el centro, sobre todo por su calle principal, donde te sorprenderá la Crooked House, una construcción de inspiración surrealista tomada de los dibujos del ilustrador Jan Marcin Szancer. También es una zona de balnearios y aguas termales.
2 Jurata. - Jurara es uno de los balnearios más populares de la península de Hel, y uno de los más extensos (en superficie), con más de 35 km de largo. Tal es así que separa la bahía de Puck del Mar Báltico.
Esta localización es muy transitada por los lugareños y turistas para dar largos paseos por la playa, sobre todo durante el atardecer, cuando las aguas y los muelles se tiñen de una luz especial.
Esta zona es muy popular entre los amantes del windsurf y el kite-surf. Si eres amante de la naturaleza, aquí podrás contemplar el acuario de focas. En los meses de julio y agosto hay un 100% de ocupación.
3 Międzyzdroje. - Międzyzdroje es una población situada en el extremo occidental de Polonia, muy cerca de la frontera con Alemania. En el verano, la ciudad se llena de celebridades del cine y la televisión polacas a costa del Festival Anual de las Estrellas. Sí, aquí tienen su particular Paseo de las Estrellas o su propio museo de cera.
Międzyzdroje es un buen destino tanto para solteros, parejas o familias. En la población hay planes para todos los públicos: parques de diversión para los niños, el Parque Nacional de Wolin para los amantes de la naturaleza o su largo muelle de 395 metros para pasear.
4 Leba y Ustka. - Una de las particularidades de la costa báltica en Polonia es la presencia de zonas de dunas. Sí, estas aparecen más allá de los desiertos del ecuador. Leba y Ustka están situadas en los extremos del Parque Nacional Słowiński conocido y visitado por sus famosas dunas movedizas.
Aquí es el viento el que hace que las dunas cambien de lugar. La zona de Leba suele ser visitada por el turista de clase alta, mientras que Ustka se ha posicionado como un buen destino para las clases medias. Ustka cuenta con dos playas principales, conectadas por el puente sobre el río Słupia.
5 Kołobrzeg. - Dentro de este ránking de los pueblos costeros más bonitos de Polonia, la ciudad de Kołobrzeg destaca por su arquitectura histórica. Una de las fotografías más demandadas es la del mercado que se forma junto a su icónico faro.
En tu parada por Kolobrzeg, es imprescindible visitar la basílica gótica de Santa María o hacer un alto en los balnearios. Si vas a estar varios días por la zona puedes aprovechar el ferry a Bornholm (isla alemana) para hacer cicloturismo.
Para aquellos que desean más tranquilidad, la zona de la playa, amplia y no excesivamente concurrida, te permitirá despejarte del bullicio del centro.
6 Rewal. - A diferencia de los otros pueblos costeros, Rewal presenta un menor tamaño. Eso sí, en verano es una de las zonas con mayor demanda tanto del turista polaco como alemán. Atrae sobre todo por su extensa playa de color blanquecino, que es ideal para tomar el sol, pasear o incluso hacer algún picnic.
Muy cerca de Rewal se encuentra Trzęsacz, donde el mar se ha ido comiendo la iglesia del siglo XV que antaño se erigiera en el lugar. A día de hoy solo queda una pared de ladrillos sobre la playa, con el acantilado a la espalda, creando un paisaje singular.
7 Dębki. - Dębki es una de esas joyas que esconde cada país, próximo a otros centros turísticos, y eclipsado por ellos. Lo tiene todo: bosques de pino, dunas, una amplia playa y un pueblo con mucho encanto. Como curiosidad, en agosto se celebra en su playa el mayor torneo de Frisbee de Polonia.
8 Isla de Wolin. - La Isla de Wolin, muy cerca de Alemania, es uno de los puntos más visitados por los alemanes (y también por los polacos). Sus playas naturales, sus grandes bosques (forma parte del Parque Natural homónimo) y los precios, lo convierten en un destino a valorar si vas a hacer un viaje a Polonia.
En el interior del Parque Natural de Wolin se encuentra el santuario del bisonte europeo, una reserva natural para preservar a este mítico animal.
9 Darlowo. - Darlowo, el último de los pueblos costeros más bonitos de Polonia que quiero destacaros, se ubica en la costa Slovincian (zona occidental-central de Polonia), y se encuentra protegido. De ahí que conserve ese aire a tradición.
El viajero se puede dejar llevar por sus calles medievales e ir descubriendo algunos de los grandes tesoros que oculta esta población: las murallas, su peculiar puerta, el Castillo, y, por supuesto, la zona del muelle (especialmente de noche).
Polonia, de playa en playa. - Si nunca habías pensado en Polonia en clave playera, intentare cambiarte los esquemas. La costa del Báltico tiene lugares fantásticos para disfrutar del verano entre baños, deportes acuáticos, una naturaleza salvaje y paseos por bonitas ciudades llenas de historia y buena gastronomía. Cogemos la toalla y ponemos rumbo al Norte, hacia la región de Pomerania, en la costa báltica a la altura de la desembocadura del Vístula. La ciudad más destacada es Gdansk, capital de la región, pero los polacos hablan de la Triciudad: Gdansk, Sopot o Gdynia. Cada una con su estilo y todas ellas llenas de encanto y mirando al mar.
Gdansk. - Gdansk es un flechazo, un amor a primera vista. La ciudad ha sabido conservar, o reconstruir, todo el esplendor que tuvo en su día y se ha ganado el apelativo de la perla del Báltico. Hasta 1920 formó parte de Prusia con el nombre de Danzig. Ha sido escenario de acontecimientos históricos muy importantes, como el estallido de la II Guerra Mundial o el nacimiento del sindicato Solidaridad.
Ahora es conocida mundialmente como la capital del ámbar, ‘el oro del Báltico’, la resina fósil anaranjada que tiene la consideración de piedra semipreciosa y que aparece en estas latitudes en abundancia, aquí se localiza más del 80% del ámbar mundial. Antiguamente fue moneda de cambio y con él que ahora se hacen collares y todo tipo de piezas decorativas. Para conocer Gdansk basta con recorrer una calle, la Vía o Camino Real, que comienza en la Puerta de Oro, un torreón medieval que acoge el museo del Ámbar, y termina en la Puerta Verde.
Por el camino aparecen edificios medievales, iglesias, fuentes, relojes solares y hermosas fachadas de colores de las casas burguesas de antiguos ricos comerciantes. El Camino Real acaba en la plaza Dlugi Targ (Mercado Largo), una plaza adornada con la fuente de Neptuno frente a la fachada del Ayuntamiento, repleta de cervecerías con terraza donde probar las cervezas polacas, la Tyskie y Żywiec, y de puestos de souvenirs donde brilla el ámbar. Cuenta la leyenda que de esta fuente manó una vez Goldwasser, que en alemán significa “agua de oro”, que se ha convertido en el licor típico de Gdansk.
Otra forma de contemplar Gdansk es hacerlo desde las alturas. La torre del Ayuntamiento o la de la Basílica de Santa María son dos fantásticos miradores. Llegamos al muelle, donde luce el gran símbolo de la ciudad: una grúa medieval de madera flanqueada por dos torreones de ladrillo circulares, capaz de levantar con su enorme polea cargas que superaban las cuatro toneladas. Forma parte del Museo Marítimo y se puede visitar por dentro. La zona se llena de terrazas en verano y cuando cae la noche, la estampa iluminada del muelle es la más hermosa de la ciudad.
Sopot, la ciudad balnearia. - Al norte de Gdansk está Sopot, una ciudad balnearia históricamente reconocida por las bondades saludables de sus aguas que atrajeron a grandes fortunas en el siglo XIX que llegaban a practicar la ‘yodoterapia’ y la convirtieron en un destino vacacional de lujo. Como muestra, el Grand Hotel mantiene su elegante imagen y recuerda los famosos personajes que se alojaron en él, como Marlene Dietrich, Charles de Gaulle, Fidel Castro… y también Hitler durmió allí. En verano, la población de Sopot se triplica y además de sus playas y el ambiente glamuroso, el gran atractivo es su gran muelle de más de 500 metros, el Molo, el mayor muelle de madera de toda Europa recogido en el libro de Guinness de los Récords.
Al final del muelle, la concentración de yodo es dos veces superior que en las playas de Sopot, de cuatro kilómetros de longitud. La zona de paseo es muy agradable, y si buscas marcha, también la encontrarás en en Monciak, que es como llaman los locales a la avenida peatonal de Los Héroes de Monte Casino. No tiene pérdida porque llamarán tu atención las «casas torcidas», una construcción muy original que acoge un centro comercial.
Sopot está conectada con Gdansk a través de rutas ciclistas, y con Gdansk y Gdynia por carretera y trenes de cercanías, que es la manera más cómoda de moverse, incluso por la noche cuando se mantiene el servicio (aunque con menos frecuencia).
Gdynia. - Llegamos a la tercera ciudad, Gdynia, a unos 25 km de Gdansk. Este antiguo pueblo pesquero de la región de Kashubia se convirtió en centro neurálgico para Gdansk, un acceso independiente al Báltico, tras los acuerdos del Tratado de Versalles. Es, por tanto, la ciudad más moderna. Y también la más modernista, ya que las construcciones más importantes pertenecen a ese estilo y puede seguirse una agradable ruta Modernista por la ciudad paseando entre edificios con fachadas acristaladas, diseños que aluden al mar, ventanas redondas, formas de barcos y detalles coloridos.
Un escenario lleno de glamur que cada año acoge el Festival de Cine Polaco más importante, donde se reparten estatuillas al más puro estilo de Hollywood. El puerto es otra parada obligada y allí se puede visitar El Rayo, el buque destructor que atacó a los submarinos alemanes, los famosos U-Boots, durante la II GM.
La Península de Hel. - Uno de los lugares más espectaculares del Báltico es la península de Hel. Está formada por un gran banco de arena de 35 kilómetros de largo y entre 100 y 300 metros de ancho, una estrecha línea de tierra que separa la bahía de Gdansk de las aguas abiertas del Báltico. Se puede llegar por carretera, tren o barco, en un ferry desde Gdynia o Gdansk que tarda unas dos horas. Pero la mejor forma de descubrir este lugar es alquilando una bicicleta y pedalear sin rumbo fijo.
La entrada es por Władysławowo y allí se encuentra la Avenida de las Estrellas del Deporte, ya que es uno de los principales centros de preparación para deportistas de élite de Polonia. Un bosque de abetos y pinos negros protege del viento a las playas del sur donde se ubican algunas pequeñas localidades turísticas que se llenan todos los veranos de bañistas: Jastarnia, Jurata y la pequeña Chałupy, famosa por su playa naturista.
Al final de la lengua se encuentra el turístico pueblo de Hel, que fue el último lugar que abandonó el ejército nazi. La península tiene bastante vegetación, sobre todo en su punta, donde también se encuentra la reserva de focas grises del Báltico, un centro dedicado a su protección e investigación donde se pueden ver media docena de ejemplares en las piscinas. También puedes visitar el Museo de la Pesca, dentro de una iglesia del siglo XV, y ver las fortificaciones de los años treinta del siglo pasado que sirvieron de base de entrenamiento para los equipos de U-boat durante la II GM.
Las largas playas que se extienden por ambos lados de Hel son de arena fina y aquí es fácil estar a tus anchas, incluso en temporada alta. Son playas ideales para relajarse, pero quienes busquen actividad, la van a tener: es un lugar idóneo para practicar windsurf y kitesurf. La costa también ofrece paseos en barco, pesca de bacalao y deportes, como los vuelos en parapente.
Slowinski. - Guarda un día para visitar el Parque Nacional Slowinski y sus dunas móviles que pueden moverse hasta diez metros anualmente, auténticas montañas de arena blanca que engullen los bosques vecinos. La más alta de las dunas es Łącka Góra, de 42 m. Resulta imposible no ser como un niño y hacer la ‘croqueta’ dejándose rodar por estas dunas y rebozarse con la arena.
En la entrada del parque hay un centro de interpretación (hay que pagar una cantidad simbólica para entrar) donde se explica este interesante paraje. El parque, que es Reserva de la Biosfera, se extiende a lo largo de 33 km entre las localidades costeras de Leba y Rowy integrado en torno a dos grandes lagos, Lebsko y Gardno,que son un refugio natural de aves acuáticas. Al adentrarte, el paisaje irá cambiando desde los campos de cultivo a los frondosos bosques de pino, las enormes dunas.
Todos los faros de Polonia en uno. - Si recorres la costa occidental, puedes hacer parada en Leba y Ustka, dos ciudades preparadas para acoger al turismo playero. Y te recomiendo llegar hasta una de las playas más hermosas del Báltico, la de Niechorze, con arena blanquísima, y su famoso faro. Está en lo alto de un acantilado de 20 metros y dentro te espera un curioso Museo con las miniaturas de todos los faros de Polonia.
La gastronomía del Báltico. - En Gdansk encontrarás una oferta gastronómica de lo más variada. Cocina marinera, restaurantes que anuncian ‘seafood’, donde no faltan las gambas, cangrejos, mejillones… Uno de los platos estrella de la zona es el arenque, que se sirve crudo, en salazón o en escabeche. La receta más tradicional es la de arenques con nata agria, eneldo y patatas cocidas. Pero también se prepara sencillamente con aceite y cebolla o con capas de cebolla, remolacha y mayonesa.
Otros pescados que reinan en las cartas son el abadejo, la platija y, sobre todo, el bacalao. Lo encontrarás en los puestos que jalonan los puertos y restaurantes de las ciudades costeras como Sopot o Gdansk, ya que es un pescado del Báltico que se cocina de muchas formas, a la parrilla, filetes de bacalao fritos y ricas hamburguesas de bacalao.
Pero el plato estrella de la cocina polaca son los pierogi. Vayas donde vayas, los vas a encontrar. También en esta zona costera donde los preparan de manera artesana, muchas veces delante de tus ojos, en restaurantes especializados en esta empanadilla de pasta rellena de mil sabores y cocinada también de diferentes maneras: cocidas, horneadas o fritas. Los más típicos son los de carne, Pierogi z miesem, los de patata, Pierogi ruskie, y en el apartado de dulces, Pierogi z jagodami, con arándanos y frutos rojos y acompañados de nata y azúcar.
Después de conocer la Ciudad Triple y el litoral báltico, merece la pena explorar la zona de lagos en la región de Casubia que se extiende a unos 100 km al suroeste de Gdansk. Es una región histórica que tiene su propia cultura, idioma, una mezcla de polaco y alemán, y ha conservado sus tradiciones gastronómicas. Abundan las recetas con pescados, hasta se desayunan huevos revueltos con anguila (praznica) y es muy popular el bacalao envuelto en bacón y los arenques en forma de rollitos de filetes rellenos de distintos ingredientes o marinados en vinagre. Hay una receta de arenque que se conoce como estilo Casubia, el hylyng, un filete de arenque ligeramente frito con cebolla.
En cuanto a la carne, el producto estrella es la oca o ganso, que se utiliza como el pato, asado, relleno, en guisos, pero también marinado y servido en tartar o carpaccio.
Para conocer más detalles de la vida rural de Casubia, hay museos al aire libre, skansen, que muestran el estilo de vida de los casubianos, podrás entrar en las casas de campo de tejados de paja que se mantienen como en siglos pasados, con el mobiliario y utensilios. El skansen de Kukli es perfecto para indagar en estas tradiciones polacas tan genuinas.
Playas del Mar Báltico Polonia. - Polonia tiene 500 km de costa de arena fina y ha invertido mucho en el desarrollo de sus infraestructuras en los últimos años. Para pasar las vacaciones, puedes elegir entre pequeños pueblos pesqueros con una naturaleza casi intacta, así como estaciones costeras consagradas que te seducen con el baño y los lugares de interés histórico.
Otra ventaja de las mejores playas de Polonia son los precios todavía relativamente bajos, que hacen que unas vacaciones relajantes con sol, arena y mar sean asequibles incluso para los presupuestos más pequeños. Ya sean parejas, viajeros con perros o familias con niños, encontrarás un destino a tu gusto.
1. Playa de Swinoujscie. - Sí, lo sé, yo tampoco sé pronunciarlo, pero la playa de Świnoujście es calificada regularmente como la mejor playa de Polonia. Świnoujście está situada en el extremo noroeste de Polonia, prácticamente en la frontera germano-polaca. El aeropuerto más cercano es el de Szczecin y se tarda unas dos horas en llegar desde el aeropuerto a Świnoujście.
La playa es una de las más anchas del país, con más de 205 metros de anchura, y tiene más de 10 km de longitud, lo que significa que seguro que encontrarás un buen lugar para tirar la toalla en la arena y tomar el sol. Al igual que el resto de las playas polacas, Świnoujście goza de playas de arena blanca y desde hace más de una década ha sido nombrada la más limpia de Polonia. También tiene una bajada al agua muy poco profunda y moderada, lo que la hace perfecta para nadadores de todos los niveles.
Si todo esto no es suficiente para convencerte, la playa registra regularmente algunas de las temperaturas más altas del agua en Polonia, con temperaturas que a veces alcanzan los 26 grados centígrados.
La playa de Świnoujście también cuenta con el muelle de piedra más largo de Europa, en cuyo extremo hay un faro con forma de linterna que ayuda a los barcos a entrar en el puerto cercano.
2. Playa de Kołobrzeg. - Quizás no sea la playa más accesible de Polonia, ya que está a casi dos horas en coche de Szczecin y a más de tres horas de Gdansk, pero si tienes la suerte de estar en esta zona, deberías ir a esta playa.
Kołobrzeg es uno de esos afortunados centros turísticos de playa que no tiene que depender únicamente de los «turistas de playa». La ciudad también es muy conocida como balneario y atrae a muchos visitantes del norte de Europa.
Aunque la playa aquí es estupenda para pasar unas horas, también hay muchas otras cosas que explorar, ya que Kołobrzeg tiene una infraestructura turística bastante desarrollada. Hay muchos bares y restaurantes frente al mar, así como un faro que explorar, estatuas que admirar, hoteles en los que alojarse y un muelle para admirar las vistas.
3. Playa de Leba. - La playa de Łeba es algo típico de otras playas de nuestro top ten, ya que goza de playas limpias y de arena blanca, más allá de las cuales se encuentra una franja de bosque de pinos que actúa como un bienvenido refugio cuando el sol se vuelve demasiado intenso.
Hay muchas cosas que hacer aquí, con actividades organizadas para los niños, así como equipos para los amantes de los deportes acuáticos.
También hay unas increíbles dunas de arena en el Parque Nacional de Słowiński, que está a unos cuantos kilómetros, pero que sin duda merece la pena ver si estás en la zona.
4. Playa Rewaler. - En verano, la playa de Rewal está muy concurrida y atrae a un público joven, que se siente especialmente atraído por los bajos precios y la amplia gama de deportes y actividades acuáticas, como el voleibol de playa. Si quieres disfrutar con más tranquilidad de los 300 metros de costa de la pequeña ciudad balneario de sólo 700 habitantes, lo mejor es que planees tu estancia para la primavera o el otoño. Te esperan relajantes paseos por la playa de arena, así como excursiones a las ciudades balnearias vecinas, como Niechorze.
5. Playa de Brzeźno en Gdansk. - En el norte de Polonia, la capital de la voivodía de Pomerania acoge tanto a los amantes de la cultura como a los bañistas y los amantes del sol. Pasea por el pintoresco casco antiguo con la Iglesia de Santa María, la Fuente de Neptuno o el Mercado Largo, y luego regálate un tiempo de descanso en la Playa de Brzeźno. Los veraneantes activos pueden jugar aquí al fútbol y al voleibol hasta altas horas de la noche. Las familias retozan en la nave de juegos, varios trampolines y toboganes.
6. Playa de Sopot. - La playa de Sopot ocupa un lugar destacado en nuestra lista porque es de fácil acceso para la mayoría de los turistas que vuelan a esta zona para hacer una escapada, y es perfecta si buscas unas vacaciones de playa en Polonia. El aeropuerto de Gdansk está a 25 minutos y Gdynia a la misma distancia.
Sopot es uno de los centros turísticos más populares para los polacos y ha sido un centro de vacaciones de moda durante casi cien años, por lo que puedes esperar encontrar docenas de hoteles, bares, restaurantes y tiendas para mantenerte entretenido. Realmente hay mucho que hacer por aquí y, a pesar de su popularidad, siempre es posible encontrar un lugar tranquilo.
A lo largo de la playa hay un paseo marítimo para los caminantes y un carril bici, y hay numerosos bares situados justo en la playa. También hay dos hoteles de lujo prácticamente en la arena, el Sheraton y el Grand Hotel Sopot, que ofrecen magníficas vistas al mar desde sus habitaciones si tu presupuesto puede llegar hasta ahí.
Sopot también es famosa por tener el muelle de madera más largo de Europa (conocido como «Molo»). Hay que pagar una pequeña cuota para acceder a él, aunque es gratuito fuera de temporada. El muelle es realmente el corazón de la vida playera de Sopot y, aunque sólo es un muelle sin atracciones, es un lugar muy popular para que la gente suba y baje y disfrute de las vistas.
7. Playa de Orłowo en Gdynia. - Frecuentada ya por los reyes polacos, la playa de Orłowo está considerada quizá la más bella de Gdynia. La antigua Gdynia forma una triple ciudad con Sopot y Gdansk. En la playa puedes ver cómo los pescadores sacan sus barcas a tierra por la mañana. El paseo marítimo, construido en la década de 1930, también es encantador. Allí también encontrarás el teatro de la playa, donde se celebran eventos frente a un fantástico acantilado.
8. Playa de Lubiatowo. - Rodeada de densos bosques de pinos, la playa de Lubiatowo está especialmente cerca de la naturaleza. Aquí puedes caminar durante kilómetros por la fina arena o disfrutar de la paz y la tranquilidad. Los restaurantes locales son famosos por su pescado fresco. Si quieres lanzar una caña tú mismo, éste es el lugar adecuado. Otra atracción es la segunda duna movediza más grande de Polonia, que se desplaza varios metros hacia el este cada año.
9. Playa de Jastarnia. - La playa de Jastarnia espera a los visitantes en la península de Hel. Especialmente los entusiastas de los deportes acuáticos encontrarán un lugar excelente en medio de aguas azules y cristalinas, que se considera un punto caliente entre los practicantes de kite y windsurf. Disfruta de una bebida fresca en uno de los elegantes chiringuitos de la playa y disfruta de la sensación caribeña. Si quieres vivir la playa de forma animada, ven en agosto, cuando se celebra aquí una gran feria.
10. Playa de Miedzyzdroje. - Una de las playas más populares y conocidas de la costa báltica polaca está en la península de Wollin. Los pequeños huéspedes se divierten aquí en los toboganes acuáticos, los parques infantiles y las camas elásticas, mientras que los adultos disfrutan del voleibol de playa o incluso de los desfiles. Además de la playa, el muelle de 400 metros de longitud también es una delicia. En verano, artistas conocidos actúan aquí en festivales. Merecen la pena las excursiones al cercano Parque Nacional de Wollin, donde viven, entre otras, las águilas marinas.
11. Playa de Ustka. - Situada a unas 2-3 horas de Gdansk, Ustka es una playa muy popular, especialmente en la temporada de verano. La playa está dividida en dos partes, y la parte oriental se dirige más a las personas que quieren entretenerse mientras visitan la playa. Aquí puedes encontrar bares, cafeterías y quioscos de comida. También se pueden alquilar equipos para deportes acuáticos y de playa, así como muchas atracciones para que los niños disfruten. El inconveniente de todo esto es que a veces puede estar muy concurrida.
La parte occidental de la playa de Ustka es más natural y quizá sea más adecuada para quienes no les gustan las playas abarrotadas. Para llegar a ella puedes coger un transbordador desde la parte oriental o cruzar un pequeño puente que atraviesa uno de los espigones.
12. Playa de Karwieńskie Błoto. - No es un lugar que aparezca en la mayoría de las guías, pero la playa de Karwieńskie Błoto Drugie es una verdadera joya oculta. Es prácticamente el complejo playero más septentrional de Polonia, situado no muy lejos de la península de Hel y a poco más de una hora en autobús de Gdansk.
Al acercarse a la playa hay una red de pequeños canales y ríos que se entrecruzan. Separando la orilla de los pueblos cercanos hay un estrecho bosque que recorre toda la longitud de la playa y que ofrece una sombra muy necesaria durante la calurosa temporada de verano. El bosque es también un lugar maravilloso para explorar y es muy popular entre los senderistas y los ciclistas.
Si atraviesas directamente el bosque, te encontrarás con una de las muchas entradas a la playa. Todas están numeradas para que sea más fácil encontrar el camino de vuelta.
La playa en sí es hermosa y muchos extranjeros que la ven por primera vez se asombran de que Polonia tenga playas que podrían confundirse fácilmente con las de Florida. Largas extensiones de arena blanca y suave que desembocan en aguas azules y cristalinas
13. Playa de Hel. - Aparte de tener uno de los nombres más chulos del mundo, que permite a los turistas expertos en redes sociales jugar con el juego de palabras «ir a Hel», aquí también hay playas estupendas.
La península de Hel es un delgado dedo de tierra que se enrosca en la costa polaca y Hel es un pequeño pueblo justo en la punta de esa península. Esto no hace que sea fácil llegar a Hel, pero el viaje hasta allí forma parte de la diversión.
El tren tarda unas 2,5 horas desde Gdansk a Hel, mientras que el viaje en coche dura aproximadamente 1,5 horas, dependiendo del tráfico, pero como hemos dicho, el viaje a Hel es algo realmente especial.
La parte más estrecha de la península está al principio y aquí hay bastante terreno para una carretera, una vía férrea y unos metros de tierra hacia la bahía de Gdansk a mano derecha y al océano Báltico a la izquierda.
A medida que avanzas por la península, el terreno comienza a ensancharse un poco y empiezan a aparecer casas y carriles para bicicletas. Luego te encuentras con pequeños complejos turísticos (que, por cierto, merece la pena visitar), algunas zonas boscosas, clubes de windsurf hasta que finalmente llegas a la ciudad de Hel.
Aquí encontrarás tiendas y bares para estar contento y la playa de Hel que da a la bahía de Gdansk. La playa aquí es un poco estrecha y puede estar muy concurrida, pero si cruzas al otro lado de la península, en el lado del Báltico, la costa es más amplia y está mucho menos concurrida.
14. Krynica Morska. - Esta playa es posiblemente lo más parecido a una visita a Rusia. Krynica Morska está situada en el extremo noreste de Polonia, a poca distancia del «enclave» ruso de Kaliningrado. La playa se encuentra en la franja de una estrecha franja de tierra que, en cierto modo, se parece a la península de Hel.
A sólo una hora en coche de Gdansk, también es posible coger un tren de Gdansk a Krynica Morska, aunque necesitarás un taxi/coche durante parte del trayecto y, por tanto, esto alarga la duración del viaje a casi 2,5 horas. Para una playa que puede parecer el fin del mundo, hay un número sorprendente de cosas que hacer en Krynica Morska.
La playa en sí es maravillosamente virgen y, aunque puede estar muy concurrida en temporada alta, el litoral es lo suficientemente largo como para que puedas encontrar algunos lugares tranquilos. Hay un faro, un muelle, muchas cosas que hacer para los niños, muchos bares y restaurantes e incluso la opción de visitar Rusia obteniendo un visado temporal para visitar Kaliningrado (lee la excelente guía de Jonny Blair sobre cómo solicitar un visado ruso).
15. Mielno. - Situada entre Gdansk y Szczecin, puedes tardar unas 2-3 horas en coche desde Szczecin y entre 3-4 horas desde Gdansk. ¡Incluyo Mielno en mi lista de las diez mejores playas de Polonia porque Mielno está considerada como una de las mejores playas de Polonia si te gusta la playa No es exactamente Ibiza, pero se ha ganado la reputación de ser un lugar estupendo para ir a divertirse, con un montón de bares, discotecas y restaurantes para mantener a todo el mundo entretenido.
Pese a la gran cantidad de gente en verano, la playa es tan larga como para encontrar espacio y, como en todos los buenos complejos de playa, hay muchas actividades para disfrutar, deportes acuáticos, parques de actividades, un paseo marítimo y un faro.
16. Playa de Dębki. - Dębki se encuentra a una hora y diez minutos en coche del aeropuerto de Gdansk. Si buscas unas vacaciones nudistas en una playa de Polonia, Dębki puede ser tu respuesta. Aquí hay dos playas, una destinada a las familias y otra en la que la ropa es opcional (¡es mejor no confundir las dos zonas!)
Hay muchos campings en los alrededores, así como hoteles y habitaciones de huéspedes. La playa es amplia y muy limpia y es muy popular entre los bañistas, ya que la bajada al mar es muy moderada. Hay un pequeño pueblo en las cercanías y un bosque de pinos que ofrece una agradable sombra a los abrasados bañistas.
Más información sobre playas de Polonia. - Puede que las vacaciones en la playa de Polonia no sean la idea vacacional más obvia, pero Polonia tiene realmente unas playas estupendas. Las costas de arena blanca son una característica muy común en las playas polacas y suelen estar muy limpias. No es raro que haya bosques de pinos justo al borde de la playa, donde la gente puede disfrutar de la exploración a lo largo de senderos. En temporada alta, muchas playas de Polonia pueden estar muy concurridas, pero siempre puedes encontrar una zona apartada de los veraneantes para disfrutar de un poco de paz y tranquilidad.
Si quieres estar en medio de toda la diversión, las playas polacas están preparadas para entretener a los turistas. Zonas de actividades para niños, voleibol de playa, alquiler de equipos de deportes acuáticos, pesca, son algunas de las cosas que verás. Como el mar Báltico prácticamente no tiene marea, muchas playas construyen bares o restaurantes permanentes junto a la playa, por ejemplo, en Sopot el mundialmente famoso Gran Hotel está a sólo tres pasos de la arena, mientras que también hay algunos clubes nocturnos que convierten partes de la playa de Sopot en un lugar de fiesta al aire libre.
El verano no es la única época para disfrutar de la belleza de la costa polaca. La primavera y el otoño pueden seguir siendo muy calurosos y mucho menos concurridos, ya que todo el mundo ha vuelto al trabajo. Incluso el invierno tiene su propio encanto, ya que parte del mar puede congelarse, lo cual es un espectáculo inolvidable. No olvides que, aunque no tengas la suerte de visitar el norte de Polonia, puedes disfrutar de la vida playera en otras partes del país, ya que hay muchas playas urbanas en Polonia, como Varsovia y Breslavia. Con suerte, sea cual sea la parte del norte de Polonia que visites, encontrarás tiempo para visitar la playa. No te arrepentirás.
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