VAMOS A PESCAR ROMERO

El ROMERO (Centrolabrus Trutta) es una especie que siempre está en praderas de algas. A estos peces algo timidos nunca se los ve lejos de su escondite preferido. Los machos son más grandes y de colores más verdosos. Se alimentan de invertebrados pequeños.
Centrolabrus trutta es una especie de pez perciforme de la familia Labridae.Los machos pueden llegar alcanzar los 18 cm de longitud total, pero es más normal que midan 10 cm de longitud estándar (sin incluir la aleta caudal).Vive en zonas de aguas poco profundas (1 a 30 m) con fondo rocoso o de praderas marinas y clima subtropical.Lo podemos encontrar este del océano Atlántico central: se encuentran en las islas Azores, Canarias y Madeira.
COMO RECONOCERLO.- Presenta una mancha oscura en mitad de la base de la caudal. Los machos están coloreados de verde llamativo durante la temporada de reproducción, pero el resto del tiempo son sencillamente marrones, como las hembras. Caudal ligeramente redondeada. Espacio interorbitario sin escamas. Dorsal con 15 a 17 espinas y 8 a 9 radios blandos, anal con 4 a 5 espinas y 8 a 9 radios blandos. Hasta 18 cm. Normalmente hasta 10 cm. Los machos pueden llegar alcanzar los 18 cm de longitud total, pero es más normal que midan 10 cm de longitud estándar (sin incluir la aleta caudal)
REPRODUCCIÓN.- Construyen nidos de material vegetal y pequeñas piedras. En la época de freza los machos adoptan una llamativa librea verde. La hembra deposita los huevos en el nido y el macho custodia la puesta hasta la eclosión.
QUE COME.- Pequeños invertebrados que encuentran en los fondos de algas.
DONDE VIVE.- Bentónica. Arrecife marino subtropical, litoral, junto a rocas y lechos de fanerógamas .Profundidad: De 1 a 15 m. Distribución; Azores, Madeira, Canarias y Mediterráneo occidental: balear y africano (muy raro) e islas Cabo Verde.
INDICACIONES PARA LA PESCA.- No es lo mismo, desde nuestra perspectiva, técnica y arte de pesca.Por técnica de pesca entendemos un complejo entramado de conocimientos, destrezas, formas de trabajo y/o cooperación, que con determinados aparejos (redes, anzuelos, trampas, etc.) se emplean para la
captura de especies marinas útiles al hombre. El término arte de pesca hace referencia, sobre todo, a tales aparejos. En el léxico de nuestros pescadores su referente con frecuencia todavía es más restringido, incluyendo únicamente los utensilios de pesca constituidos por mallas o redes de diverso tipo. Incluso el término arte es empleado, en determinados pueblos para referirse únicamente a las traíñas, sardinales o salemeras.Dos cuestiones pueden ayudarnos a clasificar las técnicas: el tipo de especies sobre el que actúan o el carácter activo o pasivo de las artes que integran. Utilizaremos este último criterio, pues permite un baremo diferenciador en función del tiempo de trabajo que hay que emplear con ellas y de la posibilidad de combinarlas. Mientras las técnicas activas requieren la continua atención del pescador, las pasivas no precisan estar encima, haciendo posible que se utilicen varias a la vez o que se coordinen con otras
activas.
En las técnicas pasivas el aparejo de pesca resulta prácticamente abandonado en el agua a fin de que pesque solo, sin que sea necesario que nadie le preste cuidados. Entre ellas podemos citar: tambor, nasa, trasmallo y palangre.
Técnica activa. Podemos citar entre las técnicas activas las siguientes: caña, liña o cordel, potera, gueldera, chinchorro, sardinal o traíña, salemera, finalizando con la pesca de los túnidos.
Pues bien, para pescar el romero utilizaremos la caña.En épocas pasadas la pesca con caña era para los pescadores artesanales más que frecuente. Caña larga (3-4 m.), bien con aparejo, bien con hilo de cáñamo o algodón y anzuelo cebado con cangrejillo. Con este reducido equipo capturaban desde tierra la vieja u otras especies. La productividad era bastante elevada hace años, por la gran abundancia de pescado y el
reducido número de pescadores, que además trabajaban con medios técnicos primitivos. Como cuenta un pescador de Canarias respecto a su padre, en el verano con la caña nos mantenía a todos los trece hermanos, sin que fuera necesario embarcar.
También se empleaba una caña más pequeña (de gorra, braza y media de largo) para la pesca de especies demersales o de chicharro y caballa desde pequeños botes. Hoy el hilo de algodón se ha visto sustituido por el nylon, y las cañas rara vez son empleadas por los pescadores profesionales.
El tiempo de trabajo variaba según las circunstancias. En una gran parte de la pesca realizada con caña, los protagonistas eran simplemente gente de tierra, que de esta manera obtenían un complemento proteínico a
su dieta con escaso esfuerzo. Esta actividad de autoconsumo no se prolongaba demasiadas horas al día. Sin embargo, si esta técnica tuviera como fin intercambiar o vender el pescado, es bastante probable que ocupara más horas. La pesca con caña casi siempre ha tenido un carácter de actividad a tiempo parcial.
A la caña va unido un sedal, que si bien antes era fijo, hoy suele enrollarse en carretes de diferente tamaño y capacidad. Con la caña se pesca a boya o a fondo.
En la primera modalidad, un flotador (de plástico, corcho, etc.) sostiene el sedal que se encuentra debajo del agua, manteniendo el anzuelo a una determinada profundidad, casi siempre con la ayuda de unos pedacitos de plomo. El tipo de anzuelo, la carnada, el tamaño de la boya, etc., variarán según la especie que se pretenda obtener, los gustos y la experiencia previa del pescador. Cuando se pesca a fondo, los anzuelos son conducidos a muy escasa distancia de éste merced a un plomo que, situado en la parte baja del sedal y lanzado adecuadamente, permitirá colocarlos en
la zona que se estime más conveniente. La variedad de formas en que se prepara un aparejo de pesca con caña es amplísima, al igual que las carnadas que se pueden emplear: pasta, gamba, trozos de diversos pescados, cangrejos, etc.

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