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lunes, 20 de marzo de 2023

LA PESCA POR EL MUNDO (Destinos de Pesca Continente Asia)


Buceo en Hong Kong. -
Hong Kong es ligeramente diferente a la mayoría de los otros sitios de buceo en Asia. La visibilidad a menudo no es tan buena, el agua es más fresco y hay menos para ver. Dicho esto, no quiere decir que Hong Kong debe ser pasado por alto como un destino de buceo que todavía tiene unos dulces de su propia.


Hong Kong está rodeado por el mar. La superficie aproximada del mar es 1650 kilómetros cuadrados y salpicado de algunas 200 islas. Los arrecifes rocosos y corales comunidades de Hong Kong albergan una variada y exquisita variedad de peces y fauna marina. Más de 300 especies de peces de arrecife y 84 especies de corales (duro y blando) hasta el momento se han registrado.


Visibilidad bajo el agua en Hong Kong varían y está sujetos a condiciones de viento y la marea. Las profundidades también varían de inmersiones poco profundas 5-10m, a profundidades os 20-30m inmersiones. Hay una gran variedad de arrecifes artificiales y a bucear en islas. Pequeñas comunidades de corales se encuentran a lo largo de la costa oriental, que lo hacen ideales puntos de buceo.


Las playas públicas más en Hong Kong tienen redes de tiburón para proteger a los bañistas de los tiburones. Una vez que la temperatura superficial del mar se eleva a sobre 23C grandes tiburones comienzan a patrullar las aguas locales. Ha habido ataques a bañistas y buceadores de pesca submarina. La mayoría de estos ataques se ha producido alrededor de Clearwater Bay, pero han reportado avistamientos de tiburones alrededor de la SAR.


Hong Kong tiene varios animales marinos que deben evitarse. Los más peligrosos incluyen las cáscaras serpientes marinas (raro), cono (común) y azul pulpo anillo (algunas). Para tratar de mantenerse separado de otros animales son la medusa melena de los leones, urchans de ortiga y Mar blanco.


Buceo en arrecifes de coral en Hong Kong. -
Los mares que rodean Hong Kong son realmente hermosos y diversos con abundantes calamares, pulpos, camarones, cangrejos, peces de arrecife tropicales, rayas de aguijón, e incluso el tiburón ocasional. Las partes sur y este de la isla de Hong Kong son los mejores lugares para bucear


Usted puede encontrar fácilmente centros de buceo alrededor de la orilla del mar y unirse a un grupo de otros aventureros. Buceo en Hong Kong puede ser emocionante y divertido para todos y es un excelente lugar para aprender para principiantes. Se recomienda bucear durante los meses de verano cuando el agua está más caliente y la visibilidad mejor


Isla de Lamma
(Hong Kong). -
Al suroeste de Hong Kong encontramos la isla de Lamma, un lugar en el que nos podemos evadir del stress y la masificación de las calles de Kawloon. Muchos nos atrevemos a comparar a esta isla de pescadores con la Ibiza virgen de los años 60.


El nombre original de la parte sur de la isla era Nam A, pero la mala pronunciación de los primeros colonos ingleses que llegaron a sus costas derivó en el nombre actual de Lamma.


Debido a su situación geográfica parece increíble que este lugar haya logrado permanecer al margen del acoso de la sociedad occidental. En la isla de Lamma solamente viven 6.000 personas y la mayoría de ellas se dedican a pescar, escribir y reflexionar, por ello se ha ganado a pulso la fama de isla hippie.


Para llegar hasta allí hay que tomar alguno de los ferrys que salen desde Central; en la isla de Hong Kong. Por la isla de Lamma a penas circulan coches ni ningún tipo de vehículo a motor. La única forma de recorrerla y de visitar las distintas playas es a pie. El paseo por los encantadores caminitos que rodean la isla merece la pena, aquí tenéis un vídeo en el que se puede apreciar la paz que se respira en este lugar.


Como he comentado anteriormente, se trata de una isla de pescadores así que además de relajarnos paseando y tomando el Sol en sus playas podemos disfrutar de marisco fresco a muy buen precio.


Otra curiosidad de la isla de Lamma es que fue uno de los lugares elegidos por los Kamikazes japoneses de la Segunda Guerra Mundial para planificar sus ataques. A lo largo de la isla se pueden ver una serie de cuevas de más de 10 metros de profundidad donde escondían armamento.


Al lado de la playa Hung Shing Yeh y contradiciendo todo el encanto que irradia este fabuloso rincón de Asia nos encontramos con la planta de energía eléctrica encargada de abastecer a toda la isla de Hong Kong. Posiblemente es el único ‘pero’ que le pude poner a este rinconcito encantador.


Conoce al
"cazador de redes fantasma" de Hong Kong. -
Hong Kong, que pasó de ser una comunidad de pescadores a un gran puerto internacional, tiene una rica historia marítima que se remonta a cientos de años. Sin embargo, bajo la superficie de sus aguas costeras acecha una amenaza inquietante para su vida marina. Las redes fantasma son equipos de pesca abandonados o perdidos. Flotan en el océano, atrapando y matando a la fauna, enganchándose en los barcos e incluso amenazando a los buzos.


Un buzo local vio el problema y decidió tomar cartas en el asunto. Harry Chan, autoproclamado "cazador de redes fantasma", ha pasado la última década sacando del océano las redes de pesca abandonadas. Este empresario jubilado de 68 años afirma que tiene la misión de limpiar las aguas y el litoral de Hong Kong. "Si no cuidamos el medio ambiente y el océano, no vamos a tener otro", dice Chan.


¿Qué son las redes fantasma? -
Las redes y aparatos de pesca fantasma pueden acabar en el océano por accidente, por ejemplo, arrastradas durante las tormentas o desgarradas en las rocas, o desechadas intencionadamente, a menudo para encubrir pruebas de pesca ilegal, y no es solo un problema que sufra Hong Kong. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), 640.000 toneladas métricas de equipos de pesca fantasma van a parar a las aguas del mundo cada año --el mismo peso que más de 50.000 autobuses de dos pisos--, aunque Ocean Conservancy, un grupo de defensa sin ánimo de lucro, afirma que se trata de una estimación conservadora.


Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), los equipos de pesca abandonados y desechados constituyen el 10% de la contaminación plástica del océano. En un estudio realizado en 2018 sobre el Gran Parche de Basura del Pacífico, una colección de basura de 1,6 millones de kilómetros cuadrados que tiene más del doble del tamaño de Texas, situada en el océano Pacífico, se descubrió que más de la mitad de la masa total de plástico procedía de redes, cuerdas y sedales.


Se trata de un enorme problema tanto para la vida marina como para las personas, afirma Laurence McCook, director de océanos de WWF Hong Kong. "Se llama equipo fantasma porque sigue viviendo y creando problemas mucho después de ser realmente útil", dice McCook. Se calcula que cada año mueren 136.000 delfines, focas, tortugas e incluso ballenas a causa de las redes fantasma, así como innumerables peces y otras especies marinas pequeñas. Las redes fantasma pueden reducir las poblaciones de peces en algunos lugares hasta en un 30%, lo que repercute en el suministro de alimentos y en los beneficios de la industria pesquera, así como en los proyectos de recuperación y conservación de las poblaciones de peces.


A la caza de redes fantasma. -
Una vez que Chan localiza una red, retirarla puede llevar entre tres y ocho horas, y es un trabajo peligroso y agotador. Pero Chan, que lleva buceando desde 1987 con más de 3.000 inmersiones hasta la fecha, es un apasionado obsesivo, y sus roces con la muerte en pos de su objetivo no lo han desanimado. "Un par de veces casi me mato, al quedar enredado", dice. "Por suerte, mis compañeros me pudieron liberar". A lo largo de los años, Chan ha creado un pequeño equipo de voluntarios que se turnan para ayudarle en su misión de limpiar las aguas de Hong Kong. El equipo sale en barco en busca de redes fantasma perdidas con sus equipos de buceo.


Las redes fantasma también afectan al suministro de alimentos, reduciendo las poblaciones de peces hasta en un 30%. Cuando encuentran una, que puede ser difícil con la escasa visibilidad del agua en Hong Kong, utilizan un cuchillo o unas tijeras para liberar la vida marina atrapada en ella o desenredarla de las rocas, el coral o el fondo marino donde puede estar atrapada. Dependiendo del tamaño y el peso de la red y de su profundidad, un pequeño dispositivo flotante puede ayudar a subir la red a la superficie.


Normalmente, Chan realiza estas inmersiones dos veces al mes, además de organizar limpiezas de playas y costas. A lo largo de los años, Chan calcula que ha recogido más de 80 toneladas métricas de equipos fantasma a mano con su grupo de voluntarios, y dice estar decidido a seguir cazando a este "asesino silencioso". "Siendo buzo, podemos hacer mucho para proteger y salvar el océano", afirma.


Programa
Ghost Gear Detective”. -
Aunque los "héroes locales" como Chan están haciendo una gran labor de recogida de redes fantasma, los peligros potenciales incluso para los buzos más experimentados no son una exageración, dice McCook, de WWF Hong Kong. "Una red está diseñada para atrapar cosas bajo el agua, y es muy buena para ello", dice. "Es extraordinariamente fácil enredarse, y al fin y al cabo, estamos bajo el agua: tenemos un suministro de aire limitado". Por eso el WWF de Hong Kong ha desarrollado el programa “Ghost Gear Detective” o “detective de equipo de pesca fantasma”.


Esta iniciativa científica ciudadana invita a los buzos recreativos y a los navegantes a registrar la ubicación de los equipos fantasma en una pizarra impermeable utilizando un dispositivo GPS portátil y flotante para identificar las coordenadas. Esta información se comunica a través de una aplicación una vez que vuelven a tierra firme. Luego, el Departamento de Agricultura, Pesca y Conservación del gobierno de Hong Kong utiliza estos datos para recoger las redes de forma segura con un equipo de buzos expertos.


Desde el lanzamiento del programa en 2019, WWF Hong Kong dice que se han identificado 244 piezas de equipos fantasmas, gracias a 225 informes y se han retirado casi 280 kilogramos de equipos. "El valor de la recopilación de datos no es solo sobre la eliminación, sino que esa base de datos luego ayuda al gobierno y a nosotros mismos para comprender la magnitud y la naturaleza del problema, lo cual es fundamental para descubrir soluciones", dice McCook.


Etiquetado y seguimiento. -
Aunque la limpieza de estos equipos fantasma es fundamental, también lo es impedir que los equipos de pesca acaben en el océano. Crear incentivos para que las pesquerías y los pescadores mantengan sus redes en buen estado y las reciclen adecuadamente podría ayudar a "evitar la pérdida deliberada y accidental de redes", dice McCook. Las redes fantasma no solo atrapan a los delfines y a los peces que nadan por el océano, sino que también se enganchan en los corales y las rocas del fondo marino, destruyendo los hábitats.


Las redes fantasma también suelen estar "fuertemente asociadas a la pesca ilegal", añade, por lo que los gobiernos tienen que asegurarse de que la policía marítima y los organismos de conservación cuenten con "los recursos y los medios necesarios para poder aplicar realmente la legislación de forma activa y responsable". La tecnología de seguimiento de los equipos de pesca también podría ayudar. El etiquetado electrónico, como las etiquetas de identificación por radiofrecuencia (RFID) de bajo costo o las etiquetas de alambre codificadas, podrían utilizarse para ayudar a la policía marina a escanear los equipos y asegurarse de que proceden de pesquerías legales.


Chan espera que la mejora de las políticas gubernamentales elimine la "causa principal" para las generaciones futuras. Y aunque la magnitud del problema puede resultar a veces desalentadora, afirma que mientras haya redes fantasma en el océano, él seguirá buceando. "Tengo 60 años, tengo todo el tiempo del mundo para hacer lo que quiera, y siendo buzo, creo que es el momento de contribuir realmente a la comunidad", dice Chan. "La edad es solo un número. Hay mucho que podemos hacer, no importa la edad que tengas".


Miles de escualos se pescan sólo por sus aletas. -
Cada año en nuestros océanos se registran entre 20 y 50 ataques mortales de tiburones a bañistas. En contraposición, anualmente el hombre mata cerca de 200 millones de tiburones. ¿Quién se come a quién? Hoy, unas 275 especies de tiburones y 100 de rayas se encuentran en la lista roja de las especies amenazadas de extinción, según la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (IUCN).


Muchos son los motivos que están haciendo disminuir de forma alarmante el número de escualos de nuestros mares: la contaminación, la destrucción de hábitats, la falta de alimento provocado por la sobreexplotación pesquera, la pesca comercial, las capturas accidentales y la pesca deportiva. Pero al tiburón le ha surgido un nuevo enemigo, y es la creciente demanda de aletas. En China, desde hace más de 2.000 años se elabora una sopa con esta parte del pez que, además de ser un suculento manjar, tiene supuestas propiedades mágicas y curativas. Su consumo es una moda en aumento.


Hoy en día, en Hong Kong, por ejemplo, se está llegando a pagar 100 euros por un plato de esta sopa. Esto ha provocado un enorme aumento de la demanda de estos productos y, en consecuencia, la aparición de polémicas prácticas pesqueras como el 'finning', que consiste en cortar las aletas pectorales y dorsales del animal y devolver el cuerpo al mar. De esta manera, las bodegas de los barcos tienen más espacio para acumular mayor cantidad de aletas. Así, decenas de millones de tiburones mueren a causa de esta práctica y lo hacen también de manera cruel y brutal. Normalmente, el tiburón sigue vivo cuando se le tira de nuevo al agua donde, sin capacidad para moverse, muere agonizando lentamente en el fondo del océano.


El 'finning' es un gran despilfarro de proteínas y de otros productos derivados de los tiburones porque tan sólo supone el aprovechamiento de entre un 2% y un 5% del cuerpo del animal. De hecho, según los científicos, las aletas no suponen más que un 2% del peso total del tiburón. La actual normativa de la Unión Europea permite sin embargo que los pesqueros vuelvan a puerto con tal número de aletas que lleguen a suponer el 5% del peso total de las capturas: es decir, que legalmente pueden devolver al mar, con las aletas ya seccionadas, a la mitad de los tiburones capturados.


Este verano, el Comité de Pesca de la UE pidió aumentar a un 6,5% el peso permitido de aletas con respecto al total de capturas. Esto fomentaría que dos de cada tres tiburones puedan ser arrojados moribundos al mar tras ser cercenados. La propuesta de aumento de capturas era apoyada por la eurodiputada socialista Rosa Miguélez y por la diputada europea del PP Carmen Fraga. Sin embargo, el pasado 28 de septiembre, el Parlamento Europeo rechazó esa recomendación del Comité de Pesca y dejó el límite en la proporción actual. Además, el Parlamento defiende que si se modifica ese límite será para reducirlo y evitar más muertes de tiburones, no para aumentarlo, como proponía el Comité.


La asociación ecologista Oceana considera que «el Parlamento Europeo ha reconocido el factor científico, el enfoque preventivo y el alarmante declive de poblaciones críticas de tiburones», según su portavoz europea Julie Cator. Ricardo Aguilar, director de Investigación de Oceana Europa, cree que la situación «es alarmante si tenemos en cuenta las cifras de capturas y que muchas especies de tiburones están ya en las listas rojas». Según Aguilar, la desmadrada subida del precio de las aletas en los mercados asiáticos ha provocado que los pescadores europeos se lancen a capturarlos. «Cuantas más aletas puedan almacenar en las bodegas, el beneficio es muchísimo mayor.


Hay muchos intereses detrás y mucho dinero en juego en este comercio», dice. Para Aguilar, el tiburón es uno de los grandes olvidados de la gestión marina: «La mayoría de las especies no están reguladas, es decir, están libres de ser capturadas», añade. Durante siglos, los tiburones han inspirado al ser humano desconfianza y miedo, pero se suele olvidar que desempeñan un rol fundamental como depredadores para mantener el equilibrio de los ecosistemas marinos del planeta.

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