Debe su nombre a Charles Frédéric Girard en honor de John H. Clark, quien estudió la frontera entre Estados Unidos de América y México en 1851
COMO RECONOCERLO.- Su cuerpo está compuesto de tres regiones: cefalotórax o pereion, en la parte anterior; abdomen o pleon, la parte media; y telson la parte terminal. El cefalotórax es convexo y esta cubierto dorsalmente por un caparazón quitinoso que oculta los segmentos que lo constituyen. En él se reconoce un surco transversal llamado cervical, que separa la región cefálica de la torácica. En la cefálica se encuentran la región gástrica, en el centro, y la hepática a los lados.
En la torácica están, en el centro, la cardiaca; y a los lados las branquiales. La cardiaca corresponde a lo que se llama la areola (que puede faltar porque los surcos se ponen en contacto con la línea media). El caparazón termina, en su parte dorsal y anterior en una corta prolongación aguda llamada rostro. En la cabeza existen, a los lados del rostro, un par de ojos pedunculados; y además, dos pares de apéndices que son órganos sensoriales: las antenas internas o anténulas (son pequeñas, bifurcadas); en su base se abre el órgano del equilibrio (estatocisto); y las antenas externas, que son más grandes que las anteriores, muy delgadas, móviles y en su base se encuentra el poro excretor, de la llamada “glándula verde”.
La boca se encuentra en la parte ventral de la cabeza y está rodeada de varios apéndices modificados que el animal utiliza para tomar los alimentos, entre ellos están un par de mandíbulas y dos pares de maxilas. A continuación existen tres pares de maxilípedos, que corresponden a los tres primeros segmentos torácicos. Les siguen un par de apéndices muy desarrollados llamados quelas o pinzas que terminan en poderosas tenazas (le sirven para su defensa y para tomar sus alimentos). Además de las patas maxílipedas antes mencionadas, se encuentran en el tórax cuatro pares de patas locomotoras, las quelas de los cuatro pares de patas se llaman periópodos (por estar implantadas en el perion). Los dos primeros pares de patas locomotoras terminan en pinza, las dos últimas en uñas cortas.
El abdomen, que es la parte que el animal puede extender o encorvar debajo del cefalotórax, muestra claramente seis segmentos y termina en el telson. Los cinco primeros segmentos tienen cada uno un par de apéndices llamados pleópodos, a los que se fijan los huevos depositados por la hembra en la época de reproducción. El último segmento lleva dos apéndices o urópodos que, con el telson, forman la nadadera caudal. Cabe aclarar que en el macho los dos primeros pares de pleópodos se modifican para servir de órganos copuladores.
La coloración de la especie varía según la edad. Los jóvenes muestran un curioso patrón con diferentes tonalidades de marrón verdoso y beige. Conforme crecen, la mayoria de ejemplares toman patrones más oscuros, contrastando un rojo tan oscuro que en ocasiones se torna negro con un vivo rojo y en ocasiones con tonos azulados. Las partes ventrales suelen ser rojas o pardas (en inmaduros o ejemplares marrones). Existen diferentes mutaciones que ocasionalmente se pueden dar en la naturaleza y que se han seleccionado para la acuariofilia, siendo las más conocidas la albina (carente de pigmentación), la ciánica (color azul), leucística (blanco con ojos negros) y otras tonalidades como naranja, etc. Hasta 15 cm de longitud rostro-telson. En ocasiones algo más.
En la torácica están, en el centro, la cardiaca; y a los lados las branquiales. La cardiaca corresponde a lo que se llama la areola (que puede faltar porque los surcos se ponen en contacto con la línea media). El caparazón termina, en su parte dorsal y anterior en una corta prolongación aguda llamada rostro. En la cabeza existen, a los lados del rostro, un par de ojos pedunculados; y además, dos pares de apéndices que son órganos sensoriales: las antenas internas o anténulas (son pequeñas, bifurcadas); en su base se abre el órgano del equilibrio (estatocisto); y las antenas externas, que son más grandes que las anteriores, muy delgadas, móviles y en su base se encuentra el poro excretor, de la llamada “glándula verde”.
La boca se encuentra en la parte ventral de la cabeza y está rodeada de varios apéndices modificados que el animal utiliza para tomar los alimentos, entre ellos están un par de mandíbulas y dos pares de maxilas. A continuación existen tres pares de maxilípedos, que corresponden a los tres primeros segmentos torácicos. Les siguen un par de apéndices muy desarrollados llamados quelas o pinzas que terminan en poderosas tenazas (le sirven para su defensa y para tomar sus alimentos). Además de las patas maxílipedas antes mencionadas, se encuentran en el tórax cuatro pares de patas locomotoras, las quelas de los cuatro pares de patas se llaman periópodos (por estar implantadas en el perion). Los dos primeros pares de patas locomotoras terminan en pinza, las dos últimas en uñas cortas.
El abdomen, que es la parte que el animal puede extender o encorvar debajo del cefalotórax, muestra claramente seis segmentos y termina en el telson. Los cinco primeros segmentos tienen cada uno un par de apéndices llamados pleópodos, a los que se fijan los huevos depositados por la hembra en la época de reproducción. El último segmento lleva dos apéndices o urópodos que, con el telson, forman la nadadera caudal. Cabe aclarar que en el macho los dos primeros pares de pleópodos se modifican para servir de órganos copuladores.
La coloración de la especie varía según la edad. Los jóvenes muestran un curioso patrón con diferentes tonalidades de marrón verdoso y beige. Conforme crecen, la mayoria de ejemplares toman patrones más oscuros, contrastando un rojo tan oscuro que en ocasiones se torna negro con un vivo rojo y en ocasiones con tonos azulados. Las partes ventrales suelen ser rojas o pardas (en inmaduros o ejemplares marrones). Existen diferentes mutaciones que ocasionalmente se pueden dar en la naturaleza y que se han seleccionado para la acuariofilia, siendo las más conocidas la albina (carente de pigmentación), la ciánica (color azul), leucística (blanco con ojos negros) y otras tonalidades como naranja, etc. Hasta 15 cm de longitud rostro-telson. En ocasiones algo más.
REPRODUCCIÓN.- Presentan diferencias sexuales, el macho presenta el primer par de pleópodos modificados en dos órganos
copuladores, con los que deposita el esperma en un receptáculo seminal
que se encuentra en los periópodos de las hembras donde puede permanecer
viable durante varios meses o hasta que la hembra realice una muda.
Procambarus clarkii se reproduce normalmente de forma sexual, pero recientes investigaciones sugieren que también se podría reproducir por partenogénesis. De reproducción bastante sencilla. Si mantenemos un grupo de hembras y machos no tardarán en aparearse.
Los machos de mayor tamaño tumban a las hembras boca arriba y depositan el esperma en un receptáculo especial para ello. Las hembras tras la muda inseminan los huevos con el esperma retenido (con movimientos laterales algo extraños, como si se tumbara y tuviera una serie de espasmos) y portan los huevos en sus pleópodos durante algunas semanas a meses (dependiendo de la temperatura del agua). La cantidad de huevos transportados puede superar los 500. Las crías tras ese tiempo eclosionan estando perfectamente formadas. Si no las separamos de los adultos estos intentarán comérselas e incluso entre ellos son frecuentes las luchas fraticidas por lo que a la hora de criarlos deberán estar en un tanque espacioso y con abundantes escondites. La vida media de Procambarus clarkii es de cinco años. Se sabe de individuos que han alcanzado más de seis años en estado silvestre.
Al tener dimorfismo sexual, tiene que haber acto sexual. Los machos, como se mencionó con anterioridad, presentan el primer par de pleópodos modificados en dos órganos copuladores, con los que deposita el esperma en un receptáculo seminal que se encuentra en los periópodos de las hembras, donde puede permanecer viable durante varios meses o hasta que la hembra realice la muda. Para que la cópula sea efectiva, los machos han de ser del mismo tamaño o ligeramente mayores que las hembras, para que puedan agarrar a la hembra y dejarla en posición ventral. Es frecuente que después de la cópula o de un intento uno o ambos ejemplares resulten heridos. Semanas antes de que la hembra vaya a realizar la puesta, aparecen en la cara ventral de sus urópodos unas “marcas de puesta” que son unas manchas de color blanquecino. El número de huevos varía según el tamaño de la hembra y puede oscilar entre 100 en hembras jóvenes y 600-700 en hembras más adultas.
Procambarus clarkii se reproduce normalmente de forma sexual, pero recientes investigaciones sugieren que también se podría reproducir por partenogénesis. De reproducción bastante sencilla. Si mantenemos un grupo de hembras y machos no tardarán en aparearse.
Los machos de mayor tamaño tumban a las hembras boca arriba y depositan el esperma en un receptáculo especial para ello. Las hembras tras la muda inseminan los huevos con el esperma retenido (con movimientos laterales algo extraños, como si se tumbara y tuviera una serie de espasmos) y portan los huevos en sus pleópodos durante algunas semanas a meses (dependiendo de la temperatura del agua). La cantidad de huevos transportados puede superar los 500. Las crías tras ese tiempo eclosionan estando perfectamente formadas. Si no las separamos de los adultos estos intentarán comérselas e incluso entre ellos son frecuentes las luchas fraticidas por lo que a la hora de criarlos deberán estar en un tanque espacioso y con abundantes escondites. La vida media de Procambarus clarkii es de cinco años. Se sabe de individuos que han alcanzado más de seis años en estado silvestre.
Al tener dimorfismo sexual, tiene que haber acto sexual. Los machos, como se mencionó con anterioridad, presentan el primer par de pleópodos modificados en dos órganos copuladores, con los que deposita el esperma en un receptáculo seminal que se encuentra en los periópodos de las hembras, donde puede permanecer viable durante varios meses o hasta que la hembra realice la muda. Para que la cópula sea efectiva, los machos han de ser del mismo tamaño o ligeramente mayores que las hembras, para que puedan agarrar a la hembra y dejarla en posición ventral. Es frecuente que después de la cópula o de un intento uno o ambos ejemplares resulten heridos. Semanas antes de que la hembra vaya a realizar la puesta, aparecen en la cara ventral de sus urópodos unas “marcas de puesta” que son unas manchas de color blanquecino. El número de huevos varía según el tamaño de la hembra y puede oscilar entre 100 en hembras jóvenes y 600-700 en hembras más adultas.
Para el desove, la hembra se tumba sobre un costado y con movimientos del abdomen va expulsando los huevos de los oviductos y fecundándolos con el esperma retenido. Los huevos, expulsados por la hembra, se adhieren a los pleópodos (por medio de una sustancia que segrega ésta a través de unas glándulas situadas en el lado ventral de los segmentos abdominales) en los cuales son transportados y oscilan por los movimientos de estos apéndices. Después de ésto, la hembra busca refugio y prácticamente no se alimenta, mostrándose muy agresiva frente a otros ejemplares. Durante el periodo de incubación, la hembra airea y mueve los huevos fecundados con movimientos del abdomen y del urópodo.
Los huevos continúan adheridos al abdómen de la hembra, en donde se desarrollan hasta que se forman pequeños cangrejos que permanecen sujetos a ella, los cuales, después de varias mudas, se transforman en adultos jóvenes capaces de iniciar una vida independiente. Durante este periodo los huevos van cambiando de color a medida que se van desarrollando. El tiempo que tardan en eclosionar los huevos es muy variable y depende básicamente de la temperatura. Con temperaturas de 22°-23°C, el tiempo de eclosión va entre 20 y 30 días. Una vez eclosionadas, las crías escapan rápidamente, ya que de lo contrario, pueden ser devoradas por la madre. La mortalidad después de la eclosión es alta, pudiendo llegar hasta el 70% en condiciones de cautividad.
QUE COME.- Su alimentación es omnívora, puede alimentarse tanto de vegetales como de otros animales e incluso de carroñas.
Es una especie omnívora que aceptará cualquier tipo de alimento ya que en la naturaleza son carroñeros oportunistas que aprovechan tanto detritos vegetales en descomposición como cadáveres de animales.
También son depredadores ocasionales que no dudarán en atrapar peces de tamaño medio y pequeño así como otros invertebrados de constitución débil.
Podemos suministrarles papillas o concentrados de verduras, marisco, trocitos de pescado, escamas para peces o tabletas de fondo, etc.
Es una especie omnívora que aceptará cualquier tipo de alimento ya que en la naturaleza son carroñeros oportunistas que aprovechan tanto detritos vegetales en descomposición como cadáveres de animales.
También son depredadores ocasionales que no dudarán en atrapar peces de tamaño medio y pequeño así como otros invertebrados de constitución débil.
Podemos suministrarles papillas o concentrados de verduras, marisco, trocitos de pescado, escamas para peces o tabletas de fondo, etc.
DONDE VIVE.- P. clarkii se encuentra normalmente en aguas no demasiado frías, como ríos de curso lento, marismas, estanques, sistemas de riego y campos de arroz. Se le considera la especie del orden Decapoda con mayor capacidad de adaptación a distintos ecosistemas. Es capaz de crecer rápidamente en sitios con aguas estacionales, es capaz de tolerar periodos secos más de cuatro meses. P. clarkii crece rápidamente y es capaz de alcanzar pesos de más de 50 gr, y tamaños de 12 cm de longitud. También es capaz de tolerar aguas algo salinas, lo cual es inusual en cangrejos de río.
Esta especie proviene de los Estados Unidos, más en concreto de la zona de Louissiana y la cuenca del Mississipi, aunque está tan extendido que hoy en día podemos encontrarlo en casi cualquier lugar del mundo en los cinco continentes.
En los EEUU es una especie de alto uso gastronómico, habiendo cientos de recetas con este cangrejo.
En España apareció por primera vez de la mano de algunos acuicultores que los introdujeron en cultivos de arroz de Andalucía. Hoy por hoy podemos encontrarlos en arrozales, estuarios, deltas de ríos, marjales, canales, ríos de fondo lodoso o arenoso, estanques, charcas, lagos, pantanos... en cualquier masa de agua dulce o ligeramente salobre con fondo excavable (no en terrenos puramente rocosos) y con abundante vegetación acuática y palustre. Son una plaga que se extiende con facilidad a través de canalizaciones de agua, desplazando al cangrejo de río ibérico y a otras especies de otros países debido a su alta tasa reproductiva y su dieta omnívora.
La zona de origen de P. clarkii es la costa del Golfo de México de Estados Unidos desde el norte de México hasta Florida y también hacia el interior por el sur de Illinois y Ohio. También ha sido a veces introducido deliberadamente fuera de su zona de origen como en países de Asia, África, Europa y otros sitios del continente americano. En el norte de Europa las poblaciones se mantienen pero no se expanden, pero en el sur de Europa, P. clarkii se está expandiendo y colonizando nuevos territorios y desplazando a los cangrejos de río autóctonos Astacus astacus, Austropotamobius spp.
En la península ibérica ha desplazado en muchísimos cursos de agua al cangrejo de río ibérico (Austropotamobius pallipes lusitanicus).
Se ha comprobado algunos individuos capaces de atravesar algunos kilómetros de terreno relativamente secos, especialmente en las épocas húmedas del año, aunque el comercio para acuarios y los pescadores pueden haber acelerado la expansión en algunas zonas (se cree que los pescadores al usar P. clarkii como cebo lo introdujeron en el estado norteamericano de Washington). También se han hecho intentos de usar P. clarkii como uno medio de control biológico de organismos, para reducir las poblaciones de caracoles implicados en el ciclo biológico de esquistosomiasis, por lo que se favorece la introducción de P. clarkii, por ejemplo en Kenia.
IMPACTO ECOLÓGICO.- P. clarkii es un gran excavador y esta labor puede producir daños en el curso de los ríos y en los cultivos, particularmente en el arroz, y sus hábitos de alimentación puede alterar los ecosistemas nativos. Puede competir y desplazar a los cangrejos de río autóctonos, y es vector del hongo Aphanomyces astaci que causa grandes daños a los cangrejos autóctonos. También es vector de virus de cangrejos de río y de varios gusanos parásitos de vertebrados.
En España P. clarkii ha desplazado al cangrejo de río autóctono (Austropotamobius pallipes lusitanicus) en casi todos los cursos de agua, quedando este sólo en los cursos más altos donde al agua es más fría de ríos de Castilla y León, País Vasco, La Rioja y otras regiones del norte, por lo que se le considera una especie invasora.
En zonas donde se ha introducido se han observado la disminución de anfibios ya que consume tanto sus huevos como individuos no adultos.
Debido a su potencial colonizador y constituir una amenaza grave para las especies autóctonas, los hábitats o los ecosistemas, esta especie ha sido catalogada en el Catálogo Español de Especies exóticas Invasoras, aprobado por Real Decreto 1628/2011, de 14 de noviembre, estando prohibida en España su introducción en el medio natural, posesión, transporte, tráfico y comercio, si bien se puede autorizar su pesca o captura dentro de las estrategias de eliminación.
IMPORTANCIA ECONÓMICA.- El rápido crecimiento y la gran capacidad de adaptación de P. clarkii ha facilitado la industria de este cangrejo de río en Luisiana, con ganancias de millones de dólares anuales, y con más de 500 km² de cultivos de esta especie. P. clarkii conforma la gran mayoría de la producción de cangrejo de río en los Estados Unidos y otros países. P. clarkii también ha sido introducido para su cría en distintos países tal como en España, donde su éxito se atribuye a su capacidad de adaptación al colonizar hábitats alterados que serían inviables para el cangrejo de río autóctono. P. clarkii también se cría para su uso en enseñanza e investigación.
EL ACUARIO.- Y ahora unas mínimas nociones para todos los que quieran tenerlos en un acuario.
Necesitaremos un acuario espacioso, de más de 100 litros, para mantener a unos cuantos ejemplares. El rango de temperatura que toleran es muy amplio pero podemos mantenerlos en buenas condiciones por encima de los 23ºC. La dureza del agua debe ser bastante elevada ya que necesitan grandes aportes de calcio y otros minerales para componer su exoesqueleto. El pH debe ser algo básico, por encima de 7.
Esta especie proviene de los Estados Unidos, más en concreto de la zona de Louissiana y la cuenca del Mississipi, aunque está tan extendido que hoy en día podemos encontrarlo en casi cualquier lugar del mundo en los cinco continentes.
En los EEUU es una especie de alto uso gastronómico, habiendo cientos de recetas con este cangrejo.
En España apareció por primera vez de la mano de algunos acuicultores que los introdujeron en cultivos de arroz de Andalucía. Hoy por hoy podemos encontrarlos en arrozales, estuarios, deltas de ríos, marjales, canales, ríos de fondo lodoso o arenoso, estanques, charcas, lagos, pantanos... en cualquier masa de agua dulce o ligeramente salobre con fondo excavable (no en terrenos puramente rocosos) y con abundante vegetación acuática y palustre. Son una plaga que se extiende con facilidad a través de canalizaciones de agua, desplazando al cangrejo de río ibérico y a otras especies de otros países debido a su alta tasa reproductiva y su dieta omnívora.
La zona de origen de P. clarkii es la costa del Golfo de México de Estados Unidos desde el norte de México hasta Florida y también hacia el interior por el sur de Illinois y Ohio. También ha sido a veces introducido deliberadamente fuera de su zona de origen como en países de Asia, África, Europa y otros sitios del continente americano. En el norte de Europa las poblaciones se mantienen pero no se expanden, pero en el sur de Europa, P. clarkii se está expandiendo y colonizando nuevos territorios y desplazando a los cangrejos de río autóctonos Astacus astacus, Austropotamobius spp.
En la península ibérica ha desplazado en muchísimos cursos de agua al cangrejo de río ibérico (Austropotamobius pallipes lusitanicus).
Se ha comprobado algunos individuos capaces de atravesar algunos kilómetros de terreno relativamente secos, especialmente en las épocas húmedas del año, aunque el comercio para acuarios y los pescadores pueden haber acelerado la expansión en algunas zonas (se cree que los pescadores al usar P. clarkii como cebo lo introdujeron en el estado norteamericano de Washington). También se han hecho intentos de usar P. clarkii como uno medio de control biológico de organismos, para reducir las poblaciones de caracoles implicados en el ciclo biológico de esquistosomiasis, por lo que se favorece la introducción de P. clarkii, por ejemplo en Kenia.
IMPACTO ECOLÓGICO.- P. clarkii es un gran excavador y esta labor puede producir daños en el curso de los ríos y en los cultivos, particularmente en el arroz, y sus hábitos de alimentación puede alterar los ecosistemas nativos. Puede competir y desplazar a los cangrejos de río autóctonos, y es vector del hongo Aphanomyces astaci que causa grandes daños a los cangrejos autóctonos. También es vector de virus de cangrejos de río y de varios gusanos parásitos de vertebrados.
En España P. clarkii ha desplazado al cangrejo de río autóctono (Austropotamobius pallipes lusitanicus) en casi todos los cursos de agua, quedando este sólo en los cursos más altos donde al agua es más fría de ríos de Castilla y León, País Vasco, La Rioja y otras regiones del norte, por lo que se le considera una especie invasora.
En zonas donde se ha introducido se han observado la disminución de anfibios ya que consume tanto sus huevos como individuos no adultos.
Debido a su potencial colonizador y constituir una amenaza grave para las especies autóctonas, los hábitats o los ecosistemas, esta especie ha sido catalogada en el Catálogo Español de Especies exóticas Invasoras, aprobado por Real Decreto 1628/2011, de 14 de noviembre, estando prohibida en España su introducción en el medio natural, posesión, transporte, tráfico y comercio, si bien se puede autorizar su pesca o captura dentro de las estrategias de eliminación.
IMPORTANCIA ECONÓMICA.- El rápido crecimiento y la gran capacidad de adaptación de P. clarkii ha facilitado la industria de este cangrejo de río en Luisiana, con ganancias de millones de dólares anuales, y con más de 500 km² de cultivos de esta especie. P. clarkii conforma la gran mayoría de la producción de cangrejo de río en los Estados Unidos y otros países. P. clarkii también ha sido introducido para su cría en distintos países tal como en España, donde su éxito se atribuye a su capacidad de adaptación al colonizar hábitats alterados que serían inviables para el cangrejo de río autóctono. P. clarkii también se cría para su uso en enseñanza e investigación.
EL ACUARIO.- Y ahora unas mínimas nociones para todos los que quieran tenerlos en un acuario.
Necesitaremos un acuario espacioso, de más de 100 litros, para mantener a unos cuantos ejemplares. El rango de temperatura que toleran es muy amplio pero podemos mantenerlos en buenas condiciones por encima de los 23ºC. La dureza del agua debe ser bastante elevada ya que necesitan grandes aportes de calcio y otros minerales para componer su exoesqueleto. El pH debe ser algo básico, por encima de 7.
Necesita abundantes rocas, troncos, escondites, si es posible plantas naturales (aunque desenterrará algunas de ellas y otras las consumirá) algunas de ellas flotantes creando zonas de sombra y un sustrato de granulometría media. Si recreamos una zona emergida con tierra arcillosa, ocasionalmente excavará túneles para esconderse durante el día, aunque el mantenimiento de esto es algo complicado.
En cuanto a la alimentación, leamos el apartado que comen. Comen casi de todo, desde los peces que descuidemos y dejemos a su alcance, hasta comida de peces de fondo, comida de cangrejos ermitaños, gránulos para peces e incluso chícharos y calabacín o mejillón congelado y troceado.
Cuando están en su medio ambiente se alimentan principalmente de animales como caracolillos, peces pequeños (y no tan pequeños), insectos acuáticos, al igual que animales muertos y materia en descomposición. Y en época de escasez pueden alimentarse de plantas acuáticas.Como todo crustáceo son grandes carroñeros y oportunistas, y aceptan todo tipo de alimento.
El comportamiento es bastante agresivos y territoriales, sobre todo los ejemplares viejos de mayor tamaño. Son frecuentes las peleas territoriales así como los ataques a peces y pequeños moluscos y crustáceos (es una especie depredadora, no debemos olvidarlo). Por otra parte su actividad es mayor en las horas nocturnas y no dudará en aprovechar el descanso de los peces para alimentarse de ellos. Durante el día pasa el tiempo escondido bajo rocas, troncos o enterrado en túneles en la tierra o el lodo.
Estos invertebrados son más activos durante las horas del crepúsculo y en las horas del alba; y si su acuario se encuentra en tu habitación, no dudes que vas a escuchar movimientos de piedras cuando las luces estén apagadas, ya que es durante este periodo que se dedican a “limpiar su casa”, si encienden la luz de pronto, podrán apreciar como con su quelas/pinzas, ayudados con sus dos primeros pares de patas locomotoras y, tal vez, con sus maxilípedos están cargando piedras de un lado a otro para alejarlas de su cueva.
La especies compatibles en el acuario, observemos que siendo de carácter agresivo, este cangrejo no puede convivir con especies sensibles de ser depredadas (la mayoría de peces de agua dulce) así como tampoco con cualquier especie que deprede crustáceos, como botias o peces globo.
LA RECETA.- ARROZ CALDOSO CON CANGREJOS DE RIÓ.
INGREDIENTES.
1 kg de cangrejos de río
400 grs de arroz
2 cebolletas
1 pimiento verde tipo italiano
2 dientes de ajo
1 guindilla cayena
200 ml de tomate triturado
caldo de pescado o marisco (o agua)
aceite de oliva
vino blanco
sal
INGREDIENTES.
1 kg de cangrejos de río
400 grs de arroz
2 cebolletas
1 pimiento verde tipo italiano
2 dientes de ajo
1 guindilla cayena
200 ml de tomate triturado
caldo de pescado o marisco (o agua)
aceite de oliva
vino blanco
sal
PREPARACIÓN.- Primeramente vamos a limpiar los cangrejos, y para ello empezamos retirando el intestino central tirando de la aleta central de la cola hasta que salga por completo. Seguimos limpiando las patas bajo el grifo con un cepillo pequeño y dejamos los cangrejos en un cubo con agua de una a dos horas (hay quien añade a este agua un chorrito de vinagre). Esto es lo más engorroso, pero ya tendremos los cangrejos listos para usar. Todo esto has de hacerlo para cocinarlos a continuación, no los tengas así de un día para otro.
En una cazuela ancha rehogamos con un chorrito de aceite de oliva la cebolleta, los dientes de ajo y el pimiento todo bien troceado. Añadimos la guindilla y salamos.
Cuando la verdura está pochada retiramos la guindilla (salvo que te guste muy picante y la mantengas) y añadimos los cangrejos limpios. Damos unas vueltas y vemos que cambian de color. Mantenemos 5 minutos y añadimos un chorrito de vino blanco. Dejamos un minuto que evapore el alcohol y añadimos el tomate triturado. Dejamos otros cinco minutos.
Retiramos los cangrejos y reservamos.
En una cazuela ancha rehogamos con un chorrito de aceite de oliva la cebolleta, los dientes de ajo y el pimiento todo bien troceado. Añadimos la guindilla y salamos.
Cuando la verdura está pochada retiramos la guindilla (salvo que te guste muy picante y la mantengas) y añadimos los cangrejos limpios. Damos unas vueltas y vemos que cambian de color. Mantenemos 5 minutos y añadimos un chorrito de vino blanco. Dejamos un minuto que evapore el alcohol y añadimos el tomate triturado. Dejamos otros cinco minutos.
Retiramos los cangrejos y reservamos.
En la cazuela vertemos el arroz, rehogamos y vamos añadiendo el caldo de pescado o marisco, que habremos puesto a calentar en un cazo para que no nos enfríe el arroz. Ya sabéis, unas 3 veces la cantidad de caldo que de arroz, en este caso no importa que sea un poco más porque el arroz queremos que nos quede caldoso, pero claro, no una sopa. Si el caldo tiene sal no hace falta añadir más, si no es así o utilizamos agua, añadiremos un poco de sal.
Cuando queden cinco minutos para que el arroz esté cocinado añadimos los cangrejos y dejamos el conjunto hasta que el arroz esté en su punto. Como el arroz es caldoso, retiramos del fuego con un poco de caldo de más pero con el grano al dente, y dejamos reposar 10 minutos, que el arroz seguirá cocinándose y el caldo mermando.
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