Dentex gibbosus es una especie de peces de la familia Sparidae en el orden de los Perciformes.
La hurta o urta es un espárido, pariente próximo del pargo y la dorada. No pertenece pues (pese a su parecido con la sama de pluma ) al género dentex entre los que se encuentran el Dentón ( D. dentex ), la sama de pluma( D. gibosus ), el Cachucho( D. Macrophtalmus ) y las sama marroquí ( D. marocanus ). El perfil de la cabeza de la hurta macho es más redondeado que el de la sama de pluma y el dentón; además, los ejemplares viejos de estos 2 últimos, especialmente los machos, tienen una joroba nucal característica mucho mas pronunciada en el Dentex gibosus .
Pero hurtas y samas difieren sobre todo por su dentadura. Todas las especies del género dentex , tienen todos los dientes caniniformes ( de perro), cónicos y mas o menos agudos. La hurta, como los pargos, solamente tiene dientes cónicos en su parte delantera, teniendo todos los demás dientes, en dos filas, la forma de molares; su dentadura le sirve lo mismo para atrapar peces pequeños, como para masticar cangrejos, conchas de caracoles marinos, almejas etc. No sucede así con samas y dentones que son esencialmente depredadores de peces.
COMO RECONOCERLA.- Cuerpo alargado, alto y comprimido. Perfil de la cabeza redondeado en los jóvenes, más elevado en los adultos; los machos viejos desarrollan un gran bulto frontal. Sólo tiene dientes caninos, en varias filas. Aleta dorsal con 12 radios duros, los dos primeros muy pequeños y el 3º y el 4º prolongados en un largo filamento que desaparece en los individuos de más de 65 cm de longitud, y 11-12 blandos. Primer radio blando de las aletas pectorales muy largo. Aleta anal con 3 radios duros y 7-9 blandos. Color rosáceo, más oscuro por el dorso, con pequeñas manchitas oscuras dispersas; una pequeña mancha roja en el extremo posterior de la base de la aleta dorsal y otra en la base de las pectorales; borde de la aleta caudal negro; vientre plateado; los machos adultos, suelen presentar la cabeza de un tono gris oscuro. Hasta 1 m de longitud.Por lo general 35 a 60 cm.
REPRODUCCIÓN.- Estudios realizados en Canarias, donde la especie es común, señalan que es una especie hermafrodita proterogínica (los peces son primero hembras y luego, al crecer, se transforman en machos). En Canarias, la puesta se produce en abril-septiembre, con desove masivo en junio-julio para lo que se concentran en veriles y bajones a 100-150 m de profundidad. La talla de primera madurez sexual se alcanza a los 3 años: 34,5 cm en hembras y 38,5 cm en machos.
QUE COME.- carnívora (crustáceos, peces, cefalópodos)
DONDE VIVE.- Vive desde la costa hasta los 200 metros de profundidad. Sus fondos son rocosos y escarpados, con rocas altas y de pendientes fuertes.Se encuentra en las costas del Atlántico oriental (desde Portugal hasta Angola, incluyendo las Islas Canarias y Santo Tomé y Príncipe) (abundante sólo desde Cabo Juby a Cabo Verde) y de el Mar Mediterráneo. (Ausente en el Golfo de León y en el Mar Negro)
INDICACIONES PARA LA PESCA.- Hoy dedicare este apartado a los pescadores de costa, que se me quejan de que hablo mucho de la pesca embarcado; por tal motivo hoy pescaremos la sama desde tierra con pez vivo.
Como ya vimos la Sama o Denton está provisto de unas poderosas mandíbulas y dientes agudos, de entre los que destacan por su tamaño los dos o tres pares centrales. Tal característica unida a su tamaño y constitución, su fuerza, su voracidad y su insaciable apetito lo convierten en un auténtico depredador de dieta generalista, copando los puestos más altos de la cadena alimenticia. Su infrecuente pero impresionante picada y su derroche de fuerza, hacen de la pesca del dentón, a mi parecer, una de las más apasionantes y atractivas de entre todas aquellas que los pescadores de tierra puedan practicar.
Como ya vimos la Sama o Denton está provisto de unas poderosas mandíbulas y dientes agudos, de entre los que destacan por su tamaño los dos o tres pares centrales. Tal característica unida a su tamaño y constitución, su fuerza, su voracidad y su insaciable apetito lo convierten en un auténtico depredador de dieta generalista, copando los puestos más altos de la cadena alimenticia. Su infrecuente pero impresionante picada y su derroche de fuerza, hacen de la pesca del dentón, a mi parecer, una de las más apasionantes y atractivas de entre todas aquellas que los pescadores de tierra puedan practicar.
Montaje de Aparejo.- La profundidad del pesquero en el que nos situemos va a condicionar el montaje del aparejo. Si con sólo dejar caer el plomo o efectuando lances cortos (10, 20, 30 o 40 metros) alcanzamos bastante profundidad, podremos efectuar un “lance directo”. Por el contrario, si la distancia de lanzado necesaria para colocar nuestro aparejo en la profundidad deseada es relativamente grande haremos uso del “lance con ascensor”.
Lanzado Directo.- Consiste en lanzar directamente nuestro cebo junto con el plomo. Son muchos los aparejos distintos que podemos emplear, lo que sí es conveniente es situar el anzuelo por encima del plomo, a un metro o metro y medio, para facilitar la visión del cebo por el dentón. Para cerciorarnos de que el tramo de línea final y el cebo no queden acostados sobre el fondo podemos colocar un corcho en la línea madre. De esta manera, todo el aparejo quedará levantado, es decir, vertical al fondo, con lo que tendremos mayores posibilidades de captura. Al pescar sobre fondos rocosos los enganches del plomo se hacen muy frecuentes. Para evitar perder todo el aparejo utilizaremos, para la sujeción de la plomada, un “falsete” o tramo de línea fina, de inferior diámetro que el de la línea madre. A continuación se muestran algunos aparejos muy sencillos de realizar:
(1) En caso de utilizar un corcho, para que éste pueda realizar bien su acción, hemos de dejar la línea un tanto destensada.
(2) La sencillez de este aparejo nos va a permitir colocar un segundo anzuelo en la misma anilla del plomo, sin que se produzcan enredos. Lo podremos cebar con un buen trozo de calamar o sardina. De esta manera, peces de todo tipo se acercarán a comer. Tal actividad despertará la curiosidad del los dentones circundantes, que se acercarán provocando la espantada de todos los pececillos, y ante sus ojos sólo quedará nuestro indefenso cebo vivo.
(3)Si la profundidad es muy grande, puede que algunas especies que empleemos como cebo no toleren bien un rápido descenso. Podemos evitar esto prescindiendo del plomillo de cierre superior que hace de tope, en cuyo caso colocaremos un pequeño peso en la gameta del anzuelo para asegurarnos de que, de manera más lenta, nuestro cebo vaya al fondo.
(3)Si la profundidad es muy grande, puede que algunas especies que empleemos como cebo no toleren bien un rápido descenso. Podemos evitar esto prescindiendo del plomillo de cierre superior que hace de tope, en cuyo caso colocaremos un pequeño peso en la gameta del anzuelo para asegurarnos de que, de manera más lenta, nuestro cebo vaya al fondo.
(1) Plomo corredizo, para ayudar al cebo a bajar.
(2) Plomillo de cierre o tope de silicona, para sujetar el plomo corredizo.
Inconvenientes de Ambas Técnicas.- Con el empleo del ascensor es muy probable que el cebo, debido a su comportamiento estático, no recorra ni la tercera parte del sedal, o que ni por asomo se acerque allá donde colocamos el plomo, allá donde creemos que se mueven los dentones. Aunque esto podemos solucionarlo en gran medida con la ayuda de una pequeña plomada situada en la gameta del anzuelo, tal y como se muestra en el dibujo anterior. La excesiva suavidad de la pendiente del fondo, así como la presencia de obstáculos, pueden ser otros dos factores que impidan que nuestro cebo continúe deslizándose hasta alcanzar la profundidad deseada. En tercer lugar, y quizás sea la mayor desventaja del lanzado con ascensor, es el hecho de que nuestro cebo no encuentra resistencia alguna a lo largo de la línea madre, hasta que no entra en contacto con el tope último de nuestro sedal. De modo, que si detectamos una picada, la clavada con la que responderemos no será efectiva hasta que el dentón se encuentre al final de la línea. Los inconvenientes con los que nos encontramos al utilizar el lanzado directo parecen claros. En aquellos lances de larga distancia es muy probable que nuestro cebo vivo se desgarre y se pierda. O bien que muera o quede atontado tras el impacto con la superficie del agua o tras el súbito descenso hacia el fondo al que se ve sometido.
El Anzuelo y su Cebado.- El anzuelo debe tener un tamaño considerable, desde un 2/0 a un 5/0, y pueden ser rectos, curvos o de pico de loro, dependiendo de la forma y tamaño de la especie que utilicemos como cebo.
Aparte de los anzuelos simples, sobre todo en la pesca con ascensor, podemos utilizar las poteras o anzuelos dobles o triples. El problema que plantean estos últimos es que restan movilidad al cebo y producen más enredos en la línea. Lo que sí es cierto es que aumentaremos las posibilidades de que el dentón se clave cuando muerda.
Independientemente de que utilicemos anzuelos simples o compuestos, el cebado del anzuelo, como parece ya haber quedado claro, es mediante peces vivos pequeños o “morralla”.
Cuanto más plateado sea el pez que empleemos mejor será, puesto que los reflejos producidos por su cuerpo atraerán la curiosidad del dentón. Puede que sea éste un dato que entre en controversia con la opinión que mantienen algunos pescadores, que piensan que los depredadores localizan a sus presas gracias a las vibraciones que éstas producen debido a su movimiento. Y otros que opinan que la detección del alimento se debe a las hormonas que segrega cada especie en particular.
Aparte de los anzuelos simples, sobre todo en la pesca con ascensor, podemos utilizar las poteras o anzuelos dobles o triples. El problema que plantean estos últimos es que restan movilidad al cebo y producen más enredos en la línea. Lo que sí es cierto es que aumentaremos las posibilidades de que el dentón se clave cuando muerda.
Independientemente de que utilicemos anzuelos simples o compuestos, el cebado del anzuelo, como parece ya haber quedado claro, es mediante peces vivos pequeños o “morralla”.
Cuanto más plateado sea el pez que empleemos mejor será, puesto que los reflejos producidos por su cuerpo atraerán la curiosidad del dentón. Puede que sea éste un dato que entre en controversia con la opinión que mantienen algunos pescadores, que piensan que los depredadores localizan a sus presas gracias a las vibraciones que éstas producen debido a su movimiento. Y otros que opinan que la detección del alimento se debe a las hormonas que segrega cada especie en particular.
Sea cual sea la forma de la que se valen los dentones para cazar: visión, detección de vibraciones u hormonas, podemos “meter en el saco” todo tipo de peces, desde aquellos que se mueven en profundidad, como: serranos, gitanos, doncellas, vidrias, sargos o raspallones, hasta aquellos que pueden comer en superficie, como: zarpas, mújoles, castañuelas o bogas, entre otros (como decía al principio la dieta del dentón es muy variada y no le hace ascos a nada).
A la hora de ensartar el pez en el anzuelo deberemos tener sumo cuidado para provocar el menor daño y conseguir que el pez permanezca vivo el mayor tiempo posible. Son varios los sitios habituales por donde podemos colocar el anzuelo:
1. por los ojos.
2. por la boca, tanto por el labio inferior como por el superior.
3. por encima de la espina dorsal, detrás de la cabeza.
4. por el vientre (por el ano).
5. por la cola.
El elegir un sitio u otro dependerá de: el tamaño y resistencia del pez y de su carne, y del número de anzuelos. Por ejemplo:
- para peces pequeños de menos de 10 cms y de carne blanda, introduciremos un único anzuelo por encima de la espina dorsal, justo detrás de la cabeza, que es donde más grosor presenta el pez.
- si queremos que el cebo tenga gran movilidad y permanezca más tiempo vivo, colocaremos el anzuelo por la cola.
- si utilizamos especies que tienden a esconderse entre las rocas y las algas, como vacas y serranos, sería conveniente, aunque parezca un poco cruel, que los ensartemos por los ojos (aunque la movilidad del pez quedará más que mermada y permanecerá vivo poco tiempo).
- cuando el vivo tiene un tamaño considerable, por encima de los 12 cms, utilizaremos 2 anzuelos simples, o bien poteras (aunque a mi gusto, las poteras suelen provocar muchos enredos con la línea si el pez se menea mucho). El sistema es el siguiente:
- Empatillamos un anzuelo con unos 50 cms de línea y lo atamos a un ferrete. Empatamos ahora un segundo anzuelo, y le dejamos unos 10-12 cm de línea.
- Con la línea del segundo anzuelo hacemos un nudo deslizante sobre la línea del primero, de manera que el primer anzuelo (el fijo) lo colocamos cerca de la cabeza o en el morro, y el segundo (el deslizante) lo llevamos al ano o al final de la cola.
Con el empleo de dos anzuelos, colocados uno a cada extremo del cebo, conseguiremos cubrir todas las zonas por donde el dentón puede atacar. Por el contrario, cuando el cebo tiene bastante longitud, si utilizamos un único anzuelo colocado en uno de los extremos (cola o cabeza), nos arriesgamos a que el dentón ataque por el lado opuesto y seccione el cebo sin llegar a clavarse (hemos de tener presente que el dentón no toma su alimento “modo succión”, como lo pueda hacer el mero o la lubina, ambos con boca protráctil, sino que primero ataca “modo tenaza” y luego engulle)
- Caña: telescópica o de tramos, ha de ser fuerte sin mucha flexibilidad en la puntera.
- Carrete: de tambor fijo o giratorio, ha de tener una buena regulación de la salida del hilo. Hemos de aflojar el freno, y así evitaremos roturas o incluso que nos tire la caña al agua.
- Línea madre: tanto mejor si no forma bucles. Es conveniente que no utilicemos diámetros inferiores al 0,45 – 0,50 mm, pues al encontrarnos en fondos rocosos, es muy probable que la línea roce con las rocas y se parta. Amén de que podemos controlar con más seguridad las embestidas del dentón.
- Empate del anzuelo: con nylon de igual o mayor diámetro que el de la línea madre.
- Anzuelos: rectos, curvos o de pico de loro. Del 2/0 al 5/0. Es conveniente que la punta esté bien afilada y que dispongan de bastante lengüeta.
- Plomos: de “pera” para “lance directo” y de “ganchos” para “lance con ascensor”.
- Emerillones, quitavueltas, ferretes, plomillos de cierre, perlas perforadas, tubitos de silicona y demás elementos para confeccionar nuestro aparejo: irán acorde con el diámetro de línea que utilicemos, o a gusto de cada cuál.
- Pincho o portacañas: hecho por el herrero o comprado en la tienda, ha de ser fuerte y ha de sujetar el mango de la caña en toda su longitud. Van muy bien los de acero inoxidable, con una arandela arriba y otra en la base.
• Mejor Época:de finales de marzo a principios de junio, y de octubre a diciembre.
• Momento del Día: como siempre, el amanecer y el atardecer. Aunque en pesqueros con bastante profundidad es muy bueno el mediodía (de 11:00 a 13:00) y la tarde (de 15:00 a 17:00).
• Estado del Mar: en orden de preferencia: levante, leveche, poniente y norte. Aguas claras pero algo movidas, y con poco mar de fondo.
CRÍTICA A LA PESCA CON CEBO VIVO
Ciertamente la pesca con cebo vivo está bastante criticada, y con razón, debido a que el animal sufre desde el momento en que lo ensartamos en el anzuelo hasta que muere a consecuencia de ello. Además, en muchas ocasiones, se escogen como cebo individuos que no han alcanzado la talla mínima permitida, por ello procuraremos respetar en la medida de lo posible la legislación vigente sobre el tamaño de las capturas. Mejor aún si cebamos nuestro anzuelo con peces que han alcanzado su máximo crecimiento como: doncellas, bogas o castañuelas, que tienen las dimensiones óptimas para la pesca del dentón (podemos ver el tamaño mínimo de las capturas permitido en cualquier página de pesca).
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