COMO RECONOCERLO.- Cuerpos alargados y mas marcadamente comprimidos cuando son jóvenes, siendo en este caso, las hembras de color pardusco.Cabeza cónica, con o ojos y boca pequeños;con dos hileras de dientes puntiagudos y afilados. Los dientes de la fila exterior son cónicos y puntiagudos. Los dos dientes anteriores son largos, puntiagudos y hacia afuera. Parece un pequeño "vampiro".
Aleta dorsal muy desarrollada, con 9 radios espinosos y 12 blandos; la aleta caudal es alta y fuerte; las aletas pectorales, ventrales y anal también están muy desarrolladas, presentan de esta ultima 3 radios espinosos y 11 o 12 blandos
De color vistoso: dorso verde, vientre plateado, costados oscuros con reflejos azules, surcados por una linea horizontal que puede ser rosa o anaranjada; sin embargo, puede presentar diferentes tonalidades de piel, a menudo la Julia roja, ya que es hermafrodita
La mediterránea: dorso de color marrón o verde claro y una franja longitudinal en zigzag roja o anaranjada en la parte central del cuerpo y que va de la cabeza a la cola, una mancha negra alargada detrás de la pectoral y un pequeño ocelo en la parte posterior del opérculo. Presenta en los radios alargados de la dorsal una mancha negra rodeada de rojo en la parte superior y de blanco en la posterior.
La atlántica: con notable reducción de la banda anaranjada lateral, que queda limitada a la boca. La región caudal y la región mediana del tercio posterior del cuerpo son negras.
El vientre de los machos secundarios es blanco En Canarias la coloración del macho en el dorso es de tono gris claro y la mancha del opérculo es azul intensa. Las hembras y juveniles, tienen el dorso marrón y el vientre claro, con una banda longitudinal blanquecina en los flancos y una marrón oscura longitudinal encima de la anterior en zigzag. El vientre tiene reflejos dorados. Presenta un ocelo azul en los opérculos.
Sus aberturas branquiales son muy pequeñas, como consecuencia, problamente, de su adaptación a los fondos arenosos, ya que así consigue evitar que le penetren excesivos granos de arena en sus branquias. Su línea lateral, provista de 74 a 80 escamas, aparece situada en posición alta y paralela al perfil del dorso, pero al final de la aleta dorsal se curva hacia abajo para terminar su recorrido en la parte media del pedúnculo caudal.
Hembras de mayor tamaño pudiendo alcanzar hasta los 25 cm. Los machos no suelen superar los 19 cm. De noche, se entierra de costado en la arena mediante fuertes coletazos Tiene la particularidad de morder los pies de los bañistas y existen zonas (sur de Italia) en la que ejercen de pez limpiador.Existen doncellas tropicales, como Coris gaimard, en extremo llamativas, que viven en las aguas de los ocanos Pacífico e Índico. (35 a 50 cm. de longitud).Tiene un pariente tropical, el célebre pez limpiador, ese pequeño lábrido que husmea incluso dentro de la boca y las branquias de los grandes predadores como la cherna, para comerse los restos de tejidos muertos y los parásitos que se alojan en los lugares más inaccesibles de su anatomía
QUE COME.- Especie omnívora con marcado carácter depredador. Dotados con pequeños dientes curvados, hacia delante los delanteros, no despreciarán pequeños invertebrados; moluscos y equinodermos que encuentren en su deambular por el acuario. Los invertebrados dotados de caparazón duró tampoco son rival para estos peces.
Al anochecer, muchos ejemplares tienen la costumbre de enterrarse bajo la arena para protegerse de sus predadores. A la mañana siguiente salen de la arena mediante un brusco batido de su aleta caudal. En invierno, cuando la temperatura del agua desciende considerablemente, permanece semienterrada en el fondo arenoso gran parte del día.Su distribución abarca desde el Atlántico nororiental, incluyendo las Islas Canarias, Azores y Golfo de Vizcaya hasta el Mediterráneo y parte del Mar Negro.
INDICACIONES PARA LA PESCA.- Tanto con aparejos de fondo como con boya, pero procurando que el cebo este cerca del fondo.No es objeto de la pesca profesional, siendo las capturas ocasionales con redes de enmalle y arrastre, sin una comercialización apreciada, salvo como parte de la morralla para caldo.
Deportivamente se pesca con volatín y chambel con pequeños anzuelos, dado que tiene mucha habilidad en comerse la carnada sin clavase, su carne es muy sabrosa.
No es un pez que se suela pescar en submarina por su pequeño tamaño y facilidad de captura.
La julia suele ser pescada en embarcación, a escasa distancia de la costa. Hay una modalidad clásica para los botes del Cantábrico que se denomina precisamente así: salir a julias y cabras. Por supuesto, las cabras o cabrillas a las que nos referimos, son esos pequeños serránidos que comparten, además de nicho ecológico, algunos patrones tanto morfológicos como de conducta con los lábridos.Pero aunque sea muy habitual esta pesca embarcada, no lo es menos la que realizamos desde tierra, sobre todo en lugares que cumplan un requisito fundamental: fondo rocoso.Únicamente necesitamos que el lecho marino sea lo suficientemente escarpado y que ofrezca los cobijos necesarios, para que esta especie esté presente. A partir de ahí, todo es sencillo.
La julia es un pez muy voraz, e incluso desaprensivo. Pica sin pensárselo dos veces, como buena oportunista a todo lo que considere comida. Este modelo de conducta, de extrema voracidad y falta absoluta de prudencia a la hora de tomar la carnada, es muy común entre las especies de escaso tamaño con las que comparte la escollera. De alguna manera son conscientes de sus reducidas dimensiones, de que cualquier otro pez de mayor envergadura puede hallarse al acecho y arrebatarles el alimento, lo cual ocurre con frecuencia.Esta característica hace de la julia un pez sumamentedivertido para la pesca deportiva de minitallas y un recurso siempre a nuestro alcance, sobre todo en las condiciones medioambientales menos afortunadas para otros tipos de pesca costera. Me refiero a esos días estivales, en plenas vacaciones veraniegas, con todo el tiempo del mundo y todo a favor para pasar las horas centrales del día con una caña asomando a la mar. En ese entorno plácido en el que da gusto salir a pescar, tocados con un sombrero de paja y ligando bronce en una cala solitaria y silenciosa. Precisamente esos días de cielo azul y aguas claras en los que no pican ni los ojos de tanto mirar a la superficie.
Compramos una caja de coreanas baratitas (con una vale, que aquí se puede trocear la carnada), buscamos unos anzuelos pequeños y finitos, mejor de pata larga, y renunciamos al bocadillo, que otras pescas nos facilitarían degustar.Si vamos a julias nos será prácticamente imposible hacer otra cosa que echar, clavar, pescar, desanzuelar, cambiar carnada... En fin, un poco estresante pero muy divertido.Sobre todo si empleamos un aparejo con varios anzuelos, presentados entre media y una braza del fondo, y los cebamos con gusana. La mejor, a mi gusto, la coreana,( por su dureza), pero también la de serrín y la blanca de agua pueden ser excelentes.Debemos renunciar a las gusanas blandas o excesivamente grandes y gruesas, pues la julia posee una de las bocas más precisas que encontramos (recuérdese a su primo tropical, conocido como "labro limpiador") y le será fácil encontrar un punto de la carnada del que tirar para llevarse el cebo sin pasar por la taquilla del anzuelo.Con una boca minúscula y precisa como una pinza de depilar, la colocación del cebo y el tamaño del anzuelo son definitivos. La julia no es un salmonete, que necesita una gusana entera para desencadenar su ataque. Le basta una pequeña porción, lo justo para cubrir el anzuelo, que nunca excederá del 0.10. Todo lo que quede fuera, sobra. Y como se suele decir, "lo que sobra, estorba", pues nuestro pez se valdrá de esta circunstancia para desprenderlo del anzuelo.Respecto al resto del equipo, ya dijimos que es suficiente con esa vieja caña de fibra polivalente que, como vale para todo, ya no empleamos para nada y mantenemos arrumbada en el fondo del armario. Pero cuidado. Una cosa es que valga y otra muy distinta que sea lo mejor. Me explico. A menudo, ese tipo de cañas son muy sensibles -lo cual es necesario- pero muy lentas, lo cual es un serio inconveniente si pretendemos devolver vivas nuestras capturas.
La julia, al igual que el resto de los lábridos, traga sin contemplaciones, por lo que, en cuanto se produce la picada, debemos propinar un cachete seco y tratar de clavar en sus gruesos labios. De otra forma, el anzuelo se alojará casi en sus vísceras y montaremos una carnicería a la hora de desanzuelarla. Por eso, lo mejor, y lo más divertido, pese a que podamos perder unos cuantos ejemplares -que en este caso tampoco tiene mucha importancia- es tratar de clavar al primer toque, cosa mucho más sencilla con una caña de acción de punta, que con una parabólica. De esta forma, la mayoría de los peces que capturemos vendrán clavados por la boca y podremos devolverlos al agua en perfecto estado de revista.Por último, la potencia de la caña, si pescamos a corcho, es suficiente con una del orden de 10-40 y si lo hacemos a fondo, dependerá del plomo que vayamos a lanzar, que debería ser el mínimo posible.
LA RECETA.- Su carne es comestible y de calidad no admite muchas preparaciones, es un pez que, rebozado en harina y frito, está bastante bueno.
Estoy empezando con esto de la pesca y me ha parecido muy interesante el artículo. Ayer salimos con niños a pescar Julias y Sarrianos y nos divertimos un montón.
ResponderEliminarHe pescado un pez de este tipo y no sabía que era me has ayudado mucho gracias
ResponderEliminarCuando hablas de número de anzuelo 0.10 a que te refieres?. Estaba pensando en un número 4 . Como lo ves?
ResponderEliminarHola, aquí el 4 es grande…. Como para doradas , los pequeños son del 14
Eliminarmis referencias sobre el tamaño del anzuelo se basan en las marcas que se usan y como sabrás todas las marcas no usan el mismo tallaje para el mismo anzuelo, por lo cual yo te aconsejaría para la pesca de la julia un anzuelo medio pequeño ya que este pez no alcanza grandes dimensiones. Gracias por tu comentario.
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